Economía
principal
economía | política
pensamiento
| marx siglo XXI
debates | eventos
institucional
| enlaces
Buscar


La Planificación a mediano y largo plazo: Notas para un debate

Elena C. Alvarez González

Como parte de las actividades para conmemorar el 40 Aniversario de la Planificación en Cuba, se celebró en la Habana, los días 6 y 7 de julio del 2000 un Seminario Nacional para abordar el tema: "El Perfeccionamiento de la Planificación y el Papel del Estado en la Economía".

El presente trabajo es una contribución a ese evento, dirigida al importante tema de la planificación a mediano y largo plazo.

El Comandante Ernesto "Che" Guevara señaló hace 40 años que... "la planificación centralizada es el modo de ser de la sociedad socialista, su categoría definitoria y el punto en que la conciencia del hombre alcanza por fin a sintetizar y dirigir la economía hacia su meta: la plena liberación del ser humano en el marco de la sociedad comunista..." (Guevara, 1964).

El objetivo de construir una sociedad más desarrollada, mejor, más justa y solidaria, tiene necesariamente un horizonte temporal que trasciende el corto plazo; muchas de las metas sólo podrán alcanzarse, tras arduos esfuerzos, en un futuro mediato. Esto le confiere especial importancia en el socialismo a la planificación a mediano y largo plazo: se requiere construir ese futuro mejor desde el presente.

Sólo con una perspectiva de mediano y largo plazo es posible plantear los objetivos del desarrollo económico y social que, sobre la base del logro de altas dinámicas, posibiliten la erradicación de las deformaciones estructurales presentes en la economía y la sociedad. Al propio tiempo, esa perspectiva posibilita prever las múltiples interrelaciones y consecuencias de las decisiones, precisar los medios para lograr los objetivos, abarcar problemas de largo ciclo de evolución, bien sean de naturaleza tecnológica, de desarrollo científico, sociales o del medio ambiente. Adicionalmente, el entorno externo experimenta de continúo profundas transformaciones, cuyas consecuencias futuras no pueden obviarse y es necesario tener presentes al diseñar cualquier proyecto de desarrollo económico y social.

Son estas características las que le dan a la planificación a mediano y largo plazo una importancia decisiva en nuestro modelo económico y social.

Antecedentes

Los primeros intentos de tener una visión perspectiva del desarrollo económico y social de una Cuba independiente se encuentran en documentos como "Algunos aspectos del desarrollo económico de Cuba", elaborado en 1957 por Regino Boti y Felipe Pazos a instancias de la dirección del Movimiento 26 de Julio y publicado en 1959; o como el "Programa del Partido Socialista Popular", publicado también a inicios de 1959 (Rodríguez, 2000).

En los primeros meses de 1959 el Gobierno Revolucionario solicita a CEPAL el envío de una misión, que llega a Cuba en mayo de ese año, presidida por el economista mexicano Juan F. Noyola, y cuyo objetivo era elaborar un diagnóstico de la situación económica y una proyección que permitiera contar con una visión integral de las posibilidades de desarrollo económico del país (JUCEPLAN, 1985). Los trabajos de Noyola, quien decidiera permanecer en Cuba después que se retirase la misión de CEPAL, constituyeron un importante aporte en la visión perspectiva del desarrollo del país en aquellos momentos.

Los años iniciales del proceso revolucionario atrajeron a especialistas extranjeros que también brindaron su visión sobre las perspectivas económicas. En este sentido deben mencionarse los trabajos del economista polaco Michal Kalecki, quien en 1960 elaboró una proyección global del desarrollo de Cuba para 1961-1965, que ofreció, aún cuando fue con un alto nivel de agregación, un modelo totalmente estructurado de desarrollo económico; así como los del chileno Jacques Chonchol, quien realizó estudios sobre la agricultura.

En 1961 se inician los trabajos para elaborar el plan de 1962 y la proyección para el cuatrienio 1962-1965, que de hecho constituiría el primer intento de planificación perspectiva realizado por la Junta Central de Planificación y por el entonces incipiente sistema nacional de planificación. De forma paralela, se desarrollaron trabajos de proyección de la economía por economistas de la Junta Central de Planificación, por una parte, y del profesor Charles Bettelheim, por la otra. Los resultados fueron bastante similares y contenían ya un mayor grado de desagregación por sectores económicos.

Debe señalarse que un conjunto de factores conspiró contra la posibilidad de utilizar esos primeros trabajos: en primer lugar, la perentoria necesidad de organizar y consolidar el incipiente sector económico estatal y de conducir la economía en medio de enormes dificultades y agresiones; por otra parte, la debilidad de las estadísticas, la carencia de un número adecuado de proyectos para sustentar las proyecciones y, por último, la baja organización e insuficiente preparación de los cuadros económicos.

Para los trabajos de proyección 1962-1965, fueron aprobadas directivas que enmarcaban las metas de desarrollo a lograr por los principales sectores económicos, e incluían también orientaciones para el desarrollo social, referidas a los programas de educación, la salud, la construcción de viviendas y redes técnicas, entre otros. En septiembre de 1962 se elevó a la aprobación del Gobierno el plan cuatrienal que incluía el plan de inversiones y los lineamientos principales del desarrollo de la economía nacional hasta 1965 (JUCEPLAN, 1985).

Además de estos trabajos, en la Junta Central de Planificación se crearon durante 1963 grupos de trabajo o comisiones para estudiar diversos aspectos de la economía, muchos de los cuales, por su naturaleza, implicaban necesariamente una visión de mediano o largo plazo. Entre éstos cabe destacarse: el estudio técnico-económico sobre la producción, importación y utilización de envases y el estudio para el desarrollo energético hasta 1970.

En 1964 la Junta Central de Planificación se reestructura y, entre otros aspectos, dirige esfuerzos para organizar los trabajos de elaboración del plan perspectivo 1965-1970, para lo cual se creó un grupo de trabajo global y grupos de trabajo sectoriales dentro del organismo, a la vez que se definían tareas a realizar por los restantes organismos de la Administración Central del Estado.

Los trabajos partían de un análisis integral de la economía desde 1959 a 1964, de carácter diagnóstico, para definir los principales problemas a solucionar; a partir de este análisis se definían las direcciones principales del desarrollo para dar solución a los problemas analizados. Los trabajos globales fueron complementados con la labor de grupos sectoriales que debían analizar: azúcar, ganadería (incluyendo su base alimentaria), química (fertilizantes y derivados de la caña), energía eléctrica, minería y metalurgia (níquel, hierro y acero), mecánica, transporte, recursos hidráulicos, construcción (incluyendo materiales) y formación de cuadros calificados. Los resultados y diferentes alternativas debían finalmente expresarse en la proyección de los principales indicadores de la economía nacional (JUCEPLAN, 1985).

