Se intensifica la represión
contra el movimiento por la renovación democrática
en Egipto
Campaña
Popular para el Cambio / CSCAweb, 18 de febrero de 2005
"No
es de extrañar, que el gobierno egipcio se vea presionado
de nuevo por EEUU e Israel, al amparo del reciente acuerdo comercial,
y con el fantasma de un supuesto programa secreto nuclear egipcio
esgrimido como herramienta de coacción, para acallar
todas las voces disidentes en el país; al igual que está
ocurriendo en Jordania con la represión y amenaza de ilegalización
de la Unión de Asociaciones Profesionales, las organizaciones
críticas y progresistas de Egipto están adquiriendo
una cierta relevancia incluso en el plano internacional (precisamente
al amparo de esas exigencias de democracia cosmética impulsadas
desde el "Fórum del Porvenir"). Sus críticas
al imperialismo y la ocupación de Iraq y Palestina comienzan
a enlazar escandalosamente con otros movimientos antiglobalización
del mundo, y los gobiernos-títere locales (Egipto en este
caso) lanzan una nueva ofensiva represiva para rebajar el nivel
de las protestas"...
En una declaración pública
emitida el pasado 29 de enero, la Campaña Popular para
el Cambio (CPC) denuncia el acoso al que se ve sometida por parte
de la administración Mubarak.
En el comunicado se denuncia
el arresto y la violencia física (golpes) ejercida contra
tres miembros del Centro de Estudios Socialistas, entidad integrada
en la CPC: las activistas Bahu Bakhsh y Marwa Faruk, y el periodista
Ibrahim al-Sahari [1]. Los hechos se produjeron en el
contexto de la Feria del Libro de El Cairo, evento de carácter
internacional, cuando los tres militantes repartían panfletos
contrarios a una nueva legislatura del presidente Mubarak, convocando
a una manifestación el próximo 4 de febrero, a
celebrar en la misma Feria. Tras sufrir la agresión, los
militantes han sido condenados por la fiscalía del Estado
a 15 días de reclusión, acusados de "actuar
contra la seguridad general".
El llamado Comité Popular para el Cambio pide modificaciones
en la Constitución que posibiliten que la ciudadanía
egipcia pueda elegir a su presidente mas allá de un solo
candidato, la reducción de los poderes de la Presidencia,
el final del estado de emergencía (vigente desde hace
más de veinte años en el país), y la liberación
de los presos politicos y de conciencia. Estas demandas son solicitadas
por once grupos políticos, quince comités y organizaciones
populares, y mas de dos mil individualidades, entre las que se
encuentran personalidades públicas, profesores universitarios,
periodistas, escritores, artistas, abogados, sindicalistas, ingenieros
y estudiantes. Todos estos actores conforman la CPC, iniciativa
que ha adquirido una importancia relevante en los últimos
meses, sobre todo desde el pasado 15 de diciembre, cuando se
convocó una manifestación que denunciaba los abusos
del Partido Nacional Democrático ( el del presidente Mubarak,
en el poder durante cuatro legislaturas, desde 1981) y el evidente
nepotismo demostrado con la previsible sucesión en la
presidencia de Gamal Mubarak, hijo del actual presidente.
Algunos de los más recientes
abusos del gobierno egipcio vinieron dados por la política
represiva desatada en el Sinaí en el contexto de la investigación
desarrollada respecto a los atentados de Taba, el pasado 7 octubre.
El brutal proceso de detenciones y torturas a gran escala fue
reflejado en CSCAweb, con la publicación de los informes
y testimonios de las víctimas que facilitaron varias de
las organizaciones que integran la CPC. El pasado 28 de enero,
y tras más de tres meses de detención, maltrato
e incomunicación de las personas sujetas a interrogatorios,
se celebró una manifestación, convocada y nutrida
por familiares de los detenidos (sobre todo mujeres) de la ciudad
de al-Arish, junto con diversas agrupaciones jurídicas
y de derechos humanos (integrantes de la CPC), que deseaban saber
el paradero y estado de sus parientes y amigos. La manifestación
fue duramente reprimida, resultando heridas diez personas.
