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La evolución y transformación del sector agropecuario en los noventa

Santiago Rodríguez Castellón

INTRODUCCIÓN

Durante más de tres décadas el modelo agrario cubano creó una fuerte base material, en correspondencia con la fuerza laboral técnica calificada, capaz de hacer un uso adecuado de dicha base, esas fuerzas productivas existentes en el sector agropecuario a partir de los años 1989-1990 se encuentran detenidas influidas por factores internos y externos, manifestándose a través de los bajos resultados productivos o estaticidad de los mismos, con marcada tendencia descendente y deterioro continuado de la efectividad económica.

A partir de 1993 se inician las transformaciones agrarias, ajustándose la actividad agraria a las nuevas condiciones que presenta la economía en general.

Esto ha creado las bases para una nueva visión del desarrollo agrícola, donde se modifica el modelo de desarrollo agropecuario, se profundiza en las relaciones de producción y en la conceptualización y determinación del papel de los nuevos sujetos agrarios entre sí y el resto de la economía.

LA NUEVA CONCEPCIÓN DE LA POLÍTICA AGRARIA Y EL DESARROLLO AGRÍCOLA A PARTIR DE 1993. CONDICIONES DE PARTIDA

Condiciones de partida

A partir de 1990 la evolución de las producciones agropecuarias se vio seriamente afectada como consecuencia de la crisis económica por la que atraviesa el país debido a razones internas y externas. Para dar una idea de la situación de partida para emprender las nuevas proyecciones se presenta lo siguiente:

A partir del decrecimiento acelerado de la producción acaecido con posterioridad a 1990 como resultado del reajuste tecnológico, es que comienza a examinarse diferentes líneas y acciones para la confección de una nueva política agraria que permitiese revertir el sesgo negativo del sector agropecuario tanto productivamente como financieramente.

La Nueva Concepción de la Política Agraria y el Desarrollo Agrícola

A partir de 1993, con las medidas de descentralización de la propiedad agraria y otras de carácter económico, se abre espacio a una nueva política agraria más a tono con la realidad económica actual en aras de remontar la profunda crisis estructural que afecta el sector.

La dirección iniciada constituye, sin lugar a dudas, la plataforma sobre la cual deberán construirse los escenarios posibles en los próximos años. Más para lograr los objetivos recuperativos en la actividad agropecuaria, principalmente en la producción de alimentos, se precisará de una mayor descentralización en los mecanismos de dirección, lo cual supone un gradual pero urgente abandono de las prácticas administrativas aún remanentes, a la vez que de una progresiva y acelerada liberación de las fuerzas productiva, donde todos los actores sociales conjuguen sus esfuerzos productivos dentro de un nuevo modelo donde prevalezcan los mecanismos económicos y las relaciones de cooperación horizontales y verticales, teniendo en cuenta en primer lugar, el profundo cambio estructural introducido en el patrimonio de los activos agropecuarios a favor de actores no estatales, tanto colectivos como privados.

No podrá obviarse por supuesto el papel del Estado en su condición de rector del proceso de transformaciones, pero este rol deberá desarrollarlo bajo una nueva condición funcional, cediendo el espacio de administrador y productor directo a los nuevos actores ya existentes en el nuevo escenario.(3) La nueva política agraria, iniciada desde finales de 1993, parte de un enfoque estructural para el cambio de relaciones económicas en la agricultura cubana. Lo más sobresaliente de dicho proceso es la orientación al fortalecimiento y ulterior predominio de las formas de explotación colectiva de la tierra bajo principios cooperativos. La reestructuración del sector estatal con la creación de las llamadas Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC)(4) que se vienen formando a partir de las antiguas empresas estatales agropecuarias y las Cooperativas de producción Agropecuarias (CPA) se perfilan como el núcleo central de la economía agraria cubana. El sector campesino y parcelario, por su parte, es objeto de ampliación como una tendencia objetivamente creciente.

Así de conjunto, el rasgo global más sustantivo derivado de los cambios puestos en marcha es la conversión de la agricultura cubana en una entidad estructuralmente mixta y múltiple. Esta tendencia derivará necesariamente en un ajuste funcional del sistema agrario, lo que tiene que ver con el cambio de los mecanismos económicos actuales y por otro donde se combine adecuadamente la regulación estatal y el mercado.

La nueva política agraria ocurre en un período caracterizado por una profunda crisis económica y agroalimentaria. Por los mismo, resulta un modo de dar respuesta a la crisis agraria a la vez que una vía para crear nuevos incentivos que impulsen la reanimación de la producción agropecuaria del país. La relación de causa-efecto contenida en el ajuste estructural explicaría a su modo y particularmente la complejidad de este proceso. Este es un proceso que requiere de un tiempo de maduración necesario.

Con este nuevo proceso de cambio se pretende alcanzar los siguientes objetivos:

El cumplimiento de los objetivos anteriores da como consecuencia:

Desde finales de 1993 se viene desarrollando en Cuba una profunda reforma de la tenencia de la tierra que obligatoriamente modifica el anterior régimen mixto agrario, especialmente a la forma estatal predominante, que se fue conformando durante más de tres décadas.

Las causas que dan origen a la reforma del anterior sistema agrario particularmente de la explotación estatal directa del suelo y de gran parte del capital fijo agrícola, están determinado por factores coyunturales y estructurales.

La crisis económica y agroalimentaria de los años noventa es la razón coyuntural y el agotamiento y crisis posterior del modelo económico implementado a partir de 1976 es la causa de fondo que explica la necesidad de la reforma en general y de la agraria en particular.(5) Los rasgos que caracterizan el proceso de reforma agraria son los siguientes:

1. Es un modo original de desestatización en que una forma estatal cede su protagonismo en la producción al cooperativismo socialista. No cambia el contenido sino la forma socialista. La desestatización abre espacios a otras formas sociales de producción.

2. Es un ajuste de la base económica realizado a iniciativa de la dirección máxima del país y no un fruto de reinvindicaciones económicas-políticas interpuestas por los productores.

3. La parcelación de la tierra estatal se ejecuta en régimen de usufructo gratuito y por tiempo indefinido para todos los beneficiarios de la reforma conservándose la intangibilidad de la propiedad estatal sobre la tierra y sin mediar relaciones rentísticas.

4. La venta o traspaso de los activos fijos estatales a cooperativas y granjeros estatales, respectivamente.

5. La intangibilidad de la propiedad privada campesina y de las Cooperativas de Producción Agropecuarias (CPA) sobre la tierra anterior a la reforma.

6. El apoyo financiero estatal a la acumulación del sector cooperativo y campesinos emergentes y del capital operacional al resto.

7. La rapidez y orden del proceso de cambio y, finalmente, la asincronía o desfasamiento entre los cambios en la base económica y la superestructura sectorial de la agricultura cañera y no cañera hasta el empresarial.(6) La reforma de la tenencia de la tierra afecta directamente al sector estatal. En consecuencia constituye un proceso dual, por un lado, de desestatización y de colectivización simultánea y, por otro, de parcelación privada individual. La distribución de la tierra estatal preferencia las formas colectivas de socialización frente a otras experiencias que universalizaron la agricultura individual. La admisión de otras formas de producción agraria expresa la gran flexibilidad de enfoques existentes en la remodelación de la política y el desarrollo agrícola.

