Marx siglo XXI
 
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Crisis del capitalismo y sujetos que actúan

Julio C. Gambina

Ponencia presentada en el II Encontro Internacional Civilização ou barbárie - Os desafios do mundo contemporâneo. Serpa 2007, 5, 6 y 7 de octubre.

I- Introducción

Con la crisis financiera en curso reaparece el lenguaje de la crisis económica, y con él un debate en torno a la crisis del capitalismo. Los ciclos económicos han sido estudiados y se pueden verificar en la historia económica de cada país y en el sistema mundial en su conjunto. Auge, depresión, crisis y recomposición. La consideración de la crisis capitalista debe concentrarse, más allá del ciclo, del sube y baja de los datos de la economía, en los límites establecidos para la valorización del capital y al accionar contradictorio de sujetos concretos que permiten restablecer la dinámica de la valorización capitalista, o la transformación revolucionaria (o por lo menos el intento) de la sociedad. Son problemas teóricos y políticos que es necesario abordar.

Desde el punto de vista teórico, desde el origen de la Economía Política hasta la emergencia del keynesianismo, la hegemonía intelectual en la disciplina asentaba su paradigma en una concepción por la libertad de mercado y la iniciativa privada. La crítica de la Economía Política sustentada por Marx hace 150 años (1) motivó la renovación del paradigma desde la escuela clásica a la neoclásica. Del valor objetivo al subjetivo; del valor de cambio al valor de uso; de la Economía Política a la Economía “pura”; del análisis dinámico de lo histórico a la estática del equilibrio; de ciencia social a matemáticas. De Smith (1776) y Ricardo (1817) a Menger (1871) y Marshall (1890)(2). La crítica para inducir la intervención del Estado capitalista fue sostenida por Keynes (1936) después de 160 años de publicada la Riqueza de las naciones (1776).

Se cerraba el ciclo ideológico de confrontación con el Estado, que en origen sustentaba la lucha contra el absolutismo. Estamos aludiendo a la concepción del “dejar hacer” a la mano invisible del mercado, tan cara al pensamiento clásico. Es que la emergencia del capitalismo diferenció la esfera de los negocios (economía) de la política concentrada en el monarca (Estado absolutista) abriendo camino a la constitución de los Estados Nación. La tesis que sustento es que aquella prédica contra el viejo régimen político continuó inspirando ideológicamente a los continuadores de Smith hasta la crisis de Wall Street en 1929. Luego de la crisis de 1930 se trataba de defender el capitalismo con la intervención del Estado capitalista, en tiempos en que la práctica de la política económica de varios Estados sustentaba la intervención directa en la cuestión económica (p.e Italia y Alemania y en otro sentido Rusia primero y después la Unión Soviética). De la negación del Estado (absolutista) a la afirmación del Estado (otro Estado, el capitalista). Podemos aludir como síntesis que se trata de la negación de la negación en clave dialéctica. Desde el punto de vista teórico, el capitalismo otorgaba nuevamente sentido sistémico a una forma de organización económica de la sociedad.

La ruptura keynesiana se sostuvo por medio siglo(3) y la respuesta teórica se sustentó en una vuelta a la fuente liberal. Si antes neoclásicos, ahora neoliberales(4). Del análisis de la producción a la subordinación monetaria, el rescate de la teoría cuantitativa del dinero y los vínculos con la Ley de Say, por Jean Baptiste Say (1803). Milton Friedman recibe el Nobel de Economía en 1976 y sus teorías de actualización de la teoría monetaria iniciados desde 1956 siguiendo la tradición de la escuela de Chicago, se ensayan en el sur de América Latina con las dictaduras militares de Chile (1973) y Argentina (1976) y se generaliza con la restauración conservadora en Gran Bretaña (1979) y EEUU (1980) para generalizarse desde entonces al conjunto del sistema mundial, especialmente luego de la ruptura del orden bipolar en la última década del Siglo XX.

Cada ruptura epistemológica en el recorrido entre clásicos, neoclásicos, keynesianos y neoliberales, en tanto corrientes teóricas principales de validación del sistema capitalista, expresa un conjunto de ideas para otorgar sentido consensuado al orden social vigente, amenazado en cada momento histórico por opciones políticas que desafiaban el statu quo.

Con Marx se desafía a la escuela clásica y con el intento por el socialismo desde la revolución rusa se confrontaba con los neoclásicos y es la causa de la adecuación teórica y de ruptura propuesta por el paradigma keynesiano. La crítica a la Economía Política keynesiana tuvo límites derivados de la práctica histórica concreta en la construcción (estatalista) del socialismo realmente existente en el este de Europa y las vicisitudes del movimiento revolucionario mundial (mayoritariamente subordinado a la lógica de construcción socialista en un solo país), especialmente en el pensamiento económico. Un capítulo aparte puede destacarse especialmente en el pensamiento crítico latinoamericano de los años 60´, en articulación con pensadores de otras regiones y que se expresó en la teoría de la dependencia (Theotonio Dos Santos, Vania Bambirra, Ruy Mauro Marini, Orlando Caputo, Gunder Frank), la desconexión (Samir Amin) y posteriormente en las teorías del sistema mundo (Inmanuel Wallerstein, Giovanni Arrighi).

El desarrollo actual de la Economía crítica, o crítica de la corriente principal del pensamiento económico reconoce una disputa entre dos corrientes principales. Aquellos que limitan la confrontación teórica y política con el imaginario neoliberal, en una especie de retorno al paradigma hegemónico durante el keynesianismo y quienes avanzan en la crítica al capitalismo como sistema, y la necesidad de su superación. Son corrientes en disputa pero que conviven en alianzas diversas en la confrontación con la corriente principal(5). Por eso sostenemos que el tema de nuestro abordaje no es solo teórico, sino también político, práctico, histórico.

