Altamira Guelbenzu: "La justicia patriarcal emite sentencias insultantes"

Las abogadas María José Balda, Altamira Guelbenzu y Rosa Fernández, abordaron ayer la violencia sexual contra las mujeres

BEGOÑA SIERRA 31/05/2018 Diario Alto Aragón

HUESCA.- "Las mujeres víctimas de violencia sexual tienen un déficit de protección muy grande a todos los niveles, tanto de prevención como de amparo, porque en España se ha volcado todo el trabajo en este área en la violencia de género, por lo que este tipo de agresiones están fuera de la ley integral".

Así lo manifestó ayer María José Balda, abogada feminista oscense, durante su intervención en la mesa redonda "Violencia sexual contra las mujeres" que acogió ayer el salón azul del casino oscense por iniciativa del Colectivo Feminista de Huesca.

La letrada participó en este debate en el que estuvo acompañada por Altamira Guelbenzu, abogada perteneciente a Campa (Colectivo de Apoyo a Mujeres Presas en Aragón) y a la Asociación de Mujeres Juristas Themis, y por Rosa Fernández, abogada perteneciente a Themis y durante muchos años, miembro del Frente Feminista de Zaragoza hasta su desaparición.

Las tres aportaron reflexiones y propuestas centradas en la actualidad y en esos abusos que cualquier mujer, en algún momento de su vida, ha sufrido en mayor o menor medida, entre la incomprensión y escasos apoyos.

Por ejemplo, respecto al Pacto de Estado contra la Violencia de Género firmado el verano pasado, y cuyos trabajos en el Congreso se iniciaron en paralelo a la indignación social tras el estallido del caso de La Manada, María José Balda consideró que parece que va entrando en esta falta de protección.

"No creo que lo más importante sea la modificación del Código Penal ni un endurecimiento de las penas, lo que hay que lograr es que no se ponga el foco en el comportamiento de la víctima sino en el del agresor. A partir de que ella no consienta no se debe distinguir entre abuso y agresión porque se utiliza una terminología ofensiva para una persona que le han hecho todo lo que le pasó, por ejemplo, a la víctima de Pamplona".

En este sentido, la abogada consideró que todavía queda un largo camino por delante, opinión que compartió Altamira Guelbenzu, quien achacó a la "mentalidad machista de muchos jueces" y a la "justicia patriarcal" la emisión de sentencias insultantes. Desde su punto de vista y el del colectivo de mujeres feministas resaltó que una agresión sexual se produce desde el momento en el que la víctima dice "no" y no se respeta su voluntad.

"Creo que desde la sentencia de La Manada ha habido un punto de inflexión, el de cómo se interpreta desde el poder judicial qué es una agresión sexual a cómo se puede valorar siendo mujer y feminista. Para mí "no" es "no", da igual que la mujer haya bebido, la ropa que lleve o que haya consentido hace dos minutos", consideró. Añadió que pese al movimiento social y feminista surgido en los último meses, "lo que hay que empezar a cambiar es la mentalidad. Si las leyes que se aplican siguen siendo machistas, las víctimas de agresiones sexuales seguirán desprotegidas".

Por su parte, Rosa Fernández reflexionó sobre cómo el movimiento feminista organizado desde Aragón ha trabajado desde antiguo los delitos sexuales y cómo ha intervenido en las solicitudes de las diversas modificaciones del Código Penal.

Así, consideró que "el caso de La Manada se podía haber calificado de agresión sexual sin modificar una coma del Código Penal y sin embargo una interpretación carente de perspectiva de género lo ha valorado como abuso".

Añadió que este ha sido el detonante que ha puesto sobre el tapete nuevamente el tema de los delitos sexuales y apostó por un cambio de mentalidad general "porque la violencia machista no termina con un Código Penal, es la sociedad la que debe acabar con ella. El consentimiento es el pilar de nuestra libertad y creo que su ausencia debe ser valorada en su justa medida por la gravedad que tiene".