"En Oriente Próximo
hay miedo a otra guerra como la de Líbano, que encendería
toda la zona"
Silvia Torralba
entrevista a Txell Bragulat, representante de la plataforma 'Aturem
la Guerra'
www.canalsolidario.com
/ CSCAweb: 10-01-07
Entre el
16 y el 19 de noviembre, movimientos antiguerra de Europa, Latinoamérica
y sobre todo de países árabes se reunieron en Beirut
(Líbano) con la idea de intercambiar experiencias, crear
una agenda de acciones comunes y poner sobre la mesa cuestiones
como la inestabilidad en Oriente Próximo y la necesidad
de que exista un movimiento antiguerra que, en nuevos casos de
agresiones, movilicen a la población. Al encuentro, organizado
por Hezbolá y el Partido Comunista Libanés, asistieron
unas 400 personas de asociaciones y plataformas antiguerra y
altermundialización de países como Francia, Grecia,
Marruecos, Argelia y Egipto, entre otros. Canal Solidario ha
conversado con Txell Bragulat, miembro de la organización
Sodepau y que asistió al encuentro en representación
de la plataforma Aturem la Guerra.
El encuentro celebrado en
Beirut reunía a movimientos antiguerra y estaba organizado
por instituciones como Hezbolá y el Partido Comunista.
¿No resulta contradictorio porque una parte de Hezbolá
está formada por grupos armados?
Hezbolá es un movimiento
con una rama armada pero no es sólo un movimiento armado,
se ha presentado a las elecciones, durante el año pasado
tuvo ministros en el Gobierno y tiene un gran apoyo de la población.
Nosotros no lo entendemos como un grupo terrorista sino, como
también dice la ONU, como grupos que resisten de múltiples
maneras, la mayoría pacíficas, aunque la más
visible sea la armada.
Desde la plataforma Aturem
la Guerra es un tema que hemos hablado varias veces. Creemos
que la lucha pacífica es la primera opción pero
tampoco podemos dar lecciones porque nuestros países son
los primeros que utilizan las armas y se trata de contextos que
no conocemos ni vivimos día a día. Eso tampoco
significa que desde nuestro movimiento antiguerra compartamos
todo su pensamiento, también les damos un apoyo crítico.
¿Qué temas
se trataron durante el encuentro?
La conferencia tenía
cuatro ejes diferentes. El primero se refería a las estrategias
y los tipos de acciones que cada uno de los movimientos antiguerra
pueden organizar desde sus países para protestar contra
agresiones como las que vivió Líbano por parte
de Israel en julio de 2006. En el segundo eje el tema central
era los medios de comunicación, la necesidad de crear
un polo desde la sociedad civil que se opone a la guerra y llegar
a los periodistas con un nuevo discurso creado desde abajo.
Luego hay un eje más
jurídico que trata de organizar a todos los juristas y
gente vinculada a los derechos humanos para hacer diversas acciones
y, sobre todo, para emprender medidas legales contra la guerra
y las violaciones de derechos humanos que Israel hizo en Líbano
en julio de 2006. De momento, se está trabajando para
realizar un Tribunal Popular Internacional el próximo
mes de julio. Por otro lado, en un cuarto eje se habló
de la reconstrucción del Líbano después
del conflicto con Israel.
¿Cuáles fueron
los principales acuerdos a los que se llegó en el encuentro?
Surgieron muchas ideas pero
algunas se repitieron de manera constante. Una de las cosas que
preocupan mucho entre los movimientos árabes es el tema
de la islamofobia en los países del norte. Piensan que
en occidente el Islam está tergiversado, que se lanzan
mensajes desde los medios de comunicación que no se corresponden
con la realidad y que provocan miedo entre la población.
Por eso han pedido a los movimientos antiguerra que incorporen
la lucha contra la islamofobia como un objetivo importante en
su trabajo.
Otro tema importante en el
encuentro fue la necesidad de crear un movimiento muy amplio
a nivel internacional que aglutine sectores muy diversos de la
sociedad, y crear espacios unitarios de trabajo que incluyan
a los movimientos que se reclaman de inspiración islámica,
que forman parte de los que llaman Islam político, pero
que son muy variados y tienen voluntad de diálogo.
Además, se acordó
establecer tres días de solidaridad internacional: el
20 de marzo, como el día de lucha contra la guerra; el
28 de septiembre, de solidaridad con el pueblo palestino; y el
12 de julio, que es el día en el que el año pasado
empezó la guerra en Líbano.
El encuentro se celebró
en Beirut, con gran presencia de movimientos de Líbano
y otros países de la región. ¿Cómo
ven ellos la situación en Oriente Próximo?