Es la emergencia del movimiento obrero, como fenómeno fáctico de la lucha de clases, lo que permite a Carlos Marx visualizar el “fantasma que recorre Europa” en 1848 y la necesidad de fundamentar científicamente el proceso de explotación del hombre por el hombre. Ese será el sentido principal de los estudios teóricos del intelectual revolucionario y sus esfuerzos prácticos por organizar al movimiento obrero en la primera internacional. El sujeto de la historia, con Marx, se define por la clase obrera conciente que lucha por la emancipación social; y el socialismo y el comunismo como objetivo y motivación de una sociedad a construir sin explotación. Agreguemos que no es mucho lo que el revolucionario alemán escribe sobre el socialismo o el comunismo a construir, más allá de referencias a la socialización de los medios de producción. Desde la revolución de 1848 a la Comuna de París en 1871 existe una verificación del sujeto proletario en lucha para constituirse en clase hegemónica y dirigente para un nuevo orden social. Ante esa acumulación de fuerza social, política y teórica del movimiento obrero y comunista es que emerge (como respuesta) el pensamiento neoclásico y la renovación y consolidación de los Estados capitalistas para afirmar el ciclo del capital y restringir la capacidad de contestación de las clases subalternas. El resultado de esa estrategia del capital fue la gigantesca concentración y centralización capitalista en la perspectiva del salto imperialista de la dominación monopolista. Existe entonces, una teoría del sistema y su crítica, pero también sujetos en pugnas, los capitalistas contra los trabajadores con sus respectivos pensamientos (teorías) y en ese proceso la construcción del Estado capitalista (que en su seno expresa también la correlación de fuerzas en pugna). Es una relación entre el capital y el trabajo, en una dinámica por la subordinación del trabajo a la lógica de la ganancia y un Estado con la función de lograr consensos entre ambos para favorecer la dominación del capital, quién ejerce la dominación en base social (explotación) y en la superestructura jurídica e institucional.

La confrontación al capitalismo existente es desafiada por la revolución de octubre de 1917 y el sujeto en lucha se define en la alianza entre obreros, campesinos y soldados que intentan la desconexión de la lógica de guerra del imperialismo, constituyéndose en pioneros de la construcción de una nueva lógica del orden social. Puede discutirse a 90 años de los acontecimientos el devenir frustrado de la experiencia, que desde un origen de lanzamiento de un proceso revolucionario global devino en la construcción del socialismo en un solo país y desde allí una práctica que desembocó en la bipolaridad del sistema mundial al finalizar la segunda guerra mundial en 1945 y con duración hasta el derrumbe en la última década del Siglo XX. La práctica del capitalismo se sustentará en la nueva realidad de la competencia económica, política, militar e ideológica con el socialismo en el gobierno (URSS y bloque socialista). Desde el capitalismo se contestó con el Estado de bienestar y el desarrollismo, que fueron respuestas de época para disputar el sentido común de la sociedad mundial, especialmente como forma para frenar la respuesta y el conflicto gestado desde el movimiento obrero. Es una propuesta de clara visibilidad en el orden bipolar que emerge al final de la segunda guerra mundial.

Por su parte, la contestación al capitalismo de la segunda posguerra articula desde la constitución del movimiento por un tercer mundo, la revolución en China, en Cuba y finalmente los movimientos concentrados hacia fines de los años 60´ y que en el plano de la política habilitó a nominar como nueva izquierda a quienes había roto con la tradición tributaria de la revolución rusa para intentar una vuelta al origen, a Marx y un debate que buscaba reflexionar críticamente desde el análisis de los textos inéditos, especialmente los Grundrisse (difundidos recién hacia 1939 y debatidos en años subsiguientes, especialmente entre los 50´ y los 70´). Un debate sobre un Marx viejo y uno joven que contactaba con las búsquedas renovadas de una nueva generación de revolucionarios. La década del 60´ y el 70´ marca el tono de una búsqueda por constituir sujeto en lucha para la contestación al capitalismo y la transformación socialista. Hemos comentado que la respuesta fue la restauración conservadora de cuño neoliberal transitado desde los 80´.

Pero la dinámica de la historia y la resistencia de las clases subalternas no respeta paradigmas clásicos, neoclásicos, keynesianos o neoliberales; ni sus construcciones estatales o de imaginarios de libre mercado, o de intervención estatal; y la resistencia se materializa con sujetos que construyen en su lucha la conciencia del nuevo tiempo. Hemos sostenido en otras ocasiones, que al mismo tiempo que se constituían los sujetos de la restauración conservadora, emergía una respuesta de signo contrario(6). Ese proceso, que inicialmente fue solo respuesta inmediata de rechazo a la iniciativa conservadora de la derecha, se ha constituido ya en esta primera década del Siglo XXI en un intento conciente de disputa por un nuevo orden social. A fines del 2004, Hugo Chávez sostiene en el Encuentro de intelectuales “En defensa de la humanidad”, que el capitalismo no aporta soluciones a los pueblos de América Latina y propone la necesidad del socialismo. El socialismo había desaparecido del imaginario popular ante la derrota de la experiencia histórica durante el Siglo XX, habiendo sido quizá, el logro más importante de la concepción neoliberal: la destrucción de sujetos para el cambio. El socialismo volvía ahora a la discusión(7) de construcción práctica con la propuesta sostenida desde Venezuela, que siendo un suceso nacional se asienta en una dinámica regional que ubica a Latinoamérica y al Caribe como esperanza de cambio revolucionario en el ámbito mundial.(8)

Aludimos a un proceso histórico que articula lucha social y política con la constitución de pensamiento que disputa los intereses contradictorios de las clases y sectores sociales en pugna. Tema de especial interés ante la complejidad de la organización en el capitalismo contemporáneo y donde no alcanza con un enfoque “esencial” de clase contra clase (abstracto), sino que se requiere, a la luz del análisis histórico y los desafíos del presente, identificar adecuadamente los movimientos contradictorios de la sociedad y la reflexión teórica que da cuenta de ello, reconociendo en cada situación del conflicto y el pensamiento a los sujetos que encarnan esa lucha a comienzos del Siglo XXI.

II- De Reagan (1980) a Bush (2007) y la crisis financiera actual

Es con la nueva derecha que EEUU pretenderá superar la crisis capitalista de los 60´ y 70´ que como dijimos tiene su explicación en los límites para potenciar la tasa de ganancia, proceso derivado de la acumulación de fuerzas de las clases subalternas que en la defensa de sus derechos arrinconaron el proceso de valorización del capital disputando la apropiación social del excedente económico. El ataque contra los trabajadores tiene en origen la necesidad de disminuir el costo de producción y para ello había que desmantelar la institucionalidad de protección de los derechos de los trabajadores, tanto como salario directo o indirecto (gasto público). Es así como se consolida una estrategia por el desmantelamiento de la función estabilizadora del Estado entre el capital y el trabajo por éste conquistado.

