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Un vástago al descubierto

Orlando Borrego

En los últimos años, y sobre todo a partir de la evidente caída en picada de la moral imperialista norteamericana, producto de su torpe y criminal guerra contra el terrorismo, todos los lacayos a su servicio se regodean en su desmesurada sumisión a los designios de Washington.

Moviéndose en los blandos lodos dejados por los últimos huracanes creados por el neoliberalismo, estos recaderos han salido al descubierto, han tomado sus computadoras portátiles, situándose con sus panzas aldeanas en cualquier rincón del mundo para escribir contra todo lo que vale y brilla en este planeta. Tal costumbre se ha hecho patente cada año al cumplirse un nuevo aniversario del nacimiento o la caída en combate del Comandante Ernesto Che Guevara.

El inventario de estos mercenarios crece cada año en los meses de Junio y Octubre en la misma medida en que la figura del Che se agiganta y se hace más presente en cada marcha de protesta, en cada manifestación estudiantil o en las calles y avenidas de las ciudades venezolanas en apoyo a la obra en marcha de la revolución bolivariana.

Últimamente estos asalariados reaccionan más estimulados que nunca según se le acerque a sus fauces voraces la oferta de dólares yanquis en pago por sus servicios. Como se conoce, ese dinero sale de los abultados presupuestos que el gobierno imperialista viene dedicando para combatir cuanto movimiento progresista surge en el mundo y especialmente en América Latina.

El gobierno de los Estados Unidos y sus agencias han publicado sin el menor recato y con especial prioridad las asignaciones otorgadas a la contrarrevolución venezolana, a la gusanera cubana que se hospeda en los pantanos de la florida y a los grupúsculos mercenarios dentro de la isla.

La apariencia de estos depredadores solo se distingue por el color y la talla de su ropaje, aunque en cuanto a su carácter y tipo de movimientos no se observan muchas diferencias. Unos se presentan con su andar esquivo y traicionero, otros con su reptil movimiento, siempre en acecho tras las presas más codiciadas. Son verdaderos destructores de los valores humanos y utilizan todas las trampas y artificios a su alcance para garantizarle una buena cacería a sus amos de la Casa Blanca.

Entre los asalariados más distinguidos del imperio, por su gran voracidad y por su amplio currículo de servicios, se encuentra el hijo del autor de la Fiesta del Chivo, que se enorgullece de haber engendrado, por puro milagro de la naturaleza peruana, a este ejemplar, cuyo habitat de predilección es la ciudad de Nueva York.

El nombre asignado al joven asalariado por su progenitor ya es bastante conocido dentro de la biodiversidad terrestre del neoliberalismo latinoamericano: Álvaro Vargas Llosa Jr.

Aunque este joven suele observarse con mayor frecuencia en la nocturnidad del bajo mundo newyorkino suele emerger a la superficie de la urbe y hasta se atreve afirmar haber visitado en ocasiones, lugares tan distinguidos, como el museo de arte moderno de aquella ciudad.

De una de sus ultimas fantasiosas visitas al famoso museo nos cuenta que se deleitaba observando a un estudiante norteamericano que lucía una camiseta del Che Guevara con una boina ladeada en la frente.

Nos narra este malandrín una suerte de interrogatorio realizado al joven norteamericano; babeante y locuaz se acercó a él preguntándole qué era exactamente lo que él admiraba del Che Guevara.

He aquí las 10 razones que dice haber mencionado el joven norteamericano y sus respuestas:

1. Estaba en contra del capitalismo

A partir de esta primera afirmación, este reptil se desplaya con respuestas ofidiosamente estúpidas, tales como que el Che era partidario del capitalismo de estado, se oponía al sistema salarial capitalista y que el sistema estatal entronizado por él en Cuba era el del trabajo forzado practicado entonces en Guanahacabibes en el año 1961.

Si Alvarito Jr. siguiera los consejos que le hiciera recientemente el compañero Néstor Kohan desde Buenos Aires, quizás dentro 10 años pudiéramos entenderlo mejor. El embrollo que arma en su primera respuesta no está al nivel intelectual del autor de La Fiesta del Chivo, sino de su padrino y patrón actual, bien bautizado por el presidente venezolano Hugo Chávez como Mister Danger W. Bush.

