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¿Es cuantificable la democracia?

Luisa Redondo Botella

Por su significado etimológico, el cual se remonta a la Grecia antigua, la democracia es fuerza o poder del pueblo. En aquel país y en aquella época, Aristóteles y otros prominentes filósofos se pronunciaban acerca de ella.

Dicho significado, con esas u otras palabras, se suele repetir en el mundo actual, aunque mayoritariamente, solo como formalidad, tras de la cual, con frecuencia, se cobija su propia negación, puesto que la propia realidad evidencia que muchos pueblos carecen incluso de la mas mínima posibilidad de ejercer el poder.

Como expresiones concretas de la democracia, se enuncian dos principios, obviamente con carácter de la declaratoria formal, estos son:

En el mundo donde imperan las transnacionales y la globalizacion neoliberal, se diseñan varias formas de democracia, se dice que atendiendo las particularidades históricas. En todas ellas subyacen las basen en que se asientan y que fueron señaladas por Lenin: la democracia "sirve en ultima instancia a la producción, la cual esta determinada, en ultimo termino, por las relaciones de producción de la sociedad dada" .

Por lo anterior, para estudiarla es preciso tomar en cuenta su desarrollo histórico, su dependencia directa de las sucesivas formaciones economico-sociales por las que atraviesa la humanidad y el carácter e importancia que tiene en ellas la lucha de clases.

En las sociedades clasistas, de hecho la democracia opera como fuerza de la clase dominante, lo que confirma su carácter clasista, y en consecuencia los principios antes mencionados solo sirven a dicha clase.

Entre los politólogos del Primer Mundo se encuentra la afirmación de que no existe una teoría sobre la democracia, sino varias, atendiéndose a diversas formas o tipos de ella.

Si se toma el libro de Robert Dahl "Un prefacio a la teoría democrática" , aparecen los siguientes tipos de democracia:

a) Madisoniana,
b) Populista,
c) Poliarquica.

a) Se trata de oposición a la "tiranía " (situación así denominada por el autor). Se asientan criterios sobre lo que no puede suceder, pero se deja en la penumbra lo que sí debiera acontecer.
b) Si bien en esta se mencionan los principios antes señalados, carecen como anterior, de un procedimiento que siente pautas normativas para su cumplimiento. Dentro de este campo de "lo popular", se encuentra la llamada representativa, la cual, aunque Dahl no la menciona, se parece a la que se acaba de comentar y merece el mismo análisis.
c) Dahl define esta democracia como un sistema político en el que existen determinadas condiciones y cita ocho, las cuales se refieren a cómo tomar decisiones por la dirigencia política en vísperas de un proceso electoral, durante el y entre dos procesos, para cumplir las condiciones preestablecidas.

No obstante, la democracia poliarquica expuesta por Dahl, ofrece la posibilidad de discurrir sobre la cuantificacion de democracia en general. Para matematizar el desenvolvimiento de las ocho condiciones que Dahl presenta, este autor señala los elementos fundamentales que se integran en cada una de ellas y los identifica mediante símbolos literales, lo que propicia su integración conjunta en una formula matemática. Aparecen entonces las necesarias conderaciones, puesto que no todos los elementos, aunque sean evaluados con la misma escala numérica, abran de poseer el mismo peso en la condición de que se trate. Es conveniente recordar que una escala de valores para los politólogos del Tercer Mundo puede no coincidir en todos sus términos, y así sucede con la de sus homólogos del Primer Mundo, incluso hay escalas que pueden ser opuestas.

Dichas formulas, denominadas indicadores, evalúan la condición de que se trate en un momento dado, lo que permite comparaciones e incluso, considerando una sucesión de momentos, trazar tendencias. También es posible emitir criterios acerca del desenvolvimiento de alguno o algunos de elementos integrados en el indicador. Esta labor puede denominarse descripción cuantificadora, la cual sitúa al investigador en los umbrales de la plena utilización de las matemáticas, que se realiza cuando se estudian las relaciones cuantitativas entre factores que mantienen influencias reciprocas o vuelcan estas sobre otro, pero no se integran.

Lo anterior cae en el campo de indagar acerca de causas sociales básicas de sucesos políticos. Se trata de asuntos referidos al comportamiento de la sociedad, incluida la lucha de clases, en atención al medio en que se desenvuelven y a sus intereses. Esto es posible y realizable mediante los métodos de análisis factorial matemático, y en vías de realización apoyándose en la teoría general de la complejidad, en la que se encuentra inmersa la del caos.

Es factible llevar a la practica lo anterior, para ello es necesaria la decisión de hacerlo, porque realmente se este interesado en perfeccionar teórica y prácticamente la realización del poder del pueblo. Labor a la cual solo se enfrentan politólogos del Tercer Mundo y de manera primordial, aquellos que investigan en una sociedad sin explotados ni explotadores. Sobre la base de lo expuesto y tomando en consideración que la metódica de la ciencia política, la tercermundista inclusive, se halla en formación, entiendo que se podría asimilar la siguiente experiencia de los economistas, en el terreno de plena utilización de las matemáticas para lograr una evaluación integral de la democracia como forma de organización social.

Hay indicadores económicos que comprenden relaciones con sucesos del mismo carácter económico, pero cuyos contenidos difieren.

Entonces se establecen por separado sus indicadores y se unen, mediante conderaciones, si fuera el caso, al concepto que prima en el análisis en posiciones de relatividad. Es obvio que los resultados de tales procedimientos se mueven en escalas preestablecidas y están sometidos a la relatividad de sus componentes. Por lo que, y tomando en consideración lo dicho, sirven a las determinadas posiciones geográficas y politico-ideologicas del politólogo que las construya.

Para resumir estas notas, se puede deducir de lo anterior que la democracia si es cuantificable, lo que todavía no se puede lograr es una absoluta, sino relativa, porque al existir disímiles criterios y conductas en cuanto a ella y ser, en todos los casos sus elementos integradores, en su mayor parte, no medibles directamente, sino evaluables, los indicadores totalizadores que se obtengan solo tendrán validez para determinados países y posición politico-ideologica.

En consecuencia, cuando la democracia se desarrolla a plenitud, sin que por ello no este inmersa en un proceso de perfeccionamiento, con otras palabras, cuando el poder del pueblo es real, y la producción de bienes materiales y espirituales es social, el indicador que se elabore como "espía técnico" sobre el comportamiento de dicha democracia, no solo es importante, sino imprescindible, puesto que para elaborarlo hay que contar con otros indicadores acerca del comportamiento de factores sociales, los cuales directa o indirectamente, se conjuguen en dicho "espía" e indudablemente facilitaran la actuación en sus esferas de conocimiento de causas, lo que redundara en el perfeccionamiento de la organización social: de la democracia.


Luisa Redondo Botella
Doctora en Ciencias Sociales

     
   
   
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