Marx siglo XXI
 
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Siete preguntas difíciles: Problemas de la autogestión yugoslava
Michael A. Lebowitz

1. El año pasado, en el encuentro de solidaridad, hablé de unas lecciones de la autogestión yugoslava. Identifiqué las características básicas de la autogestión (cómo había cambiado durante los últimos 40 años) y unos aspectos positivos y negativos. Esa ponencia ha sido traducida y está disponible para todos los que están aquí.

2. Durante el último año, mucho ha cambiado en Venezuela. El año pasado la idea de gestión obrera, la autogestión, la cogestión, la producción por productores asociados, fue básicamente una demanda y un sueño. Ahora, se está haciendo realidad con los pasos ya tomados por Invepal, Cadafe, Cadela, Alcasa, y esperamos luego que hayan otros casos. Eso significa que hay que prepararse para enfrentar los problemas reales que genera la gestión obrera.

3. Para poder pensar en esos problemas, hoy quiero enfatizar los aspectos negativos de la autogestión yugoslava. Específicamente, quiero hacerles siete preguntas difíciles respecto a la experiencia de autogestión yugoslava. Creo que es importante entender los problemas que allá se originaron ya que pueden aparecer aquí también y, tal vez, podrían ser más graves. Si aquí aparecieran, caben tres posibilidades:

a) que los problemas no sean resueltos y el fracaso desacredite la auto-gestión;
b) que los problemas sean resueltos por los mismos obreros;
c) que los problemas sean resueltos por otros.

4. Antes de hablar de los problemas, déjenme insistirles en que yo estoy convencido que la gestión obrera es la única verdadera alternativa al capitalismo. Cuando los obreros cooperan en la producción y entienden que no son los dueños del capital sino los propios obreros quienes deben beneficiarse de su actividad, la gestión obrera puede demostrar que es una forma superior de organizar la producción, por muchas razones:

a) Sin la explotación capitalista, se produce una tendencia hacia la cooperación entre los trabajadores para cumplir sus responsabilidades e irse orgullosos de su trabajo, en vez de hacer lo menos posible.
b) El conocimiento que los obreros poseen sobre mejores maneras para hacer los trabajos, conocimiento no compartido con capitalistas, ahora puede ser utilizado para mejorar la producción en el corto y largo plazo.
c) No hay que gastar en pagar supervisores y capataces para obligar a los demás a trabajar duro; y en la medida en que la producción capitalista ha sido organizada no para ser más eficaz sino para facilitar la supervisión, ésta y otras características irracionales del capitalismo ya no serán necesarias.
d) La gestión obrera ofrece la posibilidad de combinar el pensar con el hacer: de acabar con la división en el lugar de trabajo entre los que piensan y los que hacen. Ofrece la posibilidad de que todos los obreros pueden desarrollar sus capacidades y potencialidades. Por lo tanto, la gestión obrera puede fomentar una mayor productividad e innovación.
Toda la discusión acerca de los problemas en la autogestión yugoslava hay que colocarla en el contexto adecuado: hay que recordar que, en algún momento, en Yugoslavia fue un éxito. Fue mirada como una alternativa tanto por las sociedades estatistas del Este como por las sociedades capitalistas del Occidente. Durante los años 50, cuando la autogestión fue introducida, la economía yugoslava creció rápidamente; y aunque declinó luego, la tasa de crecimiento se mantuvo relativamente alta en los años 60 y 70. Durante esas décadas, Yugoslavia se industrializó, pasó a ser de una sociedad primariamente agrícola campesina a un país que exportaba productos manufacturados hacia Europa occidental.

5. Sin embargo, como ya señalé, existían problemas. Voy a empezar con uno que traté en mi ponencia el año pasado: la brecha entre lo que los consejos de obreros podían hacer, en teoría, y lo que realmente hicieron. En 1950, cuando el mariscal Tito introdujo la nueva ley sobre la autogestión obrera, reconoció que el obrero yugoslavo estaba atrasado y que muchos trabajadores temían tener problemas para aprender las técnicas complicadas de la gestión de las fábricas y otras empresas. Sin embargo, Tito respondió que no era posible esperar hasta que todos tuviesen una educación. “A través del mismo proceso de trabajar y gestionar, el obrero podía ganar la experiencia necesaria. Iba aprendiendo no sólo el proceso de trabajar, sino también los problemas de sus empresas. Los obreros no sólo pueden aprender a sacar cuentas, de cuánta materia prima necesitan y cuánto pueden ahorrar; aprenderán cuanto capital necesitan acumular para invertir en su empresa y cuánto del excedente puede ser usado para aumentar su calidad de vida.”

