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8 de marzo. Emakumeok planto!

Lunes 18 de febrero de 2019

16/02/2019 | Begoña Zabala VientoSur

En la segunda convocatoria de huelga feminista para el 8 de marzo en el Estado español, podemos dedicar algún tiempo y espacio para anotar los elementos más relevantes que se están produciendo, más allá de los cientos y miles de eventos que se van sucediendo cada día por toda la geografía del Estado.

Decir que no es la primera, y que viene precedida del clamoroso éxito del año pasado, ya da una pista importante de por dónde van los debates este año. A la pregunta de qué tipo de huelga es ésta que se autodefine feminista, ya tenemos un montón de respuestas, basadas en la propia práctica y en la experiencia. No sólo por los éxitos, sino también por los agujeros que se fueron vislumbrando. Se plantean, con bastante fluidez y argumentario, los cuatro ejes de movilización y huelga: cuidados, consumo, laboral y estudiantil. Señalemos que este es el paraguas común de todas las convocatorias desde las diferentes Asambleas y Coordinadoras. Después existen concreciones o desarrollo diferentes. El llamamiento a la huelga es de 24 horas, el día 8 de marzo, de 12 a 12. La mayoría de los llamamientos hacen un especial hincapié en el tema de los cuidados y la tareas de los hogares. El inicio de la huelga a las 12 horas, en mucho sitios, va a tener especial relevancia, para llamar la atención sobre esos millones de horas nocturnas, que ocupan las mujeres, en múltiples trabajos, como las trabajadoras del hogar y a asistentas domiciliarias, la trabajadoras sanitarias, las trabajadoras sexuales, y también en las tareas de cuidados.

Como muestra del llamamiento, transcribo el que aparece en la página de M.8 Greba feminista, del Movimiento Feminista de Euskal Herria:

El 8 de marzo, mujeres, trans y bolleras dejaremos de realizar todo tipo de trabajos, tanto remunerados como no remunerados y tomaremos las calles. Con la huelga feminista queremos poner la vida en el centro frente a la violencia, la desigualdad, la precariedad, los modelos de sexualidad hegemónicos, la división sexual del trabajo, el modelo de consumo, la familia patriarcal, la jerarquía de los saberes, el racismo, el canon de belleza y todas las opresiones

El lugar en el que estamos

El momento político en el que nos situamos, creo que se merece una pequeña referencia, por no decir grande. Que dé la puñetera casualidad de que estamos en un momento importantísimo en el ámbito de la política en el Estado Español entiendo que nos sitúa un poco más lejos de los focos mediáticos –lo cual también tiene sus partes buenas- y un poco más cerca o cerquísima de los focos políticos institucionales.

El hecho de que ahora mismo se esté celebrando el proceso político contra el Procés por el 1-O, donde se juzga a diez políticos y políticas catalanes, cualifica sin duda eo momento. A su vez, este juicio se ha convertido en un referendo popular contra el régimen del 78 –sobre todo en Catalunya, obviamente- en su vertiente represiva para mantener la unidad de España a costa de la negación de la existencia de los pueblos y naciones y de su derecho a la soberanía y autodeterminación, lo que ocupa las calles, la movilización, la protesta, la solidaridad, el apoyo..... También tiene contramovilizaciones de la derecha españolista y favorece la creación de un espacio o de una excusa para que los tres partidos derechistas disparen sus amenazas más ultras.

¿Es un buen momento para nosotras, las organizaciones feministas, que también estamos ocupando las calles contra el patriarcado, arremeter contra este sistema que nos niega tantos derechos y nos arrincona en la precariedad? Por otro lado nuestro feminismo está en el ojo de mira de los tres partidos de la derecha, que no paran de amenazar con todo tipo de atropellos en el derecho a decidir de las mujeres, por ejemplo, en los temas de sexualidad y maternidad.

A este tema importante en el ámbito político y de la movilización, tenemos que añadir el esperado tema de la contienda electoral para el 28 de abril, cuya campaña ya ha empezado, en sus elementos más agresivos. Ahora sí que empieza a haber presiones de todo tipo y ofertas y promesas bastante barriobajeras para, en nuestro caso, evitar que la trilateral de la derecha española, repita mayoría con paseillo, al igual que lo hizo en Andalucía.