Pero esta consideración que es válida como tarea y programa principal del capital en el ámbito mundial, adquiere relevancia en la reestructuración del papel del Estado en EEUU para reordenar al interior del país y retomar un lugar de predominio en el sistema imperialista. Es una tarea que se despliega entre Reagan y Bush, pasando por Bush padre y Clinton(9). El crecimiento del sistema socialista (económico y político) entre 1945 y 1990; la articulación demandante del tercermundismo (independencia política de países africanos, p.e.) especialmente en los años 70´; la articulación de ambos fenómenos en la formulación por un “nuevo orden económico internacional” sostenido por amplia mayoría en la ONU(10) y la revolución en Irán (1980) con la potenciación islámica; junto al quiebre del sistema de Breton Woods(11) (hegemonía del patrón dólar) y la disputa por la hegemonía mundial con Europa y Japón; son todos fenómenos que en conjunto desafiaron a la iniciativa del poder imperialista estadounidense por la dominación capitalista. Se constituía así desde EEUU un sujeto concreto para el reordenamiento del sistema global, en disputa con el socialismo y por la hegemonía capitalista. El programa del capital concentrado demandaba el establecimiento de ese orden desafiado por el poder de las clases subalternas bajo diferentes modalidades.

Será clave la cuestión militar en este fenómeno, primero con la política del escudo antimisiles en los finales de la guerra fría, la guerra del golfo a comienzos de los 90´, y finalmente las invasiones sobre Afganistán e Irak. Son fenómenos visibles de una estrategia global de militarización y disciplinamiento de la sociedad mundial al programa del capital en etapa transnacional. Sin estrategia militar, de terror global, no hay posibilidad de capitalismo en el Siglo XXI, y claro que también puede remitirse a la asociación histórica entre violencia y capitalismo, de la que crudamente da cuenta la historia de los pueblos de nuestra América por más de 500 años. Pero lo militar está asociado también a la intervención cultural en la disputa del consenso de la sociedad mundial al tipo de vida definido por la globalización de un consumo estandarizado bajo procesos productivos flexibles y descentralizados. La subordinación de la dimensión cultural a la lógica mercantil pasa por la denominación de “industria cultural” al fenómeno de la creación artística, literaria o científica que obtiene validación, aún efímera, en la lógica del intercambio mercantil. Lo militar y lo cultural como sostén articulado para el mantenimiento del papel del dólar como fetiche dominante del sistema capitalista. No en vano la sola amenaza de canjear el dólar por euro en los cobros del petróleo exportado por Irak le valió a Saddam Hussein el gobierno y la propia vida. Dólar, armas y cultura definen la hegemonía que construye el Estado capitalista más poderoso para definir la hegemonía del sistema mundial y el programa del capital transnacional. Entre otras cuestiones, eso explica la subordinación de otros Estados capitalistas del sistema imperialista e incluso la presión de los capitales transnacionales de cualquier origen para subordinar las políticas locales (nacionales) a las iniciativas por la liberalización de la economía.

No hay dudas de la centralidad de EEUU. La pérdida de la hegemonía en el capitalismo como lectura posible a comienzos de los 80´ ha sido modificada con la iniciativa política, cultural, militar y económica. Es conocido el repunte económico de EEUU bajo la administración Clinton y el aporte para inducir un ciclo de crecimiento económico en el conjunto del sistema mundial. Es un fenómeno coincidente en el tiempo con el nuevo papel en el sistema mundial de China. La renovación del modelo chino emerge desde fines de los 70´ y adquiere visibilidad en los 90´ y más precisamente en esta década primera del Siglo XXI. EEUU y China se han convertido en locomotora del crecimiento mundial en este ciclo de expansión capitalista(12). Crecimiento económico en términos de indicadores de evolución del PBI global y de expansión de la relación capitalista, principalmente en China y otros países asiáticos. Pero con George W. Bush se relanza el combate por la reducción del costo de producción y la opción por el restablecimiento de ganancias y un patrón de consumo depredador, que gustosamente asumen las clases dominantes en EEUU y que reproduce por imitación a escala planetaria. El patrón de producción se asocia a los bajos salarios en China, y éste país asume crecientemente una pauta de consumo que reproduce para una parte de su población, que aún siendo minoritaria respecto del total incide fuertemente en el deterioro del medio ambiente global y adiciona imprevisión al futuro de la humanidad.

Entre 1980 y el presente crece la desigual distribución del ingreso y la riqueza modificando incluso la percepción culturalmente aceptada de países ricos y empobrecidos, que animaba una confrontación entre el Norte y el Sur, junto a otra que confrontaba al Este con el Oeste, por una realidad de riqueza acrecentada a costa de un secular empobrecimiento más allá de la geografía. Es un empresario mexicano quién encabeza desde este 2007 el ranking de ricos de la revista Fortune(13). Es cada vez más notorio el empobrecimiento de la población estadounidense y la movilización y constitución de sujetos por el cambio entre la población de abajo(14) (latinos, negros, mulatos, sin techo, indocumentados, etc.), junto al enriquecimiento y elevado consumismo y endeudamiento de la sociedad con capacidad económica. Sociedad y Estado ampliamente endeudados en EEUU son los que protagonizan hoy la visible situación de crisis en proceso. Las anteriores (recientes) crisis financieras tuvieron epicentro en la periferia, entre la crisis mexicana de 1994 y la de Argentina en el 2001, los episodios se originaron en Asia ó América Latina. Ahora explotó en el centro del capitalismo. Nada menos que en EEUU.

Es cierto que hace tiempo que se anuncia la crisis estadounidense y para ello se aludía al fuerte endeudamiento público y al doble déficit, el fiscal y el comercial. La crisis estalló por las hipotecas de segunda (subprime), negociadas por los fondos de inversión y los bancos, una verdadera bicicleta especulativa en el capitalismo contemporáneo. Se trata de entidades que intervienen en el financiamiento para la construcción y en el mercado de capitales, exacerbando el riesgo crediticio para armar finalmente una gran burbuja de especulación que no tardó en explotar y arrastrar consigo varios quebrantos y mitos.

Entre los primeros (quebrantos) figuran los fondos de inversión más expuestos e imposibilitados de transferir su crisis, y con ellos caen los inversores que apostaron sus recursos creyendo en los cantos de sirena de rápidas ganancias. Con el correr de los días se anuncian nuevos problemas en estas entidades, cuyo primer efecto supone la disminución de la planta de personal. El ajuste afecta así al salario y obviamente tiene impacto en la valorización de las acciones perjudicando especialmente a los pequeños accionistas. El ataque es contra los trabajadores y pequeños ahorristas, éstos últimos, sujetos del “capitalismo popular de mercado”(15) difundido y propagandizado en el auge neoliberal de los 80´ y 90´.