6. Ahora, como expliqué el año pasado, los obreros yugoslavos lograron estar bien informados sobre sus empresas y muchos llegaron a tener experiencia como miembros de consejos de obreros en el nivel local y empresarial. Sin embargo, algo que Tito presumió que pasaría, no pasó. En 1975, 25 años después de que la nueva ley fue aprobada, un escritor yugoslavo, Jose Goricar, describió la brecha entre los obreros y los gerentes y expertos, de la siguiente manera:

7. Producto de una diferenciación funcional, una jerarquía de conocimiento y pericia, o como consecuencia de las operaciones industriales monótonas o atomizadas que ofrecen al obrero […] pocas oportunidades para desarrollarse, al cumplir sus responsabilidades, cualquier libertad de pensamiento, imaginación y capacidad para innovar. Si sumamos a todo esto la larga y agotadora jornada de trabajo, tenemos todas las circunstancias que representan obstáculos a la participación más intensiva del obrero en la gestión en su lugar de trabajo.

8. ¿Que pasó? Aunque miembros de los consejos de obreros tenían el poder para decidir cuestiones críticas como inversiones, publicidad y producción, no sentían que tenían la capacidad para tomar esas decisiones, en comparación con los gerentes y expertos. En muchas empresas, los consejos de obreros se limitaron a las decisiones de la gerencia. (Los gerentes no participaban en la decisión sobre los ingresos de la empresa, aunque tenían el interés común de hacerla exitosa). Los consejos de obreros pasaban mucho tiempo discutiendo temas que se sentían capaces de decidir, como los ingresos. Y cuando echaban la culpa a los gerentes, porque los resultados no eran los esperados, éstos respondían: “Ustedes tomaron las decisiones”. Los obreros rechazaban esa respuesta. Muchas veces dijeron: “Hacemos nuestro trabajo bien, ustedes también deberían hacer bien su trabajo”. En ocasiones, los consejos de obreros despidieron gerentes ineptos. En estos casos, funcionaron como un electorado descontento con su gobierno, pero no como el gobierno mismo.

9. ¿Cómo podemos evitar esa situación, esa brecha entre los expertos y los obreros? 25 años después de la introducción de la gestión obrera, la brecha todavía existía. Goricar dijo que se debía al bajo nivel de desarrollo y que los obreros necesitaban educarse. Pero, al hablar del día de trabajo monótono y largo, Goricar revela el obstáculo que hacía difícil la autoeducación de los obreros.

10. Yo sugerí que el problema básico fue la falta de educación en el lugar de trabajo. ¿Por qué no hicieron una parte de la jornada de trabajo el estudio de contabilidad, publicidad, etcétera? Y no algo que tenían que añadir al final de un día agotador. Se trata de una redefinición del trabajo para incluir la formación de los trabajadores que se requieren.

11. Obviamente, eso incluye la expansión del día de trabajo no tradicional y la rebaja del día de trabajo tradicional, lo que implica la necesidad de aumentar la productividad y eficacia. Las empresas autogestionadas en Yugoslavia no lograron hacer eso. ¿Y el resultado? En muchas empresas, los obreros tenían el poder según la ley, pero no lo podían ejercer en la práctica.

12. Redefinir el trabajo y el día de trabajo es apenas una posibilidad para resolver ese problema. Hay que preguntarse cómo hacer para que la autogestión se realice en todo su potencial. La primera pregunta que les quiero hacer entonces es ¿cómo podemos destruir la división dentro de la empresa entre los que hacen y los que piensan?

13. Ahora cambio un poco el tema hacia una serie de problemas relacionados con el papel que tocó jugar a la autogestión yugoslava en la economía. ¿Qué pasó, por ejemplo, cuando la demanda para los productos que hicieron bajó? Sabemos lo que pasa en el capitalismo: si no es rentable vender un producto, se despide a las personas, las dejan sin trabajo. Eso no pasó en las empresas yugoslavas: ¿cómo podrían despedir un miembro de su colectivo?

