Bush no está equivocado, nosotros sí
Alberto Cruz
CSCAweb:
18-01-07
"El
nuevo plan de Bush para Iraq está desatando ríos
de tinta. Casi tantos como la ejecución de Sadam Husein.
Sin embargo, una lectura detallada de lo que se refleja en ese
plan pone de manifiesto que Iraq no es más que la coartada,
otra más, de la reordenación geoestratégica
de Oriente Medio que EEUU viene impulsando desde el año
2002."
El nuevo plan de Bush para
Iraq está desatando ríos de tinta. Casi tantos
como la ejecución de Sadam Husein. Sin embargo, una lectura
detallada de lo que se refleja en ese plan pone de manifiesto
que Iraq no es más que la coartada, otra más, de
la reordenación geoestratégica de Oriente Medio
que EEUU viene impulsando desde el año 2002. En la prensa
alternativa de EEUU alguien escribió que la ejecución
de Sadam Husein no era más que una cortina de humo necesaria
para desviar la atención sobre el objetivo iraní.
Ahora son personajes como Paul Craig Roberts, un antiguo miembro
del gabinete de Ronald Reagan y colaborador del diario The
Wall Street Journal, quienes mantienen una tesis similar
(1).
En Europa nos hemos vuelto
a fijar en lo insustancial, el aumento de tropas, en vez de lo
esencial: EEUU necesita la estabilización militar de Iraq
para centrarse en la desestabilización de Irán
y Siria. Una derrota militar en Iraq la derrota política
ya es evidente- haría imposible cualquier aventura militar
en cualquier otra parte del mundo, y más en esa zona.
De ahí la necesidad de aumentar tropas y "pacificar",
así sea virtualmente, el país árabe para
dejar el camino libre a otras operaciones militares en otros
lugares.
Bush lo ha dicho tan claro
que parece mentira que no se haya entendido bien. "El tener
éxito en Iraq también requiere defender su integridad
territorial y estabilizar la región frente a desafíos
extremistas. Esto comienza con la dirección [gobierno]
de Irán y de Siria. Estos dos regímenes están
permitiendo que los terroristas y los insurrectos utilicen su
territorio para moverse dentro y fuera de Iraq. Irán está
proporcionando la ayuda material para los ataques contra las
tropas americanas. Interrumpiremos los ataques contra nuestras
fuerzas. Interrumpiremos el fluyo de la ayuda de Irán
y de Siria. Y buscaremos y destruiremos las redes que proporcionan
el armamento avanzado y que entrenan a nuestros enemigos en Iraq".
Sin embargo, la guerrilla es
mayoritariamente suní mientras que las fuerzas antiocupación
son mucho más amplias, como el Ejército del Mahdi,
vinculado a Muqtada al Sáder. Los sirios son suníes,
pero tienen una relación estratégica con Irán
aunque en los últimos meses han restablecido relaciones
diplomáticas con Iraq y se han convertido en el país
al que con más frecuencia viajan los altos cargos del
gobierno colaboracionista iraquí. El presidente colaboracionista,
Jalal Talaban, va a visitar este país de forma oficial
esta semana, por ejemplo. Los iraníes son shiíes,
por lo que si a alguien están apoyando es a sus correligionarios
religiosos y no a la guerrilla. De forma especial, al Ejército
del Mahdi, convertido en la principal amenaza para los intereses
de EEUU en Iraq según los documentos militares que se
vienen publicando en los últimos meses y que la semana
pasada volvieron a reflejar medios tan poco sospechosos de criticismo
con la Administración Bush como la televisión ABC
(2).
Según estos informes,
los explosivos y armas iraníes utilizadas en ataques contra
las fuerzas de ocupación han causado la muerte de 198
soldados estadounidenses y británicos, así como
más de 600 heridos. Pero no es una apreciación
sólo de la inteligencia militar estadounidense, sino de
la británica. El diario The Scotsman dice que las
fuerzas de ocupación británicas piensan lo mismo
del Ejército del Mahdi y que antes de que finalice su
retirada para finales de este año está prevista
en unos 3.000 soldados de los casi 8.000 que mantiene- hay que
debilitarlo en la zona de Basora, para lo que ya se están
realizando operaciones militares "puntuales y limitadas"
(3) para no provocar un levantamiento general shií
que empeore la situación.
