Marx siglo XXI
 
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Ernesto Guevara. Cuatro conceptos

Daniel De Santis

La revolución, el militante, el socialismo y hombre nuevo, sobre táctica

La hegemonía burguesa de las últimas dos décadas ha vaciado de contenido conceptos centrales en el pensamiento socialista.

En la larga lucha en contra de la explotación del hombre por el hombre los revolucionarios luchamos por transformar la conciencia de los hombres y mujeres y vamos construyendo organizaciones de la clase y del pueblo hasta que en circunstancias favorables, denominadas crisis revolucionarias, la clase obrera, junto a los demás sectores explotados, constituida en partido político asume el control del estado capitalista para destruirlo y en su lugar comenzar la construcción de una nueva sociedad. Se entabla entonces una lucha en contra del poder destruido que intenta renacer y otra contra la conciencia heredada del capitalismo. Pero en este momento, el poder, no será ya disputado a la burguesía, sino que un hombre nuevo que comenzó a forjarse en las relaciones de producción socialista irá desalojando -ahora, evolutivamente- al hombre primitivo, alienado y embrutecido que nos legó el capitalismo.

Concepto de revolución:

¿Por qué era necesaria una revolución para Ernesto Guevara? Digámoslo con palabras de Marx: “[…] tanto para engendrar en masa la conciencia comunista como para llevar adelante la cosa misma, es necesaria una transformación en masa de los hombres, que sólo podrá conseguirse con un movimiento práctico, mediante una revolución; por consiguiente, la revolución no sólo es necesaria porque la clase dominante no puede ser derrocada de otro modo, sino también porque únicamente por medio de una revolución logrará la clase que derriba salir del cieno en que se hunde y volverse capaz de fundar la sociedad sobre nuevas bases.” (Marx y Engels. La ideología alemana)

Concepto de militante:

“Porque hay que recordar siempre que el marxista no es una máquina automática y fanática dirigida, como un torpedo, mediante un servomecanismo hacia un objetivo determinado. De este problema se ocupa expresamente Fidel en una de sus intervenciones: ‘¡Quién ha dicho que el marxismo es la renuncia de los sentimientos humanos, al compañerismo, al amor al compañero, al respeto al compañero, a la consideración al compañero? ¿Quién ha dicho que el marxismo es no tener alma, no tener sentimientos? Si precisamente fue el amor al hombre lo que engendró al marxismo, fue el amor al hombre, a la humanidad, el deseo de combatir la desdicha del proletariado, el deseo de combatir la miseria, la injusticia, el calvario de toda la explotación sufrida por el proletariado, lo que hace que de la mente de Carlos Marx surja el marxismo cuando precisamente podía surgir una posibilidad real y más que una posibilidad real, la necesidad histórica de la revolución social de la cual fue interprete Carlos Marx. Pero, ¿qué lo hizo ser ese interprete sino el caudal de sentimientos humanos de hombre como él, como Engels, como Lenin?’

Esta apreciación de Fidel es fundamental para el militante del nuevo partido, recuérdenlo siempre, compañeros, grábenselo en la memoria como su arma más eficaz contra todas las desviaciones. El marxista debe ser el mejor, el más cabal, el más completo de los seres humanos pero, siempre, por sobre todas las cosas, un ser humano; un militante de un partido que vive y vibra en conjunto con las mas; un orientador que plasma en directivas concretas los deseos a veces obscuros de la masa; un trabajador sufrido que entrega sus horas de descanso, su tranquilidad personal, su familia o su vida a la revolución, pero nunca es ajeno al calor del contacto humano.” (Guevara. El partido marxista-leninista)

El socialismo y el hombre nuevo:

“[…] el trabajo debe adquirir una condición nueva; la mercancía hombre cesa de existir y se instala un sistema que otorga una cuota por el cumplimiento del deber social. Los medios de producción pertenecen a la sociedad y la máquina es sólo la trinchera donde se cumple el deber. El hombre comienza a liberar su pensamiento del hecho enojoso que suponía la necesidad de satisfacer sus necesidades animales mediante el trabajo. Empieza a verse retratado en su obra y a comprender su magnitud humana a través del objeto creado, del trabajo realizado. Esto ya no entraña dejar una parte de su ser en forma de fuerza de trabajo vendida, que no le pertenece más, sino que significa una emanación de si mismo, un aporte a la vida común en que se refleja, el cumplimiento de su deber social.” (Guevara. El socialismo y el hombre en Cuba).

Sobre táctica:

“Consideramos que tres aportaciones fundamentales hizo la Revolución Cubana a la mecánica de los movimientos revolucionarios en América, son ellas:

1º. Las fuerzas populares pueden ganar una guerra contra el ejército.

2º. No siempre hay que esperar a que se den todas las condiciones para la revolución; el foco insurreccional puede crearlas.

3º. En la América subdesarrollada el terreno de la lucha armada debe ser fundamentalmente el campo”.

Y a vuelta de página el Che nos agrega:

“Donde un gobierno haya subido al poder por alguna forma de consulta popular, fraudulenta o no, y se mantenga al menos una apariencia de legalidad constitucional, el brote guerrillero es imposible de producir por no haberse agotado las posibilidades de la lucha cívica”. (Guevara. La guerra de guerrillas)

Cátedra Che Guevara - Universidad de La Plata - Argentina

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