La reforma de la tenencia se ha articulado además al redimensionamiento de las entidades agropecuarias, a la introducción de sistemas tecnológicos- productivos de bajos insumos y alta densidad de trabajo, a la apertura del mercado agropecuario en Octubre de 1994 y a la introducción de distintos esquemas de financiamiento asociados a la inversión extranjera y a empresas exportadoras y/o exportadoras de alimentos con fuertes incentivos orientados a estabilizar y ampliar la fuerza de trabajo agrícola. Las medidas aplicadas reflejan la tendencia a un repunte recuperativo de los sistemas productivos, a la elevación de la producción de materias primas y de alimentos para la agroindustria exportadora y el consumo interno y al incremento y estabilización de la fuerza de trabajo en el campo.

El régimen de propiedad sobre la tierra conserva el predominio de la propiedad pública, manteniéndose la colectivo-cooperativa y la privada individual y personal. La explotación del suelo se diversifica también y su forma fundamental es el usufructo gratuito e indefinido de la tierra por colectivos organizados en UBPC y en sistemas autogestionarios participativos en las granjas estatales remanentes.

Así, se procede a la creación de un nuevo tipo de cooperativas: las Unidades Básicas de Producción Cooperativas, surgidas a partir de las antiguas empresas estatales. Desde 1993 hasta 1998 se han constituido alrededor de 2 856 empresas de este tipo las que sumadas a 1152 Cooperativas de Producción Agropecuarias Campesinas (CPA) y 2800 Cooperativas de Créditos Y Servicios (CCS) también campesina eleva a 6866 las empresas no estatales en la agricultura cubana.(7) A ello se añade el surgimiento de un nuevo tipo de agente privado al cual se le otorga por parte del Estado la tierra en usufructo para su explotación bajo el principio de la pequeña hacienda familiar. Las cooperativas y los usufructuarios privados llegan a poseer en la actualidad el 67 por ciento de la superficie agrícola del país, dando lugar a una profunda transformación en la estructura de la propiedad agraria lo que se ha conjugado con nuevos mecanismos de gestión descentralizados y autónomos sin abandonar los principios de la planificación.

Como parte de este nuevo escenario se comienzan a aplicar diversas fórmulas tendientes a lograr una mayor competitividad entre los agentes sociales a través de una participación más activa en el mercado y la aplicación de diferentes variantes de incentivación directa a los productores incluyendo las transacciones con los organismos estatales acopiadores basadas en precios por acuerdo como una alternativa de realización de la producción.

En consonancia con las nuevas fórmulas sé amplio la frontera del crédito bancario viabilizando el acceso al mismo a los diferentes agentes productivos agrícolas mediante bajas tasas de interés e incluso aplazando su reintegro en correspondencia con los resultados productivos. El volumen de créditos concedidos por la Banca Nacional a los diferentes sujetos agropecuarios ha promediado en los últimos años una cifra del orden de los 2 mil millones de pesos en condiciones ventajosas, con tasas de interés del 4 por ciento para el sector cooperativo, 6 por ciento para los productores privados y del 8 por ciento para las empresas estatales. Dentro de este concepto se introducen también de forma selectiva la ayuda económica por parte del Estado para las nuevas Unidades Básicas de Producción Cooperativas de reciente creación que han confrontado dificultades financieras en sus primeros años de constituidas.

También como un aspecto que forma parte de las nuevas concepciones en la formulación de una nueva política agraria se viene aplicando diferentes modalidades de autofinanciamiento en divisas para las principales actividades agroindustriales vinculadas a la exportación, la sustitución de importaciones, la producción de arroz, cuyos primeros resultados han permitido elevar el nivel de aseguramiento material a las producciones generadoras de los ingresos así como de las restantes producciones agrícolas.

Se reconoce la necesidad de que las nuevas formas organizativas operen bajo los instrumentos monetarios, crediticias y fiscales, que estimulen y compulsen la búsqueda de la eficiencia.

La autogestión y el autofinanciamiento serán los modos de gestión de todos los sujetos agrarios en las nuevas condiciones. La maximización de la rentabilidad requiere como nunca antes armonizar los intereses de los productores y los de la sociedad. La acumulación deja de ser una función exclusiva del Estado central y sin que éste abandone su papel protagónico en el desarrollo de la agricultura nacional. En esta esfera se requieren nuevos instrumentos que orienten y controlen la reproducción y acción de todos los agentes económicos.(8) Al mismo tiempo, como parte del proceso de reorganización de la agricultura cubana, se procede al fortalecimiento de los órganos de dirección a escala municipal y provincial, con lo cual se tiende a una mayor integración territorial de los diferentes subsistemas que integran el sistema agropecuario, viabilizando el proceso de planificación y dirección en correspondencia con los aspectos básicos económicos, sociales, físicos y organizacionales de cada territorio.

Estas acciones permiten a su vez una conjugación más acertada de los niveles de planificación macro y microeconómicos otorgándole una mayor preferencia a la planificación regional. Se incluye los estudios de las reservas y posibilidades que tienen los territorios para lograr satisfacer sus necesidades alimentarias y eliminar gradualmente la dependencia en algunos renglones productivos.

Ante la caída generalizada del nivel y calidad de la vida rural, se trazan medidas organizacionales y económicas-financieras con vista a un mejoramiento de las condiciones de la vida rural.

Sin que todavía puedan considerarse agotados todas las reservas y potencialidades existentes en el sector agropecuario, son perceptibles algunos índices de recuperación que comienzan a conformar una tendencia ascendente de acuerdo con las expectativas concebidas, en materia de una agricultura sostenible tanto en el aspecto ecológico como económico.

Los resultados se pueden lograr sobre la base de una elevación de la eficiencia productiva, posibilitando reducir el nivel de subsidio a la agricultura en un 70 por ciento.

De manera sistemática se perfecciona los instrumentos encargados de llevar a vía de hecho la nueva política agraria hasta lograr sus objetivos estratégicos: reducción de los costos, prescindir totalmente de los subsidios estatales y elevar significativamente la oferta.

La nueva concepción agraria presupone la formación de nuevas proporciones y de una nueva proporcionalidad en el sector agropecuario nacional entorno a la propiedad y explotación de la tierra y los restantes medios de producción, la fuerza de trabajo, la producción, los mercados, las finanzas. Estas proporciones son dinámicas y asumirán dimensiones y complejidades específicas a los distintos niveles estructurales. La nueva economía agrícola impone, por tanto, un enfoque dinámico a la regulación social directa e indirecta y la combinación del plan y el mercado.(9) La existencia de tres tipos de propiedad (Estatal o pública, cooperativa y privada que incluye a los campesinos y parceleros) y cuatro formas de tenencia (Propietaria –estatal, cooperativo, campesinos y parceleros) y usufructuaria (UBPC, campesino y parcelero) introduce una mayor complejidad, obligando a diferenciar mecanismos e instrumentos económicos y metodológicos en atención a las particularidades de cada sector de propiedad.

