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Los fundamentos materiales de un proceso político democrático: Tesis desde la experiencia cubana

Jesús García Brigos

The Material Foundations of a Democratic Policy Process: Theoretical Theses from the Cuban Experience.

(Ponencia presentada en el Seminario Internacional "Proceso de Democratización de Políticas Públicas", celebrado en La Habana del 18 al 20 de febrero de 2002, organizado por la Universidad de la habana y la Universidad de Carleton,Canadá, con el coauspicio de CIDA- Canadá.)

Como un honor y con mucho placer nos reunimos en este taller que nos convoca a analizar la democratización del proceso político en un mundo globalizado.

Y con la responsabilidad de ser parte del peculiar proceso de democratización que significa la revolución socialista, queremos compartir algunas reflexiones, con la intención de contribuir modestamente a la discusión académica, indispensable para el eficiente y eficaz desenvolvimiento de cualquier proceso político.

En tal sentido, nuestra intervención se centrará en algunos aspectos conceptuales que hemos trabajado teniendo en cuenta precisamente el desarrollo real del proceso cubano de transformaciones iniciado el 1 de enero de 1959. Y en el espacio de la mesa redonda programada para el tercer día, - y seguramente antes, durante los debates en torno a las intervenciones de otros colegas- presentaremos algunos de los elementos de nuestros análisis sobre la situación actual en el caso cubano.

Por eso el título que identifica esta presentación es el que nos propuso el profesor Bienefeld Los fundamentos materiales de un proceso político democrático ... añadiéndole una acotación nada formal: ... Reflexiones desde la experiencia cubana.

Y es que queremos tratar de responder al enfoque filosófico que nos sugiere el título, sin caer en el tan frecuente error de vernos envueltos en definiciones abstractas que, con frecuencia al final muy poco aportan a la comprensión y actuación en los procesos reales.

En el caso que nos ocupa el "peligro" lo vemos precisamente en relación con lo referente a qué entender por un proceso político democrático.

Los debates acerca de la democracia, acerca del carácter democrático o no de un proceso político, son tan viejos como la propia política. Y al final se nos presenta como una discusión interminable, como no sea con la comprensión de que la "verdadera democracia", un proceso político efectivamente democrático, no puede ser otra cosa que la extinción de la propia democracia en el sentido en que realmente esta se ha mostrado en el desarrollo humano hasta nuestros días, para dar paso a una sociedad en la que el pleno y libre desarrollo de todos y cada uno de los individuos socializados es condición y a la vez resultado del pleno y libre desarrollo de la sociedad como un todo.

La actividad política existió, existe y existirá, como momento indispensable de la existencia y reproducción ampliada de todo organismo social histórico concreto.

La actividad política, como sistema de relaciones específicas, puede expresarse a través del concepto de esfera política.

La esfera política identifica un proceso complejo (conjunto de procesos políticos) de aprehensión (identificación, valoración, sistemización,.....) de las necesidades sociales (de un grupo, sector, estrato, clase, institución, organismo social en general) y de organización y dirección de los recursos (objetuales y humanos) de los actores sociales (individuos, grupos, organizaciones, partidos, instituciones de todo tipo) para dar respuesta a esas necesidades, sobre la base de las posibilidades del sistema dado y el cumplimiento de los objetivos del proyecto social en cuestión.

Así estamos identificando la existencia de un proceso, que a la vez es un sistema de procesos interrelacionados, que existe en todo momento y en los diferentes niveles del funcionamiento de la sociedad, el cual resulta históricamente condicionado.

Ese condicionamiento, identificado con las "...posibilidades ...y el cumplimiento de los objetivos del proyecto social en cuestión..." no significa una predeterminación teleológica. Expresa precisamente la esencia material del proceso político como actividad integradora dentro del funcionamiento de la vida social, dada, esencia determinada por el modo de apropiación por los individuos, de la riqueza creada a partir del "proceso del trabajo"/Marx/; sus fundamentos materiales en el modo de apropiación por los individuos del proceso de creación de su propia existencia y reproducción ampliada como seres sociales. Esta esencia material se realiza histórico- concretamente a través de los diferentes actores del proceso social, conformándose el carácter del proceso político.

En tal sentido, en lugar de analizar lo democrático o no de un proceso, propondríamos dirigir nuestro interés a penetrar en el carácter de un proceso político en tanto modo de realización a través de la actividad política del proceso de apropiación por los individuos de su propia vida social.

Y propondríamos medir no si es más o menos democrático, sino en qué medida contribuye, posibilita, permite, propicia,.. el pleno y libre desarrollo de todos y cada uno de los individuos socializados .... como condición y a la vez resultado del pleno y libre desarrollo de la sociedad como un todo.

Un sistema con ese carácter requiere de determinado fundamento material, componente esencial del cual es el modo de apropiación por los individuos socializados de la riqueza creada a partir de la interacción hombre naturaleza, de apropiación de ese proceso que no es más que el punto de partida del proceso de creación por los hombres de su propia existencia y reproducción ampliada como seres sociales.

