Iraq: ¿un segundo 'Síndrome
del Golfo' tras la invasión?
Catherine Stapp*
26 de septiembre de 2003.
Institute for Policy Studies, 12 de septiembre de 2003.
Traducción: Beatriz Morales, CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
"La inquietud por
la presencia de uranio empobrecido y de otras sustancias tóxicas
está aumentando a raíz de una racha de enfermedades
entre los soldados estadounidenses y la revelación de
que en algunas zonas de Bagdad los niveles de radiación
son extremadamente elevados. [...] El ejército estadounidense
tiene que permitir que agencias sanitarias civiles y equipos
de control entren en la zona de guerra para llevar a cabo una
inspección epidemiológica a gran escala."
La
inquietud por la presencia de uranio empobrecido y de otras sustancias
tóxicas está aumentando a raíz de una racha
de enfermedades entre los soldados estadounidenses y el descubrimiento
por parte de un periodista de que en algunas zonas de Bagdad
los niveles de radiación son extremadamente elevados.
Hasta ahora, según cifras obtenidas por The Washington
Post, desde el inicio de la guerra más de 6.000 soldados
han sido evacuados de Iraq por razones médicas. De ellos,
unos 1.400 fueron heridos en combate o en incidentes fuera de
combate, como accidentes de coche, lo que significa que la mayoría
de ellos fueron repatriados a causa de diferentes enfermedades
físicas o psicológicas. No se han hecho públicos
otros problemas similares. En julio [de 2003] el ejército
estadounidense anunció la muerte de dos soldados por neumonía
grave y que más de cien habían sido hospitalizados
a causa de esta enfermedad. Todavía se están investigando
estas muertes. Mientras los expertos descartan cada una de las
causas posibles de esta enfermedad, algunos siguen estando preocupados
por el hecho de que ni las tropas estacionadas en Iraq ni la
población civil está siendo protegida adecuadamente
de los residuos tóxicos dejados por la guerra.
Proyectiles con uranio empobrecido
Estos temores aumentaron cuando un corresponsal de Christian
Science Monitor aplicó un contador geiger a
fin de detectar radioactividad en zonas de Bagdad que habían
sido duramente bombardeadas por el ejército estadounidense
[1], encontrando niveles de radioactividad de 1.000 a
1.900 veces superiores a los normales en zonas residenciales
en cuyas proximidades jugaban los niños.
Una explicación es la presencia de [residuos contaminados
con] uranio empobrecido, el elemento que permanece como vestigio
cuando se enriquece el uranio y los isótopos más
radiactivos han sido separados para usarlos como combustible
nuclear o como arma nuclear. El [revestimiento] de uranio empobrecido
de la munición se evapora al impartar el proyectil, dispersándose
en partículas por zonas muy extensas hasta que se asientan
como polvo que puede ser inhalado o ingerido [2]. El Pentágono
ha descrito las municiones [revestidas] con uranio empobrecido
como indispensables para situar a los soldados estadounidenses
en posición de ventaja en el campo de batalla. La gran
densidad de los proyectiles de uranio empobrecido les permite
perforar muros y vehículos blindados.
Sin embargo, algunas personas ven una razón más
cínica de su popularidad: EEUU es el mayor generador de
uranio empobrecido del mundo, con dépositos de 700.000
toneladas de residuos que sigue incrementándose. Como
su suministro está controlado por el Departamento de Energía,
se puede conseguir fácilmente y sin costes. La transformación
de uranio empobrecido en armamento tiene la ventaja añadida
de disminuir los gastos del Departamento de Energía en
el almacenamiento del combustible nuclear gastado.
El armamento de uranio empobrecido se empezó a utilizar
durante la Guerra del Golfo de 1991 [3] y posteriormente
se empleo en Bosnia y Kosovo. Es casi seguro que en 2001 se utilizó
uranio empobrecido en Afganistán, aunque sigue sin estar
disponible la información acerca de la cantidad exacta.
Los datos exactos de la más reciente invasión de
Iraq por parte de EEUU son igualmente difíciles de conseguir,
aunque basándose en informes preliminares los expertos
calculan que durante los combates se lanzaron al menos 200 toneladas
de uranio empobrecido.
Permitir una investigación
Mientras que algunos estudios sobre los efectos del uranio
empobrecido no han sido concluyentes, otros han determinado que
hace aumentar los riesgos de cánceres infantiles, de defectos
congénitos y de otros problemas sanitarios a largo plazo.
"Los propios estudios publicados por el Pentágono
han demostrado que tiene efectos sanitarios perjudiciales",
afirma Charles Sheehan-Miles, director ejecutivo del Nuclear
Policy Research Institute (NPRI), que en julio [de 2003]
publicó un informe sobre la investigación científica
acerca del uranio empobrecido que estaba disponible: "Esto
es lo que es tan extraño de su postura sobre el tema".
