Quienes somos
La Asociación de Familiares de personas con Enfermedad Mental (AFEM) se inicia en 1994 con la finalidad de mejorar la calidad de vida y el bienestar de las personas con enfermedad mental y de sus familias.
Nuestra asociación atiende a más de 150 personas, más de 60 familias, muchas de ellas de nuestra localidad pero también de Parla y Pinto. En ella, se realizan actividades de ocio, de caráctar ocupacional, y se ofrecen espacios de relación con personas con dificultades similares con las que poder compartir inquietudes y establecer redes de ayuda mutua.
También, la programación de viajes de “Respiro familiar”, así como el acompañamiento terapéutico ofrecido a las personas en riesgo de exclusión social que están fuera de la red de recursos de salud mental e incluso desarraigados de su entorno comunitario, completan nuestra oferta de servicios. La lucha contra el estigma asociado a las personas con enfermedad mental y la defensa de sus derechos y reivindicaciones, constituye una de nuestras más importantes líneas de actuación. En unión con FEAFES (Confederación Española de Agrupaciones de Familiares y Enfermos Mentales), UMASAM (Unión Madrileña de Asociaciones de Personas Pro Salud Mental), el Foro de la Discapacidad de Getafe y con la Mesa contra el estigma “Participa y Comprende” de Getafe realizamos actuaciones en pro de estos objetivos.
Desde la Asociación entendemos que actualmente, en la mayoría de los casos, la familia constituye el principal recurso de cuidado y soporte comunitario de las personas con enfermedad mental grave y duradera (más del 80% de las personas diagnosticadas con una enfermedad mental conviven con su familia).
Es por ello que éstas deben ser apoyadas y cuidadas para además afrontar los problemas derivados de la convivencia. Por tanto, los fines que busca la asociación son: por un lado, satisfacer las necesidades de información, orientación y apoyo de los familiares de personas con enfermedad mental, y por otro lado, facilitar la inclusión y autonomía de las personas afectadas, mejorando la calidad de vida del colectivo e interviniendo con las necesidades desatendidas desde los servicios públicos.
La atención a las personas con enfermedad mental ha ido cambiando a lo largo de los años. Desde los años 80 en nuestro país se entiende que las personas con enfermedad mental tienen derecho a vivir en comunidad, abandonando las instituciones psiquiátricas.
Es en esta realidad cuando las familias se ven sobrecargadas e incapaces de atender a sus familiares. Es aquí donde surge en muchos lugares de España el movimiento asociativo, con la intención de representar y reivindicar los intereses de este colectivo.
Una de las aportaciones del movimiento fue la gran influencia que tuvo en la creación y desarrollo de los Centros de Salud Mental y, particularmente, de los recursos públicos de atención social a personas con enfermedad mental grave y duradera.
Es en este momento cuando se empieza a entender que la recuperación y la intervención con las personas con enfermedad mental debe contemplar no solo el tratamiento farmacológico, sino también la asistencia psicológica y la rehabilitación psicosocial.*