Por qué no hay que enviar
tropas al sur de Líbano
Santiago González*
Comité
de Solidaridad con la Causa Árabe
CSCAweb (www.nodo50.org/csca), 16 de agosto de 2006
La simple
interposición de fuerzas de las Naciones Unidas, su aumento
y sus mayores mandatos que no vayan precedidas, y contemporáneamente,
de acciones que reviertan la ocupación israelí,
es una complicidad con dicha ocupación.
Galería
de imágenes: Líbano, el horror de un genocidio
La pregunta y respuesta hay
que enmarcarla en la resolución 1701 del Consejo de Seguridad
de Naciones Unidas [1]. Ésta establece la posibilidad
de ampliar a 15.000 las actuales tropas de interposición
de la FINUL, dentro del territorio libanés, entre el ejército
israelí y el despliegue del ejército libanés
que sustituiría a las milicias de Hezbullá.
Esta resolución consensuada
entre los Estados Unidos y Francia, y que alcanzó la unanimidad,
tiene una literatura asimétrica muy querida por Israel
y Estados Unidos.
Además, Francia ha jugado
un papel singular, ejerciendo de un paternalismo colonial como
antigua potencia imperial con relevantes intereses y en su aggiornamiento
a su actualizada política de ganarse nuevamente las amistades
del amigo americano. Como, por otra parte, hacen el resto de
los países europeos tras sus veleidades ético-independientes
tras la invasión de Iraq en el año 2003. Su actuación
propia de la 'grandeur' degoulliana es una nueva devaluación
de la política exterior europea. Sólo a posteriori
de negociar los términos de las resoluciones con los principales
agentes, los Gobiernos de los países europeos, encarnados
en el atlantista Solana, se enteraban de sus términos
para trasladar como reverberaciones a sus opiniones públicas
su aquiescencia y lamentablemente su apoyo.
Es asimétrica, de doble
rasero, porque no pone, ni siquiera en el mismo nivel, a agredidos
y agresores. Porque obvia, ni siquiera se cita, a la ocupación
israelí. Trata de la liberación de los soldados
israelíes sin condiciones y que se negocie la de los más
antiguos presos libaneses (sin mencionar a los demás presos
árabes); la interposición se haría en territorio
libanés y no en la frontera internacional a los dos lados
de esa frontera. Ni siquiera en las Granjas de Shebaa, territorio
ocupado por Israel; se habla con profusión del desarme
de milicias y del desarme de cualquier otro grupo- que quiere
decir a los refugiados palestinos-, de que no haya intercambio
desde el exterior con Líbano de armamento y no tienen
los redactores la deferencia de mencionar dentro de las resoluciones
que incumple Israel, la 194 de casí 60 años
de antigüedad- que establece el derecho de los refugiados
palestinos a volver a sus hogares o ser indemnizados, una de
las causas de la imposibilidad de una paz quimérica en
la región redactada en amorales despachos neoyorkinos.
Siempre para una parte, la
libanesa, las obligaciones claras, concisas y para la otra, la
israelí, se plantean unas negociaciones que tienen, como
en otras cuestiones, una lectura ad qalendas griegas.
Es decir, no se habla de las
causas ocupación, presos libaneses, esquilmación
de recursos- y la magnitud de la destrucción sirve como
chantaje para que el alto el fuego, el cese de la violencia televisiva,
se venda como paz. Parecería que la salvajada destructiva
israeli, por mar, tierra y aire, sin una oposición tecnológica
y cuantitativa equiparable, que la gravedad de la destrucción
deliberada de El Líbano y sus infraestructuras civiles,
'volverle atrás en 20 años' en la fraseología
sionista, puede tener el premio de forzar la paz si se hace contra
los débiles. Una paz cimentada en la ocupación
y, por lo tanto, en la injusticia.
Hasta la
próxima vez
El dibujo de la resolución
1701 podría ser al fin y al cabo una repetición,
pero más exitosa, para los intereses estratégicos
de Israel, de la invasión de 1982. Esta provocó
la repulsa internacional pero consiguió para los intereses
sionistas reforzar ghetto de los refugiados palestinos en el
Líbano y su marginación ciudadana, social y política,
su masacre tras la invasión y los progroms de Sharon en
Sabra y Chatila y sobretodo el desplazamiento del grueso de las
fuerzas de la OLP a Túnez y la complicidad occidental
para continuar la normalización israelí frente
a la desposesión palestina.
De momento, mientras ha durado
el castigo colectivo a los libaneses, nadie ha recordado los
días de cierre en Gaza y Cisjordania, ni la ampliación
del muro; los asesinatos cometidos en toda Palestina por el ocupante
israelí y el pillaje de sus recursos; ni a los presos
y refugiados palestinos. Tampoco el Gobierno español,
ni Francia y Estados Unidos, ni los europeos...
¿Por qué esta
vez van a cambiar las cosas y se va a variar los hechos consumados,
la violencia estructural israelí?
Es en esta situación
y con estos mimbres, cuando los hacedores de la Resolución
reclaman nuevas tropas y mandatos de interposición, pero
sin haber variado Israel su política de ocupación
y los hacedores de la Resolución su complicidad ante la
misma. La prueba está en todos los territorios ocupados.
La simple interposición
de fuerzas de las Naciones Unidas, su aumento y sus mayores mandatos
que no vayan precedidas, y contemporáneamente, de acciones
que reviertan la ocupación israelí, es una complicidad
con dicha ocupación.
Esto incluye, entre otras cosas,
a que debe prohibirse el comercio de armas, acuerdos preferenciales
de comercio o la financiación de infraestructuras de la
ocupación con la potencia ocupante.
Por lo tanto, no es asumible
que el Gobierno español mande tropas de interposición
sólo en el interior de el Líbano, que no cabalguen
en la frontera israelo-libanesa, sin al mismo tiempo, romper
su comercio de armas y maniobras militares con un país
ocupante, darle privilegios comerciales o apoyar directamente
o a través de organismos internacionales la financiación
de infraestructuras de la ocupación. Y por supuesto, esto
atañe al resto de los países. Hay que oponerse.
Todo lo demás, es ser cómplices con la ocupación
y de la estrategia israelí de destruir o desplazar a la
resistencia.

Nota:
1. Véase
el texto íntegro de la Resolución en CSCAweb: Resolución
1701 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre Líbano
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