A mi entender no nos podemos poner de lado en este lugar asignado, pero tampoco somos las responsables de lo que pueda pasar ni vamos a sucumbir ante las promesas de un mundo mejor si algunos de ellos llegan al poder, poder, donde por otra parte, ya han estado. Hay una crisis política institucional relativamente importante, y los que se denominan constitucionalistas están en la base y en el origen de esa crisis. Hay una crisis más general, sistémica la llamamos, y los que apoyan el actual orden europeo y aplican las políticas neoliberales y coloniales -incluida con mucho énfasis la negativa a la entrada de personas migrantes en nuestro territorio- están en su creación y en su entusiasta mantenimiento.

El lugar que estamos creando

Lo dicho anteriormente es general para todo el Estado. Todas estamos afectadas por este cambio. Algunas se han sentido incluso muy afectadas por el triunfo de la derecha y de la llegada de Vox a las instituciones, por lo que han realizado movilizaciones en su contra, debido a la amenaza que puede suponer este partido, en triunvirato con los otros dos.

A partir de lo señalado, el diseño de la huelga feminista, está siendo muy diferente en las localidades concretas. Así que es difícil hacer una única crónica, pues no existen ni lemas únicos, ni acciones comunes, ni siquiera discursos iguales. La confluencia es muy importante y se da en el llamamiento a la huelga feminista durante todo el día del ocho de marzo. Las manifestaciones a la tarde, serán como han sido históricamente, punto también de coincidencia. A partir de ahí, la diversidad que caracteriza a estas movilizaciones es una de las señas de identidad.

En Euskal Herria que es lo que más conozco, se funciona con una organización nacional propia, “Euskal Herriko Mugimendu Feminista” (Movimiento Feminista de Euskal Herria) que, por ejemplo, ha seleccionado un lema, tiene una página propia y ha elaborado un dossier amplio, de fundamentación y análisis. Después de forma muy descentralizada, mucho más, por ejemplo que el año pasado, se realizan convocatorias unitarias para realizar asambleas por pueblos, barrios, zonas, centros de estudios, de trabajo o zonas de trabajo,..... y un largo etcétera. Todo ello para organizar movilizaciones previas, y el propio 8 de marzo. En los tiempos de que corren las redes sociales son un instrumentos fundamental para la coordinación y la difusión.

Desde las primeras reuniones mantenidas para organizar la huelga, ha habido un planteamiento muy generalizado de apostar por una profundización del discurso político. Se ha repetido con frecuencia que una movilización así requiere de una politización importante. Había alguna sospecha de que la elaboración del año pasado, en los elementos más ideológicos, que fueron realmente elaborados y complejos, se traducían luego con demasiada simplicidad y reduccionismo en el paradigma de la igualdad. Todo lo que se hacía, se movilizaba, se gritaba y se agitaba, se reflejaba bajo el paraguas de la luchas de las mujeres por la igualdad. Y evidentemente no era eso. Además, todos los esfuerzos que se hacen, de forma consciente y constante, para incluir, para agregarnos, para sumarnos, para estar todas concernidas, se diluyen en una consigna que realmente no significa mucho, y de donde se excluye de un plumazo, a mujeres racializadas e inmigrantes, a mujeres con diversidades, a mujeres trans, a trabajadoras sexuales,.... y un largo etcétera que se condensa en la expresión de un sujeto plural, que tiene en cuenta la interseccionalidad.

En un debate que ha sido más largo y complejo que lo señalado, y que se ha hecho en muchos sitios, se han ido definiendo los lemas. En Euskal Herria, además de Emakumeok planto!, que es el genérico, que ya se utilizó el año pasado, se ha introducido el siguiente: “Contra el hetero-patriarcado-capitalista, las mujeres nos plantamos”. Y también se ha añadido, en muchos casos y con guión el adjetivo de racista. También se puede leer en la propaganda, de forma constante la expresión de la centralidad de la vida, para reforzar el eje de los cuidados y las vidas sostenibles.