Tanto por la estructura organizativa adoptada, como por la naturaleza de las tareas a realizar, estos trabajos constituyeron el ejercicio más avanzado en materia de planificación a mediano plazo llevado a cabo en el país hasta esa fecha. No obstante, aún presentaban limitaciones en cuanto a su alcance y consistencia, por lo cual de hecho no se promulgó oficialmente un plan a mediano plazo que abarcara todos los sectores y ramas de la economía cubana. (JUCEPLAN, 1968).

En 1966 se reestructuran los organismos globales en el país y dentro de ellos, la Junta Central de Planificación, quedando especificada dentro de sus funciones, la de "elaborar planes perspectivos, a mediano y largo plazo, que fueran la expresión cuantitativa de las orientaciones fundamentales trazadas por el Gobierno Revolucionario, con vistas a lograr el desarrollo sostenido de la economía nacional" (JUCEPLAN, 1985). Dentro de su estructura se crea una unidad de Planificación Perspectiva.

Un elemento importante de planificación perspectiva transcurría también por esta época, asociado a la investigación económica, con la creación de los Equipos de Investigaciones Económicas del Comandante en Jefe y de los Equipos de Investigaciones de la Universidad de La Habana. En estos equipos se elaboró un buen número de investigaciones aplicadas y proyecciones de diferentes ramas de la economía, principalmente del sector agropecuario.

En abril de 1966 se organizan en JUCEPLAN los trabajos del plan perspectivo hasta 1970 que, a partir de la evaluación de las diferentes directivas de desarrollos ramales que existían y de la elaboración de un modelo global sobre esas bases, debía proponer las direcciones fundamentales del desarrollo económico del país.

Debe destacarse la maduración conceptual que se había ido operando en el país en torno al tema de la planificación, y en particular sobre la planificación a largo plazo. Así, en el documento presentado por Cuba en el "Seminario sobre aspectos administrativos de la ejecución de planes de desarrollo", celebrado en Santiago de Chile en 1968, se planteaba que: "...es necesario ver la planificación como una parte integral del proceso de dirección a través del cual se debe operar una transformación de la sociedad actual, así como tomar en cuenta que para que ese proceso de transformación se realice con cierta eficiencia es imprescindible que el mismo no constituya una mera sucesión de golpes tácticos, sino que las decisiones sobre la marcha inmediata de los acontecimientos se enmarquen dentro de una estrategia general que norme el desarrollo del proceso dentro de un horizonte temporal más o menos amplio." (JUCEPLAN, 1968).

Más adelante el propio documento señalaba: "Si se está de acuerdo en que el principal objetivo de la planificación a largo plazo es el de contribuir a delinear la estrategia del desarrollo de modo que las acciones ejecutivas que se emprenden en el corto plazo tiendan, efectivamente, a lograr el cambio estructural que se desea para la sociedad, se sigue que es imposible concebir que esa actividad planificadora pueda desenvolverse, estanca y pulcramente en una académica torre de marfil aislada del acontecer diario y de los centros de toma de decisiones. En esa medida la planificación a largo plazo debe pensarse en términos de uno de los mecanismos de que dispone el Sistema de Dirección para su adecuado funcionamiento, y, por lo tanto, como una parte integral de un todo más complejo constituido por ese Sistema de Dirección." (JUCEPLAN, 1968).

En 1968 la organización de los trabajos de planificación perspectiva en el país tenía características muy propias; se prefirió "...organizar un sistema de trabajo basado no en la elaboración de un plan desagregado que cubra el conjunto de la economía, sino en el estudio integral por parte de la Junta Central de Planificación de un número bastante grande de "programas" que constituyen las actividades más dinámicas de la economía cubana. Aun cuando la responsabilidad última por la ejecución de estos estudios recae en JUCEPLAN, en los mismos intervienen ....los distintos organismos y empresas, así como los Equipos de Investigaciones Económicas de la Universidad de La Habana. Los programas no tienen solamente un contenido sectorial, formando parte de los mismos algunos relacionados con la problemática macroeconómica, así como también otros de índole diferente, tales como Relaciones Económicas Internacionales, Investigaciones, Automatización de la Información, etc." (JUCEPLAN, 1968). Con esta concepción se pretendía asegurar que los trabajos a mediano plazo no se aislasen del centro de decisiones y tuviesen un contenido operacional.

Si bien en aquellos momentos no se formuló formalmente un plan a mediano o largo plazo para el conjunto de la economía, sí se contaba con una estrategia de desarrollo claramente definida, así como se disponía de un conjunto de proyecciones y proyectos en las ramas fundamentales de la economía, lo cual permitía la adopción de las decisiones operativas relacionadas con la ejecución de la estrategia.

La batalla por lograr la zafra de 10 millones de toneladas de azúcar movilizó todas las fuerzas del país en torno a ese objetivo, en detrimento de otras actividades. La planificación también se vio afectada por esta situación. Los análisis profundos llevados a cabo a finales de 1970 sobre la situación del país, llevaron a la toma de importantes decisiones también en el ámbito de la planificación.

Se revisan en ese año las funciones de la Junta Central de Planificación y se retoma la elaboración de indicadores macroeconómicos y de los trabajos de mediano plazo, activando las tareas de un grupo de planificación perspectiva creado en 1969, que elaboró un pronóstico de la economía hasta el año 1975. Estos trabajos de proyecciones a mediano plazo tenían un enfoque integral y posibilitaron iniciar conversaciones con el Comité Estatal de Planificación de la URSS (GOSPLAN) a finales de 1970, que posteriormente culminaron con la suscripción de acuerdos a mediano plazo hasta 1975 entre ambos países relacionados con el intercambio comercial, los precios, los créditos para inversiones y el tratamiento de la deuda. Sobre la base de esas proyecciones también se suscribieron acuerdos de intercambio comercial similares con la República Democrática Alemana, Checoslovaquia y Bulgaria. Estos trabajos fueron el antecedente de lo que posteriormente sería la Coordinación de Planes con los países del CAME.

La etapa del CAME

En julio de 1972 Cuba ingresó en el Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME), integrado por los países de la comunidad socialista. El ingreso al CAME determinó cambios decisivos en la forma de acometer las tareas de planificación a mediano y largo plazo.

Para los países miembros de esta agrupación, la planificación a mediano y largo plazo constituía la forma principal de conducir y materializar la integración, en la medida en que ésta transcurría sobre bases planificadas. Por no existir una correspondencia entre la forma en que operaba la ley del desarrollo planificado en los marcos de cada país y de la comunidad en su conjunto, al no existir propiedad supranacional, se hacía necesaria una coordinación de los desarrollos nacionales.

Los países del CAME podían coordinar sus planes o estrategias económicas a largo plazo en aspectos de interés común para todos o varios países, de modo multilateral o bilateral.

La coordinación de planes a largo plazo en aspectos de interés para todos o varios países, se concretaba multilateralmente a través de los llamados "Programas Específicos de Colaboración a Largo Plazo (PECLP)", para el desarrollo de la especialización y la cooperación en la producción de determinadas esferas, los cuales comprendían: energía; combustibles y materias primas; construcción de maquinarias; agricultura e industria alimenticia; transporte y comunicaciones y bienes de consumo. También había planes integrados de medidas de especialización, el Programa Integral del Progreso Científico-Técnico y la coordinación de los mecanismos de regulación, tales como los principios de formación de precios, el sistema de pagos y liquidación de cuentas, entre otros. Los acuerdos a largo plazo de carácter multilateral debían concretarse después a través de acuerdos de carácter bilateral.

