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Principios fundamentales de la concepción de democracia en la sociedad cubana actual

Edith González Palmira

El tema de la democracia se ha vuelto recurrente para políticos y teóricos que pretenden, en el primer caso, legitimar el sistema político que defienden y desacreditar las experiencias esencialmente diferentes que se le oponen o sencillamente no conviene que se les reconozca su validez. En el segundo caso, también se ha incrementado la producción científica que analiza los procesos políticos concretos y aportan elementos para argumentar la necesidad de un modelo democrático que privilegie las fórmulas de democracia representativa o que potencien la participación popular o distribución equitativa del poder, en el mejor de los casos.

En ese contexto, junto a los procesos globalizadores que abarcan la internacionalización del pensamiento liberal; el cambio del sentido de la transición socialista hacia el capitalismo en los países de Europa del Este y la antigua Unión Soviética; el "fin de la guerra fría (aunque para el caso cubano no ha cesado); y el incremento de la función hegemónica del imperialismo norteamericano en el mundo unipolar en que vivimos, se han intensificado los ataques al modelo democrático cubano.

Teniendo en cuenta todos estos hechos, la argumentación de la significación positiva o valor de la democracia en Cuba cobra una gran importancia y actualidad.

Junto a esto, la propia dinámica y tendencia de desarrollo del sistema cubano plantea la necesidad de su perfeccionamiento y de incrementar la eficiencia estatal, así como, la legitimidad de las instituciones y principios democráticos por los que se orienta la actividad política en Cuba.

Otro elemento que aporta gran actualidad al tratamiento del tema de la democracia en Cuba es el hecho de que, la propia imagen de la democracia socialista está en formación y la misma debe perfilarse y perfeccionarse con la utilización de metodologías para el estudio de la realidad socialista y para las propuestas de su perfeccionamiento en este tema.

De hecho, el sistema político cubano se ha ido perfeccionando y creando nuevas estructuras que pretenden acercar más al pueblo a la gestión de gobierno y lograr una mayor distribución del poder. Todo ello sobre la base de principios rectores que orientan el funcionamiento democrático de la sociedad en general y su sistema político en particular.

Una precisión conceptual necesaria

La democracia ha sido definida de muchas formas diferentes y cada definición enfatiza en uno u otro de sus aspectos (formal o sustancial), o en una u otra forma o esfera de la actividad humana (política, económica, social) en la que se desarrolla el proceso democrático. En nuestro caso nos referiremos a la democracia política y por ella entendemos una forma de organización y funcionamiento de la actividad política de la sociedad, cuyo rasgo fundamental es la distribución equitativa del poder con tendencia al autogobierno.

Por su parte, la actividad política es aquella forma de actividad humana que se desarrolla a través de las relaciones de poder que se establecen entre dirigentes y dirigidos, entre una y otra parte de la sociedad y cuya actividad de toma de decisiones influye en la regulación de todo el conjunto de las relaciones sociales para garantizar fines e intereses de clases, grupos, individuos y naciones.

La concepción democrática que exponemos se refiere a la democracia política, entendida ésta como un valor, o lo que es lo mismo, un proceso de significación positiva. ¿Qué quiere esto decir? La democracia como valor político es posible analizarla, al menos en tres planos fundamentales de su manifestación. Uno de ellos tiene que ver con la existencia o manifestación de la democracia como parte de la existencia real de la sociedad, es decir, como resultado de la relación entre los distintos procesos o acontecimientos de la vida política y la significación que para la sociedad en su conjunto estos tienen de acuerdo a sus necesidades e intereses. En otras palabras, la democracia como valor, en su dimensión objetiva. Esta es la significación social positiva que adquieren las dimensiones de la democracia política al formar parte real o potencial de la actividad práctica de los individuos.(1) Dicha definición apunta hacia el reconocimiento de la significación social que adquieren las instituciones del sistema político, las formas de ejercicio del poder, los derechos y libertades democráticas, la cultura política, los valores democráticos al incluirse en la actividad práctica de los hombres y para satisfacer intereses y necesidades genéricamente humanas. Sin olvidar el carácter clasista que esta posee.

Cuando hablamos de significación social positiva nos referimos a aquella significación "que desempeña un papel positivo en el desarrollo de la sociedad y que, por lo tanto, está relacionada directa o indirectamente con el progreso social"(2) Pero con todo esto no termina el mundo de los valores. Si bien el valor en el plano objetivo se refiere a la significación social positiva, no todos los sujetos reflejan esta significación de igual forma. Ese proceso de reflejo se llama valoración y como resultado del mismo se conforma una imagen subjetiva del valor y se incorpora o no como parte de su sistema de valores. Con esto nos estamos refiriendo a la manifestación del plano subjetivo del valor.

La democracia política como valor en este plano expresa la interpretación subjetiva de su significación social, el contenido de significación positiva que tienen las dimensiones o elementos de la democracia política para el sujeto dado de acuerdo a sus necesidades e intereses.

Cada sujeto va constituyendo su propio sistema subjetivo del valor democracia, el cual puede o no corresponderse con el valor objetivo de la democracia ante todo en dependencia de la coincidencia de los intereses particulares del sujeto dado, con los intereses de la sociedad en su conjunto.

Por otra parte debemos señalar que como existen múltiples sistemas subjetivos del valor, la sociedad sería un caos si no se organizara alrededor de un determinado sistema subjetivo de dicho valor. De ahí que resulte necesario reconocer la existencia de un sistema de valores instituidos o el valor en el plano instituido.

Como señalábamos, la definición de un plano instituido parte del hecho real de que, de todos los sistemas subjetivos de valores que existen en la sociedad, siempre hay uno que se establece como orientador o normativo para toda ella. Este sistema es el resultado de la generalización, a través de determinados mecanismos de poder, de una o varias escalas de valores de los sistemas subjetivos de determinados individuos o grupos sociales. La democracia como valor en este plano expresa la valoración oficial de la significación social de las dimensiones de la democracia política, la cual y tiene la función de orientar, organizar y regular la vida de la sociedad de acuerdo a determinadas normas, principios, ideas, instituciones.