El petróleo,
siempre el petróleo
Luego lo que Bush está
diciendo con claridad es que se van a abordar operaciones estilo
Somalia contra Irán y Siria. De hecho, la intervención
en Somalia supone el establecimiento de una cabeza de playa en
una zona que es vital dentro de África por las inmensas
riquezas energéticas que hay allá y, de forma especial,
el petróleo en Sudán. Esta es la razón del
conflicto de Darfur. Y con Irán pasa algo parecido, y
más desde que este país decidió el 18 de
diciembre de 2006 convertir al euro en la moneda oficial de cambio
(4) en todas sus transacciones financieras incluyendo,
claro está, el petróleo.
Bush dice que con la decisión
de enviar más tropas a Iraq, y otras anteriormente puestas
en marcha, "se protegen los intereses americanos en Oriente
Medio". Y menciona concretamente el envío de dos
portaaviones al estrecho de Ormuz, realizado en dos fases, antes
y después de la aprobación el 27 de diciembre de
2006 por el Consejo de Seguridad de la ONU de una resolución,
la 1737, contra Irán por su programa nuclear y por la
que se imponen una serie de sanciones a este país.
El presidente de EEUU añade, además, que van
a ampliar las actuaciones de inteligencia ya existe una
estación de este tipo en Dubai (5)- y anuncia que
va a desplegar sistemas de misiles anti misiles Patriot "para
tranquilizar a nuestros amigos y aliados".
Es evidente que estos portaaviones
y sistemas de misiles no tienen como objetivo el combate contra
la guerrilla iraquí. ¿Cuál es entonces?
Mantener el flujo petrolífero por esta zona del Golfo
Arábigo-Pérsico, por la que pasa el 40% de todo
el comercio de petróleo a nivel mundial, en caso de conflicto
bélico con Irán y, si este país es atacado,
evitar la respuesta persa contra las instalaciones petrolíferas
y gasísticas de los países del golfo.
Y algo curioso: a las pocas
horas de terminar su discurso se detuvo a cinco funcionarios
iraníes en Irbil, donde realizaban funciones consulares.
Es evidente la provocación con la intención de
buscar una respuesta iraní que legitime un paso más
en la estrategia que ya está en marcha, tal y como dice
la emisora CBS citando fuentes del Pentágono: "los
militares [de EEUU] han planeado incursiones fronterizas secretas
[desde Iraq] en Irán" (6). Suma y sigue. Un
par de días antes el Departamento del Tesoro había
declarado al banco Sepah, el quinto de Irán, como objeto
de sanciones por su supuesta financiación de investigación
de misiles con capacidad de portar las famosas armas de destrucción
masiva. Este banco tiene 3.400 oficinas en todo Irán pero,
lo más importante, también en París, Francfurt
y Roma. Francia, Alemania e Italia tienen ahora que decidir qué
hacer con las oficinas que están en su territorio.
El discurso de Bush también
hace referencia al petróleo: "Iraq aprobará
la legislación para entregar los réditos del petróleo
a todos los iraquíes". Fantástico. Es lo que
viene haciendo Venezuela desde hace tres años y Chávez
es satanizado y considerado un totalitario por ello. Sólo
que, en el caso de Iraq, lo que está en marcha es justo
lo contrario de lo que predice Bush: las empresas de las potencias
ocupantes (EEUU y Gran Bretaña de forma especial) se van
a beneficiar de forma principal y casi exclusiva de la privatización
de las reservas. Según el diario británico The
Independent, los EEUU han participado directamente en la
elaboración de una ley que permite a las compañías
de estos países embolsarse hasta el 75% de los beneficios
en los primeros años; concede a las multinacionales occidentales
contratos de 30 años de vigencia para extraer el crudo
iraquí y, además, prevé acuerdos para compartir
con el Estado iraquí la producción (7).