El NPRI y otros grupos están ahora instando a Washington
para que deje de utilizar inmediatamente uranio empobrecido,
emprenda un plan para limpiar las zonas contaminadas y apoye
estudios futuros. "Las investigaciones realizadas -las pocas
e imperfectas investigaciones que se han hecho- se han centrado
en los adultos", añade Sheehan-Miles. "Nunca
se ha hecho un estudio sobre los niños que se han visto
expuestos el uranio empobrecido. Sabemos por otras investigaciones
que los niños son mucho más sensibles a la toxicidad"
[4].
Parece que esa preocupación está bien fundada.
Dos médicos iraquíes que visitaron recientemente
Japón informaron de que los casos de cánceres diagnosticados
en el entorno de la región de Basora, al sur, y dentro
de esta ciudad se habían multiplicado por diez desde 1988.
El doctor Ghalib Asan, médico neonatólogo del Hospital
Materno-infantil de Basora, afirmó que en 2001 habían
nacido 611 niños sin extremidades, sin ojos o con otros
defectos congénitos, en contraste con 37 casos similares
en 1990. La zona en la que nacieron los niños fue objeto
de duros bombardeos con uranio empobrecido durante la primera
Guerra del Golfo.
Un reciente análisis de datos ya disponibles del Programa
Medioambiental de NNUU (UNEP, en sus siglas en inglés)
concluye que la última invasión ha empeorado "sin
lugar a dudas" los graves problemas medioambientales que
se han ido acumulando en Iraq desde hace dos décadas,
desde la guerra irano-iraquí de los años ochenta.
"Dada la preocupación medioambiental general durante
el conflicto y el hecho de que el medioambiente de Iraq ya fuera
motivo de grave preocupación antes de la guerra actual,
el UNEP cree que se deberían llevar a cabo unos estudios
de campo previos", afirma en unas declaraciones el administrador
del UNEP Klaus Toepfer. "Esto es especialmente importante
para proteger la salud humana en una situación post-bélica".
Un portavoz de UNEP declaró al Institute for Policy
Studies (IPS, de EEUU) que "en cuanto la situación
de seguridad lo permita, llevaremos a cabo un completo estudio
sobre el terreno, aunque no se sabe cuándo podrá
ser esto".
EEUU niega los efectos del uranio
empobrecido
La Casa Blanca y el Pentágono han negado en repetidas
ocasiones que el armamento de uranio empobrecido suponga problema
alguno para la salud. Un reciente informe del Departamento de
Estado titulado Aparato de mentiras contiene una sección
titulada "El miedo al uranio empobrecido" que acusa
al gobierno iraquí de exagerar la toxicidad del uranio
empobrecido con el fin de generar las simpatías internacionales.
"En los últimos años el régimen iraquí
ha hecho importantes esfuerzos para dar publicidad a la falsa
aseveración de que las balas de uranio empobrecido lanzadas
por las fuerzas de la coalición han causado cánceres
y defectos congénitos en Iraq. Iraq ha distribuido espantosas
fotografías de niños con defectos congénitos
y ha relacionado estos defectos con el uranio empobrecido",
afirma el informe. "Pero los científicos que trabajan
para la Organización Mundial de la Salud (OMS), para el
Programa Medioambiental de NNUU y para la Unión Europea
no han podido encontrar efectos sanitarios relacionados con la
exposición al uranio empobrecido", concluye el informe.
Sin embargo, según una monografía de la OMS
publicada en 2001, "las municiones de uranio empobrecido
se han utilizado en conflictos armados hace relativamente poco
tiempo y la ciencia no ha tratado aún exhaustivamente
esta situación de exposición [al uranio empobrecido].
Lo que necesitamos es una valoración creíble e
independiente de cuáles son los efectos actuales",
afirma Steve Robinson, director ejecutivo del Centro Nacional
de Recursos de la Guerra del Golfo."Como es lógico,
el ejército estadounidense tiene que permitir que agencias
sanitarias civiles y equipos de control entren en la zona de
guerra para llevar a cabo una inspección epidemiológica
a gran escala, y aceptarla o descartarla", decla a IPS.
"Si estas armas tienen lo que se denomina 'post-matanza',
esto está claramente prohibido según la Convención
de Ginebra".
Notas
de CSCAweb:
1. Véase
en CSCAweb: Dossier:
El uso ilegal de armamento con uranio empobrecido por EEUU y
Gran Bretaña en la guerra contra Iraq de 2003
2. Sobre las características del uranio empobrecido, véase
en CSCAweb: Seminario Internacional de Gijón sobre
uranio empobrecido - Presentación: ¿Qué
es el uranio empobrecido?
3. Véase en CSCAweb: Detectadas en el sur de Iraq trazas
de uranio enriquecido y Uranio: Del Síndrome del Golfo
al de los Balcanes
4. Véase en CSCAweb: Un delegación iraquí
llega a Asturias para preparar con la Universidad de Oviedo una
investigación epidemiológica sobre la contaminación
por uranio empobrecido en Basora
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