Este sistema de valores se concreta en la ideología oficial y se puede reconocer en el discurso de quienes dirigen la sociedad y en los documentos y leyes reguladores de la vida social. Por este sistema de valores se diseña la política del país, se establecen las normas jurídicas, se reglamenta la vida de la sociedad en todas las esferas. Su difusión se realiza a través del discurso oficial, los medios de comunicación masiva estatales, la enseñanza de tipo estatal, la legalidad, etc.

El contenido de la democracia como valor en este plano puede o no ser asumido e incorporado total o parcialmente por el sistema subjetivo de valores de los individuos, grupos o la sociedad en general en la medida en que estos se sientan representados por ellos.

La definición de la democracia como valor en el plano instituido también puede o no corresponderse con la manifestación de la misma en el plano objetivo. La falta de correspondencia puede deberse a la diferencia de intereses entre el grupo de poder y la sociedad o a equívocos o insuficiencias en su establecimiento.

En el presente trabajo nos referiremos al contenido de la democracia política en Cuba precisamente en este plano y lo haremos sólo señalando los principio o rasgos fundamentales que orientan su definición.

Particularidades de la definición del contenido de la democracia como valor en este plano para el caso cubano.

La definición de la democracia en Cuba tiene dos fuentes teóricas fundamentales. Una de ellas se refiere a la concepción socialista y marxista sobre democracia. La misma se ha configurado históricamente incorporando los mejores elementos de las concepciones sobre democracia de la humanidad y resaltando la especificidad de la política en la sociedad socialista. Esta última se destaca por su contenido social y el ejercicio del poder por parte de las grandes masas con tendencia a lograr el autogobierno. La otra fuente teórica es el pensamiento revolucionario cubano no marxista sobre política y democracia en el que se destacan las concepciones del guía espiritual de la Revolución cubana, el Apóstol José Martí, y cuyos fundamentos coinciden con la concepción marxista en cuanto a sus aspectos más emancipatorios.

Otros elementos que le imprimen rasgos particulares a la definición de la democracia en este sentido y que no están presentes en otros países son los siguientes:

Papel del Estado y el Partido Comunista en la vida socio-política y económica de la sociedad caracterizado por una incidencia directa en el desenvolvimiento de la misma.

Carácter estatal de los medios de comunicación y la enseñanza.

Existencia de un sistema de organizaciones de la sociedad civil que se ocupan de difundir este sistema de valores e incidir en las conductas de los individuos.

Como peculiaridad del caso cubano hay que señalar además que, las fórmulas de participación directa que se han utilizado en la discusión de problemas y la aprobación de documentos que se consideran oficiales para la regulación de la vida del país nos hacen reconocer que los rasgos que a ella se atribuyen en su desenvolvimiento son resultado del consenso y la incorporación de elementos de gran parte de los sistemas de valores individuales de la sociedad.

Para caracterizar a la democracia en Cuba hoy es necesario partir del presupuesto de que el desarrollo del concepto y la práctica democráticas son una muestra del carácter dialéctico de todo proceso democrático en el que los elementos de continuidad, concreción histórica y superación se manifiestan inevitablemente.

Como habíamos señalado, el contenido de la política o del modo de hacer política por los actores del sistema político determina el contenido de la democracia y en particular de la democracia política. Es por ello que, reconociendo ante todo el carácter social de la política dirigida a resolver el problema de las mayorías que gobiernan y defendiendo la nación con el concurso de esas mayorías, podemos decir que la democracia fue definida en esos mismos términos desde los primeros años de la Revolución Cubana.

Una síntesis de esos rasgos fue formulada por el máximo líder de la revolución naciente tan tempranamente como en mayo de 1960. En discurso pronunciado por motivo del Primero de Mayo Fidel desarrolló los elementos apuntados, enfatizando que, ".... Democracia es aquella en que la mayoría gobierna... en que los intereses de la mayoría se defienden". También resume su concepto de democracia y de "gobierno realmente democrático" mencionando los derechos de que gozaría esa mayoría, los cuales sobre todo se referían al sustento, la cultura, el trabajo, la salud, la dignificación humana, la igualdad social, la defensa de la Patria, entre otros. (Castro, 1983:423) Con esta definición se destacan, especialmente, los elementos sustanciales de esta democracia, su identificación con los rasgos del nuevo orden social que tan intensamente se estaban materializando.

Ya vendrían, más adelante, los años de la institucionalización que aportaron nuevos elementos de carácter formal o institucional a esta democracia junto a los pasos que se fueron dando para la organización de la sociedad civil y la militancia política en el país.

Como quiera que este proceso ha sido analizado muy profundamente por otros autores, y que nuestro objetivo fundamental es el análisis de la democracia hoy, no nos detendremos en su evolución histórica. A estas razones hay que agregar la ya mencionada en cuanto al elemento de continuidad en el desarrollo de dicho concepto.

Sin embargo, es necesario relacionar al menos las condiciones en las que se desarrolla el proceso democrático a partir de los años 90. Las mismas han influido de una u otra manera en la forma de desarrollo de la actividad política y en la definición de la democracia.

Son condiciones particulares del período que analizamos (años 90), las siguientes:

La agudización de la globalización neoliberal con sus procesos de internacionalización del capital y difusión de ideología liberal sobre democracia y sistemas políticos, la cual trata de imponerse en la práctica y los discursos internacionales.

Esta situación se incrementa a partir del derrumbe del campo socialista y las consecuencias de descrédito al socialismo como sistema viable, así como, de la exhaltación de los mecanismos y "valores" capitalistas. Ello ha motivado la introducción de nuevas formas de enfrentar la confrontación ideológica interna y externa y la concreción de nuestros principios en esas condiciones, lo cual repercute en la forma de hacer política.