Como el único sistema salarial que entiende este señor es el que le paga regularmente la CIA o la Casa Blanca por sus escritos, esperemos a que estudie lo qué significa la categoría salario en el capitalismo, y si le interesa conocer algo más sobre esto, le podemos ofrecer un curso a distancia sobre el sistema salarial en el socialismo. Digo a distancia porque su patrón Mr. Danger no le permitiría visitar la isla para adquirir esos conocimientos elementales.

Sobre Guanahacabibes debo explicarle algunas cosas al ignorante y difamador personaje. O más bien, a los lectores que pudieran confundirse con lo escrito por el dañino reptil.

El Che no apoyó la creación del campamento de Guanahacabibes sino que fue su creador e impulsor más entusiasta. Este lugar, situado en el extremo occidental de Cuba constituyó durante siglos uno de los sitios más aislados e incomunicados de nuestro país y lo que allí se instauró por el Che fue un programa para el desarrollo productivo del lugar en beneficio de sus hasta entonces abandonados pobladores.

Cuando algún funcionario del Ministerio de Industrias o de sus empresas cometía alguna indisciplina o hecho no doloso, que por su importancia no implicaba ser procesado judicialmente, se le sancionaba con ir a trabajar a aquel lugar, como medida educativa.

El “sancionado” en cuestión podía aceptar o no la medida, ya que eran compañeros de probada actitud revolucionaria. De no aceptarla, obtarían por pasar a trabajar a cualquier otro lugar, pero no se les permitía continuar en el ministerio de industrias y su sistema empresarial.

Prácticamente todos los compañeros aceptaban conscientemente, sin imposición alguna, aquella decisión del Ministro de Industrias y cumplían la sanción educativa.

También para conocimiento de los lectores debe decirse que eran muy frecuentes las visitas del Che a Guanahacabibes y siempre que lo hacia dedicaba más de la mitad de la jornada diaria para trabajar físicamente junto a los compañeros que se encontraban en dicho lugar. Al terminar la jornada de trabajo acostumbraba dictarle una que otra conferencia sobre temas importantes de actualidad.

Finalmente en Guanahacabibes se construyo una pequeña pista de aterrizaje y a partir de entonces las visitas del Che eran más frecuentes para compartir las jornadas de trabajo voluntario con sus compañeros.

Muchos de los que pasaron por allí en aquellos primeros tiempos hoy hablan con orgullo de su estancia en aquel lugar y de lo que significó en su formación revolucionaria. Para todos ellos, aquellas jornadas de trabajo voluntario junto al Che constituyen uno de los recuerdos más valiosos e imborrables de toda su vida revolucionaria.

Pero Vargas Llosa Jr. no puede valorar nada de esto, porque no entiende qué es el trabajo voluntario que propugnaba el Che, ni su significado. El hijo del autor de la Fiesta del Chivo nunca ha sembrado ni una lechuga en el jardín de su casa y mucho menos puede entender que para comer hay que trabajar. Para eso está el presupuesto de la CIA para mantenerlo, a costa de los impuestos tributados por los contribuyentes norteamericanos.

2. Hizo a Cuba independiente

En este caso, la respuesta del joven ofidio pareciera que se la “sopló" al oído Mister Dánger, por la enjundia histórica de su contenido. Dice que en realidad el Che maquinó la colonización de Cuba por los soviéticos y que fracasó en el objetivo de ponerle fin a la dependencia del país con relación al azúcar.

Nadie le ha informado a este individuo, ni el ilustrado autor de la Fiesta del Chivo, ni otros de sus amigos de la CIA, que fue el gobierno de los Estados Unidos el que suspendió la cuota azucarera cubana en 1961 y que fueron los soviéticos los que asumieron la compra de casi todo ese producto a nuestro país, hasta que sobrevino el derrumbe del socialismo europeo, patrocinado por Mijail Gorbachov y Ronald Reagan.