Para los segundos (mitos), se destaca el derrumbe de la mítica libertad de mercado, hecho explícito mediante la intervención directa de las autoridades monetarias de los países capitalistas desarrollados para alejar la catástrofe provocada por la iliquidez de las corridas financieras. Es que una vez que se hizo conocida la crisis, el Banco Central europeo y la Reserva Federal de EEUU salieron a sostener el sistema financiero volcando cerca de 500.000 millones de dólares en un mes(16). El tema era que no faltara liquidez en el mercado y cubrir las necesidades del flujo de fondos. La alerta la había dado la banca Paribas que en Francia debió limitar el retiro de recursos de fondos financieros de inversión por ellos administrados. Algunos medios en la Argentina hablaron de corralito francés, en alusión a las restricciones bancarias que iniciaron la crisis del 2001 en Buenos Aires. En rigor, toda la banca central del capitalismo desarrollado salió a sostener a sus entidades financieras, intentando alejar la crisis. Ante la corrida de los inversores, los estados centrales salieron a contener la demanda de fondos e impidiendo cierres y conflictos entre inversores y entidades bancarias y financieras. Desde la Reserva Federal de EEUU se decidió la baja de las tasas de interés mucho antes de lo previsto para tranquilizar la debacle de las bolsas de valores y es probable que se continúe reduciendo el costo del dinero para limitar la recesión en perspectiva. La intervención estatal se hizo presente desnudando los propósitos ideológicos de la liberalización. La crisis de 1930 encontró desprevenido a los hacedores de política económica en el capitalismo de época y presos ideológicamente del paradigma clásico y neoclásico contra el Estado. Desde entonces, la lección se aprendió y con Keynes se hizo teoría la necesidad de intervenir públicamente para defender el capitalismo de imprevisiones y crisis. El economista estadounidense y premio Nobel de Economía, Paul Samuelson, el más viejo de los keynesianos vivos, pregona la necesidad de la regulación estatal. Solo nos queda el interrogante sobre los beneficiarios de dicha intervención.

Se puede afirmar que la tendencia a la libertad de movimiento de capitales fue convergente con la regulación estatal capitalista. La ecuación de más libertad o más regulación operaba según fuera la correlación de fuerzas y el nivel de la crisis, especialmente de la afectación probable de los capitales hegemónicos. Del 30´ al 80´ del siglo XX primó la regulación y la explicación puede sostenerse en el desarrollo bipolar del mundo y la amenaza del comunismo. Con el comienzo del fin de la bipolaridad transitado en la década del ochenta, Polonia mediante, la liberalización se transformó en el objetivo y programa explícito del capitalismo. La libertad de los mercados empujo la circulación de mercancías y capitales al tiempo que limitaba la libertad de circulación de las personas y se aplicaban políticas proteccionistas en el capitalismo desarrollado, principal tema de discusión en la actual ronda de negociaciones en la OMC(17). La libertad era para el capital y los mercados asociados al comercio y las inversiones, condicionando al ámbito nacional al mercado laboral. Se hizo ideología con ello y se lo denominó globalización y cuya expresión en el campo de las ideas lo expresa el neoliberalismo. Es cada vez más evidente el carácter ideológico y de propaganda del fenómeno neoliberal, que se sustenta en mitos que la realidad derrumba cotidianamente.

El resultado de la globalización de este tiempo fue la expansión del comercio mundial y más aún del movimiento internacional de capitales. Las bolsas y la banca transnacional fueron el mecanismo de difusión de la liquidez global. El endeudamiento deliberado de los países dependientes y más atrasados del capitalismo se constituyó en política hegemónica para enfrentar la recesión en el capitalismo central en la década del 70´. Fue una intervención estatal para inducir la colocación de fondos destinados a la compra de la producción del centro capitalista desde la periferia. El excesivo endeudamiento comprometió los pagos y fue inevitable la crisis a comienzos de los 80´ y que se presentó en diversos países como crisis de la deuda externa. En EEUU, la crisis financiera tuvo manifestaciones en 1987 y en 1998. Es un fenómeno que continua con recurrentes episodios, entre otros, la cesación de pagos argentina de 2002-2005.

Traemos a la memoria la crisis del endeudamiento global, porque nuevamente, los países capitalistas enfrentaron la recesión del cambio de siglo con aliento al consumo vía elevación del crédito. Fue una política especialmente impulsada en los EEUU, una de las locomotoras del crecimiento mundial del último lustro. Es una combinación de las políticas fiscales de reducción de impuestos desarrolladas por los republicanos bajo la administración Bush, para favorecer a los sectores más enriquecidos de la economía estadounidense y la proliferación de créditos para la construcción que potenciaron el negocio especulativo asociado al mercado inmobiliario. El crédito postergó la explosión de la crisis hasta cierto punto, precisamente aquel en que la burbuja especulativa explota.

Ese es el momento de transferir el costo hacia los sectores más desprotegidos. Los grandes especuladores se mueven hacia la toma de ganancias y transfieren sus recursos a inversiones más seguras, esperando nuevas oportunidades de negocios con grandes ganancias. Es lo que elegantemente llaman “vuelo hacia la calidad”(18) y que expresa la búsqueda de ganancias menos riesgosas, retirándose de mercados vulnerables y refugiándose en el capitalismo desarrollado, principalmente EEUU, hasta que amaine el temporal y vuelva a ser rentable el negocio en nuestros empobrecidos países. Esa es la explicación por lo cual, capitales invertidos en moneda nacional (pesos en la Argentina, reales en Brasil, p.e.) decidieron poner fin a esas inversiones y volver a los títulos públicos estadounidenses, explicando la caída de las bolsas de valores. Se abandonaba así un negocio altamente rentable, consistente en ingresar divisas a los “países emergentes”, jerga impulsada por el Banco Mundial para sindicar las oportunidades de negocios especulativos en los últimos años. Son negocios favorecidos por cierta estabilidad del sistema mundial en los últimos años de aliento a la libertad del movimiento internacional de capitales y con relativa paridad cambiaria estable, asegurada por políticas oficiales más allá de matices entre unos y otros países(19). Es que los Estados de los países dependientes (emergentes) son también sujetos de la liberalización, más allá de los matices de sus políticas económicas.