La situación de Período Especial que enfrenta el país, la cual ha originado cambios en conceptos importantes como la propiedad, la introducción de nuevos mecanismos económicos y la transformación de las condiciones sociales. Por ello ahora la propiedad social convive con nuevas formas de propiedad; surgen nuevos actores económicos; hay más apertura a la inversión extranjera; aparecen desigualdades sociales antes no conocidas, se afectaron los niveles de logro de la justicia social por escasez de recursos y otros factores.16 Cambios en la vida espiritual de la sociedad y la afectación a los grados de credibilidad y apoyo a la ideología de la Revolución, aunque también hay nuevas formas de identificación con el proceso. Pensamos que esto incide particularmente en el logro del consenso que sigue siendo principio básico de la política en Cuba y mayoritario a favor de la Revolución.

Repercusión de todas las transformaciones en las formas de hacer política aunque los principios sustanciales se han mantenido. De manera muy directa éstas han incidido en la definición de conceptos que se han materializado en documentos importantes de la vida política del país. Este hecho se convierte en otra de las particularidades a considerar, es decir, la reelaboración y aprobación de documentos básicos para el funcionamiento democrático.(3) Transformaciones relacionadas específicamente con el funcionamiento del sistema político entre las que se encuentran: redefinición de algunas de las funciones del Estado; organización y fortalecimiento del trabajo comunitario como espacio de participación y solución a los problemas; ampliación del trabajo del delegado al afrontar la solución de problemas que antes no existían o no lo eran tanto; instrumentación de los cambios referidos a la estructura y funcionamiento de los órganos estatales y en procesos como la rendición de cuentas y las elecciones, entre otros.

Estabilidad mantenida a pesar de la crisis económica que atravesamos.(4)

Estas son algunas de las condiciones de repercusión a nivel de toda la sociedad en las que se manifiesta la democracia en Cuba y el funcionamiento en general de la actividad política.

No podremos referirnos a todas las ideas que caracterizan el contenido de la democracia en Cuba en el plano instituido y mucho menos a los detalles de cada uno de los documentos rectores de la democracia política en Cuba. Sin embargo, trataremos de destacar las ideas o principios que consideramos rectores para su funcionamiento y definición en el discurso político y en dichos documentos. Son estas ideas las que se concretan en leyes y resoluciones, las que se exponen al pueblo para su educación política y las que se divulgan al exterior como la forma de democracia cubana.

Rasgos generales y principios rectores de la definición de democracia en el plano instituido.

.Relación democracia socialismo.

Se identifican en el discurso político y la normativa del funcionamiento democrático los contenidos de ambos conceptos y se relacionan como partes de una misma práctica del orden social pues, "... No hay régimen más democrático que el socialista"(Castro, 1992:1-8) y "nuestro proyecto es socialista porque es verdaderamente revolucionario y por ser verdaderamente socialista es auténticamente democrático, profundamente popular"(Alarcón, 1995a:11).

Esta relación se justifica aún más porque el rasgo fundamental del socialismo cubano se ha identificado con la justicia social, la cual es también considerada uno de los valores sustanciales de su democracia. Por esta lógica se ha definido que "...Sólo el socialismo como régimen político, económico y social podía aportar toda la justicia".(Castro, 1995a:4) Esto se asume, por supuesto, debido a los rasgos de humanismo, propiedad social sobre los medios fundamentales de producción, el papel determinante del sujeto en su desarrollo y otros que se le confieren a este tipo de sociedad.(5) 19 Es importante tratar en este aspecto que la idea de Socialismo en el período que analizamos se ha transformado debido a varias razones. Entre ellas, los cambios ocurridos en los países que construían esa sociedad; el derrumbe del campo socialista que, en gran medida hacía que el nuestro existiera; además debido a los cambios internos de la práctica política y económica de acuerdo a conceptos que antes no se concebían por la mayoría de los cubanos para un país socialista. Entre dichos cambios están la posibilidad de la inversión extranjera y el capital mixto, los nuevos tipos de propiedad, la posibilidad del paso del socialismo al capitalismo, la aparición de nuevos actores económicos y otros.

Estas transformaciones, junto a otras ideas como la nueva visión de integración de los religiosos a la vida socio-política, el cambio en las relaciones con la emigración cubana, (sobre todo en Estados Unidos), han obligado al cubano a redefinir su propio concepto de Socialismo Cubano aunque los principios básicos se mantienen. No han faltado los que han considerado que ya no se construye, o los que se sienten defraudados o desorientados. Pero no pretendemos, por ahora, extendernos en un análisis sobre las características del socialismo cubano y los cambios con respecto a otras épocas así como a todas las consecuencias subjetivas y objetivas de los mismos. Sólo queremos hacer notar que ante la evidente relación en el discurso político entre Democracia y Socialismo y las transformaciones relacionadas con ese tipo de sociedades y su concepto, se ha hecho necesario fundamentar en dicho discurso el carácter de los cambios e influir en las conciencias individuales para su entendimiento.(6) Este tema no debe ser descuidado y mucho menos la exigencia, como voluntad política, de que los principios esenciales del socialismo se materialicen y se aprecien objetivamente. Esto, de hecho, hace menos necesaria su explicación verbal o en términos de aspiraciones.

Es importante destacar que ese discurso político explicita la idea de mejorar o perfeccionar el socialismo asociada a aspectos que tienen que ver muy directamente con nuestra forma democrática de conducirse la sociedad y la actividad política. Así lo entendemos cuando se insiste en "mejorar el socialismo" pero sin destruir "los valores históricos del proceso revolucionario". Entre ellos se incluye al Partido; al Estado, su prestigio y autoridad, el gobierno y los valores morales. (Castro, 1991a:3)

.Relación entre democracia, soberanía e independencia.

Esta idea siempre se desarrolla en relación con los conceptos de pueblo, revolución y socialismo.

Los conceptos de independencia y soberanía se han tratado como consustanciales al socialismo y la nacionalidad cubana. De la misma forma, son reconocidos como condición indispensable para ejercer el gobierno y desarrollar la sociedad Este rasgo es algo muy peculiar de la democracia en Cuba, como particular es también la política de los Estados Unidos hacia ella y la importancia que para el desarrollo de este país del Tercer Mundo posee la independencia política y económica.