Tampoco le informaron que a partir de la suspensión de la cuota azucarera todo el comercio de Cuba, tanto de importación como de exportación, tuvo que ser reorientado hacia la URSS producto del bloqueo económico impuesto por el gobierno de los Estados Unidos, que hizo imposible la importación de producto alguno de ese país, incluyendo los medicamentos, representando esto último, uno de los intentos más criminales del imperio por doblegar a la revolución cubana.

3. Abogó por la justicia social

A esta afirmación del joven norteamericano, su interrogador contestó que el Che ayudó a arruinar nuestra economía reduciendo a la mitad la producción de azúcar en el término de dos años. Agrega que el racionamiento al pueblo fue obra del Che cuando, según él, administraba la economía isleña.

Aquí la mala fe del preguntón y el pésimo asesoramiento de sus allegados rompieron todos los record en materia de ignorancia, y de sumisión a los dictados del imperio.

En primer lugar no dice que el Che era el Ministro de Industria y que no decidía sobre el racionamiento al pueblo, aunque como miembro de la alta dirección de la revolución participaba en las decisiones sobre esa y otras medidas a que nos obligó el brutal bloqueo económico impuesto por el gobierno norteamericano, ese mismo gobierno que actualmente financia a este reptil, y a otros como él, que se mueven en los pantanos de la Florida y salpican a ciertos gusanillos que se arrastran torpemente dentro de la isla, al no tener apoyo del pueblo.

Sobre la producción azucarera no vale la pena gastar muchas municiones contra Alvarito Jr. si lo desea y tiene interés en elevar en algo su cultura económica, le sugiero que lea los artículos publicados por el Che en defensa de la elevación de la producción azucarera y sus derivados en los primeros años de la revolución, como pivote para el ulterior desarrollo de la economía cubana en su conjunto. Hubo años en que la producción azucarera llegó a sobrepasar los 8 millones de toneladas, hasta que se produjo la depresión de los precios de este producto en el mercado mundial.

El Che fue el creador del Instituto Cubano de Investigación de los derivados de la caña de azucar (ICIDCA) que aún existe, y al que se le reconocen, nacional e internacionalmente, innumerables resultados en ese campo.

4. Se enfrentó a Moscú

El interrogador, más enojado, le ripostó al joven norteamericano, que el Che en realidad abedeció a Moscú hasta que este decidió pedirle algo a cambio de masivas transferencias de dinero a la Habana. Luego agregó que el Che criticó al Kremlin porque había adoptado lo que él denominaba “ley del valor”. Finalmente que el Che cambió su lealtad a la URSS por la de China.

Alvarito Jr. no dice qué fue lo que Moscú le pidió al Che a cambio, pero eso no tiene importancia. Ya estamos acostumbrados a estos deslices de los mercenarios del imperio a la hora de teclear sus infundios contra Cuba y todo lo que huela a progreso y decencia en el mundo. Lo de la ley del valor resulta más simpático.

Cuando el ignaro sujeto empieza a balbucear sobre esta ley económica, que la conocen hasta los menos especializados en la materia, dice refiriéndose al Che, “lo que él denominaba la ley del valor”, como si dicha ley fuera una invención del Che.

Volvemos a recomendarle a este asalariado que siga los sabios consejos del compañero Néstor Kohan. Que se tome no una tarde, sino un año sabático para ver si es capaz de aprender algo de economía. No le recomendamos que estudie a Carlos Marx, ni al Che, porque significaría un esfuerzo intelectual insoportable para las diminutas entendederas del ofidio.

Pero sí le sugerimos que haga un esfuerzo mínimo y estudie a Adam Smith, y a David Ricardo, y si le quedan algunas tardes libres, que también estudie algo de Jhon Maynar Keynes, muy conocido en Estados Unidos, sobre todo después de terminada la segunda guerra mundial.

Le aseguramos que no tendrá que realizar muchos esfuerzos para localizar toda la bibliografía keynesiana que necesite. Muy cerca de los barrios por donde pasea, en cualquier biblioteca de las tantas que hay en la ciudad, aunque muy poco visitadas, encontrará todo lo referente a la ley del valor.

