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* Yahya Abu Safi
es un refugiado palestino nacido y residente en Baqa'a, un gran campo de refugiados cerca de Amán, en Jordania. Es representante de los Comités Populares para la Defensa del Derecho al Retorno (CPDDR).

** Hisham al-Bustani es miembro del Comité de Libertades y el Comité Antinormalización de la Unión de Asociaciones Profesionales (UAP) de Jordania

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Nuevos movimientos represivos del gobierno jordano

Información remitida por Yahya Abu Safi* e Hisham Bustani**
CSCAweb (www.nodo50.org/csca), 25 de abril de 2005
Traducción de Natalia Litvina / Elaboración de CSCAweb

"La expulsión del estudiante palestino Firas al Sheij de vuelta a Palestina en calidad de persona non grata, y la detención y tortura de cinco activistas por el derecho al retorno protagonizan nuevos ataques del gobierno de Amán sobre los movimientos sociales jordanos. En este contexto represivo, el Departamento Editorial del gobierno jordano se ha 'abstenido de dar su aprobación' a la publicación de un libro sobre la tortura en la prisión de al-Jweideh, lo que es un medio práctico de prohibir su edición"...

Según un comunicado enviado por Yehya Abu Safi, portavoz de los Comités Populares por la Defensa del Derecho al Retorno (CPDDR) El pasado 9 de abril, los servicios de inteligencia jordanos arrestaron a seis personas, de las cuales cinco son militantes de los CPDDR. El arresto se realizó en una residencia de estudiantes -donde uno de los detenidos ocupa un dormitorio- sin mediar previamente cargo alguno.

Al parecer, el supervisor de la residencia de estudiantes era colaborador habitual de los servicios secretos. Ocurrió así: mientras efectuaba una revisión del dormitorio de Firas al-Sheij (uno de los detenidos), se fijó en algunas fotos colgadas en la pared que mostraban a algunos mártires palestinos. Recriminó muy agresivamente a los estudiantes por esto, argumentando que estaba prohibido en la residencia exhibir fotos semejantes, a lo que Firas respondió que la habitación era parte de su espacio personal e íntimo y que el supervisor no tenía derecho alguno a interferir en él. Éste reaccionó llamando a la policía y a los servicios de inteligencia, quienes se presentaron inmediatamente deteniendo a todo el grupo. Fueron llevados en primer lugar a un centro de los servicios secretos, donde fueron interrogados, maltratados y humillados mediante golpes y bofetadas. Después fueron trasladados a la prisión de al-Jwaideh, donde durante cinco días sufrieron castigos psicológicos y físicos antes de ser liberados. En estos cinco días nuestra organización [CPDDR] se puso en contacto con numerosas organizaciones de Derechos Humanos, el Comité Internacional de Cruz Roja y algunos abogados, que en ese período de tiempo lograron gestionar, sorteando muchos obstáculos, su liberación mediante una fianza de 10.000 dinares (unos 12.000 euros) por cabeza, así como el acuerdo de no volver a participar en actividad política alguna. La cuestión es que en el momento de su arresto no estaban realizando ninguna actividad política, con lo que se les podría volver a arrestar acusándoles falsamente. Además de esto, el poder jordano tomó las siguientes resoluciones:

- Expulsión del estudiante palestino Firas al Sheij de vuelta a Palestina en calidad de persona non grata, a pesar de que se encontraba en el último semestre de carrera, y que jamás tendrá la oportunidad de terminar sus estudios y graduarse en Jordania, por no decir que para salir de Cisjordania sólo podría hacerlo atravesando Jordania, quien le niega la entrada.

- Al resto del grupo, estudiantes universitarios ausentes de sus clases durante cinco o diez días, según el caso, se les prohíbe participar en cualquier actividad social que esté relacionada con Palestina.

El gobierno Jordano prohibe un libro sobre la tortura

En este contexto de nuevos giros represivos, y sin dejar de hablar de la prisón de Al Jweideh, Hisham Bustani, de la Unión de Asociaciones Profesionales nos ha hecho llegar un comunicado, por el que se hace público que el Departamento Editorial del gobierno jordano se ha "abstenido de dar su aprobación" a la publicación de un libro sobre la tortura en la prisión de al-Jweideh, lo que es un medio práctico de prohibir su edición.

El libro, titulado Submundo: ochenta días en la cárcel de Al Jweideh, versa sobre la experiencia del autor como preso político en 1997 en la tristemente célebre cárcel.

El autor, Ali Sneid, fue encarcelado entonces bajo la acusación de lo que podríamos traducir como "lengua suelta" (¡!), un término legal en Jordania que se refiere a las críticas sobre la familia real, y que puede suponer un pena de prisión de hasta tres años.

El libro describe testimonialmente las prácticas de tortura policial mediante quemaduras, palizas individuales o en grupo con gruesos cables enfundados en goma o con barras de hierro, insultos al honor y la sensibilidad del detenido (relativos a la familia, la madre o hermana, etc.), entre otras muchas. El libro también menciona el caso de un detenido asesinado bajo tortura en esta prisión.

La cárcel de al-Jweideh se ganó su reputación después de que numerosos presos políticos denunciaran abiertamente las prácticas allí desarrolladas en los últimos cuatro años, y ha sido objeto de fuertes críticas de organizaciones locales e internacionales de Derechos Humanos. Todavía es un claro símbolo de las violaciones habituales que el gobierno jordano ejerce sobre la libertad de expresión, de organización y de prensa, así como sobre el nivel más básico de la dignidad humana.