El asesinato de al-Rantisi y el Plan Sharon:
Un nuevo Balfour para Palestina
CSCAweb (www.nodo50.org/csca),
26 de abril de 2004
Loles Oliván, Nota informativa CSCAweb, 25 de abril de
2004
"El
asesinato del líder de Hamas, al-Rantisi, el 17 de abril,
se produjo solo tres días después de que EEUU diese
respaldo oficial a la estrategia de expansión territorial
israelí mediante la anexión de territorios de Cisjordania
al Estado de Israel y asegurase a Sharon que EEUU sancionará
que el Derecho al Retorno de los refugiados palestinos, un derecho
internacionalmente reconocido, solo se aplique limitadamente
en un Estado palestino tutelado por Israel. [...] El denominado
'Plan de retirada unilateral' de Gaza de Sharon no es más
que un eufemismo para designar lo que pretende ser la tercera
fase histórica de usurpación del territorio de
Palestina por parte del sionismo, tras los desalojos de población
palestina y posterior ocupación de 1948 y 1967"
El primer ministro del Estado
de Israel, Ariel Sharon, ha vuelto a declarar pública
e impunemente su disposición a asesinar a Yaser Arafat,
presidente de la Autoridad Palestina (AP) [1]. Sus declaraciones
se producen a solo una semana de que el Ejército de ocupación
israelí asesinase con la misma impunidad mediante el lanzamiento
de un misil en la ciudad de Gaza al recién elegido dirigente
de Hamas, Abdel Aziz al-Rantisi, tras haber sido aprobado este
crimen por el gabinete israelí. Casi cuatro semanas después
de que el ejército asesinase por el mismo procedimiento
al anterior dirigente de la misma formación política,
Ahmad Yasín, y a casi un mes de anunciar que al igual
que éste, Yaser Arafat y Nasrallah (dirigente de Hizbollah
en Líbano) podrían correr la misma suerte.
La ilegal política denominada
por el gobierno Sharon de "asesinatos selectivos" que
lleva ejecutándose por parte de Israel desde el inicio
de la segunda Intifada como una táctica militar orientada
a descabezar al liderazgo político palestino (más
de doscientos dirigentes y cuadros han sido asesinados desde
entonces) ha cobrado con estos dos asesinatos una nueva dimensión.
Por un lado, porque asesinando
a Yasín, el dirigente político con más apoyo
popular en Cisjordania y Gaza después de Arafat, Sharon
ha acabado con quien representaba la posición más
moderada dentro de la formación de Hamas. No en vano fue
Yasín quien acordó con la AP a través de
la mediación egipcia requerida por Israel y por EEUU las
dos últimas treguas pactadas siguiendo las exigencias
israelíes) [2]. Ello da idea del nulo interés
de Israel y de EEUU por promover ningún atisbo de estabilidad
en Palestina así como de la falsedad del discurso de Sharon
y de Bush sobre la falta de interlocución política
palestina con la que negociar. Por otro, porque el segundo asesinato,
el de al-Rantisi, el 17 de abril, se produjo solo tres días
después de que EEUU diese respaldo oficial a la estrategia
de expansión territorial israelí mediante la anexión
de territorios de Cisjordania al Estado de Israel y asegurase
a Sharon que EEUU sancionará que el Derecho al Retorno
de los refugiados palestinos, un derecho internacionalmente reconocido,
solo se aplique limitadamente en un Estado palestino tutelado
por Israel [3]. Quebrada nuevamente la lógica del
derecho y la justicia, se reafirma la de la "legitimidad
otorgada" por los hechos consumados tal y como conviene
al gobierno de Sharon y al sionismo. Con ello, el fortalecimiento
del poder de Israel se instala en la luz verde para intensificar
hasta el final no solo el asedio territorial y poblacional de
Palestina sino también el político.
El asesinato
de al-Rantisi
El asesinato de al-Rantisi
es la demostración de fuerza de Israel frente a la resistencia
palestina, en este caso simbolizada en el grupo de Hamas, de
la misma manera que la última amenaza contra Arafat es
la demostración de que Sharon, al abrigo de la aquiescencia
estadounidense, no tiene por qué reconocer ya ninguna
interlocución política palestina. La exigencia
de "cambio de régimen" [4] formulada
por Israel desde hace dos años con apoyo de EEUU ha demostrado
su significado preciso: la anulación de toda dirección
política palestina, sea esta acomodaticia como la de la
AP o combativa como la de la resistencia. En ello se ha basado
la política de enfrentar y dividir al movimiento nacional
palestino en la última década y esa es la causa
principal de su debilidad actual.
