Paremos la guerra contra Iraq


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Resolución 1441: el CS cede a las presiones de EEUU y otorga carta blanca a la Administración Bush para atacar Iraq unilateralmente

Documento político de la oposición patriótica iraquí tras su encuentro con la dirección iraquí el pasado noviembre

Paremos la guerra contra Iraq


Ultimátum de 24 horas a Iraq y al Consejo de Seguridad; después, invariablemente, la guerra

17 de marzo de 2003. Nota informativa CSCAweb (www.nodo50.org)

La reunión de las Azores constituye una nueva escenificación de la implantación del sistema imperial estadounidense que avanza en el desmoronamiento del sistema legal de relaciones internacionales vigente y en la instauración de un "Nuevo Orden Mundial" que habrá de incluir, en palabras de Bush "cambios en el sistema de organización de NNUU para que funcione correctamente". Cambios que sin duda otorgarán a este organismo multinacional una función meramente asistencial como las ya referidas por el propio Bush para la posguerra iraquí al indicar que "buscaremos rápidamente nuevas resoluciones para la reconstrucción de Iraq".

En un nuevo y definitivo ejercicio de prepotencia, la Administración Bush, junto al primer Ministro británico Blair y el presidente español Aznar, han lanzado un ultimátum de veinticuatro horas a Iraq y al Consejo de Seguridad (CS) en lo que se prevé como el anuncio de que la invasión militar de Iraq va a producirse de manera inmediata. Los tres dirigentes belicistas han determinado que a falta de obtener la legitimación del CS para lanzar la guerra a través de una nueva Resolución que Francia ya anunció vetaría, será la 1441, aprobada por unanimidad en el CS el pasado noviembre de 2002, de la que se sirvan EEUU, Gran Bretaña y España para justificar su invasión y posterior ocupación de Iraq si no se obtiene, en el mismo plazo de veinticuatro horas, un respaldo de los miembros del CS al borrador presentado la semana pasada.

Como ya se avanzó a finales del año 2002 cuando se preparaba el texto de la 1441[1], la aprobación de esta resolución por parte del CS significaba dar carta blanca a EEUU y a sus acólitos para lanzar la guerra: la ambigüedad calculada con la que se utilizaba la expresión "graves consecuencias" evitando la de "uso de la fuerza" únicamente sirvió entonces y ahora a los intereses del acomodo de todos los miembros del CS: los belicistas, como hacen ahora, pueden esgrimir el referente de la 1441 para "legitimar" su guerra ilegal y aquellos que se han manifestado contrarios a la intervención fuera del marco de NNUU - Francia, Rusia, China y los miembros no permanentes del CS- podrán aducir, especialmente ante su opinión pública interna, que esa resolución no les representa. La guerra será, en cualquier caso, y a pesar del voto social internacional contrario, un hecho dramático y brutal para el pueblo de Iraq, y una nueva muestra de la hipocresía oficial y del hurto de la soberanía a la verdadera comunidad internacional representada en los pueblos del mundo.

La reunión de las Azores constituye una nueva escenificación de la implantación del sistema imperial estadounidense que avanza en el desmoronamiento del sistema legal de relaciones internacionales vigente y en la instauración de un "Nuevo Orden Mundial" que habrá de incluir, en palabras de Bush "cambios en el sistema de organización de NNUU para que funcione correctamente". Cambios que sin duda otorgarán a este organismo multinacional una función meramente asistencial como las ya referidas por el propio Bush para la posguerra iraquí al indicar que "buscaremos rápidamente nuevas resoluciones para la reconstrucción de Iraq".

Solo el cinismo permite a estos dirigentes afirmar que cuentan con NNUU para la reconstrucción de Iraq tras su devastación y establecer, al mismo tiempo, que existe "legitimidad" para atacar Iraq al margen del organismo internacional. Pues justificar esta guerra en el referente de la Resolución 1441 (de noviembre de 2002), sigue siendo ilegal según la Carta y Principios de NNUU y como ya se han encargado de señalar diversos informes internacionales elaborados por expertos en Derecho Internacional "no hay fundamentos que permitan defender la legalidad del uso de la fuerza contra Iraq", además de que "dicho uso no sería, por tanto, una guerra legal, sino una guerra de agresión; que la agresión no es sólo ilegal, sino que constituye un crimen internacional" [2]. Por lo tanto, el uso de la fuerza sin autorización del CS hará que "los Estados que participen en la agresión serán responsables, en la exacta medida de su participación, de un crimen internacional; y que aún careciendo el Derecho Internacional contemporáneo de instrumentos nítidos para la punición individualizada de este eventual crimen si se cometiera a día de hoy, no por eso dejaría de ser un crimen internacional con posibles relaciones con la responsabilidad individual" [3] .

