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‘El Yoyas’ sigue burlando a la Justicia tras el revés del Supremo y ante el sufrimiento de la víctima de sus malos tratos

Sábado 6 de mayo de 2023

A punto de cumplirse seis meses desde que Carlos Navarro debió entrar en prisión por violencia de género, el alto tribunal concluye que hay pruebas suficientes que demuestran los hechos y que no hay lugar para revisar la sentencia

Jennifer Jiménez - Las Palmas de Gran Canaria — 5 de mayo de 2023 elDiario.es

A mediados de mayo se cumplirán seis meses desde que el exconcursante de Gran Hermano Carlos Navarro, conocido como ‘El Yoyas’, debió haber ingresado en prisión para cumplir su condena firme por un delito de maltrato habitual, cuatro delitos de lesiones en el ámbito familiar, además de amenazas y vejaciones. Sin embargo, continúa burlando a la Justicia, aún después del último revés del Tribunal Supremo, que denegó recientemente su petición de revisión de sentencia. El alto tribunal entiende que “existen múltiples pruebas en la causa” que demuestran los delitos por los que fue condenado y que la “prueba” presentada para avalar su petición “no tiene la suficiente contundencia para permitir la admisión del recurso de revisión”, tal y como reflejó la Fiscalía. Mientras, la víctima, Fayna Bethencourt, asegura que cuenta los días, las horas y los minutos para recibir una llamada de la Policía que le confirme que ha sido capturado y que el agresor va a cumplir su condena de casi seis años de prisión.

El Juzgado de lo Penal número 5 de Las Palmas de Gran Canaria dictó esta pena de cárcel en 2020, además de la prohibición de acercarse tanto a Bethencourt como a los dos hijos menores y la pérdida de la patria potestad. Una condena que ratificó en abril de 2021 la Audiencia de Las Palmas. De ambas resoluciones judiciales se determina que queda acreditado que Navarro sometió a la denunciante “durante toda su relación a un maltrato habitual, en presencia de su hija y de su hijo menor de edad. Desde 2013 hasta enero de 2018, el maltrato ha sido constante”. También se concluye que la víctima “ha mantenido en todo momento la misma versión de los hechos, tanto en sede policial como judicial y posteriormente en el acto del juicio oral, siendo además corroborada por las testificales, y los informes psicológicos forenses”.

El último intento de ‘El Yoyas’ de eludir su condena ha sido el de solicitar al Supremo que se revise su sentencia condenatoria. Lo hizo tratando de acogerse al artículo 954 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, donde se refleja que se puede realizar esta solicitud “cuando después de la sentencia sobrevenga el conocimiento de hechos o elementos de prueba que, de haber sido aportados, hubieran determinado la absolución o una condena menos grave”. Para ello, según se recoge en un auto del alto tribunal del 20 de abril, el abogado de Navarro adjuntó una querella presentada contra la víctima por lo que ellos consideran “falso testimonio”, un documento del libro de Fayna Bethencourt titulado “Pena y olor a fresa” (donde relata unos hechos de malos tratos sufridos que fueron denunciados) y un informe pericial de parte fechado en el mes de julio de 2022. Para el alto tribunal “la documentación aportada como fundamento de su recurso de revisión, no podemos considerarla elemento de prueba nuevo”.

Este auto recalca que lo que se presenta como prueba nueva “no desvirtúa de forma concluyente las pruebas existentes sobre los múltiples delitos por los que ha sido condenado el solicitante de la revisión, declaraciones testificales, grabaciones de conversaciones, fotos, diferentes pruebas periciales…”. Con el fragmento del libro, Navarro ha pretendido sostener que el relato fue “inventado” por la víctima y que después fue denunciado. Para ello, intentó probar que las fechas de ese relato biográfico fue guardado en un ordenador con anterioridad a cuando se declaró que sucedieron. No obstante, el Supremo es contundente al respecto: “La prueba presentada como base de la revisión no es suficiente para permitir la revisión de la sentencia, los datos contenidos en un ordenador pueden ser manipulados, y en segundo lugar no demuestran que los hechos por los que ha sido condenado Navarro no hayan tenido lugar, ya que como hemos dicho existen múltiples pruebas en la causa que demuestran precisamente lo contrario, y a ellas nos remitimos”.

Los hechos probados

De hecho, en la sentencia del juzgado de lo Penal número cinco de Las Palmas se recogen varios episodios de violencia ocurrida delante de los menores. Uno de ellos, es precisamente el referido al relato que ahora el condenado pretende desmentir. “Queda probado y así se declara que en fecha indeterminada del año 2013, en el domicilio familiar, en presencia del hijo menor que tenía tres años, el encausado, en el transcurso de una discusión con su pareja, con ánimo de menoscabar su integridad física, la agredió propinándole puñetazos, reaccionando el menor derramando sobre su padre el contenido de un batido. A continuación, el acusado ordenó a su hijo que fuera a la habitación, y arrastró a Fayna hasta el dormitorio donde siguió golpeándola en las piernas y brazos diciéndole ”¿Qué prefieres que te rompa una costilla o el brazo?“