14. Entonces, las empresas seguían produciendo, aún sin ventas; produjeron sólo para el inventario. Ahora, hablando de la estabilidad de la economía entera, en comparación con el capitalismo, esto no es problemático porque se mantienen los ingresos y la recesión no se profundiza como resultado del desempleo. Sin embargo, las empresas tenían que pagar los sueldos a los obreros y comprar también las materias primas. ¿Cómo hicieron todo eso sin encontrar graves problemas financieros? Pues, pidieron préstamos de los bancos para sobrevivir esos tiempos difíciles. Y los bancos, que muchas veces eran una combinación de empresas autogestionadas y gobiernos locales, aprobaron esos créditos. Sin embargo, se creó el problema de la dependencia de las empresas hacia los bancos, y las políticas liberales de éstos contribuyeron a la inflación.

15. Esos eran problemas, pero, ¿cuáles eran las soluciones? Una segunda pregunta es, entonces: ¿qué debería hacerse en una empresa gestionada por los obreros cuando las ventas disminuyen?

16. Voy a explicar eso a través de otra característica de la autogestión yugoslava. Existía la solidaridad entre obreros dentro de las empresas, pero no la solidaridad entre las empresas. Después de visitar Yugoslavia en 1959, el Che Guevara dijo que las ganancias de las empresas eran divididas entre los obreros de cada empresa, pero que éstas luchaban fuertemente con sus competidoras en áreas como precios y calidad. Y, según él, esa competencia representaba una amenaza seria, porque dicha competencia podría introducir factores que distorsionaran el espíritu socialista.

17. Sí; en definitiva, hubo una falta de solidaridad entre los obreros de empresas competitivas; pero eso no fue el único problema, también duplicaron sus inversiones. Las empresas invirtieron y lucharon para controlar el mismo mercado, un resultado fue la tendencia hacia la saturación en muchos sectores (especialmente en los años 70 y 80). Y eso hizo más vulnerables a las empresas y las hizo más dependientes de los bancos. Entonces viene la tercera pregunta: ¿qué papel debe jugar la gestión obrera en la competencia entre obreros de distintas empresas?

18. La solidaridad entre los obreros en una empresa tenía otra cara. Los obreros en Yugoslavia querían aumentar el ingreso de los obreros en su empresa (en el corto y largo plazo). Entonces su tendencia fue hacia la inversión en tecnología moderna-intensiva. Eso tuvo un impacto bastante bueno: resultó en aumentos significativos en la producción. Pero el impacto negativo fue que esas inversiones no generaron muchas fuentes de nuevos puestos de trabajo. Cuando la gente se mudara hacia las ciudades buscando ingresos más altos, no podían encontrar trabajos; el resultado fue la cesantía o la migración hacia Europa occidental.

19. En los años 50, el problema de la generación de nuevos puestos de trabajo lo resolvieron cobrando impuestos cobrados a empresas para crear nuevas empresas autogestionadas. Pero, eso no fue bien acogido por los obreros en las empresas existentes: según ellos, esos impuestos hicieron imposible las inversiones que se necesitaba hacer. Según ellos, no había autogestión si el estado no permitía que los consejos de obreros controlaran su ingreso. ¿Cómo era posible que los obreros mantuviesen el poder si un estado estalinista explotaba las empresas y tomaba las decisiones importantes? En los años 60, el papel del estado federal fue reducido substancialmente: los impuestos que se cobraba a las empresas bajaron, el papel del Estado y las inversiones se redujeron, y el desempleo subió. Ese problema nos presenta la cuarta pregunta: en una empresa autogestionada, ¿qué responsabilidad tienen los obreros frente a los cesantes y los excluidos? ¿Quién es responsable de crear nuevas fuentes de empleo?

20. Más allá del desempleo que surgió en los años 60, también aumentó la desigualdad entre empresas y, por lo tanto, entre obreros de las distintas empresas. Y, no fue necesariamente porque los obreros en empresas ricas lo merecían. Uno podría hacer exactamente el mismo trabajo en dos distintas empresas y ganar un sueldo diferente sencillamente porque una de las empresas era en una industria más rentable o porque tenía el monopolio de un producto, etcétera. Hubo un dicho en Yugoslavia: “no es el trabajo que haces sino donde lo haces.” Los obreros de las empresas pobres pensaban que era injusto y miraban con envidia como los sueldos de los obreros de las empresas ricas iban subiendo. Por eso respondieron distribuyendo una mayor parte de las rentas de la empresa como ingreso personal. Entonces para hacer las inversiones necesarias dependían de los bancos, ósea las empresas pobres se volvieron más dependientes de los bancos.

