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Crítica a Principio o fin del socialismo, de Manuel Castro Formento

Malime

(Ver artículo criticado)

Entre muchas de las ponencias enviadas a la conferencia que tuvo lugar en la Habana del 5 al 8 de mayo de 2003, leyendo la del citado autor me suscitó la necesidad del comentario crítico. Destaco en el comienzo esta cita (4) que reproduzco y de la que parto en mis comentarios que intentaré desarrollar en este y en los otros puntos posteriores.

“(4) …el modelo elegido por la otrora URSS no condujo ni respondió a los fundamentos básicos del socialismo, entonces, estaremos en condiciones de aseverar de que no estamos en presencia de una crisis total del socialismo como sistema económico y político; sino ante el descalabro de una variante de modelo que no contó con una fundamentación científica, no se ajustó a las condiciones concretas del desarrollo de las fuerzas productivas que estancó el progreso científico técnico (PCT) y sus reformas sucesivas no advirtieron que dicho modelo estaba agotado y no era viable, dado el idealismo de sus proyecciones, etc. Por consiguiente, rechazamos las afirmaciones de algunos teóricos que hablan de caducidad de la teoría marxista y muerte del socialismo y, descartan a este, como modelo alternativo al capitalismo para el presente y el porvenir de toda la sociedad. Un enfoque científico para el futuro inmediato del socialismo sería, considerar que el modelo actual aún las fuerzas productivas de la sociedad no han alcanzado el desarrollo previsto por Marx, para pasar a la formación de la fase socialista del modo de producción comunista.”

El autor da por supuesto, puesto que cayó la URSS, que no era válido el modelo soviético, que no contó con una fundamentación científica, que no se ajustó a las condiciones del desarrollo de las fuerzas productivas. Sin embargo entra en una tremenda contradicción, porque es evidente que la revolución si tuvo lugar y el zarismo y el capitalismo fueron derrocados. Los soviets, ese modelo que niega, sí respondió a los fundamentos de la revolución, a cómo se tenía que organizar la lucha antisistema con la democracia directa y participativa que era el soviet. Se enreda con lo que sucedió después de la revolución. Además de sin decirlo, considerar a Lenin, como lo hicieron los reformistas de su época, un aventurero por haber defendido el soviet frente a la Duma. Olvida que fue el propio Lenin el que dijo que en Rusia no se daban las condiciones objetivas para que el socialismo pudiera mantenerse. Y debería preguntarse porqué lo dijo, y porqué no retornó a la forma clásica de la democracia parlamentaria burguesa.

Sería tanto como decir que en Cuba no se debió realizar la revolución porque no se daba el desarrollo necesario de las fuerzas productivas para que triunfase y se consolidase la revolución. Otra cosa es saber si en la revolución cubana se están desarrollando las condiciones objetivas y subjetivas que permitan al pueblo erigirse en clase dominante ejerciendo el poder desde abajo, si el partido una vez superadas las condiciones de atraso no suplanta al pueblo y posibilita que el poder ascienda hacia arriba, desde los centros de producción y desde los demás lugares naturales donde el pueblo puede ejerce el poder. Algo muy complejo de producirse desde el acoso y el cerco imperialista.

Y puestos a criticar de aventurero también habría que hacerlo con el fondo y forma revolucionaria del Manifiesto Comunista, sobre todo del prólogo de la edición inglesa de 1882 realizado por Engels, donde a la vista de la experiencia de la Comuna de París decía que aquel acontecimiento aportaba una experiencia a tener en cuenta y que el Manifiesto tendría que redactarse de otra forma. Tener en cuenta aquella experiencia que por su forma de funcionamiento organizativo revolucionario, que si no llegó a triunfar fue porque no se desarrolló en toda su dimensión. Aquel manifiesto revolucionario de 1848, siguiendo el criterio del autor no se ajustaba al grado de desarrollo de las fuerzas productivas de la época, lo da a entender por lo menos en Rusia, y que por lo tanto se debió esperar a que el capitalismo se desarrollase más y se generasen las fuerzas productivas necesarias. Algo que tiene presente en el desarrollo de su discurso a lo largo de sus otros puntos.

Lenin confiaba que la revolución continuase en los países más avanzados de Europa, donde si se daban las condiciones objetivas para que el socialismo se pudiera mantener después de la revolución, porque existía en esos países una clase obrera en la que poder apoyarse el proceso revolucionario, algo que no se daba en Rusia. Y esa realidad histórica evidencia que el grado de organización soviética fue suficiente para derrocar el capitalismo, el factor subjetivo que propicio ese grado de organización popular se dio en Rusia, pero no se dio en los países europeos. El factor subjetivo marxista y leninista de visión revolucionaria se dio en Rusia donde si existía un partido bolchevique con una base marxista sólida, pero no en aquellos países teóricamente en mejores condiciones objetivas para que si cuajase la teoría marxista. En aquellos países la socialdemocracia no había salido del cascarón utópico socialista, queriendo construir el socialismo con las armas y el juego político de la burguesía. Ese cascarón sigue presente e incluso se está imponiendo en organizaciones que antes se consideraban comunistas y ahora incluso renunciando a su nombre siguen el juego de la socialdemocracia.