Esto significa que Iraq va a conservar la propiedad legal del
petróleo, pero da una parte importante de sus beneficios
a las multinacionales que inviertan en infraestructura, pozos,
oleoductos y refinerías. Un caso único dentro de
los países de la OPEP y más en la zona. Por poner
unos ejemplos cercanos, en Arabia Saudí e Irán
la industria petrolera está bajo control estatal.
La reacción
de China y Rusia
Si bien el clima está
favoreciendo la contención de los precios del petróleo,
bajando 10 dólares en un mes, la batalla por la energía
está en plena ebullición. La OPEP no está
dispuesta a que los precios continúen bajando y apuesta
por una nueva reducción para mantener el coste del barril
por encima de los 55 dólares. Rusia considera que debe
producir menos, también, y China apuesta decididamente
por la inversión en otros mercados alternativos; su compañía,
la Corporación Nacional China de Petróleo, acaba
de pasar a la estadounidense Chevron y a la francesa Total convirtiéndose
en la séptima del mundo al hacerse con la principal compañía
de Kazajstán (8).
Estos dos países han
dado un toque de atención a EEUU al vetar, de manera conjunta,
una iniciativa de EEUU en la ONU sobre la democratización
de Myanmar. Desde 1972 no se producía un hecho semejante.
Rusia y China no han ejercido su derecho de veto en tantas ocasiones
como EEUU. China lo había hecho por última vez
en 1999 en un tema sobre Taiwan, Rusia en el año 2004
en otro sobre Chipre. Hasta ahora habían mantenido un
perfil bastante discreto en la ONU, incluyendo su voto favorable
a las sanciones contra Irán establecidas en la Resolución
1737, pero los planes de EEUU son cada vez más agresivos
y ellos tienen mucho que perder en caso de ataque, así
sea puntual y limitado, a Irán. El veto en el tema de
Myanmar, una iniciativa que provenía de EEUU, tiene que
interpretarse como una llamada de atención al régimen
de Bush sobre su estrategia sobre Irán.
Rusia ha firmado contratos
millonarios en asistencia técnica al programa nuclear
civil iraní y quiere sacar su petróleo del mar
Caspio a través de oleoductos iraníes. China, por
su parte, pese a manifestar que no quiere ningún conflicto
con EEUU, ha hecho saber que sus relaciones con Irán son
soberanas en respuesta a la crítica de EEUU por haber
firmado un contrato cercano a los 100.000 millones de dólares
para desarrollar el campo gasífero de Yadavaram- y que
no va a consentir ningún tipo de injerencia en la relación
bilateral.
Bush no se ha equivocado con
su nueva estrategia, que va más allá de Iraq. Nosotros
sí con la nuestra. El mes de marzo está a la vuelta
de la esquina. Ese mes el mundo reeditará las movilizaciones
populares contra la guerra en Iraq. Es el momento de aplicar
los aspectos recogidos en la Declaración Final de la "Conferencia
Internacional de apoyo a la resistencia" (9) que
se celebró en Beirut el pasado noviembre y de incluir,
en primer plano, a Irán. De lo contrario volveremos a
repetir el error iraquí: nos molestamos más por
las mentiras con las que se justificó la guerra que con
la guerra y la ocupación en sí. Las mentiras se
repiten ahora con otros argumentos en el caso de Irán.
Que no nos lamentemos después por esas mentiras si se
produce una nueva guerra.

Notas:
(1) Counterpunch,
10 de enero de 2007.
(2) ABC News, 12 de enero de 2007.
(3) The Scotsman, 12 de enero de 2007.
(4) Alberto Cruz, "Veinte céntimos"
(5) Ibid.
(6) CBS News, 14 de enero de 2007.
(7) The Independent, 7 de enero de 2007.
(8) Agencia Xinhua, 12 de enero de 2007.
(9) Véase en CSCAweb: 'El derecho de los pueblos
a resistir'. Declaración de Beirut, 19 de noviembre de
2006
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