. La unidad como condición indispensable para el desarrollo de la democracia.

La unidad del pueblo con su partido, el Estado y las organizaciones de la Sociedad Civil Socialista ha sido considerada condición indispensable para el desarrollo de la Revolución y sus tareas sociales. De hecho, se considera que, no hubiera sido posible enfrentar todos estos años los difíciles problemas que ante sí ha tenido la Revolución Cubana sin la cohesión entre todos esos elementos. Así lo ha reconocido la dirección del país, la cual ha declarado que, "contamos con organizaciones de masas, con el Estado socialista organizado, contamos con el Ministerio del Interior renovado y fortalecido; contamos con infinitas fuerzas... Pero contamos con la unidad estrecha, sólida e indestructible de todos los revolucionarios y la unidad estrecha, sólida e indestructible de nuestro Partido con el pueblo". (Castro, 1991b:2) Esta idea ha cobrado más importancia y fuerza en las condiciones actuales y así se refleja en el discurso político. No sólo se relaciona con el logro de resultados sociales sino de "batallas políticas" que mucho tienen que ver con los mecanismos democráticos. Tal es el caso de la argumentación de la necesidad de un solo partido que agrupe la fuerza de los que luchan por la Revolución, incluyendo a los religiosos desde 1992 y enfrentando la idea de creación de varios partidos alentada desde el exterior.

También tenemos el caso de los períodos eleccionarios donde el principio de la unidad se convierte en argumento recurrente para el satisfactorio desenvolvimiento de dichos procesos. La necesidad del voto unido es explicado, por ejemplo, como una forma de mostrar esa unidad para el apoyo a la Revolución y la Patria.

El discurso político apela a esos sentimientos patrióticos y de apoyo a la revolución para lograr el voto unido, lo cual es una muestra de confianza en los nominados porque "salen del pueblo" y "defienden la política que resuelve los problemas del pueblo", se evita la "competencia por los votos" y la "búsqueda incesante de la publicidad para así lograr que el voto "pueda fundarse en el mérito y la capacidad" y "no incurrir en la injusticia" de que no salgan los menos conocidos para poder garantizar la representatividad necesaria de todos los sectores de la sociedad.

Además se argumenta que abrevia mecanismos que de lo contrario extienden y complejizan el proceso, aunque ésta no es la razón determinante.

Hay que decir que, en el discurso político, sobre todo de los máximos dirigentes, los argumentos se explican con sumo cuidado y buscando el consenso del pueblo de forma consciente pues la convocatoria del voto unido "no es una ley sino una estrategia política" y se trata de un "problema de conciencia, no un problema de disciplina". En estos argumentos reconocemos el conocimiento de la distinción necesaria entre el hecho político y el técnico en el ejercicio del voto de los ciudadanos.(7)

. Carácter eminentemente democrático de los aspectos más formales e institucionales de la democracia.

Dentro de esta idea general e integradora se destacan los siguientes elementos:

. El proceso eleccionario.

En cuanto a este aspecto se declara que, "nuestro sistema electoral... como expresión y parte integrante de nuestra democracia es una de las conquistas fundamentales de nuestro socialismo, de nuestra Revolución, es una de nuestras conquistas irrenunciables, una de las conquistas que debemos salvar, que debemos defender y que debemos perfeccionar" (Alarcón, 1995b:45).

Por ello se considera que, "nuestras elecciones" y "nuestro sistema electoral es el más democrático que exista hoy en cualquier lugar del mundo".

Los argumentos que se usan para demostrarlo son:
1. La posibilidad de nominación y elección de cualquier ciudadano del pueblo sobre la base del mérito incluso para el órgano supremo del Estado que se dirige de forma colegiada.

2. Las elecciones no dividen al país sino que lo une.

3. No existe la politiquería, la demagogia, la compra de votos, ni la publicidad.

4. Los elegidos no gozan de privilegios.

5. Nominación por el pueblo y no por partidos. Utilización de comisiones formadas por representantes de las organizaciones sociales del pueblo y dirigidas por la Central de Trabajadores de Cuba.

6. Voto libre.

7. Todos los cargos electivos deben rendir cuenta y pueden ser revocados.

Las elecciones son concebidas como un elemento más del proceso democrático y no se reduce a ellas su contenido.

Todos estos rasgos están refrendados en los documentos políticos más importantes como son la Constitución de la República, (reformada en 1992), en su artículo 84 y en el capítulo XIV, artículos del 131 al 136, así como, en la Ley Electoral.

. Principio del consenso como método fundamental para la toma de decisiones de incidencia en la vida de toda la sociedad.

Es una particularidad en el funcionamiento de la vida política del país, como está concebido en el contenido del plano instituido, el carácter de valor del principio del consenso.

Este es reconocido como fundamento de la actividad del Estado y el partido y de las acciones para el desarrollo social.

Se reconoce que todo lo que hemos hecho ha sido sobre la base del consenso "porque de otra manera no se explicaría". (Castro, 1995:6) El consenso se basa no sólo en el logro de resultados que el pueblo pueda apreciar como resultado de una voluntad política que hace realidad el concepto de "gobierno para el pueblo", sino que, se concibe como un resultado de un trabajo consciente con la cultura política del pueblo y entre otros se reconoce que "para el logro del consenso la revolución educó al pueblo en los siguientes principios e ideas: sensibilidad ante desigualdades y privilegios; hay que salvar la Patria y la Revolución, las conquistas del socialismo, conservar la independencia, mantener el derecho al futuro". (Castro, 1995b:6) Al principio del consenso se asocia la idea de la democracia como método de discusión. La "forma más democrática" para elaborar criterios se ha definido con los siguientes rasgos de:
discutirlos mucho, con mucha libertad, con toda la amplitud necesaria, con el máximo de información y que todos hablen. (Castro, 1991:2) En el período que analizamos el principio del consenso ha cobrado mayor importancia como contenido del valor democracia en el plano instituido y esto se ha materializado en la instrumentación de métodos y vías como los Parlamentos Obreros, perfeccionamiento de las Comisiones de trabajo de las Asambleas del Poder Popular, nuevas formas de realización de congresos de organizaciones e instituciones, entre otros.