Lenin al confiar se produjese la revolución en aquellos países, teóricamente en mejor situación, no se produjo aquel grado de organización y por lo tanto no se produjo la ayuda que esperaba de ellos y que ayudaran a ganar tiempo que permitiese que en Rusia se generaran las condiciones objetivas que si permitiesen al pueblo organizarse como clase dominante para administrar directamente el poder sin tener que delegarlo en el partido, como sucedió.

Teniendo en cuenta el planteamiento del autor, no entra a explicarse el carácter soviético de lo que no era soviético, para acusar al modelo soviético de antidemocrático y burocrático, echa en falta la pluralidad partidista, (al margen los errores estalinistas), sin analizar que la gran disputa con los partidos reformistas se centraba en que estos no querían reconocer y se oponían incluso militarmente al nuevo poder soviético, pretendiendo que se devolviese el poder a la Duma. Desde ese planteamiento que no era soviético da por erróneo al modelo soviético y nos induce al modelo de democracia delegada en la clase política, pretendiendo que esta no cometa los errores dados en la revolución rusa. En ningún momento entra a defender la forma de la verdadera democracia, la que permite al pueblo explotado erigirse en clase dominante. No comprende la democracia directa de abajo hacia arriba que permita una planificación (negada en su punto 3) económica nada burocrática, ni impuesta desde arriba, sino desde esa democracia que fluye de abajo hacia arriba y viceversa, donde existe la participación y el control permanente desde abajo hasta la cúspide. Algo incomprensible para el autor y desgraciadamente para multitud de los que nos consideramos comunistas y buscamos formulas ideales que ignoran las defendidas por Marx y Lenin cuando sí nos mostraron y demostraron con la experiencia de la Comuna y el Soviet las formulas válidas.

Formas de lucha y de poder que se desarrollan en el viejo sistema capitalista. Como sucedió en 1905 hasta 1917. Una forma de lucha que se demostró eficaz para permitir el grado de organización que acabó con el sistema capitalista, y que se habría consolidado de haberse dado las condiciones objetivas, es decir la existencia de una clase obrera lo suficientemente desarrollada en la que apoyarse la revolución y poder administrar el poder directamente. La unidad dialéctica existente entre forma y fondo sistemático, tanto durante el proceso de lucha como de poder, que necesariamente, insisto, se tiene que desarrollar en el caduco sistema capitalista. El grado de desarrollo del subjetivismo del nuevo poder se tiene que forjar en el viejo sistema. No se puede esperar e improvisar a que una crisis de sistema facilite la caída del capitalismo. Al día siguiente de la revolución el nuevo sistema, con la nueva maquinaria estatal tiene que hacer funcionar el complejo efecto de la revolución, ese nuevo poder en manos del pueblo tiene que asegurar que la producción no se pare, que los servicios sociales se mantengan. Para ello tienen que existir en los centros de producción, en los centros asistenciales, etc. comités o soviet que lucharon por el poder y que lo posibiliten una vez tomado, que sustituyan a los directores y funcionarios puestos por el poder capitalista.

Nuestro amigo se enreda en el punto (5) al decir que no existe la base económica y condiciones políticas que permitan la lucha armada o la revolución pacífica. Será cuestión de seguir esperando, a no sé qué condiciones objetivas tengan que producirse, cuando lo evidente es que si el sistema capitalista se mantiene en el mundo a pesar de las contradicciones económicas y sociales generadas, es precisamente porque lo que está fallando estrepitosamente a nivel mundial, es el desarrollo de las condiciones subjetivas que acaben con el dominio ideológico ejercido por la burguesía, y en el que se encuentran sumidas las grandes masas explotadas y los propios partidos comunistas que aun no han renunciado de su nombre, incapacitados para vencer a esa ideología dominante, desde el discurso teórico y práctico.

En su punto (7) tergiversa groseramente a Lenin pretendiendo enfrentarlo a Marx, cuando pone palabras nunca leídas pretendiendo que defiende la revolución socialista aislada o nacionalista, de no considerar la revolución mundial propugnada por Marx y para evidenciar su pretendido error pone como prueba la necesidad de recurrir al NEP, cuando todo el mundo sabe que ante el fracaso de la revolución en los demás países y el acoso interno y exterior fue ese el recurso que le quedó, la razón de intentar subsistir retornando a ciertas formas de economía capitalista que sacara al pueblo de la hambruna que padecía. Aceptando esa crítica, tendría que decir entonces que en Cuba se están produciendo desviaciones socialistas al permitir se instalen y hagan negocio los capitalistas del sector turístico, por persistir en seguir siendo un país socialista, y encontrarse aislado.

Resulta difícil seguir la continuidad crítica de un discurso que parte de una concepción errónea de lo que es la base filosófica revolucionaria del marxismo, cuando es cuestionado Lenin que es el teórico que la desarrolló en sus aspectos fundamentales como es el papel del partido, del proletariado organizado como clase dominante, lo que implica una concepción científica de la función histórica del estado y la democracia, así como de la situación que se ha generado en la fase superimperialista del capitalismo apuntada ya en su obra, El imperialismo fase superior del capitalismo. Una fase tremendamente peligrosa, no solo por las muertes que está provocando, sino por el caos generado que puede amenazar todo signo de vida en el planeta. Y que defraude el determinismo con el que algunos modernistas entendieron el marxismo, no se dé lugar al añorado socialismo y comunismo, sino que como digo desaparezca la propia especie humana, incluida, por supuesto la aselvajada clase oligárquica que controla el mundo, dado el poder tecnológico destructivo puesto en sus manos.

     
   
   
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