En el plano bilateral, los trabajos de planificación perspectiva comprendían la elaboración de Programas de Colaboración a Largo Plazo y la Coordinación de Planes Quinquenales.

En Cuba, a partir de su entrada al CAME, las tareas de planificación quinquenal y a largo plazo se asentaron en los vínculos con estos países, lo cual determinaba los procedimientos generales y los plazos según lo que se acordara en los marcos de la agrupación.

Planes quinquenales y coordinación de planes

Por el carácter abierto de la economía cubana y concebir el desarrollo sobre la base de la participación en la División Internacional Socialista del Trabajo y con el apoyo de la colaboración externa, la Coordinación de Planes se constituía en una base imprescindible para los trabajos internos de planificación quinquenal.

En teoría, los planes quinquenales y su coordinación debían elaborarse sobre la base de las definiciones, líneas estratégicas y acuerdos existentes en cuanto a planes o programas a largo plazo; no obstante, en el caso de Cuba, no se contaba con una visión a largo plazo en los primeros años de estos procesos, por cuanto las tareas de la estrategia de desarrollo se emprendieron a finales de los años setenta, como se verá más adelante.

De manera conjunta con la Coordinación de Planes, e interactuando con ella, transcurría internamente el proceso de elaboración de los planes quinquenales para iguales períodos, cuyos principales objetivos eran presentados a los Congresos del Partido Comunista de Cuba. De hecho, todo el procedimiento de planificación se concebía sobre la base de "iteraciones" que iban incorporando los resultados de las negociaciones que se sostenían bilateralmente con cada país.

Es conveniente precisar cómo se reinician en el país los trabajos internos de planificación a mediano plazo. A finales de 1972 el Buró Político del Partido Comunista de Cuba adoptó el acuerdo de elaborar a partir de 1973 un plan de desarrollo económico para el período 1976- 1980. Esto constituyó desde el punto de vista formal y concreto el inicio de una nueva etapa en la planificación en Cuba y dio un alto grado de prioridad a dicha actividad.

Este plan se inició sin contar previamente con directivas o enmarcamientos de los niveles superiores; no obstante, la Junta elaboró un Modelo Global que sirvió de base de partida y en cierta medida de entrenamiento para los trabajos a realizar.

Sobre todo ello expresó el Dr. Osvaldo Dorticós Torrado, entonces Presidente de la República y de la Junta Central de Planificación:

  "Obviamente, en condiciones normales y en un futuro, la confección de un plan de esta naturaleza debería estar siempre precedida de directivas generales de desarrollo emitidas por la dirección del Partido, pero, precisamente, el Buró Político no cuenta con los elementos necesarios para emitir directivas concretas, y en este supuesto que nosotros encaráramos, la Junta misma tendrá que, a partir de algunas ideas muy generales expresadas y de algunos caminos de desarrollo bastante claros, construir justamente todas esas ideas. Habrá momentos de consulta con el Buró Político para definición de las ideas de desarrollo, que habrá que implementar y hacer, simultáneamente, el trabajo de ideas generales del desarrollo, directivas generales del desarrollo, con las tareas concretas y específicas en sí de elaboración del plan.

"...Esta situación, además para nosotros en el orden internacional es obligada, el ingreso en el CAME de todas maneras condicionaba esta decisión, pero aún sin el ingreso en el CAME, nosotros teníamos que haber adoptado ya esa decisión, no era posible seguir trabajando con meros planes anuales, creo que era imposible antes haber hecho otra cosa...." (JUCEPLAN, 1985).

Debe señalarse que comenzando con el correspondiente a 1976-1980, los planes quinquenales elaborados contenían un amplio detalle de: las producciones a lograr, los proyectos inversionistas y los volúmenes de inversiones por componentes, las cifras del comercio exterior (exportaciones e importaciones), los balances materiales, las proyecciones de empleo y de fuerza de trabajo calificada, los indicadores globales y los cálculos de balanza de pagos.

El proceso de elaboración de los planes quinquenales fue perfeccionándose a lo largo del tiempo y para los períodos 1981-1985 y 1986-1990, se elaboraron por la Junta Central de Planificación y fueron aprobadas por el Gobierno, Directivas que servían de enmarcamiento para iniciar las discusiones de Coordinación de Planes con los países del CAME. En particular para 1986-1990 se pudo contar también con una base en los trabajos de planificación a largo plazo que se desarrollaron a partir de 1978.

La lógica de elaboración de los planes quinquenales en aquellas condiciones era buscar la mayor cantidad de recursos para el desarrollo económico, negociando con los países del CAME los mayores volúmenes posibles de importaciones y de recursos de inversión, sobre la base de obtener precios justos para las exportaciones y de buscar soluciones financieras para los desbalances que pudieran surgir. Los acuerdos de Coordinación de Planes aseguraban alrededor del 85% de las importaciones corrientes y más del 80% de las inversiones, ofrecían garantías de mercado y precios para alrededor del 80% de las exportaciones; los recursos en moneda libremente convertible tenían un carácter complementario, aunque muy importante, sobre todo para cerrar determinados ciclos o procesos productivos.

Todo esto brindaba un alto nivel de certidumbre a la elaboración del plan a mediano plazo y un elevado aseguramiento a los planes de desarrollo de la economía nacional.

Como se ha señalado, la elaboración del plan quinquenal transcurría a lo largo de varias etapas, en un proceso iterativo en el que los elementos de cierre o de pivote eran los externos, expresados en lo que se iba logrando en la Coordinación de Planes, así como en la situación financiera en moneda libremente convertible. El esquema general era el siguiente:

En esencia se trataba de un proceso de adecuación de las necesidades y posibilidades de la economía con las necesidades y posibilidades del sector externo. Así por ejemplo, para cumplir con las exigencias de calidad, surtidos y volúmenes de demanda de los mercados exteriores, se planteaban requerimientos a las diferentes ramas productivas; al mismo tiempo el proceso de desarrollo económico, la introducción de nuevas producciones y la elevación del nivel de vida, demandaban del sector externo volúmenes determinados de materias primas, combustibles, equipos y otros productos con calidades y plazos que era necesario satisfacer.

Contar con planes quinquenales con un elevado aseguramiento constituía una base decisiva para la planificación anual. De tal forma, en esencia, el Plan Anual constituía la corrección para el año de las metas contenidas en el Plan Quinquenal, a partir de evaluar las posibilidades de cumplimiento de los compromisos externos, en ambos sentidos, y donde el elemento más restrictivo, pivote de los ajustes, era la disponibilidad de moneda libremente convertible.

Cabe señalar que una de las mayores limitaciones de todo el proceso de planificación quinquenal era la escasa participación de las estructuras empresariales a lo largo del mismo.