. Organización de la democracia de forma directa y representativa.

La democracia en Cuba está diseñada para ejercer el poder de forma directa o a través de sus representantes como se estable en el artículo 3 de la Constitución de la República.

. Definición del carácter democrático de la estructura y funcionamiento de las instituciones, organismos y organizaciones del sistema político.

En este sentido se han establecido las reglas a través de las cuales se expresan los principios de la democracia socialista para la constitución y el funcionamiento del Estado.

Cada una de estas reglas son argumentos para demostrar el carácter democrático, no sólo del sistema político, sino de los procesos eleccionarios por cuanto son una garantía de que los elegidos trabajarán regidos por normas y principios de ese carácter.

Dichos principios de la "democracia socialista" se concretan en, la determinación del carácter electivo y renovable de los órganos representativos de poder del Estado; el control de las masas a la actividad de dichos órganos; el deber de rendir cuenta de los elegidos, así como la posibilidad de revocarlos de sus cargos; el desarrollo de la iniciativa por parte de cada órgano estatal, utilizando todos los recursos, posibilidades e incorporación de las organizaciones sociales y de masas; el obligatorio cumplimiento de las disposiciones de los órganos superiores por los inferiores, los cuales responden ante aquellos y le rinden cuenta de su gestión; la libertad de discusión, el ejercicio de la crítica y autocrítica y la subordinación de la minoría a la mayoría para todos los órganos estatales colegiados.(8) La organización y funcionamiento del Estado se concibe con dos ideas esenciales que complementan las reglas enunciadas. Estas son la nominación por el pueblo y la participación popular.

El carácter democrático del Estado se define también por el contenido de su actividad y funciones las cuales se recogen en el artículo 9 de la Constitución.

A través del mismo se precisa que "realiza la voluntad del pueblo" y "como poder del pueblo en servicio del propio pueblo" garantiza derechos y libertades para la dignificación, integridad y beneficio del mismo.(Constitución, 1992) Es importante destacar además que, asocia su actividad con la defensa de una ideología específica y un tipo de sociedad en correspondencia con ella: la socialista. Por eso introduce funciones para garantizar sus rasgos como es el caso de la "dirección planificada de la economía nacional".

También están delimitadas las atribuciones y funciones de los órganos estatales. (Constitución, 1992) Otro aspecto importante en este análisis es la declaración de la importancia de la legalidad y el respeto a la misma para el funcionamiento de los órganos del Estado, sus dirigentes, los cuales tienen la obligación de velar por el respeto a la legalidad en "la vida de toda la sociedad".

(Constitución, 1992:7) En el análisis del Estado un "pilar esencial de la democracia en Cuba" se considera la concepción de un Estado con división de funciones y no de poderes. Esta concepción parte del hecho real de que el poder es indivisible y reside en el pueblo.

Este criterio se justifica desde el punto de vista jurídico y también por el contenido material y la actividad práctica del Estado por cuanto esto aparece como un todo.

Sin embargo, no pueden descuidarse las consecuencias prácticas de este principio asociadas a la no diferenciación de funciones del poder estatal en los diferentes órganos, así como la concentración de cargos en las mismas personas aunque para el caso cubano este último rasgo es resultado también de un proceso de legitimación histórica que no tiene que ver directamente con el diseño del sistema institucional.

. Defensa de la existencia de un Partido único.

Sistema Político cubano se basa en la existencia de un único partido, definido a partir de la Reforma Constitucional de 1992 como "vanguardia organizada de la nación cubana" y no sólo de "la clase obrera" como aparecía en la Constitución de 1976.(Constitución, 1992:6) Esta declaración hace más consecuente su definición con las necesidades de la nación y las posibilidades, reconocidas oficialmente, de pertenecer a un partido político. El hecho de ser el único exige que solo se excluyan del mismo los que no ostenten las condiciones que este requiere desde el punto de vista de la ejemplaridad y la de suscribir o adherirse a la defensa de los principios e ideales que este defiende.

Un hecho significativo es la inclusión, a partir del año 1992 del pensamiento martiano como fundamento doctrinario del partido, junto al marxismo-leninismo ya reconocido anteriormente.

Dicha inclusión hace justicia a la historia real del surgimiento del mismo y los principios que han orientado el proceso revolucionario.

El partido se define como "la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado", lo cual es una peculiaridad en el funcionamiento de los sistemas políticos actuales. Esto responde al carácter de transición socialista de la sociedad cubana y el haber asumido la ideología marxista- leninista que define la importancia del Partido Comunista en un sistema de dictadura del proletariado. Ello sintetiza la idea leninista del "partido de nuevo tipo" y la idea martiana de un partido para la lucha y la fundación de una República "con todos y para el bien de todos".

Como señalábamos anteriormente, esta idea del Partido Unico está relacionada con la del principio de la unidad y, desde el punto de vista práctico, se aprecia como una garantía para el logro de las aspiraciones que con ella se pretenden obtener.

En este sentido, es necesario señalar que la existencia de un partido único dentro de un sistema político democrático exige la observancia de los principios de su funcionamiento para garantizar la democraticidad del mismo, así como la estrecha relación con todo el pueblo y sus problemas.

La existencia de un solo partido no atenta contra la declaración del carácter democrático del sistema político mismo en tanto este partido sea un fiel receptor de las aspiraciones del pueblo, permita la libre expresión de sus miembros y cumpla la función de dirigir a la sociedad y al Estado para instrumentar una política de naturaleza social, popular, y por consiguiente, progresista como la hemos definido.

Dicha idea se justifica aún más en las condiciones de agresión ideológica y económica constante que enfrenta la sociedad cubana.(9)

. Carácter democrático de las organizaciones sociales y de masas.

En cuanto al otro elemento de la estructura del Sistema Político, las organizaciones sociales y de masas podrían resumirse las siguientes ideas.