Se dará cuenta entonces, después que estudie bastante, que él es un instrumento típico de esa ley y que precisamente el dinero que recibe por parte del gobierno yanqui es producto de la acción de la ley del valor, que a través de la oferta y la demanda en el mercado mercenario y según sus cotizaciones, recibe lo que le pertenece de acuerdo al precio que le corresponde en la competencia con los otros pares que habitan las cloacas de la ciudad de Miami y otras ciudades yanquis.

Sobre las lealtades del Che con China a cambio del Kremlin, le recomendamos al joven ofidio que, aunque no le agrade nada la lectura de los escritos del Che, repase algunos de ellos. Se dará cuenta entonces que el Comandante Guevara nunca dio muestras de sumisión a ninguna corriente de pensamiento que no fuera compatible con sus propias convicciones revolucionarias, y si de hombre leal se trata, dejó escrito para la posteridad su lealtad a la revolución cubana y a su jefe. En su carta de despedida a Fidel en 1965 expresa:

“Que si me llega la hora definitiva bajo otros cielos, mi ultimo pensamiento será para este pueblo y especialmente para ti”.

Y más adelante:

“Que en donde quiera que me pare sentiré la responsabilidad de ser revolucionario cubano, y como tal actuaré.

5. Se conectó con los campesinos

El simplismo de este difamador al ripostar esta afirmación pasa de la vulgaridad a la gran mentira mediatica, eso a que nos tienen acostumbrados todos los mercenarios del imperio. Dice que no hubo ningún apoyo campesino y de los militantes comunistas a la guerrilla boliviana dirigida por el Che, los mete a todos en un mismo saco.

Niega que hubo varios campesinos que colaboraron con el Che en Bolivia, en la medida que fueron adquiriendo conciencia de la importancia de la causa revolucionaria.

Pero lo más sucio de Alvarito Jr. es su referencia a los militantes del partido comunista. No dice que fue Mario Monje, entonces secretario general de ese partido, el que traicionó al Che, y que militantes como Inti y Coco Peredo ofrendaron sus vidas, heroicamente, por la causa del pueblo boliviano. Coco cayó combatiendo junto al Che y los demás compañeros, e Inti Peredo murió combatiendo gloriosamente en su país, dando continuidad a la lucha revolucionaria iniciada por el Che.

No dice nada acerca del asesinato del Che por órdenes de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos en combinación con su peón el Presidente Barrientos. Su falta total de ética no se lo permite, pero tampoco la ley del valor a la que está sometido. Si dice algo honesto sobre ese asesinato, le afectaría de inmediato en sus ingresos mercenarios suministrados por la CIA.

6. Fue un genio guerrillero

El señorito de este cuento trata de ridiculizar al Che, atribuyéndole los fracasos en distintos frentes guerrilleros en Africa y América Latina, ya fueran dirigidos por él o por otros compañeros revolucionarios. No hace distinción entre un escenario y otro, no repara en situaciones, personajes y condiciones históricas, su único propósito es ridiculizar al Che.

Es tan estúpido que no se da cuenta que el Che Guevara ha pasado a la historia como el Guerrillero Heroico y el Comandante del Alba, atributos estos otorgados por todos los pueblos del mundo, incluyendo millones de personas en los propios Estados Unidos.

Este reptil es tan mal intencionado que hace oídos sordos a las evidencias aparecidas en Internet donde la figura del Che aparece, según todas las encuestas de los últimos años, entre las más grandes personalidades del mundo, por su historial revolucionario, sin hablar de otras cualidades paradigmáticas que le atribuyen todas las personas honestas del mundo.

7. Respetó la dignidad humana

Vuelve la ley de valor a revelarse en toda su expresión. Una vez más el reptil destila todas sus secreciones más repulsivas. Responde a esta sana afirmación diciendo que en realidad el Che tenía el hábito de apoderarse de la propiedad ajena. Afirma que el Che ordenaba asaltar bancos cuando la guerra y que tan pronto cayó Batista se apropio de una mansión, sin reparar en que esta fuera producto de una expropiación con fines públicos.