21. Pero acuérdense, muchas veces las empresas ricas tenían un interés en los bancos. Cuando yo empecé estudiar la auto-gestión yugoslava, me preguntaba si esas relaciones entre las empresas ricas y los bancos creaban problemas entre las empresas ricas y las pobres. En 1978 cuando me reuní con un miembro del Comité Central de la Liga comunista y le pregunté: ¿No ocurre que las empresas ricas usen su influencia en los bancos para presionar a las empresas pobres que necesitan créditos? Y me respondió “¡Sí, es terrible!, Conocemos unos casos donde las empresas pobres se ven obligadas a vender a precios bajos a las empresas ricas para poder recibir créditos del banco.” Ahora, acuérdense, esas no eran firmas capitalistas – eran empresas auto-gestionadas en las cuales los obreros recibieron el ingreso. La situación me asustó y fue mucho peor todavía. Pues le pregunté: “¿Qué hace la liga de comunistas para enfrentar esa situación?” Y me respondió: “Les decimos que eso no va a favor de los intereses de la clase obrera. Tratamos de convencerles de hacerlo, pero no les obligamos a hacer nada, no es nuestro papel.” Luego tuvimos una discusión interesante sobre Antonio Gramsci y la idea del partido como un intelectual orgánico.

22. Pero sí había un problema: las empresas individuales obviamente no podían tomar las decisiones considerando los intereses de la clase obrera entera, el estado no lo podía y el partido no lo haría. El resultado fue el aumento de la desigualdad entre empresas y que, aupada la idea de la autogestión, la solidaridad bajó y los privilegios de algunos aumentaron. Surge así la quinta pregunta: ¿en un sistema de autogestión obrera, quién asume la responsabilidad de toda la clase obrera?

23. Esa es definitivamente unas de las preguntas claves. Pero, permite añadir otro problema que se deriva de la autogestión en Yugoslavia. Como señale, las empresas más débiles empezaron depender de los bancos. En algunos casos, incluso pidieron créditos no sólo para inversiones sino también para aumentar los ingresos de los miembros de sus colectivos.

24. Eso era completamente contrario a la teoría de producción socialista, según la cual los ingresos de los obreros deberían venir de las ventas de su empresa. Pero, junto a los directores de los bancos estaban los representantes de las empresas autogestionadas y del gobierno local –la comuna. Y los representativos de la comuna decían: “Dénles el crédito porque si no, la empresa va a quebrar y será la comuna la que será responsable de cuidar de los obreros.”

25. Es decir, existían razones para mantener firmas débiles –para evitar el problema del desempleo y otros problemas que ocurren con la quiebra de una empresa. Pero eso produce algo que los economistas llaman “la suave restricción del presupuesto”: la idea es que si una empresa sabe que será rescatada no tiene por qué hacer los cambios necesarios. Por ejemplo, en vez de aumentar su eficaz o dejar de producir productos que hacen a la empresa más débil, gasta más energía procurando amistades con políticos para que cuideán la empresa. ¿Es eso racional para la economía? En el caso de Yugoslavia, intentaron resolver el problema combinando empresas débiles con empresas fuertes; el resultado fue la racionalización y reorganización de las empresas débiles sin generar desempleo, pero la expansión de grandes y complejas empresas pudo haber bajado la influencia de los obreros en el proceso. Entonces llegamos a una sexta pregunta: ¿debe permitirse la quiebra de empresas autogestionadas por los obreros?

26. Consideraba la experiencia en Yugoslavia. Comportándose de acuerdo con sus propios intereses, obreros en empresas individuales en Yugoslavia tuvieron éxito en demostrar que los capitalistas no son necesarios, que los consejos de obreros pueden motivar a gerentes y especialistas técnicos para que tomen decisiones de acuerdo con los intereses de todos y que esas empresas tienen la tendencia hacia la introducción de nueva tecnología que aumenta la productividad y ingreso por obrero. Esa fue unas de las lecciones más importantes de la experiencia yugoslava y es una de las más importantes de demostrar aquí.

27. Pero Yugoslavia también demostró que el interés personal dentro de una empresa individual no es suficiente. Demostró que la solidaridad dentro de una empresa puede no significar solidaridad con la sociedad y que la incapacidad de resolver problemas en esa relación puede poner límites reales al desarrollo de la gestión obrera. El interés individual dominaba hasta las conexiones que intentaron crear entre los obreros de distintas empresas, entre obreros de varios sectores, entre productores y comunidades. Lo que hacía falta era la solidaridad dentro de la sociedad entera.