Las distintas formas sociales de producción e intercambio emergentes en el sector agropecuario serán más eficaces en la medida que se correspondan con las fuerzas productivas materiales existentes en el agro y se ajusten con mayor flexibilidad a los cambios de los sistemas tecnológicos, especialmente a la nueva visión de la modernización agrícola. Un problema clave que enfrentan las nuevas concepciones y su viabilidad es su capacidad o no de promover incentivos suficientes para la recuperación de la fuerza de trabajo rural y elevar la productividad del trabajo que es la premisa básica para la reanimación y despegue de la producción agropecuaria.

Un rasgo común a las empresas agropecuarias estatales y de servicios agropecuario es el proceso de búsqueda de fórmulas de autogestión y autofinanciamiento participativos a escala de empresas, granjas e incluso de las fincas en que muchas de ellas se organizan.

Parece claro que la diversificación de formas de economías y de gestión en los marcos de la economía mixta del país obligan a reconsiderar el modo de gestión de las entidades que se conservan en poder directo del Estado que no pueden sustraerse a la lógica y dinámica general.

El desarrollo de nuevas modalidades de producción en el sector estatal

La diversificación de la formas estatal de producción incluye las Granjas Militares, Granjas de Producción de Autoconsumo por Colectivos no Agrícolas y las Granjas Agrícolas Urbanas de Autogestión Colectiva.

La creación de las Granjas militares(10) constituye una forma importante de explotación del suelo. La agudización de las crisis económica, la necesidad de fuerza de trabajo en planes agrícolas estratégicos para la alimentación de grandes urbes, el suministro de materias primas al sector agroindustrial exportador y al sostenimiento de las propias fuerzas armadas dieron pie a su transformación en granjas integrales de producción. En muchos casos ante los problemas temporales de las UBPC o a la carencia de la fuerza de trabajo en estas han requerido su presencia con carácter extraordinario y transitorio.

En la actualidad viene ocurriendo la transformación de las granjas militares integrales en entidades de autogestión participativa y de autofinanciamiento los que las capacita para participar en los mercados.(11) El carácter extraordinario de esta fórmula no significa que sean soluciones a corto plazo, porque hay circunstancias de fondo que obligan a su utilización por un plazo más o menos prolongado. En todo caso resulta vital preparar las condiciones para su paso al régimen de UBPC, especialmente allí donde han surgido por anomalías en el proceso de creación y funcionamiento de estas últimas.

El usufructo de la tierra por entidades industriales de servicios y otras con la finalidad de producir el autoconsumo para sus trabajadores (Granjas de Producción de Autoconsumo por Colectivos no Agrícolas) es una fórmula viable para garantizar la alimentación de los trabajadores.

Estas formas productivas representan actualmente una vía para ocupar productivamente a una parte de los subempleados y disponibles de distintas entidades de la esfera productiva y no productiva en la explotación de tierras estatales ociosas. Esta política contribuye al aseguramiento de los abastecimientos de los colectivos laborales y puede facilitar la conservación de aquella fuerza de trabajo con calificación que la industria necesitará en otro momento.

Las Granjas Agrícolas Urbanas de Autogestión Colectiva. Como parte del esfuerzo por aumentar la producción de vegetales frescos, se viene fomentando un sector de agricultura urbana y suburbana compuesta por organopónicos y huertos dentro y en los entornos de las ciudades y pueblos del país. Esta producción si bien emergió en la coyuntura es una modalidad que deberá integrarse a la lógica general del sistema agroalimentario del país.

Las inversiones para la construcción de las instalaciones e infraestructura del sistema de organopónicos se financia por las empresas estatales de la agricultura. A su vez se han organizado las llamadas "Granjas Agrícolas Urbanas" que se encargan directamente de la gestión estatal de los organopónicos y huertos. La organización social de la producción en los organopónicos y huertos viene adoptando diversas modalidades: colectiva tipo UBPC, en cuenta de participación, arrendamiento, alquiler y otras posibles combinaciones. Como regla la granja agrícola urbana se encarga de la regulación y administración de estas explotaciones.

La agricultura urbana y suburbana viene constituyendo en un factor clave en el suministro de vegetales frescos a los mercados locales. Con la apertura del mercado agropecuario participan en la competencia con ofertas aprecios menores con lo que están contribuyendo a la reducción general de los precios de los alimentos. Otro de sus costados más sobresalientes es que constituyen una novedosa fuente de trabajo y de ingresos para trabajadores desempleados temporalmente y otros segmentos sociales de la población de los centros urbanos.

Se extienden los contingentes en la agricultura estatal para paliar el déficit de fuerza de trabajo en el campo. Actualmente se han organizado en empresas y granjas autónomas con sistemas de estimulación particulares y otras prerrogativas funcionales.

Ajustes en las políticas ramales

Al interior de las nuevas concepciones agrarias será necesario distinguir las particularidades ramales en relación con la agricultura y la ganadería, así como la necesaria relación entre ambas.

La primera, dada sus características tecnológicas está en mejores condiciones de revertir el sesgo negativo. La producción de alimentos agrícolas se basa en casi todos los casos, en cultivos anuales o de ciclo corto, por lo cual la aplicación de palancas económicas a la par de determinadas medidas tecnológicas y organizativas, tales como precios de acopio más altos, mayor libertad de comercialización, acceso a insumos, facilidades crediticias, readecuación tecnológica, etc. deben impulsar el proceso recuperador en el corto plazo, así como la ulterior expansión de la producción.

Dentro de las producciones agrícolas por supuesto será necesario diferenciar casuísticamente los diferentes renglones: en las viandas y hortalizas donde los niveles que se vienen logrando tienden a incrementarse, la dirección principal debe estar en la diversificación y escalonamiento en el tiempo de la producción; en el cultivo del arroz y los frijoles por su importancia social y económica, dado sus altos costos de importación, se precisa de una política de estimulación económica directa que haga posible reducir las importaciones, en el caso de las oleaginosas será requisito formular un programa a más largo plazo que permita ir incorporando la producción nacional a las fuentes del balance.

La ganadería en cambio, requiere de otras consideraciones dada su mayor complejidad, deterioro experimentado en sus activos, ciclo más largo, excesiva especialización y desbalance de la base alimentaria.

Desarrollo de la parcelación. Nuevos productores individuales

En una de la dirección principal de la reforma agraria con una perspectiva estratégica se desarrolla la parcelación de una parte de la tierra estatal en usufructo individual, gratuito e indefinido. La tierra es entregada a personas, familias y grupos sin tierras del campo, poblados y ciudades para distintas finalidades, como son la producción de autoconsumo, tabaco, café y cacao en las montañas, leche y otros rubros.

Aunque es insignificante su peso en el balance de la utilización de la tierra agrícola, la misma representa una posibilidad real de un mayor aprovechamiento del fondo de tierra del país a través de la recuperación de áreas abandonadas por falta de fuerza de trabajo.