Se reconoce el derecho de asociación, así como el de reunión y manifestación por parte de todos los "sectores del pueblo trabajador" y para ello se declara que, "disponen de todas las facilidades", así como que sus miembros tienen "libertad de palabra" y opinión" y derecho a la "iniciativa y a la crítica". (Constitución 1992:26) De hecho, todos estos son principios democráticos importantes.

Otra idea en este sentido es que, como el resto de las libertades, esta posibilidad de asociación no puede ir en contra de "lo establecido en la Constitución y las leyes, ni contra la existencia y fines del Estado Socialista, ni contra la decisión del pueblo cubano de construir el socialismo y el comunismo". (Constitución (1992:27-28) Como puede apreciarse existe una restricción que tiene como fundamento el respeto a una ideología en particular.

Debido a ello no se reconoce oficialmente la existencia de organizaciones que no respeten estos principios y por ello, cuando se habla de sociedad civil en el discurso político se agrega el adjetivo de Socialista. En la misma se incluyen a las organizaciones de masas (CTC, CDR, FMC, ANAP, FEU, FEEM e incluso los pioneros); a las sociales, entre las que se señalan a los combatientes de la Revolución, economistas, juristas, periodistas, artistas, escritores, etc, así como ONGs que actúan dentro de la legalidad y no pretenden socavar el sistema económico, político y social libremente escogido por nuestro pueblo"... y "persiguen el objetivo común de construir el socialismo" (V Pleno CC PCC, 1996:7) Esta definición de sociedad civil que sólo incluye a las organizaciones con las características mencionadas va en contra de la concepción "democrática" liberal reconocida como universal en la actualidad. Sin embargo, en el discurso político cubano se asume de la forma señalada y aún así se define como "democrático" su sistema político. Para ello se utilizan diferentes argumentos que, a nuestro juicio, tienen su justificación en aspectos prácticos y aspectos teóricos que también defiende la ciencia política occidental.

Dos de estos conceptos son los de consenso y la legitimidad, los cuales son muy importantes para explicarse el funcionamiento democrático de la sociedad cubana.

El gobierno cubano ha instrumentado sus formas de evaluar el consenso a favor del socialismo y la revolución. Para ello se apoya sobre todo en el resultado de sus elecciones, las cuales se asumen como un "plebiscito a favor de esos principios" y de hecho es mayoritaria la asistencia a las urnas y el voto unido ya explicado.

Pensamos que estos argumentos se apoyan en el hecho real de que la labor del Estado y el Partido se auxilia de todas las organizaciones de masas y en que todos estos elementos del sistema político con su actividad demuestra la voluntad política de trabajar a favor del pueblo desde las posiciones de la Revolución y el Socialismo a pesar de las limitaciones materiales.

Todo esto funciona como elemento de legitimación del sistema, es decir, de apoyo al mismo desde las posiciones, intereses, necesidades y fines de los sujetos que viven en esta sociedad y contrasta con los fines y objetivos de los grupos y organizaciones que apoyan al capitalismo y la democracia liberal.

Este tema es de difícil aceptación para quienes viven en otras realidades, incluso para quienes no lo comparten dentro del país pero es una muestra de la importancia de la cultura política y el plano subjetivo (según nuestro lenguaje para este análisis) para valorar y evaluar el funcionamiento de un sistema político.

. Definición del carácter democrático de los elementos sustanciales de la democracia.

En cuanto al aspecto sustancial de la democracia en el plano instituido encontramos la definición de varios principios esenciales en su manifestación que constituye a su vez valores.

Entre ellos se destacan:

. defensa de la justicia social.

. la igualdad.

. definición de derechos y libertades y sus garantías.

. la solidaridad.

. la participación popular como condición indispensable para el funcionamiento democrático.

Cada uno de estos elementos ha recibido concreción en los documentos oficiales que norman jurídicamente la vida de la sociedad, así como, en el discurso político de la misma. Los mismos se han hecho explícitos en el discurso político mostrando la estrecha relación entre ellos y la democracia al reconocerse que la dirección del Estado y la Revolución cree "en la solidaridad humana, en la igualdad, en el mejoramiento del hombre y por lo tanto en la Democracia".

(Alarcón 1995b:50) Ya hemos hecho referencia a algunos de ellos en el tratamiento de otros aspectos por lo que en este caso queremos destacar cómo los mismos se recogen de forma general en dichos documentos y un análisis particular referido al principio de la participación popular.

Principios como la libertad política, la justicia social y la solidaridad humana son declarados desde el artículo 1 de la Constitución de la República.

Los artículos V,VI y VII de la misma referidos a la "Educación y Cultura", "Igualdad", y "Derechos, deberes y garantías fundamentales", recogen sintéticamente los elementos fundamentales que contemplan estos aspectos.

Como particularidades esenciales pueden destacarse la referencia a la igualdad de derechos para todos los ciudadanos con independencia de su raza, color de la piel, sexo, creencias religiosas, origen nacional y cualquier otra lesiva a la dignidad humana. (Constitución, 1992:21) Por otro lado, es también una particularidad las restricciones que se establecen a los derechos y libertades como la referida a que la actividad política y social de los individuos no puede ir "en contra de lo establecido en la Constitución o las leyes, ni contra la existencia y fines del Estado Socialista, ni contra la decisión del pueblo cubano de construir el socialismo y el comunismo".

(Constitución, 1992:27-28) El análisis realizado de dichas restricciones es válido en este caso y a ello agregamos que las restricciones que se implementan para los casos particulares de minorías y regiones determinadas del país(10) 26 se justifica por las características de la actividad política y los principios morales que esta defiende.

Nos referimos a la defensa del propio principio de la igualdad social; la eliminación de la propiedad privada con carácter de explotación del hombre por el hombre; la eliminación de las condiciones para la prostitución; la defensa de la soberanía y seguridad nacionales y otros.

Todos estos principios se garantizan a través del contenido del valor democracia en el plano instituido con las medidas que se toman en uno y otro momento y lugar. Estas medidas pueden significar una violación a las libertades individuales según el concepto liberal de "libertad" y "derechos humanos" pero a los efectos de la sociedad concreta en que estos se deben garantizar no pueden obviarse los rasgos de las relaciones sociales en las que los mismos se manifiestan.

