Los intereses de EEUU e Israel
en la crisis de Líbano: destruir a Hezbollah y a los refugiados
palestinos
Alberto Cruz*
CSCAweb
(www.nodo50.org/csca), 7 de marzo de 2005
"Uno
de los párrafos de la Resolución 1559 establece
lo siguiente: "Profundamente preocupado por la presencia
constante de milicias armadas en territorio en el Líbano,
que impiden al Gobierno libanés ejercer su plena soberanía
sobre todo el territorio libanés" () "Exhorta
a que se disuelvan y desarmen todas las milicias libanesas y
no libanesas". Curioso. Al Consejo de Seguridad no le preocupa
la ocupación por Israel de una franja de territorio libanés
conocida como las granjas de la Shebaa, ni la consiguiente presencia
de tropas israelíes en ella; no le preocupa el conflicto
por las aguas de los ríos Hasbani y Wazzani -dos afluentes
del río Jordán que fluye hacia el lago Tiberíades-
que no pueden ser utilizadas por Líbano pese a las carencias
acuíferas del sur de Líbano bajo la amenaza israelí
de ataque militar; ni le preocupa el control de los recursos
acuíferos de la zona por Israel. Lo que preocupa a la
desprestigiada organización multinacional, nunca tan claramente
al servicio de los intereses imperialistas como con el mandato
de Kofi Annan, es la presencia de las tropas sirias y el desarme
de las milicias"...
La presión internacional
liderada pos EEUU para que los sirios retiren sus tropas de Líbano
donde entraron a requerimiento de la Liga Árabe y
donde su presencia y retirada está estipulada por los
Acuerdos de Taif, con los que se dio por finalizada la guerra
civil que asoló el país durante 15 años
y provocó la muerte de 250.000 personas- ha tenido ya
un primer éxito: Siria ha anunciado que repliega sus tropas
al valle oriental de la Bekaa en una primera fase y, posteriormente,
a su propia frontera. En estos momentos tiene 14.000 soldados
en Líbano, apenas una tercera parte de los que llegó
a tener y que ha ido replegando en cumplimiento de los plazos
acordados en los Acuerdos de Taif. La retirada anunciada ayer
por el presidente sirio será gradual y coordinada y se
hace en cumplimiento de la Resolución 1559 del Consejo
de Seguridad de la ONU, aprobada el 2 de septiembre de 2004,
que exige entre otras cosas- la retirada de las tropas sirias
de Líbano. Pero no sólo. De hecho, la citada resolución
lleva por título "La situación en Oriente
Medio".
Uno de sus párrafos
establece lo siguiente: "Profundamente preocupado por la
presencia constante de milicias armadas en territorio en el Líbano,
que impiden al Gobierno libanés ejercer su plena soberanía
sobre todo el territorio libanés" (...) "Exhorta
a que se disuelvan y desarmen todas las milicias libanesas y
no libanesas". Curioso. Al Consejo de Seguridad no le preocupa
la ocupación por Israel de una franja de territorio libanés
conocida como las granjas de la Shebaa, ni la consiguiente presencia
de tropas israelíes en ella; no le preocupa el secuestro
de las aguas de los ríos Hasbani y Wazzani -dos afluentes
del río Jordán que fluye hacia el lago Tiberíades-
que no pueden ser utilizadas por Líbano pese a las carencias
acuíferas del sur de Líbano bajo la amenaza israelí
de ataque militar; ni le preocupa la apropiación de los
recursos acuíferos de la zona por Israel. Lo que preocupa
a la desprestigiada organización multinacional, nunca
tan claramente al servicio de los intereses imperialistas como
con el mandato de Kofi Annan, es solamente la presencia de las
tropas sirias y el desarme de las milicias.
Pero en Líbano sólo queda una milicia: la dependiente
de Hezbollah, única organización que se negó
a desmovilizarse tras los acuerdos de paz (1989) que pusieron
fin a la guerra civil en Líbano y que consiguió,
gracias a su lucha armada de liberación nacional, la retirada
del ejército israelí del sur de Líbano en
mayo del año 2000, tras 18 años de ocupación.
Israel se retiró de todo el territorio libanés
a excepción de las granjas de la Shebaa, situadas cerca
de los Altos del Golán (territorio sirio ocupado por Israel
desde 1967) y muy cerca de las fuentes de nacimiento de uno de
los afluentes del río Jordán. También queda
algún resto de milicia palestina en los campamentos de
refugiados, de ahí la referencia a las milicias "no
libanesas" de la Resolución 1559.