Requiere de unas relaciones de propiedad con una naturaleza esencialmente diferente a las que han caracterizado el desarrollo social desde que el hombre necesitó ponerse a pensar en distinguir formas de gobierno, y en particular- formas de gobierno y procesos políticos democráticos; relaciones de propiedad que serían fundamento y resultado de hombres verdaderos actores plenos del desarrollo de su vida social.

Los fundamentos materiales de un proceso político están en las relaciones de propiedad existentes. Y la correspondencia entre esos fundamentos y el carácter del proceso político, es un proceso dinámico complejo, una interacción dialéctica cuyo contenido es imprescindible comprender mejor por todos los interesados en el progreso social, en un mundo en el cual se ha hecho no solo más interdependiente el funcionamiento y desarrollo de los diferentes momentos de la vida social, sino que se ha complejizado a niveles inconcebibles hace relativamente poco tiempo el propio proceso de creación de valores de uso objetual a partir de la interacción con la naturaleza, poniéndose en riesgo el propio proceso de producción y reproducción de la vida humana.

En la práctica cotidiana de los procesos de transformación en busca de sistemas sociales más humanos, incluidas las aproximaciones de aprehensión teórica de los mismos, mucho se ha declarado acerca del peso que necesariamente debe ocupar la propiedad social en la conformación del contenido del modo de producción predominante en un organismo social histórico- concreto. La experiencia cubana no ha sido la excepción, tanto en el ámbito académico, como –con nuestros matices propios que no se

El apotegma del papel rector en la solución del complejo problema de establecimiento de una sociedad de nueva naturaleza, que se adjudica a la "propiedad social sobre los medios fundamentales de producción"(1), resultaba muy útil en las formulaciones académicas y de los documentos programáticos para la actividad política.

No obstante, la práctica ha mostrado que aún queda mucho por recorrer para aclarar el contenido de esta categoría. No ya refiriéndonos al análisis de experiencias como la yugoeslava, o los intentos de "más socialismo" que acompañaron a la Perestroika soviética, el "codueño socialista" de los medios de producción fundamentales ha resultado un objetivo difícil de alcanzar en nuestra propia experiencia, la cual, como hemos expresado en algunos foros de debate, ha logrado en más de cuarenta años de transformaciones bajo peculiares condiciones, avanzar hasta tener esencialmente un "beneficiario colectivo" de los resultados del proceso de producción social(2).

A nuestro modo de ver, las dificultades en la academia y en la práctica cotidiana han estado en su esencia vinculadas a un enfoque estrecho del concepto de propiedad(3).

Tan absurdo, por incompleto, es reducir la propiedad a su forma jurídica de expresión, como querer ver un "contenido exclusivamente económico"... que al final no se ve.

Debemos volver nuevamente a la obra de los fundadores, pero no en busca de respuestas que como científicos rigurosos no nos podían dar. En particular el estudio del desarrollo de las ideas de Carlos Marx acerca de la propiedad es fundamental para la teorización indispensable en el proceso de transformación práctica de la sociedad(4). Y diría más, para la propia existencia de la sociedad humana.

La obra de Carlos Marx y Federico Engels comienza en un contexto marcado por las contradicciones derivadas del ascenso de una clase burguesa que había revolucionado el desarrollo social y abría las puertas a ritmos de progreso muy superiores a los alcanzados hasta entonces, pero cuya naturaleza explotadora no podía más que entrar en conflicto con esa propia tendencia progresista y con los ideales de "libertad, igualdad y fraternidad" que esa clase hegemónica preconizaba como valores universales, preparando a la fuerza que, indispensable para la reproducción de su status de clase dominante, se revelaba como la única capaz de destruirla, y comenzar a construir un nuevo estadio de la humanidad, a partir del cual "...el libre desenvolvimiento de cada uno será la condición del libre desenvolvimiento de todos"(5).

La burguesía emergía proclamando ideales democráticos, se consolidaba como fuerza rectora apoyada en principios emancipadores.... imposibles de materializar plena y consecuentemente por la propia naturaleza del modo de apropiación de la riqueza que le servia de fundamento.

Herederos de los mejores resultados del conocimiento sobre la naturaleza y la vida social, en particular lo alcanzado por la filosofía clásica alemana, la economía política inglesa y el socialismo utópico francés, los superan con un nuevo enfoque que aporta la concepción materialista de la historia, tan revolucionaria como tergiversada por partidarios y detractores desde su presentación en la obra de Marx y Engels hasta nuestros días.

  Estamos ante un enfoque que brindaba ya en el siglo XIX el fundamento indispensable para una práctica social capaz de enfrentar la solución progresista de las contradicciones y los conflictos que se perfilaban con creciente nitidez en el desarrollo social.

Y esa práctica social, necesariamente sobre bases científicas, tiene también en la producción de Marx y Engels un importante punto de partida para las elaboraciones teóricas indispensables a los distintos niveles y esferas de actividad. Muy especialmente en lo concerniente a la economía y la política.