Los valores de libertad y derechos humanos no pueden verse en abstracto ni en sí mismos.

Siempre hay que verlos en función del hombre como valor esencial pero en su relación con la comunidad. Por ello no deben sacrificarse los valores sociales en función de "valores" individuales si estos se contraponen a aquellos o se oponen a un valor jerárquicamente superior como es la justicia social en la sociedad cubana. Para el caso cubano, ceder a las exigencias de conceptos abstractos y manipulados de derechos humanos significaría una ingenuidad de tipo político que costaría caro a la existencia de la sociedad y su soberanía.

Los valores son medios, instrumentos para que la comunidad social se desarrolle.

Sin embargo, lo anterior no debe servir para justificar arbitrariedades que puedan cometerse casualmente en nombre de la política justificada anteriormente.

En relación con la participación debe apuntarse que este es uno de los valores fundamentales concebidos para el desarrollo democrático como contenido del valor democracia en el plano que analizamos.

El mismo aparece en cada documento y discurso sobre el tema y como referencia sintética al mismo podríamos tomar las palabras del Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular al decir que " ... si uno trata de ver cuál ha sido la esencia, en qué palabra la va a resumir (la democracia E.G.), yo siempre he dicho que es con la palabra participación. Y en nuestro proyecto, sin ser perfecto, creo que la gente ha participado mucho más que en sistemas en que la democracia se practica o se expresa en elecciones periódicas y escoge entre un candidato y otro. Creo que es importante que la gente, todos los días, y no los días de las elecciones, tenga algo que hacer y que decir respecto a su gobierno; que participe de un modo real, efectivo.... No creo que en ningún otro país haya más participación que en el nuestro, y no diría que aquí la participación ha llegado al tope, que no se pueda participar más".(Alarcón, 1997:37) La participación popular es considerada fundamento del sistema democrático y garantía de su manifestación y desarrollo. Es por ello que un elemento del sistema tan importante como las elecciones no se conciba sin este principio. El diseño del sistema eleccionario está concebido sobre la base de la participación y esta es imprescindible al punto de que, la finalidad de las mismas de mantener y fortalecer el sistema puede ser vulnerable en tanto "nuestras elecciones permiten la posibilidad de que pueda ser desbaratado (el sistema E.G.), si hubiera ausencia de apoyo popular". (Alarcón, 1997:32) La participación tiene diferentes formas, momentos o fases de manifestación y la que más se ha utilizado en el discurso político ha sido la movilizativa, la cual ya se considera una forma imprescindible para medir el consenso en torno a la Revolución.

Sin embargo, en los últimos años el discurso político ha perfeccionado el modo de asumir la participación, partiendo de la necesidad de que los ciudadanos intervengan en procesos que abarquen desde la detección de los problemas, la búsqueda de alternativas de solución, la implementación de alternativas y el control. Dichos conceptos se reflejan en las orientaciones que han recibido los dirigentes de Poder Popular desde los que son delegados y las metodologías de las reuniones de rendición de cuentas de los delegados a sus electores, que se instrumentan desde el año 1997.

. Concepción del proceso democrático en sistema.

Otro rasgo importante es la definición en sistema de la democracia en Cuba.

Esto significa no concebir de forma aislada los aspectos formales y los sustanciales de la misma, sino en una dialéctica complementación.

De lo anterior habla la idea expresada por el Presidente del Parlamento cubano de que, "sólo sobre la base de la igualdad, sólo sobre la base de la solidaridad, una sociedad basada en estos principios, solamente allí se podría concebir algún grado de representatividad como resultado de una elección, es decir, de que un colectivo pudiera depositar en una persona la soberanía, sus derechos fundamentales". (Alarcón, 1995b:49) En sentido general, se ha definido que esta relación entre todos los aspectos es imprescindible pues "no puede haber democracia sin justicia, sin igualdad, sin cultura, sin conocimiento de la política".(Castro, 1997) Este rasgo tiene, sobre todo, la peculiaridad de enfatizar en la importancia de no ver a la democracia reducida a los procesos eleccionarios como destaca la democracia liberal. De la misma forma se insiste en que podemos obviar a las elecciones porque "a nadie se le puede ocurrir que puede haber un sistema democrático que no incluya el acto electoral...". (Alarcón, 1995b:47)

. Necesidad de perfeccionamiento de la democracia.

Ya señalábamos que en la definición de cada uno de los rasgos mencionados se le da un carácter de valor al contenido de la democracia en el plano instituido pues estos se consideran superiores a los de otros sistemas.

Sin embargo, también es un rasgo de este contenido la idea del perfeccionamiento entendida de la siguiente manera.

Es un perfeccionamiento concebido a partir del mantenimiento de lo que ya se consideran valores o conquistas con la aplicación de los principios señalados y sobre todo: justicia, participación popular, consenso y soberanía.

El perfeccionamiento no contempla las exigencias de las "reglas procedimentales" de la democracia liberal entre las que se encuentran, el pluripartidismo, la división de poderes y mucho menos cambiar el sistema político.

Este perfeccionamiento se concibe con el término de democratización y el mismo se aprecia como consustancial a nuestro sistema socialista ya que, éste es "un objetivo profundamente revolucionario".

Democratizar es "avanzar en la dirección de una sociedad en la que el pueblo sea el que ejerza la autoridad, en la que el pueblo sea el que gobierne".

Con la idea del perfeccionamiento se relaciona otra de tanta importancia como los rasgos que hemos caracterizado y es el de no aspirar a que alguien copie el modelo cubano ya que "nosotros sí no le decimos a nadie que tiene que copiar el modelo nuestro porque hemos logrado alcanzar la realización plena de la aspiración democrática del género humano. Sería como decir que hemos logrado realizar la utopía". (Alarcón, 1995b:49) Los elementos de perfeccionamiento que se mencionan, entre otros, son:

. tener una cultura política superior.

. perfeccionar el sistema de Educación.