Bastante mal y peligrosa. Tienen
miedo, sobre todo la gente del Líbano, de lo que sucede
en Irak, porque nadie sabe quién está avivando
la situación con intereses en una guerra civil y luchas
entre chiítas y sunitas. Tienen miedo porque es una dinámica
no ajena al Líbano, que hace 15 años salió
de una guerra.
Hay miedo a otra guerra, a
que lo que ocurrió el pasado julio en Líbano se
repita en algún país de la región, y en
estos momentos, una agresión de este tipo puede ser muy
peligrosa y hacer que se encienda toda la zona. Por ese motivo,
uno de los objetivos del encuentro era coordinarse para que,
si ocurre un hecho de este tipo, seamos más efectivos
como movimiento antiguerra.
En el caso de un conflicto
así, ¿estaría preparado el movimiento antiguerra
para movilizar a la población? ¿Cuál es
su actual estado de salud? ¿Ha perdido poder de convocatoria?
Es evidente que no se encuentra
como hace dos años pero en muchos sitios se están
haciendo cosas. En Europa, los países donde hay movimientos
antiguerra con más referentes son Grecia e Inglaterra.
En Francia hay muchos grupos pero no forman un movimiento único
y amplio. También nos sorprendió que en el encuentro
de Beirut conocieran Aturem la Guerra, el movimiento en Cataluña
que coordinó las movilizaciones contra la guerra en Irak
en 2003.
En estos momentos, todos estos
movimientos continúan haciendo acciones que, aunque no
sean masivas, son importantes que existan porque en el momento
en el que surja un conflicto habrá un referente que movilizará
a la población.
En España también
el poder de convocatoria ahora es menor. En 2003 Aturem la Guerra
canalizó todo el rechazo hacia las políticas del
gobierno de la época y lo simbolizó en el tema
de la guerra en Irak. Ahora la situación ha cambiado,
la gente está más relajada, se dijo en un momento
que el conflicto había acabado, el Gobierno de Zapatero
retiró las tropas de Irak y la gente parece que se ha
acostumbrado al conflicto. Nosotros estamos aprovechando para
trabajar en pequeñas convocatorias, realizar debates sobre
pacifismo, Islam la próxima cita son las movilizaciones
por el encuentro de la OTAN en Sevilla.
¿La realidad de los
movimientos antiguerra en los países árabes es
similar?
En estos países casi
se puede decir que todo es movimiento antiguerra porque toda
la población resiste agresiones. No existe un movimiento
contra la guerra como tal pero están organizados. En Líbano,
por ejemplo, la mayor parte de la gente está contra la
guerra porque viven una agresión contra ellos. A causa
del conflicto con Israel hubo una movilización muy amplia,
la gente ayudaba a los desplazados, grupos de personas salían
a la calle y daban bocadillos a los que no tenían qué
comer e incluso familias palestinas de campos de refugiados en
Líbano acogieron a libaneses.
¿Y de qué
manera este tipo de encuentros ayudan a todos los movimientos
a coordinarse y aumentar la incidencia del movimiento antiguerra?
En este tipo de encuentros
hay la oportunidad de hablar con personas y ver qué piensan
de la situación. En Beirut, por ejemplo, los representantes
de países árabes nos preguntaban qué pensaba
la gente en occidente, qué decían los periódicos.
El hecho de que el movimiento
esté más coordinado puede significar que tenga
más impacto a nivel internacional, pero al mismo tiempo
también significa la creación de redes por donde
circulan ideas, artículos, nuevos conceptos y mucha información.
Se abren nuevos canales para acceder a la información
y a los pensamientos de la gente que sufre la violencia, y es
una manera de decir a las sociedades del sur y a los movimientos
sociales de estos países que no están solos.
La situación
en Líbano
Por otro lado, ¿en
qué situación se encuentra Líbano después
del conflicto con Israel de hace unos meses?
Estuve en Líbano durante
el encuentro que se celebró en noviembre pero también
días antes de que empezara la guerra en julio. En ese
momento no parecía que tuviera que empezar ninguna guerra,
nadie lo esperaba. Ahora, lo que he visto ha sido más
presencia militar en las calle y a la población más
tensa. Los trabajos de reconstrucción han empezado; en
zonas como el sur de Beirut, desde el primer día de conflicto,
aunque en otras zonas como el sur de Líbano el trabajo
es más lento.
En el sur, en la frontera con
Israel, continuamente los aviones israelíes sobrevuelan
el espacio aéreo libanés, a pesar de que la ONU
lo prohíbe en su resolución 1.559. Otro problema
es la cantidad de minas antipersona que hay en la zona y que
provocan muertos muy a menudo, sobre todo de agricultores que
quieren volver a trabajar la tierra y que encuentran sus campos
llenos de minas.
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