  Las ideas políticas y económicas de Carlos Marx y Federico Engels(6) se presentan como parte inseparable y esencial de su concepcion filosófica del desarrollo social. Pero la propia especificidad de esa concepción filosófica, claramente apuntada ya en las "Tesis sobre Feuerbach" escritas por Marx en 1845 cuando subrayaba que "Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo"(7)..., conduce a que estamos ante ideas que identifican claramente una forma específica de actividad humana: la práctica política como elemento indispensable de la práctica social.

  Estamos ante ideas políticas que se distinguen ante todo por su estrecha relación con la economía, lo que permite el enriquecimiento mutuo de ambas disciplinas, y propicia modos de desarrollo cualitativamente diferentes en las correspondientes esferas, la interacción entre ellas y con el resto de las facetas de la actividad humana.

Nos encontramos con elaboraciones teóricas que se conformaron y maduraron como resultado del estudio del desarrollo histórico anterior y muy especialmente de la sociedad capitalista como expresión superior del desarrollo sobre la base de relaciones de explotación, precisamente para subvertir ese orden y con ello cambiar la dinámica seguida por el desarrollo social. Y se expusieron con la convicción y la demanda de que no debían quedar como dogmas inamovibles, sino continuar desarrollándose en la práctica revolucionaria.

Así ocurre específicamente con el estudio de la propiedad.

Marx ante todo plantea el problema de la propiedad como esencialmente histórico- concreto.

Especial importancia tienen sus ideas al analizar el libro de Proudhom "¿Qué es la propiedad?", respecto al cual señaló:

"Ya el propio título nos muestra las insuficiencias del libro. La cuestión fue tan incorrectamente planteada, que era imposible darle una respuesta correcta. Las "relaciones de propiedad" de la Antigüedad fueron exterminadas por las feudales, y las feudales- por las burguesas. La propia historia sometió de tal modo a crítica las relaciones de propiedad del pasado."(8)

Y en general su crítica respecto a los intentos de responder a la cuestión de la propiedad como "propiedad en general", subrayando el carácter histórico del problema en su obra "Miseria de la Filosofía":

"En cada época histórica la propiedad se desarrolló diferente y en relaciones sociales completamente diferentes. Por esto definir la propiedad burguesa no significa otra cosa que dar la descripción de todas las relaciones sociales de la producción burguesa.

Tratar de dar una definición de propiedad como una relación independiente, como una categoría especial, como una idea abstracta y eterna significa caer en la ilusión metafísica o jurídica"(9) (las negritas son nuestras: J.G.B)

  Está claro en Marx, que la propiedad es un sistema de relaciones. A la vez que la propiedad es una relación dentro del sistema de relaciones de producción.

La propiedad es el sistema de relaciones mediante el cual se realiza el proceso de apropiación por los hombres de la producción de su propia vida social, que tiene su fundamento último en la producción de las condiciones materiales (objetuales) para su existencia y reproducción.

Expresado en otros términos, es el sistema de relaciones que posibilita y realiza el vínculo del individuo al proceso de producción de la riqueza social.

De ello su carácter histórico- concreto, la existencia de diferentes formas de propiedad dentro de un tipo histórico determinado, y las complejidades de la relación entre la propiedad individual y social como diferentes modos de apropiación de la riqueza social por los individuos en las diferentes etapas históricas.

El proceso de producción material (objetual) es una unidad dialécticamente contradictoria de procesos, fases, cada una de los cuales cambia su contenido y sus vínculos con el resto de la actividad humana en diferentes momentos y condiciones, conformándose el proceso de producción social como un todo.

En un momento histórico dado cada una de las diferentes fases del proceso de producción material se relaciona con las actividades fuera del mismo, determinándolas, en los marcos de una interacción de la cual resulta el carácter del proceso, su sentido (contenido) social, el modo de apropiación del mismo por los individuos que en él intervienen.

Y en relación con ello se debe abordar su aprehensión conceptual en diferentes planos interrelacionados: filosófico, económico, político, ideológico...

La propiedad, como proceso de apropiación, no puede verse separando la actividad de apropiación puramente objetual que tiene su núcleo en el "proceso del trabajo" /Marx/, del resto de las formas que intervienen en el proceso de apropiación por los individuos socializados de su propia existencia, de su reproducción ampliada como seres sociales. Y en particular, de la actividad política.

Esto se expresa claramente en un descubrimiento de Marx al estudiar la etapa que debe cerrar el modo de desarrollo y reproducción social sobre la base de la enajenación de los individuos respecto al proceso de producción de su propia vida como individuos socializados: lo que compra el capitalista no es el trabajo del obrero, sino la capacidad de disponer de su "fuerza de trabajo".