Más de 75 000 usufructuarios se han incorporados como nuevos productores agrícolas, los cuales atienden un área de 96 408 hectáreas, para cultivos de tipo familiar como el tabaco, café y cacao, lo cual si bien significa un saldo importante en la explotación más racional de la tierra, todavía pudiera ser superior dado el fondo de tierra disponible ocioso.(12) Además, fueron beneficiadas 43 533 personas con un cuarto de hectárea para el autoabastecimiento familiar, lo cual adiciona otra superficie equivalente a 10 883 hectáreas.(13) Desde finales de 1993 mediante la resolución 357/93 del MINAGRi se concedieron, hasta principio de1998, 41 602 hectáreas para el cultivo del tabaco, aunque no toda el área se destina para ese cultivo, ya que en esta área se incluye el área dedicada al autoconsumo familiar. Las solicitudes aprobadas- de 16 252 presentadas- abarcan a 12 254 nuevos productores, que involucran a un total de 20 891 personas.

En el caso del café y el cacao, situados en zonas montañosas, la entrega abarca 54 806 hectáreas en las que se incluyen frutales y terrenos para la crianza de animales y el cultivo para el sostenimiento familiar. De esta forma han retornado a la montaña 12 719 personas para trabajar fincas que permanecían improductivas por la falta de fuerza de trabajo. De 8 041 solicitudes presentadas, las aprobadas suman 5 430.

La parcelación en ambas variantes sirve para enfrentar la crisis agroalimentaria, la reestructuración de la tenencia de la tierra, la reanimación de producciones importantes con nuevos incentivos, la recampesinización como fuente alternativa de ocupación, la contención de la emigración y otros.

Constituye una fórmula para resolver el desempleo estacional y el desempleo abierto. En esa misma dirección obra como un detente a la emigración del campo a la ciudad e impulsa el repoblamiento de las montañas.

La parcelación puede atentar contra la conservación de los suelos a través de un uso intensivo del suelo por parte de los tenentes, lo que plantea la necesidad de la implantación de medidas de control que impidan el deterioro de los suelos por sobreexplotación.

La parcelación individual hay que verla como una medida de corto plazo orientada a la búsqueda de una salida a la crisis alimentaria inmediata y, de otro lado, como un eslabón de la reestructuración del modelo agrario. Ambas direcciones interactúan en el escenario nacional y es muy posible su solapamiento. La economía cooperativa y la campesina son los dos pilares del modelo agrario cubano en gestación para un largo plazo.

La parcelación adopta dos formas básicas: la parcela de autoconsumo y la especializada en algún cultivo en específico. La primera responde más bien a una concepción coyuntural, mientras que la segunda tiende a un proceso de campesinización a más largo plazo.

La primera variante de parcelación con fines de autoconsumo establece la entrega de un máximo de media hectárea en usufructo gratuito con la particularidad de que prohibe la construcción de vivienda y otras instalaciones. Posteriormente el Ministerio de Agricultura redujo esta área a un cuarto de hectáreas.

La parcelación para tabaco, café y cacao y otros bienes tiene un tamaño más elástico pues incluye áreas adicionales para la producción de autoconsumo, pastos y forrajes, la construcción de viviendas e instalaciones diversas. Esta fórmula se orienta a la recampesinización de amplios segmentos de la población.

Las relaciones con el capital extranjero

La organización de asociaciones económicas mixtas del estado con el capital extranjero forma parte de la nueva concepción del desarrollo agrícola en el país. Es una variante de poco desarrollo en la actividad. Se localiza en la rama citrícola, tabacalera, cañera azucarera y de cultivos varios. Su extensión futura a estas y otras ramas y formas concretas dependerán de la conveniencia reciproca del país y del capital extranjero.

La participación del capital extranjero en la agricultura es una necesidad objetiva en las condiciones actuales y de futuro. La infraestructura productiva existente es compleja, moderna y atractiva para su explotación, pero actualmente es bien reducida por falta de financiamiento.

Si bien en los primeros años la participación del capital foráneo es limitada en actividades de financiamiento de algunas ramas como el cítrico, el tabaco, en la refacción a producciones como la caña, el tabaco, el café, etc. y a otras producciones en fronteras, en la producción asociada de soya, frijoles, arroz, y otras. Si bien, esta presencia del capital extranjero es todavía muy pequeña, su posible expansión en el mediano plazo y la constitución de un sector mixto agropecuario acelerarían los procesos de diferenciación en el sector y disminuirían el peso relativo del sector socializado en la economía agraria.(14) En general el capital extranjero puede participar bajo diferentes modalidades tales como: la comercialización de los productos agrícolas y agroindustriales, la productivo-comercial, productivo-comercial-financiera y financiera exclusivamente. No son pocas las contradicciones que desata la presencia del capital extranjero a lo interno como en las relaciones externas del país. Habrá que enfrentarlas pues es una oportunidad viable. Su aprovechamiento en beneficio del país marcha parejo a la velocidad con que se aprenda a dominarlas.

Debates y desafíos

El nuevo enfoque del desarrollo agrícola a la vez que introduce elementos positivos en su transformación, simultáneamente plantea indefiniciones y nuevas complejidades en la actividad agraria.

En este sentido en el área de la microeconomía con el propio desarrollo de la autogestión es necesario un lapso social de tiempo para la asimilación de los nuevos mecanismos de descentralización. La experiencia tradicional se basó en procesos de autogestión individual a la autogestión colectiva, en la actualidad este proceso transita de condiciones de no-autogestión a la autogestión colectiva, siendo la conciencia colectiva la más compleja en su formación.

Una situación a enfrentar es como se logrará compatibilizar la planificación centralizada con la autogestión de las diferentes formas organizativas. A la ausencia de una definición de la administración de los procesos autogestionarios con una estructura centralizada se une la carencia de un concepto acabado de cómo exigir la rentabilidad y sus respectivos mecanismos y regulaciones.

Desde el punto de vista macroeconómico vinculado a la autogestión se nota la demora de la redefinición del papel de los medios e instrumentos del estado para la regulación del sector cooperativo.(15) Si bien existe la cuestión, en sentido general, del lugar y los mecanismos que corresponderán a las formas autogestionarias en el ámbito de un nuevo sistema de dirección y planificación de la economía- adecuado a las actuales condiciones y orientado a una continua socialización -, está la cuestión particular del lugar que ocupará la autogestión agropecuaria en el sistema de planificación y dirección del sector, en el cual las empresas cooperativas controlan el 67 por ciento de las tierras del país, el 90 por ciento de la producción cañera y más del 60 por ciento de la producción no cañera.(16) En el mismo sentido se plantea el papel del mercado como mecanismo regulador de las empresas cooperativas y, en general, del mayor rol que los mecanismos monetarios mercantiles deberán desempeñar como parte del nuevo reordenamiento agrícola.

Un problema más general se refiere a la tolerancia del régimen financiero, bajo el cual se desenvolverá la economía agropecuaria y las actividades cooperativas en particular. Un régimen financiero de corte tradicional será insuficiente en la búsqueda de la eficiencia e incremento de la producción y la productividad.(17) Un problema implicado será la creciente diferenciación del ingreso entre los trabajadores rurales, acorde con el sector, territorio, empresa, etc.

El macroescenario ejerce una influencia negativa o limitada sobre la viabilidad de los nuevos esquemas de desarrollo agrícola. Sus componentes principales son la crisis económica y su lenta recuperación, las políticas de ajustes contractiva de la demanda que mantiene el deterioro de los ingresos y de la apertura mercantil, la simultaneidad y diferenciación de las formas de parcelación de la tierra, la reconversión tecnológica, la intangibilidad de la superestructura y su injerencia vertical-administrativa en la actividad corriente y en las fusiones inducidas, la falta de extensión del cooperativismo a otras esferas y la pobre cultura nacional sobre el cooperativismo.