28. Y el resultado fue el desempleo, el aumento de la desigualdad, la envidia, la inflación, el surgimiento de tensiones entre las etnias, y, finalmente, la incapacidad de unirse para enfrentar a las fuerzas extranjeras. La incapacidad de fomentar solidaridad en la sociedad la hizo vulnerable a las presiones del capital financiero y la intervención imperialista. Yugoslavia tenía características únicas en términos de las diferencias religiosas y étnicas y una brecha grande entre los niveles económicos de las diferentes repúblicas. Sin embargo, cuando las diferencias no son superadas a través de un proceso que fomente la solidaridad, quedan allí para ser explotadas.

29. Piensen en las preguntas que yo les he hecho:

a. ¿Cómo podemos destruir la división dentro de la empresa entre los que hacen y los que piensan?

b. ¿Qué debería hacerse en una empresa gestionada por los obreros cuando las ventas disminuyen?

c. ¿Qué papel debe tener la gestión obrera en la competencia entre obreros de distintas empresas?

d. En una empresa autogestionada, ¿qué responsabilidad tienen los obreros frente a los cesantes y los excluidos?

e. ¿En un sistema de autogestión obrera, quién tiene la responsabilidad de la clase obrera entera?

f. ¿Debe permitirse que quiebren empresas gestionadas por los obreros?

30. Con la excepción de la primera pregunta que trata sobre la brecha entre los expertos y los obreros, todas las demás son variaciones de un solo tema: ¿Cuál es la relación entre una empresa gestionada por los obreras y la sociedad entera? O sea, son preguntas a partir de la idea de que hay una separación entre la empresa gestionada por los obreros y la sociedad entera. Lamentablemente, en una sociedad en la cual aproximadamente 50 por ciento de la clase obrera está en el sector informal y se estima que la pobreza llega hasta 80 por ciento de la población, la división entre una aristocracia obrera en ciertas industrias y la mayoría de los trabajadores es muy posible. Y hay que recordar los problemas que tal tipo de división puede generar.

31. Si no partimos de la premisa de una separación entre las empresas gestionadas por los obreros y la sociedad, estas preguntas difíciles toman un cariz muy diferente. Por ejemplo, si las ventas de una empresa gestionada por los obreros bajan, obviamente no debe continuar produciendo productos para los cuales no hay una demanda. Pero, hay que encontrar los productos que la comunidad necesita y que la empresa puede producir. Y la comunidad local debe tener muchas necesidades a las cuales los obreros pueden dedicarse mientras no haya demanda para sus productos. De la misma manera, ¿por qué los obreros, en cualquier empresa, no deberían tener más responsabilidad para los cesantes que la sociedad entera? Y los intereses de la clase obrera, ¿no deberían interesar a todos los obreros?

32. La pregunta clave entonces es cómo evitar el problema que caracterizó la autogestión en Yugoslavia: la falta de solidaridad dentro de la clase obrera. Claro que el estado puede tomar responsabilidad para cobrar impuestos y utilizar los recursos para generar empleo y reducir la pobreza. Sin embargo, el ejemplo yugoslavo demuestra que si los obreros creen que sólo ellos merecen ingresos de su empresa, es fácil que vean el estado como ajeno, ineficaz y explotador.

33. Eso nos trae a la séptima pregunta: ¿cómo es posible incorporar, a esas empresas, la solidaridad entre las empresas gestionadas por los obreros y la sociedad entera?

34. Es posible que los obreros incorporen en sus discusiones consideraciones sobre las necesidades de la comunidad, y no sólo su comunidad inmediata, sino también las más lejanas? Claramente, un desarrollo hacia eso es todo un proceso. Y es el proceso señalado en la Constitución Bolivariana. Como dice el artículo 135: “Las obligaciones que correspondan al Estado, conforme a esta Constitución y a la ley, en cumplimiento de los fines del bienestar social general, no excluyen las que, en virtud de la solidaridad y responsabilidad social y asistencia humanitaria, correspondan a los particulares según su capacidad.”

35. Con la idea de utilizar el planeamiento democrático local para conectar las necesidades de comunidades a las capacidades de productores autogestionados, la Constitución Bolivariana expresa un modelo económico alternativo: uno marcado por los conceptos de justicia, igualdad, solidaridad, democracia y responsabilidad social. Con esos principios constitucionales como guía, yo sugiero que pueden evitarse muchos de los problemas que plagaron el modelo yugoslavo, especialmente aquellos que resultaron de su enfoque en auto-interés en vez de los intereses de la clase obrera en general.

15 abril 2005

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