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La reforma laboral no entra en casa

Martes 16 de febrero de 2010

Los sindicatos exigen la inclusión "de una vez por todas" de las empleadas del hogar en el Régimen General de la Seguridad Social. Sujetas a una ley arcaica y discriminatoria, ahora no cuentan con ninguna protección social

Público

OLIVIA CARBALLAR - Sevilla - 08/02/2010 07:06

"Vengo de pedir de la iglesia porque no tengo ni para comer y trabajo como una bestia", afirma Pilar Díaz, una mujer de 60 años que lleva toda su vida limpiando casas. Nunca ha tenido derecho a paro, ni a baja por enfermedad, ni a vacaciones, ni sabe qué es un contrato. Ahora, cuando los huesos le fallan, tampoco puede jubilarse porque, al no haber cotizado, no puede cobrar una pensión. El Gobierno, en pleno debate de la reforma laboral, se ha olvidado año tras año no sólo de ella, sino del resto de las 700.000 empleadas del hogar que trabajan en España, la mayoría en la economía sumergida.

"Pero no es un olvido, es un intento de cargar el mayor tiempo posible sobre las espaldas de las mujeres pobres los costos del cuidado", puntualiza Isabel Otxoa, asesora de la Asociación de Trabajadoras de Hogar de Bizkaia.

Desde 1985, estas mujeres se rigen por un régimen especial en el que no se aplica el Estatuto de los Trabajadores ni el del Trabajo Autónomo. "Están en desventaja con el resto de los trabajadores, por lo que el Gobierno no puede dejar fuera otra vez del nuevo Pacto de Toledo la inclusión de estas trabajadoras en el Régimen General. Ya es hora de que nos sentemos con la Administración", afirma la secretaria de política social de UGT, Carmen López.

La obligación de alta y cotización a la Seguridad Social desde la primera hora de trabajo, un contrato por escrito, la protección por accidente laboral y la prestación por desempleo son algunas de las reivindicaciones del colectivo. "Este régimen se basa en la previa situación de opresión de las mujeres, dependientes económicamente de sus maridos y en condiciones de aceptar muy malas condiciones de trabajo", añade Otxoa, que incide en la "vergonzosa utilización" de las mujeres inmigrantes. Conciliación laboral

En Opción Luna, una asociación de Córdoba que ayuda a mujeres como Pilar a dignificar su trabajo, consideran que ese aplazamiento constante fomenta aún más la economía sumergida y refleja una discriminación "pura y dura" hacia estas trabajadoras.

"No tener cubiertos unos derechos básicos no es culpa del empleador, sino de una ley y de quien no controla los abusos que se producen", zanja Antonia González Ríder, presidenta de la asociación. "El otro día, viendo una película en la tele de Adolfo Suárez pensé cuando salía con Santiago Carrillo: lo hicisteis todo muy bien, pero se os olvidó esto", reflexiona.

Desde aquellos primeros años de la Transición, la mujer ha derribado obstáculos inimaginables. ¿Por qué esta discriminación se resiste tanto? La razón, según la secretaria de la mujer de CCOO de Andalucía, Antonia Martos, es que este trabajo no está reconocido socialmente. "Siempre lo hemos hecho las mujeres de manera altruista", afirma. Sin embargo, paradójicamente, gracias a estas trabajadoras, otras mujeres pueden acceder al mercado laboral. Y aquí Martos incide en lo que ella considera el problema de fondo: "En este país no está aún resuelta la conciliación laboral y familiar. Es evidente que se ha avanzado mucho, pero no puede ser a costa de otras mujeres, ya sean empleadas del hogar o familiares como las abuelas".

Isabel Otxoa cree que el debate hay que plantearlo de otra forma: "Es injusto e inexacto mencionar a las mujeres como si fueran las que se benefician del empleo doméstico. Las empleadas del hogar liberan de trabajo principalmente a los hombres". ¿Qué pasaría si las mujeres se pusieran en huelga? La Administración tampoco responde esta pregunta, pero todas saben la respuesta.

Fte. Público

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