Palestina


*Mustafa Barghouthi es presidente de los Comités de la Salud de Palestina (Palestinian Medical Relief Committees) y director del Instituto de la Salud, el Desarrollo, y la Información (Health, Development, Information and Policy Institute) en Ramallah, Palestina.

English version:

"There is a vision"

Al-Ahram Weekly Online

Palestina


Visión de futuro

Mustafa Barghouthi*

Al-Ahram Weekly Online, 21 al 27 de febrero de 2002, núm. 574
Traducción: CSCAweb (www.nodo50.org/csca)

Durante los últimos 15 meses, los palestinos nos hemos visto constantemente obligados a responder a las aseveraciones israelíes de que no queremos la paz. Ahora bien: ¿qué persona en su sano juicio, después de 34 años de ocupación, incluyendo siete años de negociaciones vacías de significado y 17 meses después de una segunda Intifada, no quiere vivir en paz?

Choques, gas lacrimógeno, disparos, heridos. Asesinatos, bombas, tanques, ciudades sitiadas, bombardeos, disparos, choques, más disparos, más heridos, más muertos.

La referencia al "ciclo de violencia" es ya una expresión demasiado trillada, reiterada hasta la saciedad durante las últimas semanas. La mayoría de la gente no comprende en su totalidad las causas de la situación actual, pero todo el mundo es capaz de predecir los síntomas. Es un guión bien conocido por todos; la opinión pública se lo sabe ya de memoria.

Sin embargo, para los palestinos el guión es real, adquiriendo a cada paso una mayor intensidad y tintes cada vez más desesperados. Sharon prosigue su marcha inexorable, y en ausencia de la presión norteamericana, hace lo que le viene en gana. Los palestinos, en medio de tanta destrucción, no vemos más que un final posible: la libertad y la paz reales. Esta es la visión que nos mantiene en pie; es la luz que no deben perder de vista quienes observan la situación desde el exterior.

Visión de futuro

Para creer que existe una visión de futuro para disfrutar de una paz real, debemos reconocer en primer lugar que las bases para que se de una solución nunca han sido discutidas en su totalidad. Las cuestiones que harían que una paz real triunfase han quedado al margen. Los acuerdos de Oslo, más que una base para una paz definitiva, siguieron adelante para obligar a los palestinos a aceptar un status quo inaceptable: la colonización de Gaza y Cisjordania en forma de bantustanes que nunca podrían alcanzar una soberanía real. Siete años esquivando las cuestiones esenciales nos han enseñado que los participantes [en el proceso] habían dejado a un lado el camino de la paz.

Durante los últimos 15 meses, los palestinos nos hemos visto constantemente obligados a responder a las aseveraciones israelíes de que no queremos la paz. Ahora bien: ¿qué persona en su sano juicio, después de 34 años de ocupación, incluyendo siete años de negociaciones vacías de significado y 17 meses después de una segunda Intifada, no quiere vivir en paz? La resistencia palestina actual es tanto una expresión de la frustración causada por las negociaciones previas que dejaron la paz a un lado, como un declaración de que los palestinos no aceptaremos vivir como esclavos en un sistema de apartheid. [Los palestinos] no aceptaremos más que una paz viable. Con Ariel Sharon y su vorágine de destrucción, ahora es más importante que nunca subrayar que sí existe una visión de paz.

Los palestinos seguimos luchando por alcanzar una paz real porque sabemos que es posible. Nuestra visión es sencilla, y los medios para conseguirla están claros: alcanzar la paz y la seguridad mediante el fin de la ocupación que Israel ejerce sobre Cisjordania, además de Jerusalén Oriental y Gaza, de una vez por todas.

Poner fin a la ocupación sobre Cisjordania y la Franja de Gaza es la única vía para conseguir la paz. El fin real de la ocupación permitirá la creación de un Estado palestino viable que conviva junto al Estado de Israel. Poner fin a la ocupación significa acabar con la presencia militar israelí en Gaza y Cisjordania, así como desmantelar todos los asentamientos y puestos militares israelíes. Esto, junto con el control propio de las fronteras (tal y como ocurre en cualquier otro país), constituyen las necesidades físicas esenciales para la constitución de un Estado palestino. Una vez que este punto se acepte, sería viable pedir la puesta en práctica de la denominada "solución de dos Estados". Los Estados de Israel y Palestina deberían mantener una separación de 3 kilómetros entre sus fronteras, ambos deberían desmilitarizarse, y una fuerza internacional debería desplegarse en la región. Esta visión de futuro, partiendo de la existencia de dos Estados independientes, garantizaría la seguridad tanto de israelíes como de palestinos. Solamente esta visión, con una frontera compartida de 200 km., traerá la paz: no la actual colonización de los territorios palestinos que ha creado una frontera de 3.000 km. de extensión, y que ha rodeado todas y cada una de las ciudades y pueblos de Palestina. Esta visión, y no el plan de Sharon de "sellar Jerusalén", será la que funcione.

Esta visión va más allá del mero hecho de poner fin al conflicto. Es la única manera de obtener una paz y seguridad verdaderas a largo plazo. La existencia de dos estados independientes es la única solución que favorecerá el desarrollo económico y el desarrollo político interno. Es una solución que puede contar con la aprobación de la mayoría democrática palestina y que permitirá a los palestinos desarrollar una sistema político sostenible, estable, y democrático.

Algunos políticos israelíes, como Ranaan Gissen, han pasado de posponer los problemas a negar la propia existencia de la ocupación y la posible constitución de un Estado palestino. Dicha negativa es el colmo de la traición, porque niega la ocupación israelí y los problemas reales. En un momento en el que parece que la situación no puede ser peor, es más importante que nunca que los palestinos, los pacifistas israelíes y la comunidad internacional sigamos creyendo en una visión de futuro que nos traerá la seguridad a largo plazo tan anhelada por israelíes y palestinos por igual.



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