A pesar de ello el presidente Aznar podría tener que hacer frente a los tribunales españoles por violar la Constitución española, que establece que todos los actos de política exterior deben aplicarse dentro de los límites de dicha normativa legal, donde se establece que "deben respetarse las obligaciones internacionales consentidas en tratados válidamente celebrados y publicados oficialmente en España". El primero y fundamental de dichos tratados es la Carta de NNUU (así se recoge expresamente en el artículo 103 de la Constitución) y sus obligaciones prevalecen sobre cualquier otras contraídas en otros tratados.

'Cambio de régimen' o exilio

Igualmente, Bush ha explicitado hoy lo que ya hace semanas vienen trasladando en su nombre, aunque no públicamente, los dóciles regímenes aliados árabes de Washington Egipto, Jordania, Qatar, Arabia Saudí y Kuwait, además de Turquía: un improbable abandono del poder por parte del régimen iraquí. Al ofrecer públicamente esta "salida" que constituye una nueva injerencia contra Iraq, se evita intencionadamente avanzar qué alternativa se impondría a un exilio del gobierno iraquí cuando a las puertas de Iraq se asientan más de 250.000 tropas estadounidenses y británicas con la maquinaria bélica más sofisticada lista para ocupar el país militarmente: ocupación militar directa o, eufemísticamente, como lo ha dicho el propio Bush "administración internacional".

Insistiendo en la demonización del gobierno de Iraq en la figura de Sadam Husein, la Administración Bush y con ella todos los gobiernos del CS y los medios de comunicación oficiales de EEUU y Europa han tratado de desorientar y tergiversar a la opinión pública al ocultar, primero con el discurso de los "derechos humanos" y la "democratización" justificativos de un "cambio de régimen" a través de la guerra y, después, con la alternativa del exilio, la realidad de la invasión de Iraq: esta guerra va más allá de acabar con un régimen; es contra el modelo de Estado iraquí formado en un arduo proceso de más de 50 años ­incluida inversión de los recursos del petróleo nacionalizado en un sistema de desarrollo social-- contra lo que se lucha desde hace una década. Si la combinación de guerra y sanciones no han conseguido operar, por encima de un improbable debilitamiento del régimen de Iraq, en el desmoronamiento del Estado iraquí, será a través de la invasión militar y la ocupación como se acabe con los cimientos de un sistema cuya falta ha sido no haberse sometido a las reglas del juego impuestas por los dictados de la globalización y del imperio. ¿Se preguntará, una vez ocupado, al pueblo de Iraq si quiere seguir viviendo en un Estado que siga siendo quien controle y gestione sus recursos petrolíferos y que sus beneficios sigan siendo invertidos en el interior del país?

Desdibujando la realidad

Empeñados en desdibujar la realidad de Iraq, los medios políticos occidentales y árabes y los medios de comunicación, han silenciado desde hace tiempo que en este país hay en marcha un proceso de incipiente cambio político interno acogido con entusiasmo y esperanza por la mayoría de las fuerzas históricas de oposición y apreciado en los ámbitos regionales e internacionales igualmente [4]. Efecto de la necesidad de aglutinar esfuerzos para resistir a la presión de la injerencia extranjera tras doce años de embargo y guerra, o nueva fase de lo que no es sino el proceso de construcción nacional en el que el Estado de Iraq se haya inmerso desde hace décadas, este cambio incipiente y la participación en él de las fuerzas patrióticas iraquíes en el exilio debería ser el verdadero objeto de debate cuando se habla sobre la exigencia de cambiar el sistema político en el interior de Iraq y sobre la necesidad de que sean los propios iraquíes quien lo hagan. Por el contrario, se ha excluido permanentemente de los debates y las consideraciones públicas respecto a Iraq; mucho más de las afirmaciones interesadas y cínicas sobre la apertura y la democratización de Iraq en los discursos políticos de Aznar, Blair, y Bush, donde solo cabe criminalizar por sistema a "Sadam" para justificar una invasión y dar pábulo y financiación a una oposición mercenaria adepta al discurso de la guerra y que no cuestiona el "proyecto democratizador" que aguarda a la sociedad iraquí para cuando pueda emerger de entre las bombas.


Notas:

1.- Véase en CSCAweb: Resolución 1441: el CS cede a las presiones de EEUU y otorga carta blanca a la Administración Bush para atacar Iraq unilateralmente

2.- Mc Girr, Eoin (Barrister at Law) y Mancisidor, Mikel: "Dictamen: La legalidad internacional del uso de la fuerza contra Iraq (con especial atención a la posición española". Y "Opinion. Legality of use of force against Iraq", Peace Rights (www.peacerights.com).

3.- Mc Girr, Eoin (Barrister at Law) y Mancisidor, Mikel: Op. cit.

4.- Véase en CSCAweb: Documento político de la oposición patriótica iraquí tras su encuentro con la dirección iraquí el pasado noviembre



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