Para el caso argentino es conocida la intervención estatal para superar el estado de crisis y rebelión popular hacia 2001/2002. Ello supuso una administración de la crisis de endeudamiento para sacar a la Argentina de la cesación de pagos, hecho ocurrido en mayo del 2005 con el canje de vieja deuda pública impaga por nuevos bonos estatales (quita de intereses y capital mediante), en buena parte nominados en moneda nacional y ajustados por el crecimiento de su producto interno bruto e indicadores de costo de vida. Esa es la razón por la cual existen fuertes críticas al manejo de las estadísticas oficiales, sospechadas de manipulación para evitar el mayor gasto público de la demanda de ganancias financieras del capital invertido en la especulación financiera y bursátil. Pese a la definición de la política económica de la Argentina que remite a un modelo productivo, en contraposición al carácter especulativo de la economía en los 90´ durante la convertibilidad (un peso igual a un dólar entre abril de 1991 y enero de 2002), la cruda realidad de estas horas pone de manifiesto la continuidad de las maniobras especulativas y la subordinación de la economía local al flagelo de la deuda pública. Desde la cesación de pagos en 2002 le cuesta a la Argentina obtener crédito externo y si el FMI resultaba el prestamista de última instancia en la década pasada, ese lugar ahora lo ocupa el gobierno venezolano, que aún siendo negocio redituable, actúa más por solidaridad política que por razones de mercado. El dato real es que el gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007) asumió la renegociación de la deuda, materializada en mayo del 2005 y que desde entonces se ha convertido en riguroso cumplidor de la cancelación de los vencimientos. Para ello se acude parcialmente a nuevo endeudamiento, con el agravante en las cuentas fiscales del crecimiento de la tasa de interés(20) producto de la crisis financiera en curso. El país necesita del ingreso de divisas para hacer frente a los compromisos externos. Ello se logra por un lado con superávit comercial y fondos derivados del excedente fiscal para asegurar los recursos suficientes para el pago de la deuda del Estado. Por otro lado se buscan esos fondos en el mercado financiero mundial. El ejemplo de Argentina, con matices, puede ser utilizado para explicar en otros países emergentes el impacto local de la crisis originada en EEUU.

Producto directo de la crisis, los tenedores de títulos en países emergentes se desprenden de los mismos para refugiarse en activos menos riesgosos, contribuyendo así en el deterioro de la valorización de aquellos en la coyuntura, y a la elevación del riesgo financiero con que se califica a las inversiones en estos países. El resultado es la elevación de tasas de interés en el endeudamiento público y privado en el sistema mundial y agravado en los países más atrasados. Es una situación delicada, pues no se termina de salir de la crisis financiera del 2001/02, que nuevamente se ven sometidos los países a la volatilidad de la liquidez internacional. El crédito escasamente recompuesto para el desarrollo de las producciones locales vuelve a ser restringido y con tendencia a encarecerse, dificultando así la disponibilidad de préstamos en cantidad y condiciones adecuadas para los sectores más debilitados de la economía.

Desde los gobiernos se intenta limitar el impacto de la crisis y para ello se flexibilizan las regulaciones sobre las entidades financieras, con toda la intención de frenar las presiones a la suba de los intereses. Del mismo modo que utilizan reservas internacionales acumuladas luego de la crisis en todo el sistema mundial, especialmente entre los llamados “emergentes” para ofertar divisas ante la demanda creciente de inversores que retiran sus inversiones, aunque ello signifique el aliento de mini devaluaciones de las monedas locales que termina impactando en el incremento de los precios de la economía. Subas de precios y dificultades para el financiamiento en las economías locales pueden ser efectos directos de la crisis global.

En definitiva, se afectará al sistema mundial con la ralentización de la economía estadounidense que supone la presente crisis. Del mismo modo que la crisis supone presiones para frenar la expansión de la economía de China. Son dos países que inciden en el clima de crecimiento de la economía mundial y con incidencia especialmente creciente en la región latinoamericana y caribeña.

III- Sujetos de la ofensiva del capital y de la resistencia

La reestructuración del capitalismo que venimos comentando puede sintetizarse como una ofensiva del capital sobre el trabajo, que en el afán de reducir costos de producción se extiende también sobre la administración, apropiación y dominación de los recursos naturales. La disputa por la apropiación de los hidrocarburos, el agua potable, la tierra, los alimentos, la biodiversidad; es decir, la apropiación para la lógica del capital del conjunto de la naturaleza pasa a tener significado sustancial para el mantenimiento de la sociedad capitalista.

Es un proceso de subordinar a la lógica mercantil de la ley del valor a los recursos naturales. La lucha es por la tierra, la minería, el petróleo, el agua y la biodiversidad. Es una demanda del capital por la apropiación privada, la mercantilización y la explotación intensiva de los recursos naturales afectando la reproducción de la vida. Se puede afirmar que se asiste a un crimen para sostener al capitalismo. Está claro que la flexibilidad de la condiciones de explotación de la fuerza de trabajo afecta la calidad de vida de la población trabajadora, porción mayoritaria de la sociedad en la actualidad. La superexplotación de los recursos naturales constituye también una afrenta a la calidad de vida de la humanidad y su impacto se expresa en los cambios climáticos y la creciente tendencia a transferir una cultura agrícola para la producción alimentaria a una concepción para los negocios bajo el nombre de biocombustibles, que por afectar a la vida resulta mejor denominar agrocombustibles. Al respecto dice Joao Pedro Stédile, del Movimiento de los Sin Tierra de Brasil que se trata de una “gran alianza entre tres tipos de capitales transnacionales: las petroleras (que quieren disminuir la dependencia del petróleo), las automovilísticas (que quieren seguir con ese patrón de transporte individual para sacar ganancias) y las empresas del agro (como Bunge, Cargill, Monsanto) que quieren seguir monopolizando el mercado mundial de productos agrícolas.”(21)

El impacto es entonces por la disputa de la tierra y los alimentos para la generación de energía alternativa. El impacto será sobre los precios agravando las condiciones de vida de los sectores más necesitados del sistema mundial. Las grandes extensiones de tierra libre o de bajo precio se encuentra en el sur del mundo y es por ello preocupante la asociación creciente de los gobiernos de América Latina con la estrategia de las transnacionales que empujan los Estados del Norte y del Sur. El ejemplo de los acuerdos explicitados entre Brasil y EEUU son altamente preocupantes, tanto por el peso económico y político de Brasil en la región, como por la afirmación de una estrategia estadounidense por apropiarse de los recursos naturales disponibles en América Latina y el Caribe.

En los años 90´ se avanzó en un acuerdo minero entre Chile y la Argentina para al explotación de la cordillera de Los Andes y eso representa la explotación de canteras con la utilización de insumos y tecnología con potencial contaminante tal como ocurre con la extracción de oro a cielo abierto. Es cierto que es creciente la resistencia al nuevo negocio de la agroenergía como a la explotación minera, pero en el proceso de desarrollo de ambos aspectos se contribuye a la extranjerización de la tierra y los recursos naturales, afirmando el carácter dependiente del capitalismo en nuestros países. Con ello, la resistencia adquiere un carácter anti monopólico y antiimperialista, siendo un desafío para un proyecto alternativo el constituirse como resistencia claramente anticapitalista e incluso con proyección socialista. El tema se extiende a la forestación para la producción de pasta de papel y la deforestación (del amazonas p.e.) para la expansión de la frontera agrícola. Es correcto hablar de dependencia fortalecida, ya que en origen la acumulación capitalista se sustentó en la región latinoamericana y caribeña en la concentración monopólica de la propiedad de la tierra, que ahora se potencia con la asociación o venta directa al capital transnacional. La renta del suelo era la base del poder oligárquico en nuestros países, que hoy se asocia o se transfiere al capital transnacional. La renta, en tanto forma transfigurada del plusvalor constituye base científica para explicar la dominación del sujeto transnacional. Alguna vez se sostuvo que para la generación de valor la tierra era la madre y el trabajo el padre(22). Hoy se verifica como fuerte iniciativa política del sujeto dominante por subordinar a la tierra y sus productos y a los trabajadores a la lógica de la ganancia capitalista de las transnacionales.