Transcribo a continuación parte del índice del dossier para que se vea cómo quedan los diversos capítulos, que son en realidad los lemas del 8 M

¿QUÉ PEDIMOS?

No a las vidas precarias

Vidas diversas libres de violencia machista y heteronormativa.

Vidas sin racismo y guerras

Defendamos nuestro y territorio ante el colonialismo,

¿ANTE QUÉ NOS PLANTAMOS?

Planto al capitalismo

Planto al patriarcado

Planto a la heteronorma

Planto al colonialismo

Planto al capacitismo.

Existe una plataforma a nivel estatal, que para este 8 de marzo ha realizado dos encuentros, el último en Valencia el pasado mes de enero, con página propia, que ha trabajado ampliamente los temas. Por lugares concretos se van elaborando argumentarios, consignas, propuestas, reivindicaciones, acciones,.... Evidentemente no es un sitio de representación y de decisión que afecte a los grupos o Asambleas de localidades, pero sí es un espacio de debate y de reflexión interesante que termina con aportaciones muy completas.

Como resumen de la situación de este trabajo previo al 8 de marzo, creo que se puede decir que tiene por delante un gran trabajo organizativo, que ha ido reuniendo a miles y miles de mujeres realmente pringadas en esta tarea, y está realizando una labor de extensión muy interesante.

A veces, hay que señalarlo, el activismo y la organización comen algunos espacios del debate y de la elaboración y se quedan cuestiones colgando en las asambleas, que posteriormente van siendo realizadas en comisiones más reducidas y transmitidas mediante las redes sociales. Hay tensiones entre la organización asamblearia y las diferentes comisiones y coordinaciones que estructuran la actividad. La riqueza y diversidad de una asamblea y de los debates abiertos, es difícilmente trasladable al papel, al manifiesto, a la lectura del comunicados, a la rueda de prensa. Los acuerdos y consensos, no siempre se realizan dentro de la asamblea. Y hay que tener en cuenta que esta actividad no está exenta de intervenciones y presiones por parte de sectores ajenos a la propia estructura. Los medios de comunicación son un ejemplo constante, que no paran de transmitir lo que entienden que ocurre y de ejercitar su derecho a informar. Necesitan opiniones de forma urgente en una labor trepidante y las feministas organizadoras necesitan que se transmitan sus planes, sus reflexiones y sus reivindicaciones. Sin embargo los tiempos no siempre coinciden. La asamblea general requiere de unos tiempos de consolidación y funciona en una temporización en cascada, para ir desarrollando el trabajo en las sucesivas asambleas y grupos locales. No se trata de transmitir lo decidido. Se trata de conformarlo y adaptarlo.

Algunas nos acordamos de un escrito que recorrió nuestras asambleas setentitas y ochentistas, con el significativo título de “La tiranía de la falta de estructuras”, escrito por Jo Freeman. Es claro que la asamblea no preserva por sí misma de la toma de decisiones en su puridad democrática más extrema, y esconde muchas veces tensiones y estrategias que no se pueden visibilizar por la falta, precisamente, de una estructuración precisa.

Sin embargo se sigue manteniendo y con fuerza que es la asamblea el paradigma de la organización. Hay que hacer esfuerzos por estructurarla y coordinar y resolver las tensiones que existen, en su mismo seno principalmente. Y hay también que pensar a futuro, el futuro de mañana y pasado mañana. Pasado el 8 de marzo, ¿tendremos un nuevo movimiento feminista que ya se está organizando con nuevos parámetros y estructuras donde la masiva confluencia está siendo imparable?. De momento tenemos una gran movilización, gigante, con nuevas incorporaciones por cientos de miles. Seguimos dando pasos en la organización y en la creación de movimiento. Continuamos construyendo un sujeto, cada vez más plural, con unas reivindicaciones cada vez más dirigidas contra el núcleo del heteropatriarcado, contra el capitalismo, contra el colonialismo.

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