Los individuos socializados se apropian de los elementos necesarios para su existencia y reproducción como tales en un complejo proceso, en el cual interactúan dialécticamente como seres que deben reproducir con un contenido de progreso, sus diferencias individuales en contradictoria relación con la reproducción de la socialidad que los distingue de la naturaleza.

Esto implica que las relaciones que conforman este proceso de apropiación tienen un doble carácter. O, en otros términos, son el resultado de dos sistema de relaciones interactuantes, la propiedad individual y la propiedad social.

La propiedad es el proceso de apropiación por los hombres de la producción de su propia vida social, que tiene su fundamento último en la producción de las condiciones materiales (objetuales) para su existencia y reproducción, en la "apropiación de la naturaleza por el individuo en los marcos de determinada forma de sociedad y mediante ella"(10).

El proceso de producción material (objetual) es una unidad dialécticamente contradictoria de procesos, fases, cada una de los cuales cambia su contenido y sus vínculos con el resto de la actividad humana en diferentes momentos y condiciones, conformándose el proceso de producción social como un todo.

En un momento histórico dado cada una de las diferentes fases del proceso de producción material se relaciona con las actividades fuera del mismo, determinándolas, en los marcos de una interacción de la cual resulta el carácter del proceso, su sentido (contenido) social.

La propiedad social es el sistema de relaciones que integra los procesos diferenciados de apropiación individual. Este sistema está condicionado por la participación de sus actores en el proceso de producción de la vida social, en primer lugar de sus fundamentos y condiciones objetuales, el proceso de producción material.

La propiedad social, como proceso de apropiación, tiene su fundamento en el proceso de producción material- objetual. Pero como sistema integrador, no puede verse separada de las restantes formas de actividad, en particular de la actividad política. Esta última resulta esencial, como se expresa claramente en el descubrimiento crucial de Marx que convierte a la relación de compra- venta entre el capitalista y el obrero en un acto esencialmente político, expresión última de una una socialidad que se había venido desarrollando sobre la base de relaciones de explotación.

Esta concepción, central en el aporte de Marx y Engels al pensamiento económico y político, adquiere especial relevancia al enfrentar la transformación comunista de la sociedad, como resultado necesario del proceso de desarrollo histórico, que debe poner fin al conflicto individuo - –sociedad propio de las sociedades clasistas que le anteceden.

Como ya aclaran Marx y Engels en el Manifiesto del Partido Comunista, la revolución comunista, al plantearse resolver el antagonismo entre el capital y el trabajo asalariado –científicamente analizado en "El Capital"-, inicia la "ruptura más radical con las relaciones de propiedad tradicionales"(11) Han de existir objetivamente, y se puede hablar entonces, de escalones en el desarrollo de la propiedad comunista, caracterizada por la reapropiación por el individuo del proceso de producción y reproducción de la riqueza social y de los propios hombres como seres sociales, a través de su integración plena y libre a dicho proceso por primera vez, iniciando así una nueva dinámica de progreso social:

el "pleno y libre desarrollo de cada individuo" /Marx/ como condición a la vez que resultado de un estadio superior del proceso de reproducción ampliada de la sociedad, que niegue dialécticamente toda la etapa de desarrollo formacional clasista anterior.

En un plano teórico- metodológico resulta ineludible plantearse la tarea de responder como debe ocurrir ese proceso, en busca de una "guía para la acción"/Engels/, acorde a la esencia revolucionaria del marxismo- leninismo. Y ello pone ante nosotros un conjunto de preguntas de capital importancia, para dar respuesta a las cuales la práctica cotidiana ya ha acumulado elementos que el pensamiento científico tiene la responsabilidad de elaborar:

una vez tomado el poder político y comenzada la organización de un "poder público" cualitativamente diferente, ¿cómo transcurre el proceso de aniquilación de la interrelación trabajo –capital definitoria de la fase capitalista de desarrollo social?; ¿cómo tiene que marchar en la economía, y acompañarse en el resto de la actividad social, el proceso de expropiación de los poseedores de los medios de producción, explotadores capitalistas de la fuerza de trabajo humana?

una vez aniquilada la interrelación trabajo- capital, ¿qué la sustituye?, ¿como ocurre la "aniquilación"? ¿cómo se relacionan con el contenido de la propiedad como categoría económica, sus contenidos en las actividades política (especialmente en lo jurídico), social e ideológico espiritual?

¿qué define la naturaleza de la propiedad socialista, y como se establece esa naturaleza?, ¿Cómo es el conjunto de relaciones sociales que conforma la propiedad en el socialismo, como inicio de la construcción comunista?, ¿Cuál es la esencia de la apropiación socialista como forma transicional de apropiación?

Y para la inaplazable búsqueda de respuestas a estas interrogantes, Marx nos indica en diferentes momentos de su obra(12) y aborda con una clara intención política en su "Critica al Programa de Gotha", la relación entre producción y distribución que resulta determinante en todo este proceso, y como él se realiza interactuando con los diferentes momentos de la producción social, en especial con la actividad política y los aspectos culturales en el sentido más rico de estos últimos.