En cuanto al proceso de Coordinación de Planes Quinquenales entre los países del CAME, es conveniente repasar brevemente sus características. El mismo se llevaba a cabo de forma multilateral cuando los problemas eran de interés común y de forma bilateral cuando sólo eran de interés mutuo de dos países y para concretar bilateralmente los acuerdos multilaterales.

En la Coordinación de Planes bilateral se examinaban y discutían los siguientes problemas:

Se culminaba con la firma de Protocolos por los dirigentes de los Organos Centrales de Planificación de ambos países. Posteriormente, estos acuerdos se concretaban en convenios de carácter intergubernamental que suscribían los organismos especializados competentes (Convenio Comercial, Convenio de Precios, Convenio de Crédito Gubernamental, entre otros).

La Coordinación de Planes, en sentido general perseguía el logro de estructuras económicas eficientes y estables, que permitieran elevar la efectividad de la producción social y utilizar plenamente los recursos materiales, financieros y laborales de los países miembros, a partir de las posibilidades que brindaba el proceso de integración.

En el caso particular de Cuba, estos objetivos tenían en cuenta su grado de desarrollo económico en relación con el resto de los países miembros y hacían énfasis en aquellos aspectos que contribuyeran a acelerar su acercamiento al nivel de desarrollo de los restantes países.

Los Organos Centrales de Planificación en cada país eran los encargados de organizar, dirigir, ejecutar y controlar todo el proceso de Coordinación de Planes. En cada país, todas las decisiones se tomaban por los órganos de planificación o eran aprobadas por éstos.

El procedimiento general que se seguía en nuestro país tenía las siguientes características. La Coordinación de Planes comenzaba regularmente dos años y medio antes del período objeto de coordinación. Los plazos y fechas límites del proceso, así como las orientaciones básicas de carácter general para todos los países, se establecían por el CAME mediante la adopción de un programa que aprobaba la Sesión del Consejo.

Precedía todo este proceso un intenso trabajo interno de diagnósticos y pronósticos y de preparación de las negociaciones propiamente.

Las tareas se realizaban mediante la constitución de Grupos de Trabajo, generalmente estructurados por ramas o grupos de ramas de la economía, presididos por funcionarios de los órganos centrales de planificación. En esos grupos participaban además los organismos especializados de las ramas, los de comercio exterior, abastecimientos y otros que fueran necesarios.

El trabajo se desarrollaba mediante encuentros de estos grupos, los que examinaban y discutían los diferentes temas de interés. En encuentros sucesivos se definían y precisaban las cuestiones de interés mutuo y se descartaban las que no lo eran. En la medida en que se iban sucediendo procesos de Coordinación de Planes, se establecían líneas de trabajo que se continuaban de un período a otro.

Además de estos grupos, que pudieran denominarse ramales, se constituían grupos de carácter central, dirigidos por Vicepresidentes de los Organos Centrales de Planificación y en los que participaban los organismos globales (de comercio exterior, de colaboración económica, de abastecimiento técnico-material, de comercio interior y los Bancos Centrales). Los resultados del trabajo de los Grupos Ramales se sintetizaban y evaluaban por el Grupo Central (también denominado Grupo Global), en el cual se tomaban decisiones y se proponían los acuerdos finales a elevar a los Presidentes de los Organos Centrales de Planificación.

Todo culminaba con encuentros de los Presidentes de dichos órganos, que aprobaban las propuestas a ellos sometidas y suscribían el Protocolo final.

En resumen, el proceso transcurría como una negociación muy intensa, cuya característica fundamental era el elevado grado de centralización de las decisiones de los Organos de Planificación, así como el elevado grado de detalle en la nominalización de productos a intercambiar y de inversiones a acometer, lo cual facilitaba la posterior concertación de los acuerdos comerciales y de créditos quinquenales, así como el aseguramiento anual de los suministros importados. Para dar una idea de los que esto significaba, en el caso de Cuba, esta nominalización fue creciendo por quinquenios en las importaciones corrientes como sigue (Alvarez, 1989a):

1976-1980 más de 400 renglones
1981-1985 más de 900 renglones
1986-1990 más de 1100 renglones

La Coordinación de Planes constituía una de las tareas más decisivas para el desarrollo económico del país, ya que de lo que en ella se plasmara dependería el por ciento mayor del desarrollo económico en el período objeto de negociación.

Como elementos críticos se le señalaban a este proceso rigidez y lentitud, no exentas de burocratismo y de falta de una adecuada participación de los eslabones productivos primarios (empresas productoras o consumidoras) cuyo papel era casi nulo.

Cuba desarrolló de manera cada vez más amplia las Coordinaciones de Planes de los quinquenios 1976-1980, 1981-1985 y 1986-1990. Los trabajos para el quinquenio 1991- 1995 apenas se iniciaron, pues coincidieron con todo el proceso de reestructuración del CAME, iniciado en el último quinquenio de los ochenta, y su posterior disolución; así como con los procesos de liquidación del socialismo en Europa Oriental y posteriormente en la URSS.

La reestructuración del CAME iniciada a finales de 1986 y que inicialmente pretendía el perfeccionamiento de los mecanismos de la integración y de la colaboración, concebía pasar a un "modelo intensivo de la colaboración" en que el centro de gravedad se trasladase del macronivel (Estado, gobierno), al micronivel, al eslabón económico primario (empresas, uniones, combinados), pues el desarrollo que se pretendía de la especialización y la cooperación entre los países miembros suponía un contacto directo entre los productores y consecuentemente un cambio en los mecanismos, entre ellos la planificación, pues para vincular a miles de productores no era posible utilizar los métodos centralizados del modelo precedente (Alvarez, 1989b). Estos intentos se frustraron y el final es conocido.

Planificación a Largo Plazo

La planificación a largo plazo, para 10, 15 o 20 años, era fundamentalmente de carácter programático y constituía una de las formas principales de organizar la División Internacional Socialista del Trabajo, como se ha señalado, a través de los grandes Programas Específicos de Colaboración a Largo Plazo de carácter multilateral y de los Programas bilaterales de Colaboración a Largo Plazo.

Para preparar los planes a largo plazo era necesario un intenso trabajo previo de análisis y diagnóstico, así como de preparación de pronósticos, con vistas a la formulación de las posiciones en las negociaciones que debían tener lugar entre los países, bi o multilateralmente. Al interior de los países, los trabajos de planificación a largo plazo, generalmente servían de base para los Programas de los Partidos Comunistas, cuyo horizonte temporal, por lo general, era de 10-15 años.

Los planes a largo plazo y las directivas emanados de éstos debían servir de enmarcamiento para las tareas de planificación quinquenal y de Coordinación de Planes. Se conformaba así un sistema de planes integrado por los horizontes de largo, mediano y corto plazo.

