Radulfo Páez

En Cuba hoy se podría acelerar más el desarrollo económico y en forma sustancial frenar las manifestaciones de corrupción y otras anormalidades en el ámbito laboral, reflejo del desinterés ante el trabajo, sustituyendo en lo posible y paulatinamente las relaciones de producción estatales en centros productivos y de servicios, ampliando la introducción de relaciones de producción participativas cooperativas.

Introducir la remuneración del ingreso de los trabajadores según los resultados finales de la producción, que recibirían una porción del aporte total del trabajo, sobre la base de la unión laboral del hombre con sus medios de producción,propiedad de la nación, de forma que los productores se sientan verdaderamente dueños de estos medios de producción, forma de trabajo a la cual correspondería organizar la autogestión colectiva de las entidades, que permite también utilizar los estímulos morales.

Iniciamos el estudio de esta temática al observar determinados problemas en la base y superestructura de la sociedad cubana, los que directamente se aprecian en centros productivos y de servicios, que están funcionando indebidamente con relaciones de producción estatales y utilizan el salario como forma de remunerar la fuerza de trabajo empleada, plenamente capacitada, dado el nivel de instrucción alcanzado por nuestra población.

En dichos centros se aprecia en muchos trabajadores desinterés,indolencia e indiferencia ante las tareas que les corresponden realizar. A partir de este fenómeno, que se conjuga con múltiples factores sociales y económicos, se produce una tendencia en parte de esta masa a involucrase en la comisión de ilegalidades, desvío de recursos del Estado y corrupciones.

Todo esto nos indica que la base económica no se está correspondiendo con la superestructura de la nueva sociedad, que deseamos sea mejor, problema que puede tener una solución entregando en usufructo a los colectivos obreros aquellos centros de trabajo que resulten conveniente para que los autogestionen, excepto los que el Gobierno considere determinantes, o sea, los de la macroeconomía, todos los cuales se mantendrían como propiedad del pueblo y permanecerían bajo la dirección de los órganos del Estado socialista, pero respetando la autonomía de los autogestionados.

En las condiciones de Cuba el salario estatal (mayor o menor) no está motivando el pleno esfuerzo de los trabajadores en la producción y los servicios pagados, porque hay que considerar que no se sienten dueños de los medios de producción con los que trabajan, el salario generalmente les resulta insuficiente y no tienen una participación directa en el valor de lo que producen con su trabajo, que descontando la remuneración salarial que les dan, es el Estado actualmente el que dispone del valor de ese plustrabajo. La parte que el propio Estado determina en interés de la nación, lo que los trabajadores no comprenden debidamente o rechazan, lo cual es una contradicción no antagónica entre estos dos factores. La Dirección de la Revolución podría darle solución a estas situaciones a partir del poder de los trabajadores y de la ciencia.

El Salario utilizado por el Estado como medio de retribución de la fuerza de trabajo no se corresponde con las necesidades de la sociedad y puede causar el poco progreso de la producción y los servicios pagados, provocando una tendencia al agotamiento de las fuerzas productivas y un debilitamiento económico, con consecuencias para el sistema.

Es una Ley que la utilización del salario estatal en la producción y servicios pagados es imprescindible en el modelo económico vigente, con su carga negativa para la sociedad, a la que el Salario envuelve en contradicciones insuperables. No queda otra alternativa que introducir paulatinamente las Relaciones de Producción Participativas Cooperativa. El Salario es una categoría típica del capitalismo.

Consecuencia de dichos desajustes se puede apreciar poca motivación ante la producción y la productividad del trabajo, que provoca la tendencia a la sustracción de recursos materiales y económicos en distintas empresas industriales y de servicios pagados, destacándose la aparición por todas partes de comerciantes por la “izquierda”, que rehuyen trabajar para el Estado y que deambulan por las calles y viviendas de los barrios, que superan en cantidad a los de los centros de distribución del Estado.

Se observa en parte de la población admiración hacia los cuenta propistas y de aquellos que ostentan mejores niveles de vida, que puede estar arrastrando a jóvenes al “jineterismo¨, la formalización de relaciones de matrimonio con extranjeros para lograr estándares de vida consumistas más altos que el resto de la población o para vivir en el exterior; el juego de la bolita se observa bastante generalizado, algunos tienen afición a las drogas y a la ingestión de bebidas alcohólicas de forma consuetudinaria, se mantienen las actividades delictivas como el robo con fuerza en las personas y viviendas y los deseos de emigrar por problemas económicos hacia otros países, principalmente hacia Norteamérica y el desprecio de algunas personas a trabajar para el Estado, incluso jóvenes.

Una parte de los medios de transporte del estado son sostenidos en funcionamiento por los propios trabajadores, que aportan los recursos que ilegalmente obtienen por fuera, para el equipo y para ellos. También existen estados de opinión de que hay grupos de administradores o dirigentes que actúan en interés de ellos y no del pueblo, que disfrutan de todo tipo de privilegios, por citar algunas situaciones de conductas que no se corresponde con nuestro proyecto socialista. Frente a todo esto se aprecian actitudes conformistas por parte de los ciudadanos que no ven cómo resolver estos problemas,a los que dan las espaldas con comportamientos pasivos, aunque no estén de acuerdo con dichos fenómenos, a pesar de las medidas que se toman por el Estado y el Partido para modificar estos y otros problemas.

No solo buscamos explicaciones a las anormalidades sociales que van en contra de las proyecciones y el accionar de la Revolución Cubana, sino también procurar el aumento de los servicios y de la producción socialista, con la introducción de las Relaciones de Producción Participativas Cooperativas, que se basan en la autosugestión de los trabajadores de las entidades productivas y de servicio que resulten conveniente. Frente a los problemas del poco desarrollo económico, baja producción y productividad, consideramos que podemos avanzar más con dicha forma participativa.

No se trata de cuestionar en lo absoluto el brillante e inigualable proceso revolucionario de nuestro país, sino de salvarlo y fortalecerlo.