Aquí la vileza llega a sus máximas dimensiones. Uno de los primeros hechos que dieron muestra temprana de las cualidades humanas del Che y en especial de su austeridad administrativa, sucedió en los primeros meses después del triunfo de la revolución. Aún nos encontrábamos en el regimiento de La Cabaña, cuando el Che hizo crisis con sus severos ataques de asma.

La enfermedad afectó sus pulmones y los médicos que lo atendían recomendaron trasladarlo de la casa donde vivía dentro del regimiento a otra en la Playa de Tarará, para su recuperación. Efectivamente era una casa expropiada y el calificativo de mansión se lo ha puesto actualmente el malandrín en su escrito.

Visité esa casa en reiteradas ocasiones por razones de mi trabajo a las ordenes del Comandante Guevara en La Cabaña y puedo afirmar que aquel inmueble, aun existente, no puede calificarse como tal mansión, sin que tampoco sea una pobre y desvencijada vivienda.

En aquella época otro reptil al estilo del de ahora, cuya única diferencia radica en su apellido “Llano Montes” escribió un articulo venenoso insinuando que el Comandante Guevara se había ido a vivir a Tarara, como si fuera a un lugar de placer.

Inmediatamente de suceder aquel hecho el Che aclaró, mediante una nota periodística las razones de su traslado a Tarara por recomendación médica, precisando que su enfermedad la había adquirido trabajando día y noche por la revolución y no en algún garito habanero como lo hacían algunos burgueses de la época.

Aquella aclaración, que dejó muy mal parado al infame Llano Montes, hizo que el prestigio del Che, que ya era bien reconocido por nuestro pueblo creciera aun más, para convertirse poco tiempo después en el patrón de conducta y ejemplo de moral revolucionaria para las nuevas generaciones de Cuba y otros pueblos del mundo.

Resulta insólito que después de más de 40 años, alguien vuelva sobre el manido asunto de la casa de Tarará. Esto demuestra que la derecha reaccionaria y resentida no olvida nunca, traslada sus rencores por generaciones y, reacciona por su condición de clase sin importarle el más mínimo sentido de la ética y la decencia.

8. Sus aventuras eran una celebración de la vida

A esas llamadas aventuras las califica el preguntón como orgías de muerte, para continuar hablando de ejecuciones ordenadas por el Che a personas inocentes en Santa Clara y luego durante los meses que dirigió el regimiento de La Cabaña en la Habana. Para sus afirmaciones se apoya, según él, en dos testigos excepcionales: Javier Arzuaga, quien era capellán de La Cabaña, y José Vilasuso.

Al llegar a esta parte de las respuestas de Alvarito Jr. no pude contener la risa, aunque hasta esos momentos, todo lo escrito por el reptil, solo me había producido nauseas. Han transcurrido más de cuatro décadas desde que abandonamos La Cabaña, donde cumplíamos nuestro deber trabajando a las ordenes del Che, para ir luego a integrar las Fuerzas Tácticas del Centro en Santa Clara.

Entre otros recuerdos que llevo en mi memoria, en mi condición de oficial de Ejercito Rebelde en el regimiento de La Cabaña, están los juicios que muchos de nosotros tuvimos que presidir para hacer valer la justicia revolucionaria exigida por nuestro pueblo contra los detestables asesinos y torturadores de la tiranía batistiana. Esos a los que el vástago de marras llama “personas inocentes”.

Si de algo puedo estar tranquilo conmigo mismo, junto a otros compañeros, fue de nuestra actuación en los juicios revolucionarios en La Cabaña bajo las ordenes del Che. Lo primero que debo decir en razón de la verdad histórica es que en más de una oportunidad, los que tuvimos la desagradable tarea de presidir aquellos juicios, le reclamamos al Che por la excesiva dilatación de aquellos procesos, precisamente porque él nos exigía como jefe del regimiento que no se podía dictar sentencia alguna si no existían los más abundantes elementos probatorios de la culpabilidad o no de los procesados.