Aquí merece la pena
comentar que la Resolución 1559 tuvo un largo proceso
de elaboración y se conocieron varios borradores. En ellos,
rechazados finalmente hasta llegar a la "resolución
de compromiso" que se aprobó por 9 votos a favor
y 6 abstenciones, se pretendía forzar a Líbano
a nacionalizar a los casi 400.000 refugiados palestinos que malviven
en los campos de refugiados desde 1948 y hubo contactos entre
los EEUU y Hezbollah en ese sentido, en un reconocimiento del
importantísimo papel que juega esta organización
en la vida política interna libanesa. Hezbollah lo rechazó,
así como la pretensión estadounidense de que dejase
de apoyar la lucha del pueblo palestino. Ante esta negativa,
los EEUU, que en 1996 había reconocido a Hezbollah como
"fuerza de la resistencia libanesa" contra la ocupación
israelí, intentaron que se mencionase a Hezbollah por
su nombre en la citada Resolución, sin lograrlo.
Hasta aquí la historia
de la Resolución 1559, en la que se apoyan ahora quienes
aprovechan el asesinato de Hariri para presionar a Siria a que
abandone Líbano. Un atentado sospechoso puesto que a quien
menos podía beneficiar su muerte era, precisamente, a
Siria y realizado a escasas semanas de la realización
de elecciones, en mayo, en el país del cedro. Un atentado
realizado cuando Siria había ofrecido a Israel la reapertura
de las negociaciones sobre el Golán ocupado desde 1967.
No cabe duda alguna de que
Israel y los EEUU son los principales beneficiarios de ese asesinato.
Ambos pueden lograr que Emile Lahoud abandone la presidencia
y colocar en su lugar a un títere anti-sirio que sirva
como cabeza de puente en una operación estratégica
a más largo plazo: el derrocamiento del régimen
de Bashar Al Asad en Siria y completar de esta forma la reordenación
geoestratégica de Oriente Medio puesta en marcha con la
invasión de Iraq. La reciente visita conciliatoria de
Bush a Europa no resulta gratuita en este sentido.Francia también
ha sido potencia colonial en Oriente Medio, y las élites
maronitas de Líbano sus tradicionales recursos clientelares
en el país; la resolución 1599 impulsada al alimón
con EEUU ofrece pistas esclarecedoras al respecto. Israel está
aprovechando la ocasión para asegurarse la anexión
definitiva de los Altos del Golán y buscar un tratado
de paz con Líbano en que plantearía el desarme
de la milicia de Hezbollah y se cancelaría el derecho
al retorno de los refugiados palestinos. Esto no resulta incompatible
con la vieja idea sionista de convertir a Líbano en un
estado excluyente y confesional, "para los cristianos"
de Oriente Medio, lo cual es totalmente plausible en un hipotético
retorno neocolonial de Francia a la zona.
El factor
Hezbollah
Hezbollah es una fuerza político-militar
que tiene 14 diputados en el parlamento libanés, controla
cientos de administraciones locales (especialmente en el sur
del país) y es la principal referencia política
de los 1,37 millones de shiíes que viven en Líbano
(el 40% de una población que está cercana a los
3,8 millones de habitantes), con una red asistencial que abarca
a importantes sectores de la población. Su principal dirigente,
Hassan Nasrala, ha invitado al resto de organizaciones políticas
libanesas a un diálogo nacional en el que se tengan en
cuenta tanto la historia pasada de Líbano, en referencia
a la guerra civil, como la situación presente.
Hasta el momento, los cristiano-maronitas
no han aceptado la oferta, prefiriendo tensar la cuerda de la
presión hacia Siria dirigiéndose, incluso, a Israel
(como recogía la agencia Europa Press en un despacho fechado
el pasado día 4) para que les apoye. No han mostrado el
sentido de responsabilidad que sería deseable, ni siquiera
los suníes que ahora lloran a Hariri. Sólo los
drusos de Jumblat han dicho que hay que tener presente a Hezbollah
puesto que es "un socio importante" a la hora de abordar
el proceso político del país. Pero eso es claramente
insuficiente puesto que los shiíes no van a repetir la
historia y no van a estar dispuestos a perder el papel que tienen
ahora en el país puesto que recuerdan muy bien las discriminaciones,
miserias y marginalización a que se les sometía
durante la etapa en que los cristiano-maronitas ostentaban todas
las esferas del poder. No eran ellos solos, sino también
los franceses y los suníes ricos que apoyaron a Hariri.
Ni la eliminación de
Hezbollah del tablero político va a ser fácil ni
el desarme de su aguerrida milicia posible, aunque ya hay amenazas
de intervención militar directa en Líbano con esta
finalidad: Condolezza Rice y Michel Barnier (ministro de Asuntos
Exteriores francés) anunciaron que estaban estudiando
una serie de medidas para "estabilizar" Líbano,
entre las que destacaba el envío de fuerzas militares
multinacionales para "organizar y controlar" las elecciones
de mayo. Pero la pretensión imperialista está ahí,
así como la desaparición de la resistencia palestina,
es decir, la pretensión de que se renuncie a cualquier
plan nacional y de desarrollo socio-político autónomo.
Y Hezbollah, que por encima de cualquier otra consideración
debe ser considerado como un movimiento de liberación
nacional, seguirá siendo una de las pocas fuerzas disuasivas
contra la agresión de Israel a Líbano.
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