Pero no es el único de esos episodios. La sentencia añade otros como el día en el que agarró a su expareja del cuello y la lanzó contra el suelo en presencia de su hija o cuando le tiró a Bethencourt un vaso de cristal que cayó al suelo y se rompió. Después “la lanzó contra el suelo donde estaban los cristales rotos, clavándose los mismos, y sangrando”. Todo ello también presenciado por la menor. Otro momento de violencia que se recoge es cuando la víctima llegó a pedir auxilio al ser agredida y los menores, que estaban en el jardín, acudieron en ayuda de su madre. También quedó probado que entre julio y principios de septiembre de 2017, cuando la víctima ya estaba instalada con sus hijos en Gran Canaria, el encausado se dirigió a ella a través de sus dos hijos, mediante Whatsapp o llamadas telefónicas, con ánimo de ofenderla con expresiones humillantes y vejatorias y que con el objetivo de intimidarla llegó a proferir amenazas sobre su actual pareja a través de los menores. “Que yo no me lo cruce, ¡eh!, porque como me lo cruce a lo mejor tiene un puto problema y le arranco todos los dientes”, dijo ‘El Yoyas’, entre otras cosas.

Cabe recordar que entre las pruebas recabadas que sustentan la condena de Navarro se recogen los testimonios de los menores, que presenciaron escenas de violencia contra la madre o el de una prima de la víctima que corroboró que Bethencourt se escondía en el baño para hablar con ella por teléfono. Además, se presentaron fotografías en las que se aprecia la rojez de su cuello tras una agresión o los informes psicológicos forenses practicados tanto a la madre como a los dos menores. Dichos informes refrendan las consecuencias psicológicas que ha tenido esta exposición a la violencia de género tanto para Fayna Bethencourt como para sus dos hijos.

La lucha de Fayna no cesa

Fayna Bethencourt remarca a esta redacción que una de sus prioridades es que este caso no caiga en el olvido y que el maltratador condenado cumpla su condena pronto. Entre las actuaciones llevadas a cabo, presentó una queja ante el Defensor del Pueblo, que fue admitida y se ha respondido que “se han iniciado las actuaciones oportunas ante la Dirección General de la Policía, que es el órgano encargado de dar cumplimiento a la pena establecida para su maltratador en la sentencia penal por violencia de género”. Por tanto, se ha solicitado que se remita la información sobre la situación en la que se encuentra la ejecución de esta requisitoria así como de las pesquisas que está realizando la Policía Nacional “para averiguar el paradero del condenado”.

El caso ha sido muy seguido en los últimos meses por los medios de comunicación. Cabe recordar que la víctima y Carlos Navarro se conocieron en el año 2001 en el popular programa de televisión Gran Hermano. Allí, él hizo muestras ya de su carácter y comportamientos violentos, por los que fue expulsado del concurso. Posteriormente, continuaron la relación y se casaron dos años después. Tal y como ocurre habitualmente en los casos de violencia de género, el maltratador no se exhibe como tal desde el principio ante la pareja y además suelen ejercer hacia las víctimas un mismo patrón de control, de merma de la autoestima y de violencia psicológica. La víctima relató de forma extendida toda su historia en su canal de YouTube con el objetivo de que se conozcan los hechos. “Pese a ese carácter explosivo delante de las cámaras, en la intimidad era encantador”, explica la víctima, que durante su relato explica las fases de la violencia de género y cómo va subiendo de intensidad.

Fue en 2017 cuando se rompió la relación y Bethencourt se trasladó a vivir desde Barcelona a Gran Canaria, su isla natal, con sus hijos. Durante la causa judicial, la denunciante relató que su expareja mantuvo hacia ella una actitud de control, de desprecio y de humillación hacia ella, limitando sus comunicaciones con sus amigos, familiares y terceros, así como controlando sus salidas fuera del domicilio familiar y la economía doméstica. También le llamaba la atención para que se callara, “bien retorciéndole la mano o bien mediante pisotones, y la agredía cogiéndola del cuello, hasta elevarla del suelo, propinándole patadas y puñetazos”, además de insultarla.

Así mismo, en la causa se aportaron audios de ‘El Yoyas’ en los que realiza amenazas y comentarios vejatorios hacia su expareja. En otra de las grabaciones, la jueza concluye que “no hay duda de las expresiones intimidatorias hacia la pareja actual” de Fayna y que las “expresiones son claras y reiteradas, además de utilizar expresiones ofensivas, reitera en innumerables ocasiones su intención de hacerle un mal, de atentar contra su integridad física”.

Las denuncias por violencia de género, en aumento

Según el último balance del Consejo General del Poder Judicial, ​​las denuncias por violencia de género registradas en los órganos judiciales de Canarias durante el pasado año aumentaron un 8,4%. Además, el Archipiélago registró una tasa de 88,2 mujeres víctimas de violencia de género por cada 10.000 mujeres, la cuarta más alta del Estado. En cuanto a los hombres enjuiciados por esta causa, el año pasado fueron 2.927 los que se sentaron en el banquillo en las Islas por delitos machistas (un 3,9% más que en 2021) y fueron condenados el 92,1% (un 0,6% más que en 2021). Casos como el de Fayna Bethencourt ayudan a visibilizar todas las formas de estas violencias machistas y a que otras mujeres denuncien o soliciten ayuda a su entorno. Por ello, insiste en que es muy importante que el agresor sea detenido cuanto antes.

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