En estas condiciones de máximo
asedio político, Sharon ha podido preparar el terreno
para llevar a cabo un paso más en el proyecto histórico
del sionismo para toda Palestina. En ese proyecto, la política
exterior estadounidense no ha dejado nunca de confluir. En efecto,
la declaración de apoyo público efectuada por el
presidente Bush el pasado 14 de abril al plan de "retirada
unilateral" del ejército de ocupación israelí
de la Franja de Gaza, tal y como promueve el gobierno de Israel
desde el 18 de noviembre de 2004 [5] sitúa una
vez más, claramente, las claves únicas y permanentes
en las que EEUU contempla la resolución de la cuestión
palestina: pleno apoyo al Estado de Israel y a su proyecto sionista
y anulación de los derechos nacionales palestinos sobre
Palestina. Estas dos premisas básicas que han operado
de manera permanente en la política estadounidense desde
hace décadas, devuelven cíclicamente la cuestión
palestina y su resolución a la realidad que no pueden
esconder aunque si maquillar y alterar las falaces "iniciativas
de paz" y de negociación promovidas por unos
y por otros en los últimos años.
Es la coyuntura extremadamente
crítica que se ha abierto para todo el Oriente árabe
tras la invasión y ocupación de Iraq, la que permite
al gobierno de Sharon seguir operando, con el apoyo explícito
de EEUU, la inacción de la Unión Europea y el acomodo
de los regímenes árabes, desde la táctica
de la acción militar, para forzar un nuevo cambio estratégico
en la cuestión palestina, algo que el propio Arafat ha
definido, refiriéndose al plan de Sharon que sustenta
esta transformación, como una nueva Declaración
Balfour [6].
El "Plan
de retirada unilateral" de Sharon
El denominado "Plan de
retirada unilateral" de Sharon no es más que un eufemismo
para designar lo que pretende ser la tercera fase histórica
de usurpación del territorio de Palestina por parte del
sionismo, tras los desalojos de población palestina y
posterior ocupación de 1948 y 1967. El contenido del Plan
revela que, a pesar de formalizar un repliegue del Ejército
israelí y de la evacuación de los asentamientos,
el territorio de Gaza seguirá estando sujeto al control
israelí y las atribuciones de la seguridad interna se
delegarán, bajo tutela de Israel, a unas fuerzas palestinas
designadas desde el gobierno israelí y supervisadas por
expertos de EEUU, Gran Bretaña, Egipto y Jordania.
Igualmente, Israel "[...] supervisará y vigilará
el contorno exterior de tierra, mantendrá el control exclusivo
del espacio aéreo y seguirá manteniendo actividades
militares en el espacio marino de la Franja" [7].
Lo mismo ocurre respecto a
los asentamientos: mientras el Plan declara que Israel desmantelará
todos los de Gaza, el más importante de la Franja, el
de Netzarim, está siendo reforzado en las últimas
semanas [8] y ya se ha dejado constancia de que en ningún
caso se procederá a la evacuación de los colonos
hasta que el muro que rodeará en breve el corazón
de Cisjordania se haya completado. El Plan exige que en un año
y medio, a cambio de una no retirada efectiva, se legitime
la anexión al Estado de Israel de parte del territorio
palestino de Cisjordania ocupada -un 50% del territorio-, que
se mantengan los ilegales asentamientos -trasladando a ellos
a los colonos judíos de Gaza- y que se complete el muro
de separación [9] que permitirá recluir
y controlar a la población palestina en un ghetto aislado
y desconectado del exterior, impidiendo no ya ningún atisbo
de soberanía política sino de mera subsistencia
digna para los palestinos.
Retirarse
de Gaza, expandirse en Cisjordania
La decisión de Israel
de abandonar Gaza no puede ser considerada como una salida
forzada por la resistencia Palestina (como fuera el caso de Líbano
por la presión de Hizbollah). Mucho menos como un signo
de querer devolver a la soberanía de su pueblo un territorio
ocupado por la fuerza. Antes al contrario, Israel pretende exclusivamente
obtener un beneficio mayor que opera a favor de su propio proyecto
expansionista en Cisjordania, así como desembarazarse,
en el mismo espíritu que movió la creación
de las Áreas Autónomas bajo los Acuerdos de Oslo,
de los problemas derivados de atender las necesidades básicas
de los palestinos de la Franja, creando previamente estructuras
de control político y social de esa población a
través de fuerzas de seguridad palestina bajo control
israelí.