Filosóficamente, en todas las etapas históricas ha existido propiedad social, como sistema de relaciones de apropiación "...de la producción de los individuos sociales..."/Marx/, del proceso de interacción entre el hombre y la naturaleza en el cual "se produce" al hombre ser social, cuya dinámica es determinante en el progreso social en su sentido más amplio.

Y el desarrollo sucesivo de las formaciones económico sociales desde el esclavismo, ha estado permanentemente determinado por la resolución como proceso, de la contradicción dialéctica entre el carácter crecientemente social de las fuerzas productivas y el grado de desarrollo de la propiedad social, del proceso de apropiación de la sociedad que se produce con esas fuerzas productivas.

En la práctica cotidiana de los procesos de transformación comunista de la sociedad, incluidas las aproximaciones de aprehensión teórica de los mismos, mucho se ha declarado acerca del peso que necesariamente debe ocupar la propiedad social en la conformación del contenido socialista del modo de producción predominante en un organismo social histórico- concreto. Y a partir de esa "necesidad" se han definido formas "socialistas" de organización del proceso del trabajo, y hasta un "principio de distribución socialista" con el cual cumplir, como elemento esencial del nuevo sistema de relaciones de producción.

A nuestro modo de ver, la cuestión debe plantearse diferente.

Volvamos nuevamente a Marx, pero no en busca de respuestas que como científico riguroso no nos podía dar.

La propiedad social está histórico -concretamente condicionada. El carácter socialista lo define el grado de participación de los individuos en el proceso de dirección de la actividad social como sistema, -dentro de ella la actividad económica en primer orden; su integración al proceso de producción y reproducción de la vida social. Y se irá conformando en la práctica en la medida en que este proceso se consolide como actividad sistémica de autodirección por individuos socializados cada vez más plenos y libres.

La propiedad social socialista es un tipo transicional de apropiación de la producción de la vida social, que completa la negación de la que descansaba sobre la base de individuos socialmente enajenados entre sí y en relación con el proceso social como un todo en diferentes grados y formas de expresión, propia de toda la etapa de desarrollo formacional anterior a la sociedad comunista, dando paso a una apropiación entre individuos productores plenos de "su propia vida material"/Marx/, sujetos libres en el proceso de su propia reproducción como parte del sistema de los "individuos sociales" /Marx/:

con el capitalismo ocurrió la transformación de la propiedad de la producción mercantil a la que se realiza según las leyes de la apropiación capitalista, pero manteniéndose siempre el sistema de relaciones dentro de la naturaleza explotadora que caracteriza el desarrollo social desde la desintegración de la sociedad primitiva;

cuando la revolución comunista se inicia, comienza la construcción de un modo de apropiación diferente, que no puede ser el "simple tránsito" de una forma a otra; tiene que darse la destrucción del modo de apropiación de la sociedad existente y la construcción de uno nuevo, porque hay un cambio esencial en la naturaleza de la formación, en el modo de producción, identificable a partir de su objetivo emancipador.

En el proceso de conformación de la propiedad social socialista es esencial tener en cuenta que la revolución comunista es un caso particular de revolución social, esencialmente diferente a todos los anteriormente registrados en la historia:

la revolución comunista tiene que transformar radicalmente la vinculación del individuo al proceso de producción de la riqueza, llevándolo de la simple condición de creador enajenado de valor a la de productor pleno de "su propia vida material"/Marx/; a la condición de sujeto libre en el proceso de su propia reproducción como parte del sistema de los "individuos sociales"/Marx/.

El socialismo, como proceso que inicia el paso a una organización de la sociedad en cuyos marcos "...el libre desarrollo de cada individuo es condición del libre desarrollo de todos", es el comienzo de un salto cualitativo en el desarrollo de la propiedad social, y no el mero salto hacia su "predominio".

Es el salto a una nueva propiedad social: un nuevo modo de apropiación de la producción social en su contenido más amplio:

estaremos ante el "restablecimiento de la propiedad individual" de que hablaba Marx, en el sentido de una propiedad individual como relaciones de apropiación por el individuo de la producción social (en su contenido más amplio) con un carácter tal que propicia y realiza la apropiación por todos como "individuos plenos y libres"........un modo esencialmente diferente de desarrollo progresivo de la sociedad.

Estamos ante un cambio cualitativo del proceso de producción social estrechamente vinculado con la contradicción esencial entre los momentos de producción y distribución (en sus dos aspectos).

Y es a las peculiaridades de este cambio, como proceso, a lo que en definitiva nos está llamando la atención Marx en su "Crítica al Programa de Gotha" cuando analiza lo concerniente a la retribución de debe recibir el "individuo productor" a partir del inicio de la negación completa del modo de desarrollo basado en la explotación que caracterizó el movimiento social hasta ese momento histórico.

