Mundo Árabe


*Pete W. Moore es profesor de Ciencia Política en la Universidad de Miami (Florida). Este artículo ha sido publicado y difundido en Middle East Report On Line el 26 de junio de 2003. Sobre las relaciones entre liberalización económica y disidencia política en Jordania, véase Jillian Schwedler, "More Than a Mob: The Dynamics of Political Demonstrations in Jordan" y Sa'eda Kilani, "Boycott Fever in Jordan" ambos publicados en Middle East Report núm. 226, primavera, 2003.

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Mundo árabe / Jordania


La Jordania más nueva: libre comercio, paz y un 'as' en la manga

Pete W. Moore*

"La experiencia jordana con el libre comercio dirigido por EEUU, la paz y el desarrollo es un modelo de alerta para el resto de la región. El esfuerzo en vincular comercio y negociaciones de paz ha fracasado en Jordania. La experiencia jordana subraya el hecho de que el comercio por sí solo no puede transformar las instituciones políticas, sociales y económicas de un país, especialmente siguiendo la línea de las controvertidas direcciones que Washington desea. En su lugar, la evidencia muestra que los comerciantes libres buscan explotar los recursos locales que ya existen y asegurarse una exclusiva distribución de los beneficios."

30 de junio de 2003, 'Middle East Report on Line', 26 de junio de 2003. Traducción: Loles Oliván (www.nodo50.org/csca)

En la década de los 50, Jordania iba a arrancar su propia modernización a través de los fosfatos y el potasio. En los años 70 iba a ser "la nueva Beirut, el centro banquero y financiero del mundo árabe. En los 80, los donantes internacionales y los representantes de EEUU se referían a Jordania como un modelo de la reforma económica en Oriente Medio. Tras la reunión extraordinaria del Foro Económico Mundial (FEM) en la estación de verano de Shuneh, en el Mar Muerto, durante el 21 al 23 de junio de 2003 [1], se puede añadir otra formulación a esa lista de descripciones ilusorias: Jordania va a ser ahora el eje de la "Iniciativa de la Asociación de Oriente Medio" (IAOM) de la Administración Bush y el schwerpunkt para su visionaria "Área de Libre Comercio de Oriente Medio" (ALCOM).

Organizada hace unos dos meses, la reunión del FEM en Jordania estaba designada para promover esas políticas de EEUU bajo el lema de Visones para un futuro compartido. En la reunión, el secretario de Estado Colin Powell y el responsable de Comercio Robert Zoellick fueron elocuentes sobre lo que la IAOM y el ALCOM podrían conseguir, elogiando a Jordania por su voluntad de servir como terreno de pruebas para las grandes iniciativas. La IAOM y el ALCOM (las más nuevas siglas que han entrado a formar parte del léxico neoliberal) son la extensión política de la creencia de la Administración Bush de que el comercio más libre es una bala de plata de bajo precio que pueda matar el radicalismo anti-estadounidense, al tiempo que lance un crecimiento sostenible y asegure la paz regional. Cuando intervino ante el Foro, Zoellick citó un discurso de George W. Bush de febrero de 2003 en el que declaraba: "Todos los modelos de conflicto en Oriente Medio se pueden romper si todas las partes concernidas dejan ir a la amargura, al odio y a la violencia y se ponen seriamente a trabajar por el desarrollo económico" Para muchos en Jordania y en el mundo árabe, esta declaración suena como: "Dejaos de vuestras quejas sobre la justicia, los derechos humanos y los dobles rasero y centraos en hacer dinero".

¿Equivale 'comercio' a 'paz y desarrollo'?

Si bien la Administración [de EEUU] ha promovido tranquilamente su visión como si fuera un nuevo enfoque, los mecanismos de la IAOM y del ALCOM son elementos archiconocidos de la política de EEUU hacia el mundo en desarrollo: asistencia dirigida al sector privado, acuerdos de libre comercio bilaterales, zonas de libre comercio y ayudas, montones de ayudas. Para un país tan pequeño como Jordania, las apuestas políticas son enormes. Desde 1993 Jordania ha sido central en la labor de Washington para usar los incentivos del libre comercio y la reforma comercial para rediseñar Oriente Medio. El reino firmó un tratado de paz con Israel en 1994, puso en marcha zonas industriales cualificadas en 1997 y firmó un Acuerdo de Libre Comercio con EEUU en 2000 [2]. Así, Jordania tiene una amplia experiencia desde la que se pueden derivar lecciones sobre la extensa agenda de EEUU para la región. ¿Qué va a ser de este experimento de comercio jordano? ¿es un modelo para el resto de la región? Contestar a estas preguntas requiere una revisión de lo que David Makovsky, un analista del Washington Institute for Near East Policy ha descrito como "el dividendo de la paz que sitúa [a Jordania] a parte".