Según denuncia en su
comunicado la CPC , la seguridad del Estado intenta "silenciar
las voces de la oposición desde el día en que dio
comienzo la Campaña" el pasado 9 de diciembre de
2004. Esta presión se intensifica cada vez más
según se acerca la fecha de la proclamación del
presidente Mubarak como "único" candidato a
la Presidencia. Simplificando, en Egipto, las "elecciones"
presidenciales se basan sobre todo en un referéndum popular
donde los ciudadanos aprueban o no a un único candidato
designado por el parlamento. El parlamento está dominado
por el partido gobernante desde los años 70, momento en
el que se legalizaron algunos partidos políticos.
Este movimiento de creciente
oposición se desarrolla en un clima de renovación
generacional de las élites del pais, y dentro del margen
propuesto en el llamado "Fórum del Porvenir",
un encuentro celebrado a principios de diciembre en Marruecos,
impulsado por EEUU y el G-8 , y cuyo objetivo homogeneizador
es la creación de una zona estable para el sistema de
mercado libre ( y cierto maquillaje democrático) de Marruecos
hasta Afganistán. Algunas de las medidas económicas
que ha tomado Egipto en este nuevo-pero-viejo marco afectan de
manera muy directa a una de las industrias mas importantes del
país, la del algodón, lo que ha provocado la frustración
y la protesta de los trabajadores del sector, quienes no pueden
hacer frente a las exigencias de la globalización neoliberal,
presentes en la competencia de la producción textil de
India y China, cuyos productos son mucho más baratos.
Tal problemática pretende resolverse con ciertos acuerdos
comerciales sin precedentes entre Israel y EEUU, que obligarían
a la producción textil de Egipto a dar prioridad a estos
dos países sobre otros posibles importadores, como la
Unión Europea. Tal medida ha sembrado el descontento en
el país y en el sector, y la CPC ha sabido recoger el
clamor popular. Frente a esta situación de dependencia,
algunos de los integrantes de la CPC, como el abogado Mohammed
Okeil, han declarado abiertamente: "El gobierno no está
interesado en la gente. No se trata de un gobierno realmente
egipcio, ya que no es ni democrático ni representativo.
Es un gobierno que representa los intereses sionistas y de EEUU.
Sólo es válido para que continúe el sufrimiento
de egipcios, palestinos, iraquíes y árabes".
Es de señalar aquí
la próxima celebración (24-27 de marzo 2005) de
la tercera Conferencia de El Cairo, que se desarrollará
bajo el lema "Con la resistencia en Palestina e Iraq.
Contra la globalización, el imperialismo y el sionismo",
y que está promovida por algunas de las organizaciones
que conforman la CPC. Éste es otro factor que también
ayudaría a explicar la creciente intensidad de la represión
sobre las organizaciones críticas que se aglutinan en
la CPC. No es de extrañar, que el gobierno egipcio se
vea presionado de nuevo por EEUU e Israel, al amparo del reciente
acuerdo comercial, y con el fantasma de un supuesto programa
nuclear egipcio secreto esgrimido como herramienta de coacción,
para acallar todas las voces disidentes en el país; al
igual que está ocurriendo en Jordania con la represión
y amenaza de ilegalización de la Unión de Asociaciones
Profesionales, las organizaciones críticas y progresistas
árabes de oriente medio están adquiriendo una cierta
relevancia incluso en el plano internacional (precisamente al
amparo de esas exigencias de democracia cosmética impulsadas
desde el "Fórum del Porvenir"). Sus críticas
al imperialismo y la ocupación de Iraq y Palestina comienzan
a enlazar escandalosamente con otros movimientos antiglobalización
del mundo, y los gobiernos-títere locales (Egipto en este
caso) realizan una nueva ofensiva represiva para rebajar el nivel
de las protestas.

Fuentes:
Elaboración
propia, Middle East Times, Al Ahram Weekly y comunicados
de la CPC.
Nota de
CSCAweb:
[1] A fecha de la publicación
del presente texto, 18 de febrero, Ibrahim al-Sahari, tras ponerse
en huelga de hambre, fue liberado la pasada semana.
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