LOS CAMBIOS EN EL USO DE LA SUPERFICIE AGRÍCOLA Y LOS RESULTADOS PRODUCTIVOS EN LA ACTIVIDAD NO CAÑERA

Transformaciones en la estructura del uso de la superficie agrícola

La gestión de la tierra en Cuba se ha modificado de manera importante en los últimos cinco años transcurridos. Si en 1992 el Estado administraba directamente el 75.2% del total de las tierras agrícolas, en 1998 lo hace en el 33.6%; mientras que el sector no estatal aumentó su participación del 24.8% en 1992 al 66.4% en 1998. El cambio está dado fundamentalmente por la creación de las UBPC, las cuales abarcan el 42% de la superficie agrícola nacional durante 1998.

El uso de la tierra por las Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS) y el propietario privado disperso ha experimentado ligeros ascensos motivado por la entrega de tierras en usufructo y por el retorno de familiares a las labores agrícolas.

No obstante estas modificaciones, es de destacar que el sector socialista de la economía agropecuaria (incluye el estatal, UBPC y CPA), mantiene su peso estructural de un 85% del uso de la tierra agrícola tanto en 1992 como en 1998; mientras que el 15% restante, pertenece a los propietarios privados (CCS y privados dispersos).

Distribución de la superficie agrícola por formas de tenencia

Formas de propiedad
1992
1995
1998
MHA
%
MHA
%
MHA
%
Total
6774.9
100
6602
100
6555
100
Estatal
5097
75.2
1778.1
27.0
2166.9
33.6
No estatal
1677.2
24.8
4824.1
73.0
4388.7
66.4
UBPC
-
-
3161.0
48.0
2775.6
42.0
CPA
690.3
10.2
658.0
10.0
620.2
9.4
CCS
752.7
11.1
772.8
11.6
782.7
11.8
Privados dispersos
234.2
3.5
232.3
3.4
210.2
3.2

Fuente: Periódico Granma. 5 de Octubre 1995 Balance de la tierra del País 1996. Cálculos y Estimaciones del autor sobre la base de la información del MINAGRi.

No se ha modificado la estructura agraria con relación a los años anteriores, en donde prevalecen los cultivos de exportación. Con relación a 1992, el área dedicada a los cultivos temporales se incrementó en 1998 en un 6,3 por ciento, debido a los aumentos en arroz, (10,1 por ciento) y cultivos varios (6,8 por ciento).

Estructura Agrícola y su Utilización Año: 1998

Concepto

Hectáreas
Por ciento
Superficie agrícola
6 591 043
100,0
Superficie cultivada
3 742 954
57,0
Cultivos permanentes
2 748 340
73,4
Caña de Azúcar
1822 927
48,7
Café
142 098
3,7
Pastos y forrajes
460 060
12,2
Plátano
134 466
3,5
Cítricos
103 123
2,7
Frutales
71 656
1,9
Otros Permanentes
14 010
0,3
Cultivos temporales
994 614
26,5
Arroz
236 431
6,3
Tubérculos y Raíces
402 022
10,7
Hortalizas
82 057
2,1
Granos
114 513
3,0
Tabaco
66 253
1,7
Forrajes
10 754
0,2
Otros temporales
82 584
2,2
Superficie no Cultivada
2848 089
43,0
Pastos naturales
2311 105
35,0

Fuente: Balance de la Tierra del País y su Utilización. Diciembre1996. Oficina Nacional de Estadísticas Estimaciones del autor sobre la base de varias fuentes.

Evolución de los indicadores productivos

La producción de viandas y hortalizas creció durante la etapa 1992-1998 en 347,3 miles de toneladas. Se destacan los últimos años 1997 y 1998, donde se obtienen los mayores niveles productivos de la década de los noventa hasta el momento. Por un lado se observa una recuperación de los niveles de producción del sector estatal y por otro, los resultados productivos del sector no estatal fueron los de mayor peso dentro del incremento general de la producción del país. Con el inicio de la crisis económica de la década de los noventa, la actividad no cañera ha sido una de las más afectadas, presentado fluctuaciones en la producción provocado entre otras cosas por la caída de los indicadores de eficiencia. A esto se le añade la ausencia de recursos para mantener estabilizados los flujos de producción, lo cual incide decisivamente en la pérdida de recursos, además hay que añadir los factores climáticos, organizativos y tecnológicos que impiden una eficiencia mayor.

Evolución de la producción de viandas y hortalizas. Ministerio de la Agricultura
Um: miles de toneladas

Formas de propiedad
1992
1994
1995
1996
1997
1998
Variación 1992-1998
Producción Nacional
1 782,0
1 167,3
1 437,0
1775,2
1864,7
2 129,3
1,19
Viandas
1 268,4
845,2
1 024,1
1 281,7
1 307,3
1 337,4
1,05
Hortalizas
513,6
322,1
412,9
493,5
557,4
791,9
1,54
Sector Estatal
1 262,4
468.8
555.5
668.6
1 044,5
1 194,6
0,94
Viandas
979,3
360.3
411,3
524,4
799,6
767,2
0,78
Hortalizas
283.1
108,5
144,2
144,2
244,9
427,4
1,50
Sector no estatal
519,6
698,5
881,5
1106,6
820,2
934,7
1,79
Viandas
289,1
484,9
612,8
757,3
507,7
570,2
1,97
Hortalizas
230,5
213,6
268,7
349,3
312,5
364,5
1,58

Fuente: Anuario estadístico de Cuba. 1997. ONE. Cálculos y estimaciones del autor en base a la información del MIEPLAN y MINAGRi.

A partir de las transformaciones realizadas en la actividad (sept./ 1993) se ha observado una ligera recuperación, apoyado en cierta mejoría de algunos renglones no atendidos tradicionalmente.

Como dato curioso el sistema MINAGRI satisface como promedio durante el período 1992-1998 el 28% del consumo energético total percápita y el 34% del consumo proteico total percápita. En el quinquenio anterior este último aporte era como promedio del 40%.

Durante los últimos años 1997-1998 la producción por cultivo ha presentado el siguiente resultado: los rubros de mejores resultados se concentran en las hortalizas (42,0 por ciento de crecimiento)(18), tabaco (22 por ciento de crecimiento), el frijol (17.0 por ciento), frutales (18,0 por ciento), plátanos (16.0 por ciento). Hay que considerar que estos cultivos han mantenido históricamente niveles productivos muy bajos, por lo que los crecimientos son notorios. Como resultado del proceso de transformaciones agrarias, se han rescatado producciones poco atendidas tradicionalmente y de gran demanda de la población.

Los resultados negativos se localizan en el cultivo de la papa. Se aprecia una reducción de 114,3 miles de toneladas en 1998 en comparación a la cifra obtenida en 1997. Los factores que influyeron en este resultado se vinculan a la baja en los rendimientos y la llegada tardía de los fertilizantes.

Los rendimientos del cultivo de la papa disminuyeron de 25 toneladas por hectáreas en 1997 a 15 toneladas por hectáreas en 1998.