En Cuba, las tareas de planificación a largo plazo, entendiendo por ello períodos mayores de 5 años, se acometen de manera integral a partir de 1976, con la creación del Instituto de Investigaciones Económicas (INIE), que recibió el encargo de elaborar una Estrategia de Desarrollo Económico y Social hasta el año 2000. En este sentido la primera tarea realizada fue la elaboración de un diagnóstico de la economía cubana, incluyendo el análisis de su evolución desde el triunfo revolucionario hasta 1975, con vista a precisar las tendencias y regularidades del desarrollo económico que pudieran influir en la perspectiva, así como los problemas principales del pasado que debían ser resueltos en el futuro (JUCEPLAN, 1985). Este trabajo de análisis y diagnóstico se realizó durante casi dos años y ya en 1978 se estuvo en condiciones de realizar un primer pronóstico de carácter macroeconómico hasta el año 2000.

En efecto, durante el primer semestre de 1978 el INIE elaboró dicho pronóstico global y, a partir de sus resultados, consideraciones preliminares acerca del desarrollo económico perspectivo, incluyendo los objetivos y premisas de dicho desarrollo. De manera paralela se formularon principios de carácter organizativo y metodológico, que posteriormente debían regir los trabajos desplegados de la estrategia. Tanto estos trabajos preliminares como los de carácter metodológico fueron examinados y aprobados en reunión conjunta del Buró Político y del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros el 20 de julio de 1978, señalando con ello el inicio nacionalmente de los trabajos para la elaboración de la estrategia (JUCEPLAN, 1985).

La Resolución Conjunta del Buró Político y del Comité Ejecutivo partía de reconocer que no obstante todos los esfuerzos desplegados, el país no había logrado superar plenamente los problemas económicos derivados del subdesarrollo; planteaba que la profundización ulterior de la Revolución socialista suponía lograr el desarrollo acelerado de la economía y la realización de profundas transformaciones económicas y sociales y que ello sólo era "posible lograrlo plenamente en los marcos de la planificación perspectiva a largo plazo"; que "la concepción de los objetivos del desarrollo económico-social, la determinación y fundamentación del programa de acción y de las vías de solución de los problemas del desarrollo, conforman la esencia de una estrategia de desarrollo perspectivo económico y social, como primera fase en la confección de un plan perspectivo a largo plazo" (JUCEPLAN, 1978a).

La Resolución reconocía que la profundización de la integración en los marcos del CAME era un factor decisivo del desarrollo económico perspectivo del país; también planteaba que un trabajo de tal magnitud exigía el trabajo coordinado de todos los Organismos del Estado y asignaba a JUCEPLAN la dirección, organización y control de la tarea, así como la responsabilidad de la síntesis (JUCEPLAN, 1978a).

Debe destacarse que los trabajos iniciados en 1978 contaron con una sólida guía conceptual y metodológica materializada en documentos y en la asesoría a las comisiones de trabajo que acometerían los diferentes estudios. De particular interés resultaban los aspectos relacionados con la precisión de la descripción inicial de los problemas y del alcance de los pronósticos, así como lo referido a las premisas de los pronósticos y la proyección de las variantes, en que se recogía lo más avanzado de las técnicas conocidas en aquella época.(1)

Los trabajos de la Estrategia atravesaron diversas etapas:

Entre 1978 y 1980: Elaboración masiva de estudios de pronósticos específicos por 44 comisiones interministeriales creadas al efecto. Esto permitió acumular y ordenar numerosas ideas sobre el desarrollo perspectivo y sirvieron de base para los pronunciamientos del Segundo Congreso del PCC sobre el desarrollo hasta el 2000. Sin embargo, no fue posible lograr la conciliación y compatibilidad interna de todos estos estudios.

Desde 1980 hasta mediados de 1982: Etapa de integración y conciliación de los diferentes pronósticos en un pronóstico integral, con el suficiente grado de compatibilidad interna, realismo y factibilidad, que sirviera de base para las tareas ulteriores de planificación perspectiva (JUCEPLAN, 1985).

Desde mediados de 1982 a mediados de 1984: En su aspecto externo, consistió en un despliegue de las tareas para elaborar un Esquema General del Desarrollo de Cuba con la URSS y posteriormente un Programa de Colaboración a Largo Plazo con ese país, así como con los restantes países del CAME. Esos Programas debían servir de base para las Coordinaciones de Planes para 1986-1990 y años posteriores. En su aspecto interno, esta etapa comprendió la actualización de los resultados alcanzados anteriormente y la formulación de la estrategia en los términos institucionales de un plan perspectivo hasta el año 2000. Esa primera versión de un plan perspectivo hasta el año 2000 fue sometida a la consideración de los niveles superiores de dirección del país a mediados de 1984.

Desde mediados de 1984 a finales de 1986: A partir de lo anterior, se emitieron orientaciones a los organismos para que continuasen los trabajos de planificación perspectiva. No obstante, en el orden práctico, los mayores esfuerzos se concentraron en la realización de la Coordinación de Planes Quinquenales, así como en las tareas para concluir las negociaciones de los programas a largo plazo con los países del CAME. Por otra parte, circunstancias de orden interno, ocurridas a finales de 1984, hicieron poner también mayor énfasis en la planificación del quinquenio 1986-1990 y postergar un tanto las decisiones sobre la Estrategia, por cuanto en buena medida ella estaba condicionada a lo que ocurriera en el quinquenio en curso y en 1986-1990.(2)

Desde finales de 1986 a finales de los años 80: A finales de 1986 se inició la denominada "reestructuración" del CAME, que también influiría en las concepciones y métodos de la planificación, aunque como se conoce, concluyó con la disolución de la agrupación pocos años más tarde. En el orden multilateral implicó un proceso de revisión de las concepciones de la integración, así como de los métodos para llevarla a cabo, incluyendo la planificación. En el orden interno, transcurría el proceso de rectificación y continuaban las tensiones financieras en moneda convertible. Todas estas circunstancias condujeron a una sustancial transformación de los trabajos de planificación a largo plazo, que se realizaron de manera centralizada, sin despliegue por los Organismos, y se concentraron en la evaluación de los posibles impactos de un cambio en las condiciones externas a partir de lo que estaba sucediendo en los países socialistas, más que en la actualización del plan perspectivo elaborado antes. Los trabajos realizados en esta época en el INIE proporcionaron una visión integral y abarcadora de los retos que debía enfrentar la economía cubana en los años noventa y permitieron contar con análisis para las decisiones que fue necesario adoptar.

En el plano conceptual, como se ha señalado, la estrategia de desarrollo económico y social consistía, en primer lugar, en la concepción de los objetivos de desarrollo económico, social y científico-técnico del país y en la fundamentación de las políticas perspectivas en cada uno de esos órdenes; en segundo lugar, en la determinación del programa de acción y las vías de solución de los problemas del desarrollo. En tanto que constituía un sistema de ideas, objetivos y medidas para la transformación consciente de la sociedad, se la consideraba una categoría de la planificación, y en particular de la planificación perspectiva. Conceptualmente, por tanto, se reconocía que no era posible una desvinculación entre estrategia y plan perspectivo y que la relación entre ambos se acercaba más al vínculo dialéctico entre forma y contenido, donde la estrategia constituía la esencia del plan perspectivo y la base sobre la cual se construía este último, que no era sino la expresión racionalmente estructurada de los objetivos y medidas concretas (Martínez Soler, 1981).

