La persona con enfermedad mental

 

Las personas con enfermedad mental son aquellas personas que sufren ciertos trastornos mentales o emocionales (síndromes cerebrales orgánicos, esquizofrenia, trastornos depresivos y bipolares recurrentes así como trastornos de la personalidad) que pueden llegar a ser de larga duración, que erosionan o impiden el desarrollo de sus capacidades funcionales sobre tres o más aspectos primarios de la vida cotidiana (higiene personal y autocuidados, autonomía, relaciones interpersonales y sociales, aprendizaje y ocio) y que menoscaban o impiden el desarrollo de la propia autosuficiencia económica”. Goldman y cols (1981).

Una persona desarrolla una enfermedad mental por la confluencia de distintos factores. Por un lado existen los relativos a la persona y los relativos al ambiente. Los relativos a la persona hace referencia a la vulnerabilidad de la persona a padecerlo y por otro lado, existen una serie de estresores que se pueden dar en el ambiente de esta persona (como son acontecimiento vitales negativos para la persona, muerte de un familiar, cambio de residencia, dificultad para desenvolverse en casa...) El término de vulnerabilidad viene definido como una predisposición a desarrollar un conjunto de síntomas clínicos, dependiendo de las capacidades de afrontamiento de una persona ante situaciones de estrés.

Pueden existir una serie de alteraciones biológicas (genéticas, bioquímicas...), psicológicas o de carácter social que pueden ser eventualmente descompensadas por ciertos estresores psicosociales y sobre todo debido a unas deficitarias estrategias de afrontamiento de la persona para resolver las situaciones problemáticas: si le añadimos falta de red social, como consecuencia del aislamiento producido por la enfermedad, deficiencia en hh ss, en la capacidad de planificación de la persona…

El modelo de vulnerabilidad-estrés tiene las siguientes implicaciones:

  • Ningún factor aislado es necesario y suficiente para explicar el trastorno, es suficiente la interacción entre varios de ellos.
  • El curso de los trastornos psicológicos no tiene por qué ser tan deteriorante, depende de la interacción entre varios factores.
  • El tratamiento debe tener en consideración la participación de los distintos factores en el trastorno y por tanto debe ser multifactorial. Debería centrarse en los factores que disparan la vulnerabilidad para eliminarlos, (déficits en autocontrol, creación de redes sociales, asertividad emocional…) controlarlos o compensarlos y en el desarrollo de factores de protección, ambientales y personales.
  • La identificación de marcadores de vulnerabilidad permitiría la prevención primaria (aparición de primeros episodios) y terciaria (prevención de recaídas).

Las principales características de la enfermedad mental son:

  • Alteración en el control de la realidad y en la interacción social. (lo que conlleva problemas de aislamiento social y empeoramiento de sus habilidades sociales.
  • Deterioro de diferentes aspectos psicológicos y sociales de la vida de la persona. (Como la atención, concentración, higiene, red social) 
  • En algunos casos, ausencia de conciencia de enfermedad, con los problemas que conlleva para su tratamiento.

Dicho esto, los trastornos mentales más representativos dentro de los que se consideran enfermedad mental son los siguientes:

Trastornos del estado de ánimo o afectivos: Como su propio nombre indica son trastornos que afectan principalmente al estado emocional de la persona. Se incluyen el trastorno bipolar donde se alternan fases maníacas (humor exaltado, excitabilidad, irritabilidad, insomnio, grandilocuencia...etc.) y depresivas (desinterés, tristeza, apatía, perdida de apetito...etc.). También se incluyen los trastornos depresivos, que se caracterizan por la pérdida de la capacidad para disfrutar, tristeza, alteración del sueño, perdida de apetito y diferentes dificultades de concentración y atención.

Trastornos de ansiedad: Todos ellos tienen en común el que la persona manifiesta una ansiedad desproporcionada ante situaciones de la vida cotidiana. Esta ansiedad bloquea e incapacita a la persona para realizar las actividades de la vida diaria. El trastorno obsesivo-compulsivo es uno de los más representativos de esta categoría. 

Trastornos de personalidad: Son alteraciones del modo de ser propio del individuo, de su forma de vivir y de comportarse que se desvían de lo normalmente aceptable en su entorno. El trastorno paranoide de la personalidad, el trastorno esquizoide de la personalidad, y el trastorno límite de la personalidad son algunos de ellos.

Trastornos mentales orgánicos: Son una serie de alteraciones que tienen un denominador común, están producidas por una alteración orgánica demostrable que afecta directa o indirectamente a determinadas funciones cerebrales. Por ejemplo, algunos tipos de demencias.

Trastornos psicóticos: Están caracterizados por una ruptura en la percepción de la realidad que bien puede producirse de forma brusca o de forma insidiosa afectando a las capacidades y habilidades psicosociales de la persona y distorsionando su propia identidad. Algunos de estos trastornos son: Esquizofrenias, Trastorno Esquizoafectivo, Trastorno delirante y Trastorno Psicótico breve.

 

 

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