Siguiendo el Tratado de paz israelo-jordano de 1994, EEUU y los representantes de la casa real comenzaron a favorecer encuentros entre empresarios israelíes, palestinos y jordanos. La lógica de EEUU era simple: crear vínculos empresariales árabo-israelíes anima y fortalece al sector privado, un partidario natural de la paz y un bastión contra el radicalismo. En el Encuentro Económico de Amán de 1995 (un ensayo para la reunión del Foro Económico Mundial) se asistió a la creación del Consejo Empresarial Regional. Este Consejo fue dirigido por representantes oficiales estadounidenses y sirvió a modo de cámara de comercio regional para facilitar reuniones, intercambios multilaterales y aventuras empresariales conjuntas entre importantes empresarios jordanos, palestinos e israelíes. Para proporcionar incentivos a tales intercambios, los responsables estadounidenses ofrecieron el programa de Zonas Industriales Cualificadas (ZIC) [3].

Las 'Zonas Industriales Cualificadas'

El programa establece zonas en Jordania en las que los fabricantes que se ubiquen en ellas pueden exportar al mercado de EEUU (libres de tarifas y de impuestos) cumpliendo con normas precisas de origen. Las normas especifican que un mínimo del 35% de los bienes exportados deben componerse de contenido local: el 11,7% del contenido local debe ser jordano, entre el 7% y el 8% debe ser de Israel y el resto puede proceder de cualquier combinación de EEUU, Jordania, Israel o Cisjordania y Gaza. Creando incentivos al comercio para los israelíes y los árabes -según el razonamiento- se expandirá la recompensa de la paz y a ella le seguirá el desarrollo sostenible.

Los responsables del Foro Económico Mundial fueron rápidos al realzar los logros de las ZIC. Las exportaciones de Jordania a EEUU han aumentado de menos de 20 millones de dólares en 1999 a más de 200 millones de dólares en el año 2002. Se han creado más de 20.000 empleos en las Zonas con un porcentaje del 70% de mujeres. El éxito del programa de las ZIC es crucial, ya que fue el fundamento del más ambicioso Acuerdo de Libre Comercio jordano-estadounidense. Bajo este Acuerdo, las tarifas entre los dos países se reducirán durante un periodo de diez años. Se requerirá a los productos jordanos exportados a EEUU que cumplan los requisitos del 35% del valor añadido interior, haciendo así, de todo el país, una especie de gran ZIC, aunque con componentes locales más altos. Esta es la historia oficial, la que los participantes en el Foro Económico Mundial estaban felices de repetir. Sin embargo, de igual modo que en los anteriores esfuerzos de Amán por reinventarse económicamente, la verdadera historia de las ZIC tiene desgraciadamente poco que ver con sus lemas.

Los tan pregonados dividendos de la paz han resultado ser un cebo y un látigo para los jordanos de a pie. El desempleo sigue siendo alto (afecta alrededor del 20% de la fuerza laboral), el crecimiento de población es rápido, y a pesar de los altibajos, la renta per capita ha permanecido esencialmente fija en los niveles de 1984. Frente a esas presiones, las clases profesionales y trabajadoras jordanas han visto cómo los precios subían a la par que la violencia palestino-israelí. En 1997 colapsó el Consejo Empresarial Regional mientras que la violencia continua en los Territorios Ocupados (TTOO) amargaba la opinión pública jordana sobre el proceso de paz. Los intercambios con empresarios israelíes se convirtieron en fáciles objetivos de las protestas y del boicot de los grupos de oposición laicos e islamistas. Incluso los débiles y dependientes empresarios oficiales jordanos acompañaron los boicots de oposición de las ferias de comercio a las que asistían israelíes [4].