De hecho, a mediados de los años 80 se estaba cerca de lograr un sistema estructurado de planificación integrado por:

La idea era producir una revisión quinquenal del plan a largo plazo y el desplazamiento en 5 años de su horizonte.

La desaparición del socialismo en Europa y la disolución del CAME impidieron una consolidación de este sistema.

Desde el punto de vista externo, la planificación a largo plazo se concretó en acuerdos de carácter bilateral con la URSS y los restantes países del CAME, recogidos en los Programas a Largo Plazo de Desarrollo de la Colaboración Económica y Científico-Técnica hasta el 2000 que, como se señaló antes, tenían carácter programático y constituían el enmarcamiento o referencia para la realización de las tareas de Coordinación de Planes. En el caso particular de la URSS, el Programa firmado en octubre de 1984 fue actualizado a la luz del proceso de reestructuración del CAME y se elaboró un nuevo documento programático, la "Concepción del Desarrollo de las Relaciones Económicas Exteriores entre la República de Cuba y la URSS para 15-20 años".

La concertación de estos acuerdos fue precedida de un activo proceso de discusiones y negociaciones con estos países, y los resultados retroalimentaban la elaboración de la Estrategia y el Plan Perspectivo. En particular con la URSS se discutió una Concepción General del Desarrollo Perspectivo a inicios de los años 80, como elemento decisivo para la concreción de la Estrategia interna y paso previo para la formulación del Programa a Largo Plazo bilateral.

En el plano multilateral, desde la entrada en el CAME, se iniciaron negociaciones para definir programas de especialización para Cuba, que, a partir del aprovechamiento de las ventajas comparativas existentes, crearan condiciones favorables para el desarrollo, mediante el aseguramiento de mercados, precios, financiamiento y suministros. Luego de un largo proceso se concertaron los convenios para el níquel, los cítricos y el azúcar, en el marco de los "Programas Específicos de Colaboración a Largo Plazo (PECLP)". Como se señaló antes, estos acuerdos se concretaron después bilateralmente.

A tenor de la reestructuración del CAME emprendida en 1986, se revisó la política de colaboración hacia los países más atrasados (Viet Nam, Cuba y Mongolia), constatándose la lenta incorporación de éstos a la integración y consecuentemente, el retraso en el proceso de acercamiento a los niveles de desarrollo del resto de los países. De tal forma, en la nueva "Concepción Colectiva de la División Internacional Socialista del Trabajo" se recogieron formulaciones para acelerar el desarrollo de aquellos países y vinculado con ello, se elaboraron los "Programas Especiales Integrales de Colaboración Multilateral de los países europeos miembros del CAME con Vietnam, Cuba y Mongolia", que contenían las medidas priorizadas de colaboración con los mismos. El programa de Cuba fue firmado en 1988 y por las razones conocidas no tuvo vigencia.

Un último aspecto que resulta importante señalar, relacionado con la planificación a largo plazo, es el referido a los trabajos del Esquema General Integral de Desarrollo del Transporte, realizados con la colaboración del Instituto de Problemas Integrales del Transporte, adjunto al GOSPLAN de la URSS, que fueron iniciados en fecha tan temprana como 1972 y se prolongaron durante más de 15 años, proporcionando una importante formación de especialistas y una valiosa base metodológica y analítica en esta esfera.

La planificación a mediano y largo plazo en los noventa

Con la desaparición del CAME hay un conjunto de impactos que inciden directamente en las condiciones de la planificación, es decir, en todo el entorno que hacía posible planificar. Los principales son:

En esas condiciones, necesariamente hubo que concentrarse en la solución de los problemas más inminentes y postergar por un tiempo la visión de largo plazo. Para algunos, parecía que era casi imposible ante un entorno difícil y hostil, en condiciones de elevada incertidumbre, elaborar previsiones sobre el futuro.

Con la evolución de las transformaciones económicas puestas en marcha desde inicios de los años 90, pero más aceleradamente desde 1993, se hicieron evidentes un conjunto de factores de cambio en la planificación en general, que pueden enumerarse como sigue:

Según se fueron enfrentando estos cambios, que como es lógico, comenzaron por el Plan Anual, se hizo evidente la necesidad de trabajar con un horizonte temporal a mediano plazo ante la insuficiencia de los planes anuales. La visión a mediano plazo se necesitaba para "sustentar la toma de decisiones en términos de estrategia, de política económica y de sistema de dirección" (Rodríguez, 1996).

Antes, se decía que era posible hacer el Plan Quinquenal porque había un alto aseguramiento externo; ahora, precisamente por haber desaparecido aquellas condiciones, se hace necesaria la visión de futuro para la toma de las decisiones señaladas (González, 1996).

En las nuevas condiciones es muy importante el cambio de enfoque para acometer los trabajos de mediano y largo plazo; de tal forma, las premisas en que se asienta la planificación para dicho horizonte temporal pueden resumirse en:

Se modifican también los principios de trabajo: no se parte ya de enmarcamientos, sino de potenciales, restricciones y alternativas de cada esfera, para después construir variantes compatibles; se somete a análisis la viabilidad financiera de las proyecciones ramales, en función de la nueva forma de asignar los recursos; se emplean análisis de sensibilidad; los cambios organizativos e institucionales pasan a formar parte de la propia proyección; se concibe la elaboración de variantes en cuanto a logros posibles, decisiones y factores externos; se elaboran estrategias respecto a los factores externos y los agentes económicos (González, 1996).

Todo lo anterior exige un cambio en los métodos de trabajo que prevalecieron hasta finales de los ochenta, consistente fundamental-mente en la proyección o pronosticación empleando enfoques de tipo genético o de tipo normativo,(3) y pasar a emplear métodos adecuados a las nuevas condiciones.

En este sentido, se considera la metodología de escenarios, basada en los conceptos de la prospectiva estratégica, como integradora de los nuevos principios. En ella se puede encontrar un enfoque proactivo, con cierto balance entre extremos: se reconoce que hay elementos de incertidumbre, de espontaneidad; pero que al propio tiempo hay capacidad de actuar, de diseñar el futuro, empleando para ello diversos métodos (González, 1996).

La prospectiva estratégica considera que el futuro es, al mismo tiempo "producto del azar y la casualidad, de las propias limitaciones del sistema pero, sobre todo, de la voluntad, fruto del deseo y de la ambición. En otras palabras, el futuro no se explica únicamente por el pasado. La voluntad de cambio y el control de las nuevas reglas de juego que nos permitan adueñarnos de nuestro futuro también lo condicionan". (Gabiña, 1995).