En el mejoramiento del cultivo de la papa se debe trabajar en una mayor disponibilidad de la semilla nacional, distribuir las variedades según las características de cada territorio y priorizar la clasificación de la semilla nacional y su transportación hacia los frigoríficos. Además es necesario rescatar la política de escalonamiento de las siembras para tener una secuencia lógica de cosecha y evitar la acumulación en los frigoríficos.

El otro cultivo de gran peso en la alimentación y de pobres resultados en 1998 fue el arroz. La reducción de la producción arrocera fue de alrededor de 122,0 mil toneladas en 1998 en comparación a 1997. La causa fundamental de peso en este resultado fue la sequía, producto de la alta dependencia del recurso agua que presenta este cultivo. La proyección de desarrollo de este cultivo ha estado matizado por la tendencia a la popularización, lo que ha implicado el desarrollo de nuevas áreas a lo largo de todo el país, con el propósito de aumentar los potenciales nacionales de producción y la disminución paulatina de las importaciones.

EVOLUCIÓN DE LA PRODUCCIÓN TOTAL POR CULTIVOS
um: Mton

Indicadores
Año 1997
Año 1998
Relación
(Por cientos)
Viandas
1 307,3
1 337,4
1,02
Hortalizas
557,4
791,9
1,42
Viandas y Hortalizas
1 864,7
2 129,3
1,14
Tubérculos y raíces
841,3
796,0
0,95
Papa
318,2
203,9
0,64
Boniato
138,5
164,4
1,18
Malanga
19,8
40,8
2,06
Yuca
195,1
232,9
1,19
Plátano
466,0
541,4
1,16
Hortalizas
557,4
791,9
1,42
Tomate
147,5
121,0
0,82
Cebolla
12,8
17,6
1,37
Ajo
9,0
8,6
0,95
Pimiento
11,4
11,1
0,97
Calabaza
54,0
86,3
1,59
Pepino
38,5
56,5
1,46
Melón
29,0
33,4
1,15
Col
72,9
69,0
0,94
Maíz
186,0
163,0
0,88
Frijol
58,2
68,3
1,17
Arroz consumo
329,9
207,2
0.63
Tabaco agrícola
30,9
37,8
1,22
Café acopio
19,2
8,9
0,46
Frutales
182,9
215,3
1,18

Fuente: Departamento Estadísticas MINAGRI. Cálculos del autor.

A pesar de no decrecer la producción de plátano en 1998 con relación a 1997, la atención al cultivo ha mermado por su dependencia de los sistemas de riego y de las disponibilidades de combustible, provocando una caída drástica en los rendimientos en más de un 60% en los cosechados por la tecnología del microjet.(19) La repercusión negativa del clima vinculado a factores de índole organizativos y de funcionamiento de la gestión en general del sistema agropecuario determinan en lo fundamental un estancamiento en los rendimientos agrícolas.

Evolución de los rendimientos Agrícolas
UM: ton/hectáreas

Formas de tenencia 1997 1998
Sector Estatal    
Viandas 8.90 7.91
Hortalizas 6.40 9,50*
UBPC    
Viandas 8.80 7,22
Hortalizas 5.70 543
CPA    
Viandas 6.75 5,69
Hortalizas 8.25 6,79
Campesinos independientes    
Viandas 5.92 5,40
Hortalizas 7.20 6.31

Fuente: Departamento de Estadísticas MINAGRi. Estimaciones del autor.
*Los resultados de la producción estatal de hortalizas fueron notorios en 1998 en relación con 1997. Se destacan los rubros de la cebolla (11,7 toneladas por hectáreas), pimiento (12,0 toneladas por hectáreas), etc.

La cooperativización del sector estatal de la agricultura ha conllevado a que las UBPC, comiencen a poseer un peso importante en la estructura de producción por cultivos de la siguiente manera:

Participación de las UBPC en la producción

Cultivos
Por ciento
Viandas 32
Cítricos 36
Frutales 16
Arroz 38
Café 22
Hortalizas 12
Tabaco 7

Fuente: MINAGRI

El desarrollo de los organopónicos es una vía utilizada para mejorar la oferta de hortalizas frescas. A finales de 1998 en el país existían 1900 organopónicos, suministradores de alrededor de 440,9 miles de toneladas de hortalizas, con rendimientos entre 6 y 15 kilogramos por metro cuadrado. (20) Al disminuir los niveles de ingreso en divisas de la economía, el sector ha introducido en los noventa el autofinanciamiento de sus producciones fundamentales con los ingresos recibidos de las exportaciones de otros rubros agropecuarios (mieles, tabaco, etc.).

Al mismo tiempo, se comenzó a aplicar la política de otorgamiento de estímulos en divisas a los productores, en principio para los fondos exportables y más recientemente para el arroz, mecanismo en proceso de estudio para su aplicación a otros rubros agrícolas substitutivos de importación. Esta medida constituye una palanca adicional que puede coadyuvar entre otras medidas a lograr un efecto multiplicativo de la producción a corto plazo.

Por último se trabaja en el estudio del potencial productivo de cada localidad o territorio con vista a aprovechar sus reservas productivas y lograr paulatinamente una mejoría en la autosuficiencia alimentaria de cada región.

Actividad ganadera

La actividad pecuaria es la más afectadas durante la crisis económicas, a tal punto de cambiar radicalmente su tecnología, por ser una ganadería dependiente de alimento importado y reducirse los volúmenes de alimentos proveniente de las zafras azucareras.

La producción pecuaria experimenta un comportamiento discreto, debido a su mayor complejidad y dependencia de la importación de piensos. El impacto de la crisis aún no ha sido posible superarlo y revertir de manera consistente la tendencia regresiva de la producción.

Evolución de los indicadores de la actividad ganadera

Indicadores
um
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
Variación
1992-1998
Producción de leche
Mill litros
352.8
307.2
423.2
407.1
426.3
445.8
453.0
100.2
Vacas en ordeño
Mcab
307.2
264.4
250.4
233.9
225.0
225.2
270.0
(37.2)
Producción de carne
Mton.
152.6
130.9
122.6
128.6
136.6
134.2
137,7
(14.9)
Rendimiento diario
litros
3.4
3.5
3.5
3.4
3.8
4.0
3.4
-
Peso promedio
kg
225.0
246.0
280.1
288.4
287.0
290.0
302.0
77.0
Existencia de ganado
Mcab
4609.3
4 584.0
4617.1
4576.0
4600.0
4 606.0
4 607.0
(2.3)
Muertes totales
Mcab
280.0
209.8
187.0
165.4
134.0
113.0
138.0
(142.0)

Fuente: Departamento de Estadísticas. MINAGRI.

La producción de leche aumentó en la etapa 1992-1998 en 100 millones de litros. A pesar de mantenerse estancado los rendimientos, el reajuste organizativo y tecnológico de la actividad, avances en las condiciones de vida y de trabajo de los vaqueros no han propiciado cambios notorios hasta el momento en los indicadores.

La producción de leche en 1998 representa aproximadamente el 45 por ciento de lo alcanzado en 1989, cuando se obtuvo alrededor de mil millones de litros de leche.

Se observa a partir de 1992 un cierto freno al decrecimiento del rebaño, fundamentalmente por el rebaño del sector privado, en tanto el del sector socialista (CPA, granjas estatales y UBPC) se mantiene.