En sus primeros momentos la nueva naturaleza que se va estableciendo se expresa a través del momento de distribución de los resultados del proceso del trabajo:

"Estamos tratando aquí no con la sociedad comunista que se ha desarrollado sobre su propia base, sino, por el contrario, con la que solo sale precisamente de la sociedad capitalista, y que por ello en todos los sentidos, en lo económico, en lo moral y en lo intelectual, conserva aún los lunares de la vieja sociedad de cuyo seno ella está emergiendo.

"En correspondencia con esto, cada productor individual recibe de la sociedad exactamente tanto como él le entregó, luego de hechas las deducciones. Lo que le dio a la sociedad, es su parte individual de trabajo..(...)... El recibe de la sociedad un certificado de que aportó cierta cantidad de trabajo (después de deducir su trabajo para los fondos sociales), y según este certificado recibe de las reservas sociales tal cantidad de bienes de consumo que se corresponda con esa cantidad de trabajo. La misma cantidad de trabajo que dio a la sociedad en una forma, la recibe de vuelta en otra forma"(13).

Solo en la "fase superior de la sociedad comunista" la nueva naturaleza se manifestará plenamente, y se expresa lo que identificará los siguientes estadios del progreso social, en un nuevo modo de distribución tanto de los factores del proceso del trabajo como de sus resultados: "¡cada cual según su capacidad, a cada cual según sus necesidades¡(14).

Comprender este proceso de cambio es esencial para actuar en el establecimiento de las relaciones sociales comunistas, que ante todo descansarán en una individualidad superior, en tanto que más apta a su reproducción plena y libre, condicionada socialmente de un nuevo modo; la individualidad que se va conformando en el proceso de negación de "...la esclavizante subordinación del hombre a la división del trabajo..." y junto con ello "... la contraposición entre el trabajo físico y el intelectual"; negación de la expresión social del proceso del trabajo como "...solo un medio de vida" para devenir "...primera necesidad vital"(15) Pero a la vez, la esencia de esas relaciones de apropiación de la riqueza social, tiene una instancia de determinación en el grado de desarrollo de las fuerzas productivas. En el proceso de marcha hacia las nuevas relaciones de apropiación, de establecimiento de las relaciones propias de la sociedad comunista desenvolviéndose sobre sus propias bases, y en correspondencia con las peculiaridades histórico concretas del sistema de las fuerzas productivas y determinadas por ellas, se desarrolla un proceso de transición en el que han de interactuar distintas formas de organización del proceso del trabajo como núcleo de la actividad productivo -material y de formas de apropiación de la producción social, conformadas en una contradictoria unidad dialéctica para responder al proceso de producción de una relación sociedad- individuo de nueva naturaleza, caracterizada por ser el individuo productor pleno de "su propia vida material" /Marx/, una vez consolidado el modo de producción comunista, como estadio de inicio de una nueva etapa de progreso social.

Las formas de organización del proceso del trabajo en su relación con las formas de apropiación de la producción social tienen en cada caso histórico concreto sus peculiaridades....no es lo mismo Cuba que la Rusia del año 1917, ni es lo mismo Cuba en 1959- 60 que Cuba en los noventa.

Esa nueva unidad dialéctica de formas de organización del proceso del trabajo, base de la cualidad esencialmente nueva de la unidad hombre- sociedad, individuo productor- individuo ser social que define las relaciones socialistas de apropiación por los individuos de los resultados de la producción social como estadio transicional, resulta del ordenamiento social de las distintas formas de relaciones objetivas que se establecen en el proceso de "...apropiación de los objetos de la naturaleza por el individuo..."/Marx/, dirigido por la actividad política de nuevo tipo que define la revolución socialista:

tan insuficiente es reducir la propiedad social a su expresión en la posesión jurídica estatal, como negativo ignorar el papel de la organización del "poder público"/Marx/, -que incluye el desempeño de lo estatal en su sentido más específico-, en el proceso de conformación de la propiedad social socialista, o el del individuo como "codueño" determinado socialmente por un sentido de progreso emancipador universal.

Estamos ante un proceso complejo, lleno de contradicciones y de desafíos asociados a ellas que es preciso enfrentar, para lo cual contamos con la "guia para la acción" de la obra de Carlos Marx y Federico Engels que revolucionó la teoría de la relación política- economía brindando a la humanidad los fundamentos para plantearse el tránsito al "reino de la libertad " que está "del otro lado de la producción material" /Marx/, e iniciar su verdadera historia, el fin de la enajenación de los individuos respecto a su propia vida social.

Luego de 110 años de la publicación por Engels de las notas críticas de Marx al programa del Partido Obrero Alemán, y en el año del aniversario 135 de la publicación del primer tomo de El Capital, el valor de las ideas expuestas en estos y otros trabajos se pone de manifiesto en el gran desafío de resolver en la práctica cotidiana los problemas cruciales de la transformación social que ellos avizoraron con un enfoque científico como necesidad histórica. Problemas que no se pueden resolver interpretando mecanicistamente "principios" extraídos de las ideas de Marx.

