Las denuncias que llegan desde el entorno de las mujeres maltratadas han subido más de un 10 por ciento en 2011

A pesar del avance, solo una de cada cuatro denuncias procede de la familia y amistades y un 40 por ciento de la ciudadanía española culpabiliza a las mujeres por permanecer con el maltratador

Madrid, 04 ene. 12. Amecopress.

Actualmente, unas 600.000 mujeres en España sufren agresiones de sus parejas o ex parejas, según la última encuesta de la Secretaría de Estado de Igualdad. Una bolsa de maltrato que no termina de emerger. Las autoridades registran unas 130.000 denuncias por violencia de género al año. Solo una de cada cuatro procede del entorno de la maltratada (familia, amistades, vecindario, personal médico), aunque esto significa un aumento de más de un 10 por ciento en 2011.

Hablamos de una auténtica pandemia. La violencia de género ha sido sufrida alguna vez en su vida por más de dos millones de mujeres en España, y en ocho años ha acabado con la vida de más de 600. En 2010, que acabó con 73 mujeres asesinadas, solo una de cada cuatro había denunciado. El año pasado, de las 60 mujeres que perdieron su vida a manos de sus parejas o ex parejas, solo 15 habían denunciado. En este inicio de enero, pueden ser ya dos las víctimas mortales: una mujer de Girona, que tampoco había denunciado a su pareja y el caso de una mujer que apareció sin vida en su casa de Puig-reig (Berguedà), a unos 90 kilómetros de Barcelona.

La violencia tiene indicadores. A menudo son reconocidos por el entorno de las mujeres que la padecen, pero todavía son pocas las personas las que se comprometen y manifiestan su repulsa hacia el agresor y ofrecen ayuda a la mujer maltratada. Si bien es cierto que la respuesta y conciencia social frente al fenómeno va aumentando y las denuncias que no provienen de las afectadas directas han crecido en un 10 por ciento en el último año, todavía estamos distantes de afrontar este tipo de violencia como un conflicto social en el que nuestra responsabilidad y nuestra acción son cruciales.

Otro dato que demuestra la todavía incorrecta ubicación de la sociedad frente a esta lacra: el 40 por ciento de la ciudadanía española culpabiliza a las mujeres que sufren maltrato por permanecer con su verdugo, según datos de Igualdad. Sin embargo, las explicaciones de personas expertas y los testimonios de mujeres que han padecido o que padecen violencia de género permiten comprender que para ellas es muy difícil tomar la iniciativa, liberarse del miedo y de las múltiples formas de dependencia –afectiva, económica- que viven y buscar ayuda y un futuro distinto para ellas y, a menudo, también para sus hijos e hijas.

En todo caso, para cada uno de los hombres y de las mujeres que componemos la sociedad, dar una respuesta coherente y valiente ante la violencia no debiera depender de lo que hace o no hace otra persona, mucho menos si es precisamente la que se encuentra sometida al maltrato. Actuar frente a la violencia es una opción ética y necesaria y no hacerlo, nos guste o no aceptarlo, nos convierte en cómplices de su sostenimiento.