Igualmente, la pretensión
de vincular a terceros Estados árabes de la zona a ese
plan, concretamente a Egipto y Jordania, los dos socios oficialmente
normalizados con Israel, en el mecanismo de seguridad
para el futuro de Gaza vuelve a ilustrar la negativa a permitir
que en la Franja se instaure ninguna institución política
palestina, mucho menos una AP a la que Israel ya ha dejado de
reconocer.
A este respecto, resulta esclarecedor
que respondiendo a las exigencias de ese plan unilateral, el
gobierno de Israel ya haya iniciado conversaciones con Egipto
para determinar cuáles han de ser los mecanismos de seguridad
en la Franja una vez que Israel haya evacuado formalmente a su
ejército y que los nombres de quienes como agentes de
seguridad palestinos deberán colaborar con Israel y con
los expertos egipcios, jordanos, estadounidenses y británicos
en el control de la población palestina de Gaza [10].
En la actualidad, al igual
que la de Iraq, la ocupación de Palestina por parte de
Israel se inscribe en el principio hegemónico de "Guerra
permanente" instaurado por la Administración Bush
y latente de manera sistemática en las políticas
que el sionismo ha aplicado contra Palestina desde 1948. Principio
hegemónico de aniquilación de los derechos de sus
pueblos y de sus proyectos nacionales que, tanto en el caso palestino
como en el iraquí, no prevé otra salida que no
sea la de retener por la fuerza el control territorial y de recursos
para establecer -en el caso de Iraq- o consolidar-en el de Palestina-
un marco de dominación colonial indefinido que sirva a
los intereses estadounidenses e israelíes. Igualmente,
como en Iraq, es la resistencia palestina la que está
impidiendo satisfacer los designios humillantes de la vieja y
nueva potencia colonial.

Notas de
CSCAweb:
1. Al-Jazeera,
24 de abril de 2004
2. Véase en CSCAweb: Nuevo gobierno de
la Autoridad Palestina: ¿retomar la "Hoja de ruta"? | El
'nuevo' plan Sharon y la imposibilidad de una nueva tregua palestina | La
dimisión de 'Abu Mazen' y el fin de la "Hoja de ruta"
3. Véase en CSCAweb: No a una nueva Declaración
Balfour: Respuesta internacional a la declaración de Bush
sobre el Derecho al Retorno de los palestinos
4. Véase en CSCAweb: Remodelando Oriente
Medio: el modelo 'cambio de régimen' en Iraq aplicado
a Palestina
5. El pasado 18 de diciembre, el primer ministro de Israel Ariel
Sharon hizo público en la Conferencia de Herzliya el denominado
"Plan de retirada" para la Franja de Gaza (en inglés
Disengagement Plan) consistente en "[...] el repliegue
de las fuerzas del ejército israelí a nuevas líneas
de seguridad y en una transformación en el despliegue
de los asentamientos que reduzca en todo lo posible el número
de [colonos] israelíes situados en el corazón de
la población palestina. Dibujaremos nuevas líneas
de seguridad y las tropas del ejército israelí
serán desplegadas a lo largo de ellas. La seguridad será
proporcionada por el despliegue del ejército, el muro
de seguridad y otros obstáculos físicos".
El texto completo del discurso de Sharon puede verse en inglés
en: Jerusalem
Post on line, 18 de
diciembre de 2003
6. Al-Ahram Weekly, núm. 687, 22 a 28 de abril
de 2004
7. El contenido del plan puede verse en su versión en
inglés en la edición electrónica del diario
israelí Ha'aretz, de 25 de abril de 2004: www.haaretz.com
8. Reinhart, T: "What
kind of state deserves to exist?", en The Electronic Intifada,
23 de abril de 2004,
9. Sobre el Muro de separación, véase en CSCAweb:
Informe:
El Muro del Apartheid en Palestina y el Derecho Internacional y enlaces relacionados.
10. Véase Alloush, I.: "¿Quién se beneficia
del asesinato del Sheij Yasín y de sus compañeros?"
(texto adjunto en la columna de la izquierda), publicado en Free
Arab Voice, marzo, 2004, así como Loles
Oliván: "La cuestión de fondo de la reforma
palestina: democracia y lucha nacional"
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