Benny Morris: el cruzado global
Lev Grinberg*
CSCAweb
(www.nodo50.org/csca), 14 de enero de 2004
Universidad Ben Gurion, Beer Sheva (Israel), 11 de enero de
2004
Traducción: Vanesa Casanova Fernández, CSCAweb
"Morris
se ha ganado su reputación gracias a la documentación
histórica de los crímenes de guerra perpetrados
por el ejército israelí durante y después
de la guerra de 1948. Pero desde la debacle de Oslo, algunos
'izquierdistas' (con los que Morris se identifica y a quienes
siempre les ha preocupado más guardarse las espaldas que
ejercer la autocrítica) han comenzado a culpar a los palestinos.
Para resolver el dilema, Morris ha adoptado una narrativa militarizada
que afirma que Israel no tenía "más remedio"
que hacer lo que hizo"
Hará cosa de un mes
invité a Benny Morris a participar en una conferencia
en la que se iba a discutir sobre el último libro de Yehuda
Shenhav, Los judíos árabes. Morris me respondió
con una pregunta, casi a modo de reflexión: "¿Es
que no expreso lo que pienso sobre los árabes suficientes
veces? ¿Para qué meterme en camisas de once varas
diciendo lo que pienso de los mizrajím (judíos
orientales)?". Les cuento esto porque es importante para
entender el punto de vista de Morris, expresado en la entrevista
que Ari Shavit realizó para el diario Haaretz en
su suplemento del viernes 9 de enero [1]. La narrativa
histórica que Morris promueve desde el 2001 se vería
deslegitimada si se hiciera evidente que Morris, llana y sencillamente,
odia el Oriente, incluidos los judíos orientales, y que
culpa a ese mismo Oriente -bien sea a los judíos orientales
o a los palestinos- de los problemas sufridos por los judíos
europeos.
En un número especial
publicado por la revista Tikkun en el 50 aniversario de
la creación del Estado de Israel (marzo-abril de 1998),
Morris expresaba su opinión acerca de cómo los
mizrajím habían dañado al sionismo
ilustrado después de haber inmigrado a Israel en
los años cincuenta. Morris culpaba a los mizrajím
del fracaso de los Acuerdos de Oslo, puesto que en aquel entonces
la llamada "izquierda israelí" culpaba al primer
ministro Benjamín Netanyahu (que estaba apoyado por los
mizrajím) del fracaso de los Acuerdos. No obstante,
en la actualidad la narrativa ha sido reescrita, y Arafat se
ha convertido en el principal culpable. En consecuencia, Morris
ha decidido adoptar como propia una narrativa en la que al sionismo
no le "quedaría más remedio" que limpiar
la zona de árabes, al igual que la gran América
no había tenido más remedio que "extinguir
a los indios."
Legitimar
el colonialismo y el imperialismo
Morris se considera un cruzado
("al igual que los cruzados -dice- somos la extensión
vulnerable de Europa en esta zona"), pero se queja de que
Arafat ha diseñado un "final al estilo cruzado"
para los israelíes. Todo lo que Morris dice de los árabes
y del Islam, lo que piensan, la naturaleza de su mentalidad,
etc. etc., es un popurrí de especulaciones, prejuicios,
y comentarios que demuestran su ignorancia. Ari Shavit, que simpatiza
con este nuevo Morris, ya sobrio, no realiza esfuerzo
alguno en plantearle ninguna pregunta complicada. La entrevista
es una larga retahíla de especulaciones racistas y orientalistas
diseñadas para legitimar el colonialismo de los siglos
XVIII y XIX, además del pensamiento neo-imperialista de
manufactura estadounidense que apareció tras el colapso
de la Unión Soviética con el fin de legitimar el
dominio militar norteamericano a escala global. La narrativa
que Morris ha estado fabricando desde 2001 no necesita de hechos
en los que sustentarse.
Desde octubre de 2000, Morris
tiene un problema. Morris se ha ganado su reputación gracias
a la documentación histórica de los crímenes
de guerra perpetrados por el ejército israelí durante
y después de la guerra de 1948. Pero desde la debacle
de Oslo, algunos izquierdistas (con los que Morris se
identifica y a quienes siempre les ha preocupado más guardarse
las espaldas que ejercer la autocrítica) han comenzado
a culpar a los palestinos [2]. Para resolver el dilema,
Morris ha adoptado una narrativa militarizada, que afirma que
Israel no tenía "más remedio" que hacer
lo que hizo; una narrativa desprestigiada por el mismo Morris
en los principios de su carrera como investigador. Morris ha
adoptado esta narrativa con el objeto de dotar de legitimidad
a los crímenes de guerra que él mismo documentó.
Pero, al hacerlo, Morris está también legitimando
-de un modo ahistórico- todos los crímenes de guerra
presentes y futuros. En el debate sobre el presente y el futuro,
el historiador se ha vuelto teólogo, aferrado a mitos
apocalípticos. Si no fuera tan asqueroso, sería
simplemente patético...

Notas de
CSCAweb:
1. La entrevista
de referencia puede verse en inglés en: Haaretz:
www.haaretzdaily.com
2. Véase en CSCAweb: Vanesa Casanova: 'La izquierda sionista
israelí se quita la careta: Benny Morris, de (pseudo)historiador
a profeta'
y Casanova
Fernández, V: "Sionismo y post-sionismo: la Nueva
Historia de Israel," publicado en Nación Árabe,
núm. 47, Año XV, 2002 (véase en CSCAweb:
Nación
Árabe 47)
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