Las UBPC ganaderas no muestran un resultado significativo. Evidentemente, el cambio experimentado en las formas de tenencia lleva a la necesidad de sustituir los métodos y mecanismos de dirección, caracterizados hasta el presente por concepciones administrativas y centralizadas, por instrumentos económico-financieros. El Estado deberá limitarse a trazar políticas, crear e implementar los instrumentos adecuados para controlar su ejecución, garantizar servicios científico-técnicos y proteger el medio ambiente, cediendo las decisiones de gestión y productivas a los sujetos microeconómicos.

La política seguida en la ganadería precisa de una urgente reformulación en el plano organizativo y económico para detener la descapitalización de sus activos, rescatar el patrimonio productivo y recuperar los niveles de actividad, lo que bajo las actuales concepciones y esquemas de dirección no se vislumbra factible. En la gestión de esta actividad influyen notablemente los factores biológicos, lo que implica que los resultados son a largo plazo.

Ante esta necesidad la rama ha comenzado a dar pasos en el trazado de una política de recuperación ganadera, tratando de fomentar una base alimentaria propia, con la utilización de la caña como fuente de alimento y la introducción de variantes de leguminosas unido al buen manejo de los pastos. A la vez, se produce una disminución del tamaño de las vaquerías, mejoras en las condiciones de trabajo del vaquero y se introducen nuevos mecanismos de estimulación vinculados con la calidad y cantidad de nutrientes de la leche.

La presencia de nuevos actores y de cambios estructurales configuran un nuevo escenario, específicamente en el ganado vacuno, donde la tenencia no estatal (UBPC, campesinos, otros) controlan el 67% del ganado.

A finales de la etapa 1992-1998 se logra aumentar a 580 unidades ganaderas con autosuficiencia alimentaria y funcionan 1300 ordeños mecánicos, de 2600 existentes en 1989.(21) En general, para lograr la estabilidad desde el punto de vista del funcionamiento y la dirección del sistema agrícola es necesario continuar profundizando en las transformaciones agrícolas iniciadas en 1993.Todavía se dista de alcanzar los niveles requerido tanto en la producción obtenida como en el funcionamiento económico de los distintos sujetos presentes en el sector agropecuario.

Las acciones hasta ahora emprendida sin bien constituyen un hito en las relaciones de producción, deberán seguirse profundizando y ampliando como alternativa objetiva y viable para elevar la oferta de alimentos a la población, severamente deprimidos en toda la etapa 1992-1998, dada la elevada dependencia de las importaciones que se mantiene ante la insuficiente producción nacional y las limitaciones financieras de la economía.

Evaluación de las Transformaciones Agrarias

Las transformaciones agrarias realizadas a partir de septiembre de 1993, se localizan en el desarrollo del proceso de cooperativización y en la entrega de parcelas en usufructo a familias para el autoconsumo y para la producción especializada de tabaco y café.

A partir de estos dos elementos se crearon las Unidades Básicas de Producción Cooperativa, significando en un corto tiempo la aparición de 3 mil nuevos empresarios y un cambio importante en la utilización de la tierra.

Unido a lo anterior se ha desarrollado de forma experimental y gradual en el lugar donde es la mejor opción la entrega de parcelas en usufructo a familias, para el cultivo del café y tabaco, y en general para trabajar tierras ociosas en que no es factible su explotación cooperativizada ni estatal.

Los resultados de las transformaciones se pueden evaluar de positivas a pesar de ser su avance lento en general por la dualidad en el funcionamiento de dos modelos. Uno tradicional apoyado en antiguos métodos administrativos con prácticas ya remanentes y uno segundo basado en modelos descentralizados de autofinanciamiento con nuevos actores económicos.

En la práctica no se ha descentralizado todo el sistema agrícola (suministros- producción-comercialización del producto agrícola). En la actualidad la etapa de suministro conserva los mecanismos centralizados de asignación de recursos tradicionales.

En el desarrollo de las transformaciones se han obtenido avances importantes como son:
Se ha producido un proceso de reducción de los subsidios por pérdidas, con tendencia a desaparecer. (De 1 800 millones a 400 millones de pesos en 1998).

- Crecimiento de una parte importante de los renglones agrícolas, sobre la base de un aumento de los rendimientos y el rescate de cultivos no atendidos tradicionalmente y de gran demanda de la población.

- Mayor aprovechamiento del suelo, con la recuperación del área cultivada, implicando un freno al deterioro de la superficie agrícola.

- Cambio en la gestión, con la introducción de nuevos mecanismos de remuneración y de dirección de la producción agropecuaria.

- Reestructuración de la dimensión de las unidades agrícolas. El actual proceso de ajuste y fusión de las cooperativas tiende a perfeccionar las escalas de producción.

- Democratización del proceso productivo por el incremento de la participación de los productores directos.

Independientemente de los avances obtenidos se continúa trabajando en el perfeccionamiento de la gestión de las nuevas cooperativas en las siguientes líneas:

- Perfeccionamiento orgánico de las formas de producción cooperativa y creación de formas de atención por parte de los organismos de la administración central del Estado y otras organizaciones en el tratamiento de las UBPC.

- Eliminación de intermediarios en la venta de insumos a la UBPC, lo que facilitaría que estas cooperativas puedan hacer sus compras directamente sin el concurso de las empresas agropecuarias, siempre que resulte factible.

- Se debe trabajar en el incremento de la participación de las UBPC con precios diferenciados en los mercados agropecuarios, mediante el empleo del mecanismo de acopio, así como el perfeccionamiento del trabajo de las juntas directivas.

- Seguir profundizando en los principios de la vinculación del hombre al área a los resultados finales de su labor, así como elevar los niveles de autoabastecimiento para el trabajador y sus familias y la priorización de la construcción y demás gestiones de la vivienda. Estos elementos forman parte del conjunto de expectativas del obrero estatal ante su incorporación a las cooperativas.

- Trabajar en la asesoría de las UBPC en cuanto a la utilización de tecnologías sustentables, imprescindibles en las condiciones actuales, y muy diferente a las condiciones de la agricultura clásica de maquinarias altas consumidoras de combustibles y fertilizantes. Aunque es necesario el uso de la maquinaria, esta se debe combinar con el empleo de biofertilizantes, biopesticidas y una mejor rotación de los cultivos.

Las transformaciones iniciadas en el sector agropecuario de principios de los noventa, constituyen un paso de avance con vistas a la transformación del sector en el corto y mediano plazo. La situación actual exige una mayor profundidad de los cambios ya iniciados con el objetivo que abarquen todo el sistema productivo y compulsen a una mayor eficiencia.


Bibliografía

1- Figueroa Víctor Colectivos de Autores. El sector mixto en la reforma económica cubana. 1994. Editorial ENPES.

2- Figueroa Víctor Cooperativización del Campesino en Cuba. Evolución y Expectativas. Febrero 1997Grupo de Cooperativas. Universidad Central de las Villas.

3- Figueroa Víctor: Hacia una fórmula cooperativa del sector estatal agrícola.

Grupo de Cooperativas. Universidad Central de las Villas Marzo - abril 1994.