China actúa como competencia en la disputa por los recursos naturales y el tema es trascendente para América Latina. La vinculación es creciente y el papel combinado de la demanda de recursos naturales por las transnacionales, algunas de las cuales constituyen iniciativas del gobierno de Pekín, influyen en el sostenimiento de los precios internacionales. Es un escenario con proyección en el corto y mediano plazo favoreciendo la evolución económica de los indicadores de los países productores y exportadores de materias primas. Existe un efecto riqueza asociado a los recursos naturales y las bonanzas económicas lubrican los consensos hacia los gobiernos de turno. Un interrogante vincula la crisis financiera en curso y su impacto en la ralentización de la economía mundial y el sostén de precios en alza de los comodities. Eso nos lleva nuevamente a la crisis capitalista y especialmente a los sujetos de la misma. Es que si de un lado se encuentra, tal como sostenemos, el capital transnacional, los Estados imperialistas y aquellos Estados nacionales que entre los países dependientes asocian su destino en el marco del paradigma general, todos articulando una presión sostenida por los organismos internacionales (más allá de su utilidad bajo las nuevas condiciones de funcionamiento del sistema); del otro lado surge un sujeto colectivo que disputa el sentido común por otro mundo posible.

Esta disputa por otro mundo posible adquiere visibilidad y viso de organicidad desde enero del 2001 cuando fue convocado el Foro Social Mundial(23) y que se constituyó como referencia de articulación de los movimientos que resisten la globalización neoliberal o capitalista hasta nuestros días. Son antecedentes previos la batalla de Seattle en 1999 y especialmente las convocatorias globales (1996) que surgieron desde el movimiento zapatista surgido de la rebelión en Chiapas en 1994. De nuevo queremos insistir que al momento de constitución del proyecto de liberalización por excelencia en América, el NAFTA, surgió su contestación, en Chiapas, precisamente desde uno de los territorios de mayor contradicción con el modo de vida de las clases dominantes. En el auge de la restauración conservadora y las teorías del fin de la historia, del socialismo y del marxismo, emergió una protesta que encarnó en propuesta por un movimiento global para la construcción de la sociedad alternativa.

Son diversas las luchas gestadas en los últimos años. Hemos sostenido que algunas fijan el horizonte el antineoliberalismo y que otras apuntan contra el capitalismo y hacia el socialismo. Recientemente la Sociedad de Economía Política de América Latina, SEPLA, convocó a un Seminario para la construcción de propuestas alternativas con “horizonte socialista”. En la actividad participaron intelectuales de mayoritaria intervención en los aspectos económicos y militantes y dirigentes de movimientos populares. una de las motivaciones de las discusiones se asentaba en las expectativas de cambio que se han generado en el Cono Sur de América a partir de nuevos gobiernos asumidos con críticas a las políticas hegemónicas en los años recientes, incluso con fuerte prédica contra los organismos internacionales, especialmente el FMI para el caso argentino. En los debates se constata que más allá del discurso crítico, en la mayoría de los países gobernados por la izquierda o centro izquierda, fuera del discurso crítico no se visualiza un rumbo de reestructuración de la reconversión regresiva generada por las políticas hegemónicas de cuño neoliberal implementadas sobre todo en la década del 90´.

En todo caso se diferencia los países según sean los matices y la radicalidad de lso discursos y prácticas de gobierno favorables a la instrumentación de algunos cambios. Se destaca en ese sentido y en primer lugar el papel de Venezuela y su alianza estratégica con Cuba, que asocia a ambos países en una voluntad por construir el socialismo. Si bien el discurso por el socialismo venezolano era patrimonio solo de su Presidente, en la campaña electoral masivamente apoyada por el voto popular y que supuso la continuidad de Chávez en la presidencia desde enero de 2007, el discurso por el socialismo ya no puede decirse que solo sea pronunciado por el líder. Ya puede afirmarse que la propuesta socialista ha sido plesbicitada con el voto popular.

El trabajo compartido entre Cuba y Venezuela habilitó la cosntrucción de la Alternativa Bolivariana para las Américas, ALBA. Una iniciativa en desarrollo que surgió para abrir cauce a un pensamiento alternativo a la iniciativa de las clases dominantes en la región: el ALCA. De propuesta se transformó en realidad con los primeros tratados entre los dos países, a los que se sumaron recientemente Bolivia y Nicaragua. Es a partir de 2007 que el ALBA habilitó la creación de un Consejo de lso movimientos populares y ya se convirtió en una integración de países (gobiernos) y de movimientos, adquieriendo si una generalización para un proceso de integración más allá de la dimensión económica. La propuesta contribuye al desarrollo de un proyecto alternativo de integración que incluye iniciativas con países que no integran el ALBA, tal el caso de la estrategia energética que involucra las propuestas de Petroamérica (Petrocaribe, Petroandina, Petrosur); la construcción de una cadena de informaciones alternativa que se intenta con Telesur; y entre otras propuestas en curso merece mención la cosntitución de un Banco del Sur para intentar un financiameinto alternativo al que surge de la arquitectura tradicional del sistema financiero internacional. Son un conjunto de iniciativas que reconocen el liderazgo de los dirigentes de la revolución bolivariana y su apuesta por el socialismo del siglo XXI.

Pero la política exterior de la región reconoce la existencia de otros actores y para otros proyectos, los que también actúan en la constitución de sujetos colectivos. Es el caso de la cosntrucción del Mercosur, iniciativa gestada desde Argentina y Brasil, con clara hegemonía de éste (por tamaño y voluntad de disputa de liderazgo), a la cual se sumaron como miembros plenos Uruguay y Paraguay y recientemente Venezuela (aún en proceso institucional de aceptación) y otros como asociados, tal el caso de Chile y Bolivia y las vinculaciones crecientes con Perú, México y Cuba, aún cuando estos dos últimos no se encuentren geográficamente en el sur del continente. El Mercosur responde a una lógica mercantil, no solo por los considerando y el espíritu fundacional de 1991, sino por la impronta que emana de la estructura económica y las políticas hegemónicas en los países que imprimen el sello a la orientación de la estrategia integradora. Digamos que el Mercosur es un mecanismo de facilitación de los negocios entre las grandes transnacionales y empresas concentradas que actúan en la región. Es un mecanismo que busca desarrollo con relativa independencia de las estrategias imperialistas, tal como el ALCA(24), pero se define claramente en sus programa de trabajo por el empuje a la liberalización y la promoción de la iniciativa privada. Es una estrategia que con matices comparten el Brasil, Argentina y Uruguay. Aún aceptando plenamente a Venezuela en el Mercosur, queda claro que la hegemonía pertenece a otro proyecto.

