La fruta primero madura y, luego, cae. Con un poco de suerte, y siguiendo con los ritmos naturales, se pudre tras haber sido aprovechada por los gusanos. La semilla quizá sea vana y será mejor así. Otra remesa de fruta podrida puede echar a perder esta democracia light. 500.000 expedientes pendientes en los juzgados madrileños pueden llevar a pensar que dónde quedó la justicia. Sale a cuenta el proceder de la fruta podrida. Entre idas y venidas, aplazamientos, citaciones... cuando llega el día del juicio ni el fiscal se acuerda a qué había ido.