No hablo de los elementos suficientes, ya que en muchas ocasiones considerábamos que contábamos ampliamente con los mismos. Utilizamos el calificativo de abundantes, para indicar el exceso de elementos probatorios, exigidos por el Che. Hoy, con más conocimiento acerca de otros procesos revolucionarios en el mundo, puedo afirmar, sin el menor temor a equivocarme, que la revolución cubana fue y es el más alto ejemplo de humanismo y sentido ético en la aplicación de la justicia revolucionaria que se haya conocido.

No creo que exista un solo caso en que tengamos que avergonzarnos por haber actuado injustamente contra ningún procesado, a lo largo de todos los años de revolución, enfrentados al enemigo imperialista, que ha tratado de destruirnos por todos los medios posibles.

Lo que más me movió a risa en este escrito, fue su alusión a unos de los llamados testigos excepcionales de la época de La Cabaña, concretamente al capellán Javier Arzuaga. Recuerdo perfectamente a este personajillo. Es más, lo tengo bien grabado en la memoria, y en más de una oportunidad me he visto en la necesidad de referirme a él como caso anecdótico muy particular.

Para ser objetivo debo reconocer que este personajillo me resultaba en ocasiones muy simpatico y en otros momentos, más bien desconcertante. Con frecuencia Arzuaga pasaba frente a mis oficinas de La Cabaña, para ser más preciso, frente a la Junta Económica Militar que yo dirigía, y me saludaba muy atento, y hasta diría que afectuoso.

Salvo que Arzuaga haya sufrido alguna operación quirúrgica después de marcharse de Cuba, y que esa operación le haya cambiado absolutamente su personalidad, no puedo imaginarme ni por asomo, que a estas alturas ande haciendo testimonios dolorosos sobre la época de su estancia en La Cabaña, como capellán del aquel Regimiento. Explicaré en que fundamento mis afirmaciones.

Uno de los ejemplos desconcertantes de la personalidad de Arzuaga era que en más de una ocasión se acercaba a algunos de nosotros, los oficiales que actuábamos en los juicios, para preguntarnos con la mayor frialdad y desparpajo, si había “algún fusiladito para por la noche”.

Se observaba en la pregunta del curita un dejo de cierto sadismo que nos molestaba a todos, pero Arzuaga hacía la pregunta con cierta gracia expresada en el rostro, que en algunas oportunidades nos hacia reír cuando daba la espalda y se marchaba en dirección a las prisiones de La Cabaña, donde se ocupaba de hacer confesar a los sancionados.

Efectivamente, es cierto, que el Padre Arzuaga, como le llamábamos, hacia derroche de convencimiento a los acusados. Se comentaba en el regimiento, que después de haber hablado durante unas horas con los condenados, aquellos quedaban absolutamente tranquilos y convencidos de la gravedad de todos sus pecados como torturadores y asesinos de la peor especie.

Para ser honesto, debo decir, que si bien recuerdo, como si fuera hoy, al padre Arzuaga, no me resulta igual con el otro testigo llamado José Vilasuso, que cita este gran difamador, Conocí a un coterráneo holguinero de ese mismo apellido, que luego se marchó del país, pero desconozco si se trata del mismo individuo. De lo que sí estoy seguro es de no haber visto nunca al Vilasuso holguinero en el Regimiento de La Cabaña.

9. Era un visionario

A este enunciado el interrogador responde, que en realidad el Che tenía una visión bastante borrosa de América Latina, para luego agregar varias estupideces sobre el enfoque guerrillero del Che, desde el campo. Luego arremete contra la reforma agraria, afirmando que en los países que se ha realizado ha sido un fracaso porque ha obstaculizado el desarrollo de la agricultura, con reglamentos absurdos que prohíben los convenios privados.

Sobre la visión borrosa del Che sobre América Latina, el comentario mueve a risa nuevamente. Si de algo no carecía el Che Guevara era de un conocimiento profundo sobre los países latinoamericanos, primero por haberlos conocido directamente, y además por haber seguido estudiando la situación de los mismos con la mayor dedicación e interés.