El ALBA por un lado y el Mercosur por el otro son expresión de las variantes de proyectos que hoy disputan el rumbo de desarrollo para la región. La perspectiva del socialismo en el primer caso y mediante una estrategia definida neodesarrollista se piensa en la reconstrucción del capitalismo nacional (así denomina a su proyecto el gobierno de la Argentina). Cada uno de esos proyectos supone una estrategia en la construcción de sujetos y articulan un estilo de régimen político, donde se aliente la democracia participativa o la clásica electiva. Son debates sustentados en cónlaves por reformas institucionales de renovación de las cosntituciones de los países. Venezuela, Bolivia y Ecuador están en proceso de reformas constitucionales como forma de generación de poder político popular para encarar perspectivas de cambios estructurales en el ámbito de la economía. Puede asociarse a esa dinámica las propuestas populares de Argentina y Uruguay, en el primer caso en la convocatoria a un movimiento por una constituyente social(25) y en el segundo a la invitación para un IIº Congreso del Pueblo, luego de 40 años de realizado el Iº(26). Lo que se discute en la región latinoamericana y caribeña es el rumbo a asumir para superar los condicionantes de la reestructuración regresiva de los 90´. El problema a discutir es si alcanza con una prédica antineoliberal o si se requiere avanzar desde el anticapitalismo hacia el socialismo.

Insistimos en que se trata de un asunto sustancial, porque define los sujetos necesarios para dicha batalla. Así como sistuvimos que el desafío de vender petróleo a cambio de euros le costó el gobierno y la vida a Saddam Hussein y la consecuente invasión en Irak que hoy paga el conjunto de la sociedad mundial, pensar en una estrategia de cambios profundos, por el socialismo en América Latina y el Caribe supone pensar en términos de la respuesta agresiva de EEUU a la revolución cubana por medio siglo, o el hostigamiento actual al régimen bolivariano de Caracas, sin mencionar el conjunto de iniciativas de intervención de EEUU en nuestro continente, ya sean directas o indirectas en la satisfacción de demandas jurídicas, políticas o ideológicas emanadas de Washington. En este sentido puede comentarse la instrumentación de leyes antiterroristas en varios países de la región. Son demandas de EEUU y empujadas, no curiosamente por el FMI. En ese sentido puede inscribirse la iniciativa militar conjunta para instalar tropas latinoamericanas en Haití. Al definir el proyecto y los sujetos de la transformación se conjuga el cuadro de la confrontación. Se asume el territorio del conflicto y los aliados.

El deabte político y por ende de rumbo económico pasa en la región por cuales son los vínculos que se establecen en una perspectiva de transformación. Existe una fuerte tradición antiimperialista y por el socialismo en la región. José Carlos Mariátegui discutió con los partidos comunistas adheridos a la Tercera Internacional sobre el carácter socialista de la revolución para el continente. La estrategia subordinada a la necesidad de construir el socialismo en un solo país condicionó la respuesta de la izquierda mayoritaria por entonces (la realmente existente y asociada al poder soviético) en una propuesta de desarrollo de revoluciones nacionales de carácter democrático y antiimperialista. El supuesto era la necesidad de desarrollar más el capitalismo, la industrialización (sustitutiva de importaciones) en coincidencia con el desarrollismo latinoamericano que asumirá la CEPAL a fines de los 40´. Era la antesala para pensar en transformaciones socialistas. Es un debate similar al producido en la década del 60´ cuando la revolución cubana y su accionar en la región desafió a la construcción del socialismo ante la agresión imperialista en Playa Girón en 1961.

En esa oportunidad hubo divisoria de aguas y la izquierda regional pudo presentarse en las dos tradiciones, la vieja y la nueva. Ambas fueron derrotadas en el proceso de restructuración regresiva inaugurado con las dictaduras militares que asumieron integralemnte el paradigma monetarista para la renovación y “modernización” del capitalismo. En rigor, la respuesta no solo fue contra la izquierda, sino contra todas las variantes que no asumieran el programa de la restauración consevadora, la liberalización de la economía que suponía la apertura económica, el cambio de función del Estado con las privatizaciones y la reducción del gasto público, la flexibilidad laboral y salarial y una nueva insertción internacional subordinada a las demandas de las transnacionales y el imperialismo. Es un proceso que se potenció en los 90´con la ruptura de la bipolaridad.

Han pasado más de tres lustros de aquellos acontecimientos y la realidad demuestra una búsqueda de caminos para la emancipación de los pueblos. Eso es lo que discute en América Latina y el Caribe y que muchos pueblos y cientistas sociales del mundo observan con expectivas. Hay quienes asumen la ilusión del neodesarrollismo y aceptan alianzas políticas contra las derechas clásicas o modernas. Las primeras asumen directamente el programa de las clases dominantes y las segundas expresan una renovación generacional con propuestas tecnocráticas, profesionales para una renovación de la política “acorde con los tiempos”. a esta última versión se incorporan algunos exponentes que supieron habitar el pensamiento crítico y las prácticas poolíticas de la izquierda. Es una tentación para renovar el escenario de la política. Así se configura un cuadro de confrontación entre la derecha y una alianza difusa, a veces sindicada como de centroizquierda, la que asume el programa neodesarrollista, en tanto programa posible para postergar para mejores momentos la disputa por el socialismo. La consigna es contra la derecha y por la acumulación de capacidad de incidencia para modificar en algo el cuadro de situación de la política y si se puede de la economía. Es una estrastegia que subordina a la izquierda como furgón de cola de un proyecto que termina subordinado a la estrategia estructural del poder hegemónico a nivel mundial, especialmente en América Latina y el Caribe, con las transnacionales y EEUU.

La demanda del movimiento popular en lucha en la actualidad pasa por la constitución de un sujeto colectivo independiente tanto de las concepciones hegemónicas del neoliberalismo, como de la ilusión neodesarrollista y que asuma el desafío por construir el horizonte socialista.

Buenos Aires, septiembre de 2007

Notas

* Profesor de Economía Política en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario. Miembro del Comité Directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, CLACSO. Director Adjunto del Centro Cultural de la Cooperación.

