Hijos y nietos, principales autores de los feminicidios contra mujeres mayores de 60 años

Son el grupo de edad en el que más feminicidios se han producido a lo largo de los primero seis meses del año fuera del ámbito de la pareja o expareja. La nueva estadística de Igualdad afirma que el 58% de estos asesinatos ocurre en la familia

Mujer mayor agarrada a un bastón. — PIXABAY

MADRID 12/09/2022 MARISA KOHAN Público

Hasta ahora no se tenían datos concretos sobre los feminicidios de mujeres mayores fuera del ámbito de la pareja. Por regla general se estima que en torno al 13% de las mujeres mayores de 60 años son asesinadas anualmente por un hombre con el que están casadas o con el que tienen o han tenido una relación sentimental. Sin embargo los nuevos datos recopilados por el Ministerio de Igualdad y hechos públicos este lunes sobre los feminicidios fuera de las relaciones de pareja, ofrecen una nueva perspectiva de lo que le ocurre a estas víctimas.

La nueva estadística, sobre la que el Gobierno ha estado trabajando desde finales del año pasado, saca a la luz otra realidad que hasta ahora ha permanecido escondida: el 58% de los feminicidios en los que no existe una relación de pareja con el asesino se producen en el ámbito de la familia y el 57,9% de los mismos tienen como víctima a una mujer mayor de 60 años. Entre los principales agresores figuran hijos, hijastros y nietos.

Según los datos desvelados por la delegación del Gobierno contra la violencia de género, el total de mujeres asesinadas en los primeros seis meses del año fuera de la relación de pareja fue de 19. De ellas, 11 fueron asesinadas por un miembro de la familia. Entre los 19 agresores, nueve fueron descendientes, de los cuales seis eran hijos y otros tres nietos de la víctima.

Tal como explicó la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez durante la presentación, "el dato más escalofriante es que el 100% de los agresores eran conocidos", es decir que conocían a sus víctimas. También resaltó que estos datos "revelan" que la violencia "está dirigida a otro grupo diferente de mujeres", si se comparan con los recopilados desde el 2003 que recogen exclusivamente los datos de estos asesinatos cometidos por hombres que son o han sido parejas de las víctimas. En estos últimos, más de la mitad de las mujeres asesinadas (el 52%) tienen entre 40 y 50 años. La nueva estadística desvela que fuera de las relaciones de pareja el mayor impacto de la violencia extrema la padecen las mujeres más mayores.

Igualdad pide prudencia aún sobre la nueva estadística. Se trata de los primeros datos que analizan una violencia extendida que hasta ahora no se contabilizaba en nuestro país como violencia machista y será necesario el análisis de una serie más amplia para sacar conclusiones más específicas.

Pero los primeros datos, afirmó Rodríguez durante la presentación, confirman que hasta ahora "ha habido una serie de asesinatos que ha pasado por debajo del radar".

"¿Qué nos preocupa en este sentido?", se preguntó Rodríguez en su comparecencia. El hecho de que según los estudios de ese Ministerio, "son muy pocas las mujeres de esta edad que acceden a recursos específicos" y al hecho de que "no existen protocolos específicos a nivel estatal para el tratamiento de la violencia en estos ámbitos". Según un estudio realizado por el Ministerio que dirige Irene Montero, tan sólo el 16% de las mujeres de esta franja de edad accede a recursos contra la violencia de género. Según diversas expertas consultadas por este diario, en la mayoría de casos existe una gran dificultad para que estas mujeres se autoidentifiquen como víctimas de violencia machista. Sin esta autoidentificación, pedir ayuda o denunciar es imposible.

Tal como explicaban recientemente diversas expertas en violencia machista hacia esta población, las Administraciones están poco preparadas para atender las necesidades de las mujeres mayores víctimas de violencia de género. Éstas pueden dirigirse a solicitar las ayudas que se han puesto en marcha para las víctimas de esta violencia, pero "hay características específicas de este grupo de edad que las dejan fuera del sistema de asistencia que se ha engranado". Por ejemplo, se trata de un grupo que suele tener grandes necesidades económicas porque aunque algunas han trabajado toda la vida, nunca han tenido contratos, o lo han hecho en negocios familiares o apoyando a los maridos. Otro factor importante a tener en cuenta según esta experta, es que "las cifras nos dicen que las mujeres mayores no suelen romper con la relación de violencia o les cuesta mucho más tomar esa decisión".

Consciente de esta realidad, Rodríguez anunció que el Ministerio de Igualdad está ya en conversaciones con el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO), "para elaborar protocolos para la derivación de estas víctimas y para que puedan ver recursos asistenciales para ellas que nos permitan darle la atención que necesitan y sobre todo que les podamos dar una salida para la situación de violencia que se está dando dentro de sus familias, perpetuada muchas veces por sus hijos o nietos que conviven con ellas". Se trata, según han afirmado fuentes de Igualdad, de un tipo concreto de convivencia sobre el que hay que estudiar la situación de precariedad social y económica que se está dando en el ámbito de estos asesinatos.

Desde el año 2003, nuestro país recaba los datos de feminicidios realizados por aquellos hombres que tienen o han tenido una relación sentimental con las víctimas. La ley de violencia de género aprobada en 2004, entiende los asesinatos por violencia de género única y exclusivamente ligados a estas relaciones. Este lunes, Igualdad ha desvelado los primeros datos recabados a lo largo de los primeros seis meses del año sobre feminicidios no vinculados a las relaciones de pareja.

El conocimiento y análisis de esta estadística que se dará a conocer trimestralmente, tiene que servir, tal como han anunciado tanto Rodríguez como la delegada del Gobierno contra la violencia de género, Victoria Rosell, para tener un conocimiento mayor de la violencia machista extrema y poder implementar políticas públicas efectivas que protejan a las mujeres y prevengan los asesinatos.​