No es necesario abundar sobre la amplia y reconocida cultura del Che Guevara, que le permitía tener un sólido dominio sobre los principales problemas históricos, económicos y sociales de la mayor parte de estos países. Sólo a alguien tan ignorante como este señor se le ocurre hablar de temas como la guerra de guerrilla y la reforma agraria, disputándole al Che el conocimiento sobre los mismos. Esto indica el grado de irresponsabilidad de estos cipayos del imperialismo en el momento actual.

10. Estaba en lo cierto respecto de los Estados Unidos

El ofidio se va por la tangente en esta respuesta. Habla de que el Che predijo que Cuba superaría el PIB percapita de Estados Unidos para 1980 y que hoy sobrevivimos gracias al subsidio petrolero de Venezuela como forma de limosna internacional.

No dice como el Che calificó más de una vez al imperialismo norteamericano por sus crímenes en América Latina, empezando por lo presenciado por él cuando el ataque artero de los aviones norteamericanos apoyando el golpe contra el gobierno progresista de Jacobo Arbenz en Guatemala. Aquel hecho radicalizó aun más al Che desde el punto de vista revolucionario y le permitió comprender más nítidamente el carácter criminal del imperialismo yanqui y sus lacayos.

Más tarde volvería a presenciar el ataque imperial a Cuba cuando la agresión yanqui por Playa Girón y finalmente las amenazas de destrucción nuclear por parte de ese mismo imperio cuando la crisis de los mísiles en 1962. En aquellas dos ocaciones el Che Guevara fue el jefe militar de la provincia de Pinar del Río y tuvo que soportar indignado la presencia de los aviones yanquis realizando vuelos rasantes sobre su Puesto de Mando en aquella provincia.

Sobre el PIB per cápita, debo decir, que aún cuando en materia económica no siempre es inteligente hacer pronósticos precisos, ni el Che los hizo nunca, no dudo que si no hubiésemos sufrido el criminal bloqueo económico por parte del imperialismo, nuestra economía sería la más floreciente de toda América Latina en estos momentos. Los ritmos de crecimiento en la mayoría de las ramas en los primeros años así lo atestiguan.

Breves conclusiones

Una gran variedad de ofidios, forman parte de la biodiversidad en nuestra América irredenta, muchos pueden observarse en los zoologicos existentes en los distintos países. Su acción depredadora se conoce muy bien por nuestros pueblos explotados desde la comunidad primitiva hasta hoy. Los padres fundadores también fueron difamados por esas especies en épocas pasadas.

Al Precursor Francisco de Miranda los rusos zaristas le llamaron “Exótico huésped”, “hombre de carácter honrado y noble”. Eso hasta que se enroló con los revolucionarios franceses. Por su parte los jacobinos lo calificaron de “aventurero y espía”. Los norteamericanos por “agente de los rusos” y otras sandeces. Todo después de haberse jugado la vida combatiendo por la liberación de las 13 colonias americanas,

Para dar a conocer todas sus infamias, los poderosos contaban con los mismos tipos de reptiles con que cuenta el imperialismo norteamericano en la actualidad, con la diferencia que esas mismas especies eran más primitivas y quizás hasta menos dañinas en aquella época. No contaban con Internet, CNN y los demás medios con que cuenta la culebra objeto de este trabajo para denostar la figura del Che Guevara por instrucciones del poderoso imperialismo yanqui.

Pero la voz de los pueblos es más poderosa que los aullidos de las hienas y los inaudibles silbidos de las culebras al servicio del imperialismo. Y si la especie engendrada por el autor de La Fiesta del Chivo no cree lo que aquí le explicamos, le sugerimos que se informe sobre los resultados de la Cumbre de Mar del Plata que acaba de terminar, y sobre el mar de pueblo que gritó a voz en cuello y al unísono con el entrañable y valiente Presidente bolivariano Hugo Chávez.

VIVA EL CHE GUEVARA, CARAJO

Noviembre 2005.

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