Pateras de la
muerte
El terrible silencio
gubernamental
CSCAweb
(www.nodo50.org/csca), 13 de noviembre de 2003
Editorial de 'As-Sahifa', semanario marroquí, edición
del 7-13/11/2003
Traducción del árabe: Omar Elmrabet, 'al-Fanar
Traductores'
"Si
esta catástrofe es la más grande en la historia
de la inmigración 'ilegal' entre Marruecos y España
en cuanto a número de víctimas, la catástrofe
mayor y la calamidad dolorosa es el silencio de nuestro país
[Marruecos] frente a este triste suceso. En esta catástrofe
-silencio- se une lo oficial y lo no oficial, es decir, el gobierno,
los partidos políticos y la sociedad civil"
La imagen de esos cadáveres
tendidos a lo largo de la costa de Cádiz, revela la existencia
de una intención de acostumbrarnos a seguir este drama
humanitario sin que nuestros sentimientos se muevan para detenerlo.
Las olas del mar empezaron
a partir del sábado 25 de octubre a arrojar en las costas
de la ciudad española los cuerpos sin vida de los marroquíes
que se habían subido en una de las pateras de la muerte
para cruzar el obstáculo que separa la miseria que les
persigue en su país y los sueños prometidos más
allá del mar. El martes, el número de los fallecidos
alcanzó los 36, pero es un dato provisional dado que la
patera llevaba 50 personas a bordo, según las confesiones
de cinco supervivientes.
Si esta catástrofe es
la más grande en la historia de la inmigración
ilegal entre Marruecos y España en cuanto a número
de víctimas, la catástrofe mayor y la calamidad
dolorosa es el silencio de nuestro país [Marruecos] frente
a este triste suceso. En esta catástrofe -silencio- se
une lo oficial y lo no oficial, es decir, el gobierno, los partidos
políticos y la sociedad civil. Una calamidad de este calibre
¿no puede hacer reaccionar al gobierno que ha fracasado
a la hora de proteger a estas víctimas de la muerte? ¿No
es vergonzoso que nuestros partidos políticos no se preocupen
de este problema? Hasta la fecha, 19 días después
del naufragio de la patera y 12 días después de
la aparición de los cadáveres, el gobierno no ha
hecho público ningún comunicado para dar explicaciones
o pedir la apertura de una investigación sobre la catástrofe.
Por su parte, la sociedad civil
tampoco ha abandonado su postura de observador pasivo frente
a este tema, a excepción del comunicado de la Asociación
de Trabajadores e Inmigrantes Marroquíes (cuya actividad
se desarrolla en España) y el de la Asociación
de Amigos y Familias de las Víctimas de la Inmigración
Ilegal. La sociedad civil debe adoptar iniciativas concretas
y apuntar con el dedo a los responsables para impedir que estos
crímenes vuelvan a repetirse.
Cultura
del suicidio
El movimiento que se llevó
y se lleva a cabo en la otra orilla del Mediterráneo pone
en evidencia la parálisis que caracteriza a nuestra sociedad
y su pasividad frente a un problema relacionado directamente
con el ser humano. Varios partidos políticos han pedido
explicaciones al gobierno español sobre las razones que
hicieron que sus aparatos de seguridad no rescataran a las víctimas,
otros han acusado al gobierno de dejadez en las operaciones de
rescate y pidieron la apertura de un expediente sobre el retraso
a la hora de impartir las órdenes a los equipos de rescate
para que buscasen a los desaparecidos de la patera hundida. Otros
piensan abrir un debate en el Parlamento sobre las verdaderas
causas de esta catástrofe y existen algunos sectores que
han ido más allá echando la culpa al gobierno español,
al gobierno marroquí y a la UE por su dejadez en la lucha
contra las mafias de la inmigración ilegal. Mientras,
en Marruecos, las víctimas tienen toda la libertad para
negociar con los que comercian con sus sueños y sus esperanzas
para que, finalmente, sus cuerpos se abandonen en las costas
del mar.
Estamos ante la expansión
de la cultura del suicido, y sobre todo el suicidio a través
de las pateras, que no se diferencia de las otras formas de suicidio
porque todos tienen la misma raíz: la desesperación.
Por eso, el silencio frente a este fenómeno, que incluye
a mujeres y niños, significa participar en él,
apoyar a sus mafias y dar más motivos para su perpetuación.
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