Entre ellos ocupando un lugar central lo concerniente a la propiedad socialista, indisolublemente ligado al papel del Estado en ese inicio de la transformación comunista de la sociedad.

No han estado totalmente desacertados los críticos del "socialismo real" cuando han planteado que ese socialismo con su propiedad social sobre los medios de producción, y específicamente con su propiedad estatal sobre los medios de producción tenía que fracasar, porque, entre otras cosas, "frenaba el desarrollo de las fuerzas productivas" (aún cuando admitían algunos lo mucho que había significado en ese sentido, teniendo en cuenta el punto de partida de países como la Rusia soviética- posterior Unión Soviética-)/Ludwig von Mises; Frederick Hayeck; Don Lavoie; W.Brus; K. Laski;J. Kornai.../. Pero no podían ni descubrir todas las debilidades de ese socialismo, ni específicamente las debilidades de esa propiedad estatal, por no comprender la esencia de la socialidad comunista y de la estatalidad durante su construcción.

Las insuficiencias en la realización de la propiedad socialista, derivadas en buena medida de la insuficiente elaboración teórica del contenido de esta categoría teniendo en cuenta los objetivos del nuevo modo de producción y la experiencia histórica, frenan el progreso de la transformación comunista de la sociedad, como proceso dirigido, consciente. Entre otras cuestiones porque condiciona ineficiencia e ineficacia en el desarrollo de las fuerzas productivas como fuente del autodesarrollo de un organismo social histórico - concreto, frena el progreso de este sistema al influir decisivamente en el individuo productor de su propia vida material, en la realización de sus potencialidades como individuo: "de cada cual según su capacidad". Contribuye a producir y reproducir nuevas formas de enajenación. Y en términos un tanto microeconómicos, condiciona indiferencia, apatía, propiciando entre otros fenómenos el delito económico, o formas de apropiación que aunque no resulten juridicamente tipificadas como tales no tributan a la reproducción ampliada del individuo comunista.

Cardinal resulta en particular encontrar las soluciones prácticas a una retribución socialista de los trabajadores. Pero ello tiene que marchar a la par de encontrar las soluciones prácticas en cada contexto histórico –concreto a la necesidad de obtener el máximo aporte posible de cada trabajador, como resultado de su vinculación al proceso de producción de la nueva sociedad con el nuevo carácter que identifica la transformación comunista, en particular- su participación en el desenvolvimiento de la "organización del poder público" de nuevo tipo que la debe caracterizar.

No es nada simple alcanzar lo que se ha expresado como "principio de distribución socialista" – que, por demás, no aparece planteado por Marx o Engels en alguna de sus obras; y no por gusto, como sí resulta claro del análisis de los elementos expuestos en su rica producción, muy especialmente en la "Crítica al Programa de Gotha", si no la leemos con un enfoque sesgado y como una obra descontextualizada del momento y los fines para los que fue escrita, y aislada del resto de la producción teórica legada por estos pensadores.

Y son reales los riesgos de caer en lo que el Ché Guevara criticó como intento de construir el socialismo con las "armas melladas" que heredamos del capitalismo:

"Se corre el peligro de que los árboles impidan ver el bosque. Persiguiendo la quimera de realizar el socialismo con la ayuda de las armas melladas que nos legara el capitalismo (la mercancía como célula económica, la rentabilidad, el interés individual como palanca, etcétera), se puede llegar a un callejón sin salida. Y se arriba allá tras de recorrer una larga distancia en la que los caminos se entrecruzan muchas veces, y donde es difícil percibir el momento en que se equivocó la ruta. Entre tanto, la base económica adaptada ha hecho su trabajo de zapa sobre el desarrollo de la conciencia. Para construir el comunismo, simultáneamente con la base material hay que hacer el hombre nuevo"(16)

En la transformación comunista emprendida por la sociedad cubana está la consolidación y la propia existencia de nuestra Nación en las condiciones de globalización neoliberal imperantes. Por eso no cabe cometer errores estratégicos, y para ello es indispensable tener bien definida la ruta en este "viaje a lo ignoto"... en el que "...tenemos que ver las experiencias de otros, pero seguir creando nuestros propios conceptos"(17).

En la lucha cotidiana tenemos que lograr la victoria, y en ello ponemos todas nuestras fuerzas. Pero esa lucha es, desde que Fidel y sus compañeros fueron a asaltar el cuartel Moncada inspirados en las ideas de José Martí como verdadero "autor intelectual" de esa acción, una batalla de ideas, para la que estamos necesitados de desarrollar constantemente la teoría. Y en las ideas de Marx tenemos elementos indispensables para buscar las soluciones, y elaborar la teoría que necesitamos, que a la vez será nuestro modesto aporte a las luchas por el futuro comunista de la humanidad, si las asimilamos como elementos para aprehender nuestra realidad en el verdadero sentido marxista de "guía para la acción".


