Escudos humanos,
soldados inhumanos
Máximo deterioro
moral de la historia de Israel
Mustafa Barghouti*
Al-Ahram Weekly, núm. 602, de 5-11 de septiembre de 2002
Traducción: CSCAweb (www.nodo50.org/csca)
"Todas estas muertes
horrendas fueron evitables e innecesarias. Las cuestiones que
suscitan sobre la moralidad de los soldados del ejército
israelí son numerosas y no pueden ser ignoradas por la
sociedad israelí. Igualmente suscitan cuestiones sobre
la aparente arbitrariedad de la política de 'disparar
a matar' que otorga a los soldados licencia para asesinar sin
mediar un juicio justo ni justicia alguna. Pero el hecho reseñable
de que las vidas palestinas sean valoradas como reemplazables
y baratas significa que el asesinato de palestinos inocentes
sigue adelante".
La trágica e innecesaria muerte de Nidal Muhsin de
19 años de edad el pasado 14 de agosto pone de relieve
la práctica israelí de utilizar a civiles palestinos
como escudos humanos. Según fuentes del ejército,
a Nidal se le dio un chaleco antibalas para que fuese abriendo
la puerta de las casas de sus vecinos. Los testigos palestinos
relatan que fue disparado a matar por fuego de las fuerzas israelíes.
Las organizaciones de derechos humanos locales y extranjeras
han criticado la práctica que el ejército confirma
estar utilizando extensivamente en los territorios palestinos.
Desde el pasado mayo hay una petición en trámite
ante el Tribunal Superior de Justicia israelí para prohibir
su uso. Sin embargo, incluso antes de la muerte de Nidal el ministro
israelí sin cartera Effi Eitam afirmaba que el uso de
escudos humanos es "muy moral" y que los oficiales
del ejército israelí defendían su práctica.
Yossi Beilin, ex ministro de Justicia, manifestó sin embargo
que el primer ministro Ariel Sharon y el ministro de Defensa
Binyamin Ben Eliezar "son responsables del máximo
deterioro moral en la historia de Israel", y el 16 de agosto,
[el periódico israelí] Ha'arezt calificaba
la práctica de "inmoral y anti-judía".
Tras el asesinato de Nidal los soldados israelíes demolieron
la casa de Naser Jarra, supuestamente todavía con vida
cuando su vivienda fue destruida. Jarrar, el hombre que el ejército
estaba buscando y supuesto miembro de Hamas, estaba confinado
a una silla de ruedas. No se hizo ningún esfuerzo para
ver si había alguien más en la casa.
En la muerte de Nidal hay muchos aspectos trágicos;
un joven inocente asesinado para proteger la vida de los soldados
que ocupan a su pueblo -soldados armados con las armas más
modernas que eligen alistarse en el ejército- que oculta
tras de si a un civil cuyo único crimen es haber nacido
palestino.
Igualmente trágico resulta el hecho de que sea solo
uno de los muchos palestinos asesinados por soldados recientemente,
muertes que muchas veces pasan inadvertidas en los informes e
investigaciones de los medios de comunicación internacionales,
un aspecto de la Guerra de desgaste contra los civiles palestinos.
Ejemplos recientes incluyen a Ahmed Jihad Al-Qariny, de 54
años, quien fue disparado mortalmente mientras conducía
su vehículo municipal con permiso del ejército
israelí para reparar las líneas telefónicas.
Maher Mohamed Jazmayeh fue asesinado de camino al instituto cuando
iba a ver el resultado de sus exámenes de bachillerato
-con 18 años se le disparó en la cabeza con balas.
O el caso de Hosni Dameri, de 40 años, muerto por disparos
cuando salía de trabajar de su campo en las proximidades
de Tulkarem, a pesar de que lo hacía en coordinación
con el ejército israelí. No estaban teniendo lugar
enfrentamientos en ese momento. Los soldados israelíes
abrieron fuego sin razón aparente.
En la Franja de Gaza, el jueves 15 de agosto el niño de
15 años Ayman Fares murió instantáneamente
tras ser disparado en la cabeza. Los palestinos informaron de
que no había enfrentamientos en ese momento y de que Ayman
y su familia se encontraban en su propiedad cuando comenzó
el fuego israelí. El 19 de agosto el movimiento de solidaridad
internacional informó de que el niño de 13 años
Mohamed Amin Ali Odi, de Burkin, cerca del campamento de refugiados
de Yenin, había sido asesinado de un disparo de bala en
la cabeza. A las 11 de la mañana Mohamed estaba jugando
en la calle con otros niños cuando los soldados israelíes
le dispararon desde un tanque. El informe indica que tras ello
"los militares israelíes prohibieron el paso a una
ambulancia del Creciente Rojo Palestino para recoger al niño
todavía vivo en aquel momento. El personal médico
del Creciente Rojo volvió al centro para solicitar a la
Cruz Roja que negociase en su favor. Mientras tanto, un coche
privado pudo alcanzar al muchacho desde otra dirección
pero debido a los cierres militares tuvo que tomar una ruta más
larga al hospital donde el niño murió nada más
llegar".
Licencia para asesinar
Todas estas muertes horrendas fueron evitables e innecesarias.
Las cuestiones que suscitan sobre la moralidad de los soldados
del ejército israelí son numerosas y no pueden
ser ignoradas por la sociedad israelí. Igualmente suscitan
cuestiones sobre la aparente arbitrariedad de la política
de "disparar a matar" que otorga a los soldados licencia
para asesinar sin mediar un juicio justo ni justicia alguna.
Pero el hecho reseñable de que las vidas palestinas sean
valoradas como reemplazables y baratas significa que el asesinato
de palestinos inocentes sigue adelante.
El asesinato de palestinos tiene que parar y si la protección
de los soldados israelíes es la razón [de que ocurran],
hay que sugerir una alternativa. La mejor manera para garantizar
la seguridad de los soldados israelíes es su salida de
Cisjordania y Gaza y el final de la ocupación.
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