La metodología de escenarios es una técnica ampliamente conocida y desarrollada internacionalmente, que se aplica al estudio de cuestiones económicas, políticas, sociales y de las relaciones internacionales. Consiste en el análisis, para sistemas complejos, de las relaciones de causa-efecto, tomando en cuenta los factores de incertidumbre y las alternativas de decisión. Para ello se determinan los elementos estratégicos (variables clave) que definen una situación, los cuales se combinan para formar diferentes escenarios.

Aquí es conveniente hacer algunas precisiones en cuanto a los conceptos (González, 1996):

Proyección: Extrapolación fundamentada hacia el futuro de una actividad o indicador.

Previsión o pronóstico: Proyección evaluada según probabilidades de cumplimiento.

Prospectiva: Conjunto de previsiones que conforman un panorama de futuros posibles.

Escenario: Conjunto formado por la descripción de una situación futura y de la trayectoria de eventos que permiten pasar de la situación inicial a la futura.

Plan: Conjunto de proyecciones compatibles que cuentan con los medios y las vías para su cumplimiento con un alto grado de probabilidad.

Es obvia la diferencia entre un Escenario y un Plan. También es evidente que el método de escenarios resulta apropiado en las condiciones en que se desenvuelve la economía cubana.

El esquema general de la metodología de escenarios puede describirse como sigue:

Se parte de identificar el sistema integrado por el fenómeno a proyectar y su entorno; hay interacción de ambos, por lo cual siempre se examinará en los dos ámbitos.

Fase 1: Diagnóstico: Análisis de las tendencias, los potenciales, los límites y restricciones, los aspectos económico-financieros, realización de comparaciones internacionales (no ver el fenómeno únicamente en su propia evolución, es importante evaluar cómo se compara con otros), identificar los actores y establecer su comportamiento, precisar dónde estarían los gérmenes de cambio.

Fase 2: Análisis estructural: Delimitar el sistema, identificar las variables estratégicas y determinar los vínculos entre ellas, con vistas a la estructuración y modelación del fenómeno.

Fase 3: Proyección: Considerar para las variables (internas y externas) el comportamiento según tendencias inerciales, introducir cambios y nuevas tendencias; examinar la viabilidad financiera de las proyecciones, calcular las proyecciones de las variables.

Fase 4: Estrategias: Considerar la interacción del fenómeno, su entorno y los actores asociados para la definición de las estrategias más apropiadas.

Fase 5: Escenarios integrales: Definición de los objetivos, así como de las políticas y acciones para alcanzarlos.

Es importante destacar cómo los nuevos enfoques dan participación en la elaboración de los escenarios al ámbito empresarial, al partir en muchos casos de los "planes de negocios" que las empresas han ido introduciendo en su funcionamiento bajo las nuevas condiciones de concurrencia. Y es que los actuales principios son perfectamente utilizables por las empresas, las cuales cada día más tienen que trabajar en condiciones que exigen un mayor sentido estratégico en sus acciones, con vistas a ganar y sostener competitividad. Asimismo, estos principios de trabajo convocan la participación de expertos de diferentes procedencias, que enriquezcan los enfoques estratégicos.

A partir de estas concepciones, desde 1993 se reiniciaron los trabajos en la visión de mediano plazo en Cuba. En 1994 se concluyó un primer estudio, realizado de manera muy centralizada en el INIE, y sin un despliegue exhaustivo del método de escenarios, el cual ofreció un conjunto de propuestas de soluciones a los graves problemas que entonces se enfrentaban y constituyó una vía apropiada para informar a los niveles superiores de los impactos y modificaciones previsibles y necesarios.

Posteriormente, a mediados de 1996 se comenzó a trabajar una visión de mediano plazo hasta el año 2000, denominada "Escenarios Económicos y Sociales hasta el 2000", cuyos objetivos eran:

Para este trabajo, se definió que cada Escenario a construir representaría una posible trayectoria de la economía, y que desde un punto de vista práctico, para acotar la gran diversidad que pudiera surgir, se elaborarían dos escenarios:

Para llevar a cabo el trabajo se constituyeron por el Ministerio de Economía y Planificación 18 grupos de trabajo, cada uno correspondiente a un problema estratégico, e integrados por más de 300 expertos de Organismos, empresas, centros de investigación y académicos, quienes laboraron durante la segunda mitad de 1996 y parte de 1997. Las tareas de síntesis y análisis globales concluyeron a mediados de 1997 y proporcionaron importantes elementos para la elaboración de la Resolución Económica aprobada en el V Congreso del Partido, en octubre del propio año.

ESCENARIOS ECONOMICOS Y SOCIALES HASTA EL AÑO 2000
GRUPOS DE EXPERTOS
Modelo económico global. Población.
Ingresos externos. Sector agrop., alimentos y azúcar.
Política industrial. Energía y combustibles.
Infraestructura y equipamiento. Finanzas internas.
Reestructuración del empleo. Distribución del ingreso y política social.
Educación y fuerza de trabajo calificada. Transformación institucional y sistema empresarial.
Actores sociales. Bloqueo económico. Efectos de la ley Helms-Burton.
Tendencias de la economía y el comercio internacional. Financiamiento externo.
Investigación científica y política tecnológica. Utilización de recursos naturales y protección del medio ambiente

Al propio tiempo, estos trabajos constituyeron el marco de referencia para la elaboración de los planes anuales, efectuándose una actualización a inicios de 1998 con vistas a las tareas del plan 1999 y posteriormente del 2000.

Desde el segundo semestre de 1999 se abrió una nueva etapa de actualización de los Escenarios, esta vez extendiendo el horizonte temporal para abarcar hasta el 2005 y en algunos casos específicos, dada su naturaleza, hasta el 2010.

Una característica de la etapa es que, aunque prevalece el enfoque de escenarios, no se hace un despliegue completo del método, integrando grupos como la vez anterior, sino que el empleo de estas técnicas se realiza de manera flexible por los participantes -que esta vez tienen un perfil más institucional-, adaptándolas a las especificidades de cada actividad.

Estos trabajos transitaron por una fase a nivel central del Ministerio de Economía y Planificación durante 1999, priorizando el examen de la situación financiera externa y sus implicaciones macroeconómicas, a partir de los elementos de algunas actualizaciones de las proyecciones existentes en esos momentos. Los resultados obtenidos fueron examinados a finales de noviembre de ese año por la dirección superior del Gobierno (Comisión de Central de Divisas) y se impartieron importantes indicaciones para la continuación de los trabajos, a partir de lo cual se abrió una nueva etapa.

En esta etapa, se recogieron los resultados de las proyecciones de los principales Organismos de la Administración Central del Estado para el período 2001-2005. Tuvo lugar un análisis de estas proyecciones al más alto nivel entre los jefes de los Organismos y la dirección del MEP. A partir de estos trabajos, a nivel central en el MEP, se efectuó un primer análisis global con énfasis en la situación financiera externa y en los escenarios macroeconómicos. Este análisis, concluido en junio deberá ser examinado por los niveles superiores del Gobierno, con vistas a impartir orientaciones ulteriores.