Notas

1- Ver: Programa del Partido Comunista de Cuba, Segunda Parte, "Objetivos y tareas del Partido Comunista de Cuba para culminar la construcción del socialismo", Editora Política, La Habana, 1987, p.25.. Es importante prestar atención a que esta formulación no aparece en la Resolución Económica del V Congreso, aunque se continúa utilizando en el discurso político.

2- Ver en la revista Cuba Socialista, número 21, 2001, nuestra intervención en el taller que organizó la publicación acerca de los cambios en la estructura socioclasista de nuestra sociedad durante los últimos años.

3- Vinculadas en última instancia a enfoques empobrecedores del tratamiento de las categorías fuerzas productivas, relaciones de producción, y otras, pese a que el los códigos emitidos en el discurso político de los principales dirigentes del proceso revolucionario cubano, - muy especialmente de Fidel Castro y Ernesto Guevara- siempre ha estado presente la amplitud y dialéctica contradictoriedad a la hora de expresar elementos concernientes a estas categorías, como se ha plasmado en tareas cumplidas durante estos más de cuarenta años tales como la campaña de alfabetización, el establecimiento del médico de la familia, y, en la actualidad, la batalla por una cultura general e integral.

4- Una muestra del reflejo en la vida cotidiana de esta afirmación fue la reacción que causó la publicación en Cuba Siglo XXI (www.nodo50.org/cubasigloXXI) el artículo del investigador cubano Luis Marcelo Yera, "Repensar empresarialmente a Marx", que sistemáticamente ha venido trabajando desde hace muchos años acerca de las concepciones de Marx sobre la propiedad. (Ver en la literatura otras referencias a trabajos consultados que aportan a la discusión en este sentido.)

5- Marx C., Engels, F. "Manifiesto del Partido Comunista", en Marx, C. Engels , F. Obras Escogidas en tres tomos, Editorial Progreso, Moscú, 1978, T. I, p.130

6- La contribución de Engels a las concepciones económicas resulta en ocasiones subvalorada, erróneamente reducida a las ideas expresadas en cartas o a su indiscutible y desinteresado aporte al redactar los tomos de El Capital que Marx había dejado solo en forma de notas. Entre sus trabajos menos conocidos baste referir uno escrito antes de encontrarse con Marx, "Apuntes para una crítica de la economía política", T. I, Obras Completas , 2da. Edición, Editorial Estatal de Literatura Política, 1955, (en ruso), pp. 544- 571

7- Marx, C. "Tesis sobre Feuerbach", en Marx, C. Engels , F. Obras Escogidas en tres tomos, Ed. cit, T. I, p. 10.

8- Marx, C., Engels, F.- Obras Completas, (ruso), T. 16, pp. 25- 26, Editora Estatal de Literatura Política, 2da. Ed., Moscú, 1960

9- Marx y Engels, O.C. (ref. ant.)T.4, p. 168.

10- Marx, C., "Grundrisse", (ref. cit.), p. 87.

11- Marx, C., Engels, F. "Manifiesto del Partido Comunista", T. 1 Obras Escogidas en tres tomos, ed., cit., p. 128.

12- Ver en los Grundrisse (ed. Cit. Ant.) el epígrafe (C1) Exchange, Finally, and Circulation. Exchange and Production (pp. 98 –100), y en El Capital, el libro tercero, "El proceso de la producción capitalista tomado en su integralidad", en particular el capítulo 51 "Las relaciones de distribución y las relaciones de producción" ( T.25, parte II, Obras Completas, Edit. Estatal de Literatura Política, Moscú, 1962, pp. 449- 456).

13- Marx, C. "Notas al programa del partido obrero alemán", (ref, cit. ),pp.

14- 15. 14- Marx, C. "Notas al Programa del Partido Obrero Alemán", (ref. cit. ), p. 16.

15- Marx, C. "Notas al Programa del Partido Obrero Alemán", (ref. cit. ), p. 16.

16- Ernesto Ché Guevara, "El socialismo y el hombre en Cuba" en "Ernesto Che Guevara. Escritos y Discursos", en 9 tomos, T. 8, Editorial Ciencias Sociales, La Habana 1977, p. 259.

17- Como ha señalado el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Segundo Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, durante la celebración de la Asamblea Provincial de Balance del trabajo del Partido en la provincia de Guantánamo en el año 1999 "... al reflexionar sobre uno de los problemas esenciales a debate hoy en la organización: como perfeccionar sus métodos y estilo de trabajo, para encauzar de mejor manera el desarrollo económico, político y social de la nación cubana" "...La construcción del socialismo en las actuales circunstancias, es un viaje a lo ignoto; tenemos que ver las experiencias de otros, pero seguir creando nuestros propios conceptos"./ "Qué busca el cambio en los méetodos y estilo del Partido", Maria Julia Mayoral, Granma, 6 de octubre de 1999./


Dr. Jesús García Brigos. Instituto de Filosofía. Ministerio de Ciencia y Tecnología.Grupo de Ciencia Política. Universidad de la Habana

     
   
   
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