. perfeccionar la capacidad de dirigir.

. perfeccionar la administración de la economía.

. lograr que la autoridad del pueblo se haga más efectiva, sistemática y real.

. desarrollar la iniciativa popular.

. desarrollar la acción de la comunidad con el delegado como organizador político.

. desarrollar creadoramente las ideas.

. lograr más calidad en la nominación.

. lograr el máximo de participación del pueblo.

. lograr una vinculación más profunda de todos los elegidos con las masas.

. desarrollar la cooperación entre todas las instituciones de la sociedad cubana.

. Extensión de los principios democráticos a la práctica de la política exterior del Estado cubano.

Creemos que este rasgo es de vital importancia ya que expresa el grado de incorporación a las relaciones internacionales de los principios que marcan un tipo de socialidad que no sólo se preocupa por democratizarse internamente sino extender sus modos de actuación democráticos con carácter de valor a esas acciones internacionales.

Esto está reflejado en la Constitución de la República en sus artículos 12 y 13.

Los mismos declaran que se contemplan entre sus principios el antimperialismo, el internacionalismo, respeto a la independencia, la soberanía y el derecho a la autodeterminación; la igualdad de derechos, integridad territorial, arreglo pacífico de controversias. Reafirma la voluntad de integración económica con los países de América Latina y el Caribe, repudia la intervención en los asuntos internos de los Estados, entre otros". (Constitución 1992:8) Por otro lado, en su artículo 13 hace explícita su adhesión a los principios democráticos al concederle asilo "a los perseguidos por sus ideales o luchan por los derechos democráticos".

(Constitución 1992:10) De la misma forma, el Estado cubano declara a través de su Constitución y el discurso político el "respeto a los principios proclamados internacionales de los cuales Cuba sea parte".

Entre otros rasgos del discurso político, (algunos de los cuales sintetizan aspectos ya desarrollados), en cuanto al contenido del valor Democracia hay que señalar:

La exigencia de que se nos respete el derecho a adoptar nuestra propia forma de democracia.

El principio de no imponer nuestro modelo a otras sociedades.

La crítica a otros modelos democráticos y la experiencia política de antes de 1959 como método para exhaltar los valores del actual proceso democrático. De la misma forma se descuida en ocasiones la referencia a que podemos ser mejores en cuanto al ideal de democracia asumido por nosotros mismos.

Destacar los resultados económicos, políticos y sociales que demuestran la creación de condiciones que garantizan la capacidad y posibilidad del ejercicio democrático de los ciudadanos: educación gratuita, salud, instituciones y organizaciones creadas y desarrolladas con participación popular.

Definición de la política con un contenido social por naturaleza y una fundamentación ética que perméa todo el diseño del proceso democrático.

Explicación de la necesidad de hechos, normas y principios políticos de la actualidad que están avalados por una experiencia histórica convertida en tradición como son el unipartidismo, la resistencia, la rebeldía.

Concepción de democracia en todos los órdenes de la vida política, económica y social.

Aunque en los documentos legales más importantes prima la concepción de democracia política con los rasgos definidos para este tipo de democracia con carácter de valor.(11)

Todos los rasgos del contenido del valor democracia en este plano son difundidos para su conocimiento y la educación de la población a través del sistema de enseñanza y de los medios de comunicación.


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Notas

1- Esta definición es resultado del enriquecimiento de la aportada por el Dr. José Ramón Fabelo sobre los planos o dimensiones del valor en sentido general (Fabelo:1989) (Fabelo 1996:6-19); (Fabelo, González 1997).

2- Sobre este tema puede consultarse (Fabelo:1989:5:195-224) donde aparece un análisis de los criterios de varias corrientes filosóficas al respecto, incluyendo la posición marxista.

3- En períodos anteriores, los niveles de distribución de la riqueza y el grado de satisfacción de las necesidades eran indicadores importantes para identificar la democracia. Ver sobre este tema el artículo del investigador cubano Fernando Martínez Heredia (1987).

4- Una referencia a este tema puede encontrarse en: Machado, (1998:2-29).

6- Para una profundización en estos temas del Socialismo Cubano y la relación Democracia-Socialismo en Cuba pueden consultarse: Azcuy, (1995); Dilla, (1995: 169-189); Fernández (1997); Temas (1997:105-120)

7- Para un profundo conocimiento de las razones que se utilizan para persuadir de la necesidad del voto unido se pueden consultar de Fidel Castro Ruz (Castro 1993a:5-8); (Castro 1998), (Castro 1993b).

8- Ver: Constitución de la República de Cuba (1992:29). Debe señalarse que en este capítulo se reconoce la orientación de la organización y el funcionamiento de los órganos estatales sobre la base de los principios de la democracia socialista, lo cual significó un cambio en la definición de dichas bases ya que en la Constitución aprobada en 1976 aparece la referencia a las mismas en el capítulo VII, art. 66 pero agregando a los principios señalados los de la unidad de poderes y el centralismo democrático. Este cambio de enunciado no excluyó la consideración del contenido de los principios ahora mencionados, sólo que en el mismo concepto de democracia socialista se incluyen los otros dos principios. Ver para este aspecto además, la Constitución de la República de Cuba (1981:29-30).

9- Para una profundización en el tema del surgimiento y funcionamiento del PCC en su relación con la democracia pueden consultarse: Documento discutido en el V Congreso del PCC "El partido de la unidad, la democracia y los derechos humanos que defendemos (1997:23-43); El trabajo del Partido en la coyuntura actual (V). Granma, 21 de agosto, 1996, p. 3; Gómez Barata (1995:3).

10- Nos referimos a las medidas con relación a la prostitución, el transporte de extranjeros en carros particulares, restricciones de circulación en zonas especiales, utilización de medios de comunicación masiva por los enemigos de la Revolución y otras.

11- Ver sobre este tema, (Castro 1995:3); (Castro 1997: 4-5); (Alarcón 1995).


Dra. Edith González Palmira.
Prof. Asistente del Dpto. de Ciencias Sociales de la Universidad de Matanzas.
Cuba.
     
   
   
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