Viernes 24 de noviembre de 2023
Se han adherido los comités de las principales empresas de la industria, construcción, comedores escolares, limpieza y servicios públicos.
Gessamí Forner 23 NOV 2023 El Salto
Mercedes, Tubos Reunidos, Tubacex, CAF, Gamesa, Arcelormittal, Sideneor, Altuna y Uria, Construcciones Moyua, Residencias Abeletxe, Gorabide, Clece, FCC, Eulen, todos los comités de las empresas de comedores (Auzolagun, Askora, Gaska, Sodexo, etc.) y las principales de limpieza (Eulen, Garbialdi, ISS), las diputaciones de Bizkaia, Gipuzkoa y Araba, los ayuntamientos de Gasteiz, Bilbao, Donosti e Iruña, los comités de Osakidetza, EITB, Euskotren y metro Bilbao. La lista continúa hasta llegar a más de 1.500 comités de empresas que se han adherido o presentado una moción a favor de la huelga general feminista convocada en Euskal Herria el 30 de noviembre por el movimiento feminista para reclamar la transformación del sistema de cuidados, por uno que nos cuide a todas, que dignifique las condiciones laborales de las trabajadoras y que sea público y universal, incluso comunitario. Es decir, que quede lejos de la mercantilización y privatización actual, promovida y organizada por los sucesivos gobiernos en las últimas dos décadas.
La cifra que han ofrecido hoy los sindicatos y el movimiento feminista tiene un espejo donde mirarse: la huelga general de pensionistas de enero de 2020. Entonces, también lograron la adhesión de más de 1.500 comités de empresa, y Euskal Herria paró notoriamente de trabajar. En esta ocasión se persigue un paro productivo, la transformación de un sistema y un recordatorio: las “mujeres que realizan trabajos imprescindibles para sostener la vida” que no podrán ejercer su derecho a huelga, debido a la precariedad de su situación —como las trabajadoras del hogar—, debido a los servicios mínimos —residencias, Osakidetza— o debido a su situación administrativa.
Nahiara Arrieta (Steilas), Isabel Castro (ESK) y Blanca Peleteiro (movimiento feminista) han sido las encargadas de poner voz a la rueda de prensa de hoy, acompañadas por representantes de todos los sindicatos convocantes —ELA, LAB, EHNE, Etxalde y CGT—. Han destacado cuatro aspectos: la huelga es el “hito de un proceso”, su convocatoria “ya es en sí revolucionaria”, es una huelga “ofensiva” —para que el cuidado sea un “derecho colectivo”— y que responde a los “problemas urgentes que presenta la actual crisis de cuidados”.
Han indicado que “tenemos el objetivo de vaciar los centros de trabajo y tomar las calles, pero además queremos subrayar que es una convocatoria de huelga que va más allá”. “Todos los indicadores económicos se miden en términos de producción, no se contabiliza el trabajo que sustenta la vida, ese trabajo que realizamos principalmente las mujeres, pero carece del reconocimiento que le corresponde, tanto político como económico y social”, destacan. Por eso alientan a medir el impacto de la huelga “con una visión más amplia, poniendo especial atención en quienes trabajan en el sostenimiento de la vida”.
Y aquí reside lo que califican como la “paradoja” de los empleos “imprescindibles”, los que ejercen mayoritariamente mujeres, muchas de las cuales “ni tienen derecho a la huelga o se les ha impuesto servicios mínimos abusivos, por lo que no serán contabilizadas en los datos de las personas que secundarán la huelga”.
Llenar las calles también es uno de los objetivos. Habrá movilizaciones en más de 100 municipios y manifestaciones en las cuatro capitales durante la tarde. El programa de actos está ya casi cerrado y las horas de los actos principales varían entre las 17.30 —por ejemplo, Bilbao— a las 19.30h, como en Tafalla.