La globalización económica, a favor de Israel

Detrás de los números oficiales de las ZIC hay otros números y tendencias que pasaron sin comentario en la reunión del Foro Económico Mundial. Por ejemplo, que más del 80% de las firmas localizadas en las 12 ZIC de Jordania (dos más fueron aprobadas en la reunión del Foro Económico) son de fabricantes textiles y de maletas del Sudeste Asiático. Casi la mitad de sus 20.000 trabajadores no son jordanos. Aunque la política salarial oficial es de 3.50 dólares al día los directores de las ZIC manifiestan habitualmente su ignorancia al respecto de si las firmas de las ZIC aplican realmente esos salarios. Las quejas por las condiciones laborales y por la ausencia de la acción del gobierno para aumentar el empleo interior están aumentando. Debido a los cierres de Israel en Cisjordania, las exportaciones de las ZIC no incluyen en la actualidad componentes palestinos. Además, los fabricantes luchan para asegurar que las contribuciones de Israel cumplan en 7%. Los directores de las ZIC jordanas informan de que las aportaciones israelíes alcanzan normalmente poco más que las etiquetas, las cremalleras y el embalaje añadido en el momento de la exportación en el puerto israelí de Haifa. Como mucha de la ropa es importada y los salarios son extraordinariamente bajos, las firmas de las ZIC tienen difícil cumplir con el 11.7% del contenido local requerido y, en consecuencia han recibido llamadas para bajar los precios. Lo que significa todo esto para Jordania es que mientras los inversores de las ZIC (la mayoría extranjeros), los propietarios y los directores pueden obtener buenas ganancias, las Zonas han salido rana como contribuidoras al desarrollo productivo, al crecimiento del empleo o a la normalización israelo-jordana. Estos resultados son siniestros para los designios del libre comercio más amplio de Washington.

Modelo de alerta

Si los inversores jordanos están teniendo actualmente problemas para cumplir con el 11,7% de los requisitos de contenido local, ¿cómo cumplirán los requisitos del 35% [establecidos] en el Acuerdo de Libre Comercio con EEUU? Para el 2005 quedará abolido el Acuerdo Multi-Fibra y las cuotas textiles de EEUU serán eliminadas. Como muchas de las firmas sudasiáticas de las ZIC tienen contratos que expiran en 2005, su compromiso con un posterior Acuerdo Multi Fibra jordano podría parecer cuestionable. El temor entre los empresarios jordanos es que si las ZIC sobreviven permanecerán probablemente como islas de re-exportación y ensamblaje con pocos beneficios para otros negocios locales. Añádase a ello el llamamiento de Zoellick en el Foro Económico Mundial para [implantar] ZIC y acuerdos de libre comercio con Turquía, Marruecos, Bahrein e incluso en el Iraq de posguerra [5], para que los jordanos vean un futuro en el que su pequeño país de bajos ingresos quedará bloqueado en una competición debilitante en la que tiene pocas ventajas políticas o económicas.

La experiencia jordana con el libre comercio dirigido por EEUU, la paz y el desarrollo es un modelo de alerta para el resto de la región. El esfuerzo en vincular comercio y negociaciones de paz ha fracasado en Jordania. Las aventuras empresariales conjuntas árabo-israelíes han sido frívolas, el comercio más libre ha producido una mínima ganancia en desarrollo y la opinión pública jordana sigue rechazando la normalización a favor de un arreglo político global. La experiencia jordana subraya el hecho de que el comercio por sí solo no puede transformar las instituciones políticas, sociales y económicas de un país, especialmente siguiendo la línea de las controvertidas direcciones que Washington desea. En su lugar, la evidencia muestra que los comerciantes libres buscan explotar los recursos locales que ya existen (en el caso de Jordania, mano de obra barata, condiciones laborales mínimas y el fácil acceso a EEUU) y asegurarse una exclusiva distribución de los beneficios.

Un 'as' en la manga

Poco de todo esto pasa desapercibido para un público jordano escéptico. Este novísimo "libre comercio de Jordania" ha necesitado un firme revocación de la liberalización política a la que los jordanos dieron la bienvenida a finales de los 80. Más recientemente la campaña de relaciones públicas del gobierno denominada Jordania primero hizo oficial el esfuerzo para priorizar la reforma económica y todo lo demás, especialmente la participación política significativa, por detrás. Lo que desde luego no se ha situado en primer lugar son las asociaciones de la sociedad civil que protestan contra la política comercial o que alzan la voz en apoyo de los derechos palestinos. No es sorprendente, pues, que en las elecciones parlamentarias jordanas que prepararon el terreno para la reunión del Foro Económico Mundial, el número de votantes en Amán haya sido bajo y que hayan prevalecido los leales al régimen [6]. Para muchos jordanos, esta desunión entre economía y política es lo que verdaderamente importa.