Otra importante característica de la etapa actual de la planificación perspectiva se derivó también de las orientaciones impartidas a finales de noviembre de 1999 por la Comisión Central de Divisas. En esa ocasión se orientó elaborar un conjunto de Programas que tuvieran como objetivo estratégico fundamental, precisar los resultados a alcanzar, a partir de los recursos y condiciones existentes, en las principales actividades del país generadoras de ingresos en divisas y que sustituyan importaciones, a fin de enfrentar el principal obstáculo para alcanzar la recuperación de la economía, que es el creciente desbalance financiero externo.

Según se recoge en la Resolución emitida por el Ministro de Economía y Planificación el 5 de abril del 2000 los Programas se basan en los siguientes principios:

1. Los Programas tienen como objetivo, coordinar y controlar al más alto nivel de Gobierno, aquellas actividades que resultan determinantes para un avance progresivo hacia la solución en el mediano plazo de los problemas fundamentales de la economía, en primer término el desbalance financiero externo, y de este modo propiciar una trayectoria de desarrollo estable y sostenida.

2. El propósito de los Programas es garantizar que los organismos responsables les brinden la debida prioridad y adopten todas las medidas necesarias para garantizar su cumplimiento. Al formular los Programas, se debe precisar la fuente de recursos para su desarrollo. El Programa determinará los objetivos a alcanzar a mediano plazo y para cada año y brindará el marco más adecuado para la aprobación de las políticas y acciones requeridas, con vistas a alcanzar los mismos.

3. Los Programas deben ser concebidos de forma dinámica y para ello deben garantizarse las medidas para la actualización periódica, tanto de la situación del conjunto de la economía, como de las soluciones que debe aportar cada Programa. Esta actualización incluye la necesidad de ajustar los gastos de acuerdo a los resultados obtenidos, y evitar que la revisión de un proyecto se convierta en la ocasión para incorporar el sobregasto a los presupuestos y extender los plazos de cumplimiento de los objetivos trazados.

Se definieron 13 programas a elaborar:

Ramales

Globales

La aprobación de su contenido final corresponde al Consejo de Ministros y la entrada en vigor será en la fecha y forma que deberá acordarse con el Ministerio de Economía y Planificación. Una cuestión significativa es que quedó definido que los Organismos podrán proponer la elaboración de nuevos programas en cualquier momento que ello resulte necesario, lo cual brinda gran flexibilidad a esta importante tarea.

En adición a lo antes expuesto, que está referido a toda la economía nacional, cabe mencionar que los nuevos enfoques de prospectiva y escenarios han tenido también aplicaciones a aspectos específicos tales como:

Como puede observarse de todo lo antes expuesto, las nuevas condiciones van encontrando nuevos métodos para lograr mantener una visión planificada de la economía a mediano y largo plazo que posibilite conducir el país por la senda del desarrollo.

Los retos

Aunque, como se ha dicho, se va avanzando en la recuperación de la planificación a mediano y largo plazo con métodos más acordes a las circunstancias, más flexibles y mucho más participativos, quedan aún retos por enfrentar.

Sólo con el propósito de provocar el debate en torno al tema, se enumeran a continuación los que a criterio de la autora, son más significativos:

Hasta aquí las reflexiones, en la esperanza de que contribuyan al debate sobre este trascendente tema para nuestra economía.


Notas:

1- Para conocer en detalle el contenido de las orientaciones, consúltense las "Indicaciones Metodológicas para la elaboración de los estudios de la estrategia de desarrollo perspectivo económico y social hasta el año 2000" emitidas por JUCEPLAN en 1978.
2- Las circunstancias a que se hace mención corresponden a la profunda revisión de las concepciones y la política económica emprendidas a partir de las intervenciones del Cdte. en Jefe Fidel Castro en la Clausura del Fórum Nacional de Energía y en la Asamblea Nacional del Poder Popular, a finales de 1984; así como al proceso de rectificación de errores y tendencias negativas, iniciado en 1986. También en esos años se hizo particularmente tensa la situación financiera en moneda libremente convertible lo cual obligó a revisar y ajustar metas económicas. Por otra parte, en los países del CAME ya comenzaban a manifestarse síntomas de que el modelo de relaciones iba a sufrir cambio, lo cual se evidenciaba en los resultados que se iban alcanzando en la Coordinación de Planes.
3- El enfoque genético consiste en tratar de deducir directamente el comportamiento futuro de los fenómenos a partir del conocimiento del pasado, sobre la base de las tendencias, regularidades e inercia de los diferentes procesos. El enfoque normativo se basa, en esencia, en fijar los objetivos de desarrollo que se desea alcanzar, y a partir de ahí determinar qué medidas habría que adoptar para lograr dichos objetivos (JUCEPLAN, 1978b).

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

Alvarez, Elena (1989a): "Problemas actuales que presenta la Coordinación de Planes en los marcos del CAME", INIE, mimeo.

Alvarez, Elena (1989b): "Hacia un nuevo modelo de colaboración en los marcos del CAME", INIE, mimeo.

Alvarez, Elena (1995): "La apertura externa cubana", Cuba: Investigación Económica, La Habana, año 1, No. 1.

Gabiña, Juanjo (1995): "El futuro revisitado", Prospektiker, País Vasco.

González, Alfredo (1996): Notas de conferencia impartida en el Seminario sobre los Escenarios Económicos y Sociales hasta el 2000. 14 de junio de 1996.

Guevara, Ernesto (1964): "Sobre el sistema presupuestario de financiamiento", en Nuestra Industria. Revista Económica, La Habana, año 2, No. 5; compilado en Ernesto Che Guevara: Temas Económicos, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1988.

Junta Central de Planificación (JUCEPLAN) (1968): "La Planificación Económica en Cuba".

Junta Central de Planificación (JUCEPLAN) (1978a): "Programa de Estudios para la elaboración de la estrategia de desarrollo perspectivo económico y social hasta el año 2000", La Habana.

Junta Central de Planificación (JUCEPLAN) (1978b): "Indicaciones metodológicas para la elaboración de los estudios de la estrategia de desarrollo perspectivo económico y social hasta el año 2000", La Habana.

Junta Central de Planificación (JUCEPLAN) (1985): "Apuntes históricos de la Junta Central de Planificación", Tomo I.

Martínez Soler, Francisco (1981): "Hacia una estrategia de desarrollo económico y social de Cuba hasta el año 2000", Cuestiones de la Economía Planificada, La Habana, No. 8.

Rodríguez, José Luis (1996): "Escenarios Económicos y Sociales hasta el año 2000", Temas de Economía y Planificación, La Habana, No. 2.

Rodríguez, José Luis (2000): "40 años de Planificación en Cuba", entrevista en "El Economista de Cuba", enero-febrero.


Elena C. Alvarez González es Licenciada en Economía. Directora del INIE. Presidenta del Consejo Científico del INIE. Investigadora Titular.Profesora Titular Adjunta de la Facultad de Economía de la Universidad de La Habana. Miembro de la Academia de Ciencias de Cuba.

     
   
   
  principal | economía | política | pensamiento | marx siglo XXI | debates | eventos | institucional | enlaces