4- Figueroa Víctor Tesis de doctorado sobre el Proceso de Cooperativización en las Transformaciones agrarias en Cuba. 1997.

5- INIE. Colectivo de autores. Diagnóstico de la Actividad Ganadera. 1998.

6- MINAGRI. Informe sobre las producciones agropecuarias. 1998.

7- Ministerio de Economía y Planificación y otros autores. Departamento Agroalimentario. Diagnóstico sobre la Producción de Alimentos en Cuba y escenarios para el 2000. 1996.

8- ONE Anuario estadístico de Cuba. 1989 y 1996.

9- ONE. Balance y uso de la tierra del país. Diciembre 1996.

10- ONE Estadísticas seleccionadas 1990-1996.

11- Valdés Paz, Juan. Procesos Agrarios en Cuba. 1959-1995. Editorial Ciencias Sociales. La Habana.1997.


Notas

1- Las deformaciones estructurales estuvieron matizadas por:1-las grandes escala productivas (gigantismo), 2- déficit crónico de fuerza de trabajo, 3-desfase entre la tecnología y la organización de la fuerza de trabajo, 4- especialización agroexportadora y dependencia alimentaria, 5-patrón centralista y restricciones al mercado, 6- verticalización administrativa, 7- concentración de la tierra en caña y productos para la exportación, 8- Ausencia de un modelo de incentivación vinculado al resultado final del trabajo, etc.

2- Diagnóstico sobre la Producción de Alimentos en Cuba. Departamento Agroalimentario del Ministerio de Economía y Planificación y otros autores, 1996.

3- Diagnóstico sobre la producción agropecuaria de alimentos. Escenarios de las Economía Cubana para el año 2000. 1996. Ministerio de Economía y Planificación y otros autores.

4- Organización económica y social que integra a obreros agrícolas y a otros trabajadores bajo determinados principios de cooperativismo. Las UBPC representan una modalidad colectivista de desestatización de la propiedad - excluyendo la tierra- y de la gestión de la producción agropecuaria. La mayor parte del antiguo sector estatal agropecuario quedará conformado por este nuevo sector económico social. Ver Víctor Figueroa: Hacia una fórmula cooperativa del sector estatal agrícola. Marzo - Abril 1994. Grupo de Cooperativas. Universidad Central de las Villas.

5- La Agricultura cubana se caracterizó por ser un sector intensivo en cuanto a la demanda de recursos, manteniendo altos índices de consumo. Este caudal de recursos sostenido en buena medida por las relaciones de intercambio con el extinto campo socialista, no podía ser mantenido; por lo tanto con el advenimiento de las difíciles condiciones actuales resultaba impracticable mantener las formas de producción intensiva en el sector, más si los resultados eran extensivos (deterioro de la producción y de los rendimientos). Se requería, dar un vuelco a la gestión del sector, transformándolo de intensivo en recursos a intensivo en fuerza de trabajo, donde el hombre se convirtiera en el eje central de la productividad agraria: para ello era necesario darle al hombre trabajador una incentivación en su nuevo carácter.

6- Los cambios efectuados no abarcan todo el sistema productivo, ya que se mantiene bajo antiguos esquemas de centralización y asignación directa los suministros de recursos a las nuevas entidades.

7- Figueroa Víctor. Cooperativización del Campesino en Cuba. Evolución y Expectativas. Febrero 1997.Universidad Central de las Villas. Datos actualizado por el autor.

8- Ver a Víctor Figueroa. Tesis de doctorado sobre el Proceso de Cooperación en las Transformaciones Agrarias en Cuba. 1997. Pág.66.

9- Colectivos de Autores. El sector mixto en la reforma económica cubana. 1994. Editorial ENPES.

10- Las granjas militares son formas estatales de producción formadas por jóvenes que se encuentran pasando el servicio militar general.

11- El papel de las granjas militares es incuestionable por su significación práctica en las actuales circunstancias. Su propia necesidad revela el impacto y profundidad de la crisis agraria y, especialmente la ausencia de verdaderos productores agrícolas. En el pleno del Comité Central del partido Comunista de Cuba en Diciembre de 1993 se abogó sobre la extensión de las granjas militares integrales, particularmente, en las plantaciones de cítricos en Jagüey Grande (Provincia de Matanzas). Según declaraciones recientes de su director se planteó: "Sólo el Ejército Juvenil de Trabajo puede en estas circunstancias salvar el plan de producción de cítricos y preservar para el país esta enorme fuente de riquezas".

12- Periódico Granma. 30 de Enero de 1998.

13- Idem.

14- Juan Valdés Paz. Procesos Agrarios en Cuba. 1959-1995. Editorial Ciencias Sociales. Pág. 188. La Habana.1997.

15- La transformación de la estructura agraria y sus tendencias de desarrollo plantea, entre otras cuestiones, la adecuación de las relaciones entre los productores y el Estado y particularmente de este con el sector cooperativo. Esas relaciones deberán atender al nuevo papel del Estado una vez definidas las funciones que pierde, las que mantiene, y las que desarrollará; basarse en la real autonomía de los productores y articularse mediante una nueva concepción reguladora del Estado. Otra cuestión será las probables políticas institucionales más o menos igualitarias que el Estado desenvolverá frente a un grupo de productores diversos por su peso e intereses, y la priorización fundada de algunos sectores sobre otros. Esto último evidencia posiciones encontradas entre los que entienden no privilegiar sectores o productores a fin de que la eficiencia comparada de unos con otros determine la forma productiva más idónea; y los que distinguen y privilegian las formas productivas por sus efectos de socialización. Ver Juan Valdés Paz. Procesos Agrarios en Cuba. 1959-1995. Editora Ciencias Sociales. Pág. 184. La Habana.1997.

16- Juan Valdés Paz. Procesos Agrarios en Cuba. 1959-1995.Editorial Ciencias Sociales. Pág. 185. La Habana. 1997.

17- Hasta el momento se mantiene un subsidio (reconocido oficialmente como una "ayuda") por parte del Estado a las Unidades Básicas de producción Agropecuaria que se encuentra en alrededor de 400 millones de pesos. Este tiene en cuenta las condiciones de partida del sector y les facilita cubrir las pérdidas en el proceso productivo. La tendencia a mediano y largo plazo de un posible régimen financiero debe fijarse a partir de una dependencia del ingreso del resultado económico donde se creen condiciones para la eliminación gradual del subsidio, fusión y disolución por irrentabilidad, limitación al crédito bancario, etc.

18- La producción de hortalizas a partir de los organopónicos ha presentado una dinámica importante en los últimos años. De las 791,9 miles de toneladas de hortalizas producidas en 1998 en el país, a los organopónicos les pertenecen 440,9 toneladas, es decir más del 60 por ciento de la producción total del país.

19- El sistema microjet está diseñado para la obtención de un rendimiento por hectárea entre 67 y 70 toneladas. En la actualidad esta cifra está alrededor de las 17 toneladas por hectáreas como promedio.

20- Departamento agroalimentario. MIEPLAN.

21- Diagnóstico de la Actividad Ganadera. Colectivo de autores. 1998. INIE.


Licenciado Santiago Rodríguez Castellón. Centro de Estudios de la Economía Cubana
     
   
   
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