En un editorial de The Washington Post de 23 de junio de 2003, Robert Zoellick citaba un verso del Corán ("Que exista el comercio de común consentimiento") para legitimar los planes de la Administración [de EEUU] para Jordania y otros países del mundo árabe e islámico. Realmente, el problema es que allí no parece que haya consentimiento, al menos no por parte de los profesionales jordanos, ni de las clases medias, ni de los islamistas ni de parte de la comunidad empresarial. El compromiso para alcanzar el consentimiento de aquellos a quienes probablemente más afectará no forma parte de la visión del libre comercio de Washington, y no es una realidad en aquellos países que son los objetivos de tal visión.

Existe un juego de cartas popular entre los jordanos y los palestinos llamado mano. una tradición anima a los jugadores a engañar escondiendo las mejores cartas hasta que llega el momento crucial del juego. De un modo parecido, los responsables estadounidenses y jordanos han retenido sus propios ases en la manga: [el dinero en] efectivo estadounidense. Desde 1993, la ayuda financiera y militar directa de EEUU ha alcanzado los tres mil millones de dólares, incluyendo el pago reciente de 700 millones por el papel de Jordania en la guerra de Iraq. Ese dinero ha aumentado directamente las reservas monetarias extranjeras de Amán y ha apuntalado las medidas de austeridad que dañarían los intereses de partidarios claves del régimen. Como estrategia a corto plazo los pagos de la ayuda dan a los dirigentes políticos jordanos la capacidad de permanecer en el juego pero ese dinero fácil difícilmente garantiza la victoria. En algún momento el consentimiento que ha sido silenciado y las reivindicaciones de la gente que están siendo ignoradas en estos momentos, tendrán que ser atendidos.

Para conseguir una paz real y condiciones diestras para el desarrollo regional productivo y sostenible, la política de EEUU necesita anteponer la política a la economía. Como mínimo, la dura tarea de asegurar una paz global (haciendo los sacrificios políticos necesarios y aumentando una significativa participación política) tiene que perseguirse tan vigorosamente como el libre comercio.


Notas de CSCAweb:

1. Véase en CSCAweb: Conferencia Árabe Antigobalización en Amán contra la reunión del Foro Económico Mundial de Davos. Davos en Jordania: Israel, eje del Área de Libre Comercio EEUU-Mundo Árabe Hisham Bustani
2. Véase en CSCAweb:
Gira de Powell a Oriente Medio: a cada cual lo que le corresponde
3.
Jordania, a la sombra del 'nuevo orden'
4. Véase en CSCAweb:
Loles Oliván: El Movimiento Antinormalización en Jordania
5. Su discurso al Foro Económico Mundial de Zoellick en inglés puede verse en la página oficial del Foro de Davos:
www.weforum.org
6. A pesar de que el rey Abdala declarara el 17 de junio como día de fiesta para animar a la gente a ir a votar, el número de votantes entre los dos millones de electores (en un país de 5.5 millones de habitantes) fue del 56%. El índice de participación fue bajo en Amán y Zarqa, los centros urbanos más importantes del país. Cuarenta de los 110 escaños han ido a parar a los dirigentes tribales leales al régimen, mientras que 22 a sus partidarios incondicionales, incluidos antiguos parlamentarios y ex ministros. El principal grupo de la oposición islamista, el Frente de Acción Islámica ha conseguido 18 escaños (entre ellos el de una mujer, dentro de la cuota de 6 establecida por el monarca antes de las elecciones) aunque este grupo podría contar con el futuro apoyo puntual de entre 8 y 10 parlamentarios más de otras formaciones opositoras. Sin que se pueda afirmar que haya existido fraude electoral material, la Ley Electoral, impuesta por el gobierno durante el periodo de dos años en que no ha existido parlamento como una de las 160 "leyes temporales", favorece a los partidarios del régimen al establecer un criterio de distribución de escaños por distritos, es decir, en función de consideraciones geográficas y no demográficas, lo que implica una injusta representatividad que beneficia a los dirigentes tribales y a las figuras pro régimen. (Por ejemplo, las ciudades, donde se aglutina la mayor parte de la población que es, además, mayoritariamente de ascendencia palestina, tenían menos candidatos que otras zonas con menor número de habitantes).




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