1 Carlos Marx escribe entre agosto y septiembre de 1857 la Introducción a la crítica de la economía política, donde explica su método de análisis y sienta las bases teóricas de un fundamento crítico a publicar una década después con el Tomo I de El Capital.
2 Entre paréntesis las fechas de publicación de sus obras principales. Idem siguientes.
3 Estrictamente, la generalización del keynesianismo ocurre a la salida de la segunda posguerra, dando lugar al ciclo de mayor expansión de la economía (1945/1975). En el texto aludo al medio siglo (1930/1980) en la perspectiva de políticas de Estado a la salida de la crisis del 30´ y hasta la conquista de los gobiernos inglés y estadounidense en 1979 y 1980 por los partidarios de la restauración conservadora, neoliberal.
4 Siempre es una vuelta a Smith. Primero neoclásicos y luego neoliberales. Los neoclásicos reorientando el enfoque sobre el valor y los neoliberales resignificando la cuestión filosófica “liberal” contra el Estado intervencionista.
5 Un ejemplo de dicha relación y alianza se da en los Encuentros internacionales de economistas sobre problemas de globalización y desarrollo que desde 1999 convoca anualmente la Asociación Nacional de Economistas de Cuba, ANEC y la Asociación de Economistas de América Latina y el Caribe, AELAC y que en el próximo marzo de 2008 celebrará el Xº Encuentro. A dicho cónclave también concurren a debatir exponentes académicos y de organismos internacionales que expresan el pensamiento de la corriente principal. Es quizá el ámbito de concentración más importante del debate teórico, ideológico y político asociado a la Economía Política en nuestro tiempo. Ver en http://www.eleconomista.cubaweb.cu/
6 ¿Hacia dónde van América Latina y el Caribe? Gambina Julio C. En “Hacia dónde va el sistema mundial? Impactos y Alternativas para América Latina y el Caribe” Gambina y Estay compiladores, Edición de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas, FISYP ; Buenos Aires 2007.
7 En los 70´, revolución cubana mediante y experiencia socialista en el gobierno chileno, el debate regional se constituía en torno a las vías de acceso al poder, dando como un hecho la perspectiva socialista para la región.
8 Socialismo o barbarie. La alternativa al orden social del capital. István Mészáros. Pasado y Presente XXI. Ediciones de paradigmas y utopías, 2005.
9 Una excelente actualización sobre el tema puede leerse en los artículos de Mike Davis y Robert Brenner publicados en la New Left Review nº 43 de marzo y abril de 2007. Ediciones Akal, 2007.
10 En 1974 se estalece la Carta de los Deberes y Derechos de los Pueblos donde se manifiesta la necesidad de un NOEI. Solo 12 países se opusieron y entre ellos figuran quienes luego formarían el G7.
11 En agosto de 1971, Richard Nixon (Presidente de EEUU) decreta la inconvertibilidad del dólar y se inicia un proceso de reordenamiento del sistema mundial convergente con la crisis y restauración conservadora con proyección hasta nuestros días.
12 Nótese la convergencia de la iniciativa de transformación de ambos Estados. China inicia su reestructuración en 1978 y EEUU en 1980. Ambos hacen a un mismo ciclo en el sistema mundial.
13 Carlos Slim desplazó del primer lugar a Bill Gates.
14 Se destaca la celebración del 1 de Mayo de 2006 y 2007 con fuerte protagonismo de trabajadores inmigrantes.
15 La prédica neoliberal convocaba al desarrollo de propietarios más que proletarios. Era una invitación a generalizar a la población como accionistas de las empresas.
16 Es cotidiano el informe en la prensa sobre la intervención de los distintos bancos centrales, quienes coordinan entre ellos la administración de la crisis.
17 La parálisis en las negociaciones de la OMC obedece principalmente a la negativa de EEUU y Europa por eliminar los subsidios a la producción y exportación respectivamente.
18 Es curioso reconocer que siendo EEUU el epicentro y origen de la crisis, los fondos se “refugian” en dólares y bonos del tesoro estadounidense. Es una expresión más de la hegemonía de EEUU, más allá de su crisis.
19 Solo a modo de ejemplo puede indicarse la equivalencia de las paridades cambiarias entre Argentina y Brasil en 2003, años de asunción de Kirchner y Lula respectivamente y sin embargo, a cuatro años se constata que Brasil fue apreciando su moneda (más acorde con las indicaciones de los organismos internacionales) y Argentina desoyendo las presiones del FMI favoreció una tasa de cambio para la competitividad de la producción local. A las paridades de mediados del 2007 resulta más difícil avanzar en convergencias macroeconómicas entre ambos países y menos de hablar de una perspectiva de moneda común.
20 Mientras baja el tipo de interés en EEUU, en los países emergentes y con riesgo y vulnerabilidad se da el proceso inverso de crecimiento de las tasas de interés.
21 “Crisis o soberanía energética, Joao Pedro Stedile habla de agrocombustibles”, en Biodiversidad sustento y culturas, nº53, julio 2007, Buenos Aires.
22 William Petty (1623-1687). Sus ideas se anticiparon a los clásicos y fueron fuente de inspiración para la teoría del valor.
23 Convocado en Porto Alegre, Brasil por organizaciones en red que protagonizaban una resistencia global.
24 En noviembre de 2005 y ante la IV Cumbre de Presidentes de las Américas, el Mercosur más Veenzuela (todavía no era miembro pleno) resistieron los intentos de George Bush por incluir en los debates la agenda para relanzar las negociaciones por el ALCA. Fue parte de una gran movilización de lso pueblos de América en campañas continentales que se desarrollaron entre 1998 (II Cumbre en Chile) y la IIIº Cumbre de lso Pueblos por una integración alternativa realizada en simulatáneo al cónclave de lso presidentes en la Argentina.
25 Inicialmente convocado por la Central de Trabajadores Argentinos, CTA, cuenta con la participación de diversos movimientos sociales y personalidades para construir en deliberaciones populares un programa de transformaciones necesarias a sostener en un gran encuentro hacia mayo del 2008.
26 El Iº Congreso fue la base del programa asumido por el movimiento obrero en Uruguay y luego incorporado como propuestas del Frente Amplio originario en 1971. Ese programa ha sido devaluado en sucesivas alianzas para facilitar el acceso al gobierno. El planteo actual reconoce la necesidad de adecuar el programa desde el movimiento obrero para una nueva etapa de transformaciones en el Uruguay luego de obtenido el gobierno para la izquierda. Existe una comisión plural de organizaciones populares que asumieron la promoción hacia un gran encuentro en el 2008.

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