Martes 29 de agosto de 2023
Una gran ola de mujeres dispuestas a decir basta han denunciado públicamente episodios de violencia sexual de los que han sido víctima en diferentes entornos y han abierto un nuevo ’Cuéntalo’.
MADRID 28/08/2023 MARÍA MARTÍNEZ COLLADO Público
Nuestra sociedad lo ha vuelto a hacer. Ha vuelto a colocar a España a la cabeza de la lucha contra el machismo. Con sus mensajes de apoyo a la mundialista Jenni Hermoso, tras el beso sin consentimiento que le propinó Luis Rubiales, buena parte del país ha dejado clara su tolerancia cero contra la violencia sexual. Ahora, con sus testimonios cientos de mujeres han dicho Se acabó. Prueba de que el MeToo del fútbol femenino es ya imparable.
Primero, la agresión y, luego, la actitud y el discurso del presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) han traído a la memoria de muchas antiguos abusos que sufrieron.
Una gran ola de mujeres dispuestas a decir basta han denunciado episodios que describen desde comentarios sobre su cuerpo o sus pechos, roces en las piernas y agarrones de culo en el transporte público, hasta tocamientos de genitales y agresiones sexuales. Algunas incluso han acusado con nombres y apellidos a su agresor a fin de exigir justicia.
Más de un centenar de personas participan en una manifestación en apoyo a las jugadoras de la selección española de fútbol, y en concreto de Jenni Hermoso, en Madrid. EFE/ Mariscal
Un mensaje que, tal y como ha explicado a Público Cristina Fallarás, va más allá de contar la violencia que, en sus diferentes formas, viven en su día a día las mujeres por el hecho de serlo. Un mensaje que refleja una declaración de intenciones, "su triunfo frente a los agresores". "Escriben desde el poder, desde la potencia, desde el ’yo puedo decir se acabó’. Te lo cuentan no como víctima, sino como alguien que ha decidido poner fin a esa realidad", ha expresado la periodista y escritora.
Han tenido que transcurrir décadas de lucha feminista para que las mujeres no solo hablaran, sino que fueran escuchadas. Décadas de revolución para que si una mujer contaba que había sufrido algún tipo de vejación no se la tachara de exagerada. En 2017, con la primera sentencia de ’la manada’, todavía se cuestionaba si una mujer que estaba siendo agredida por cinco hombres en un portal se sentía intimidada o no, fundamental entonces para determinar si lo que sufrió fue abuso o violación.
Ahora, la ley del solo sí es sí ha logrado situar el consentimiento en el centro de la cuestión. Un hito que se alcanzó tras decenas de movilizaciones sociales como el Cuéntalo, un aluvión de testimonios de mujeres que se atrevieron a denunciar públicamente la violencia sexual de los que habían sido víctimas, y que recuerda la avalancha de testimonios que han inundado las redes sociales en la última semana.
Del ’Cuéntalo’ al ’Se acabó’
Este movimiento, precisamente, comenzó con un artículo que escribió en este medio la directora, Virginia Pérez Alonso, donde narraba unos tocamientos, una agresión, que sufrió por parte de un grupo de chicos en su adolescencia.
"Yo conté cómo, sin haberme hecho nada aparentemente tan grave, me sentía sucia. Con ese texto que escribí cuando ocurrió el juicio de ’la manada’, quería hacerle saber a la víctima que a partir de ese momento no estaba sola. Todas hemos estado ahí, todas sabemos de qué hablamos", señala Pérez Alonso.
La pieza fue compartida por Fallarás en sus redes sociales bajo el lema Cuéntalo y, a partir de ahí, las experiencias de millones de mujeres víctimas del machismo salieron a la luz.
"Las mujeres contaron agresiones sexuales que habían vivido para crear una memoria colectiva, para que entre todas creáramos una memoria de lo que estaba sucediendo y de lo que había sucedido, y nadie pudiera decirnos ’Eso no ha pasado’ o ’Eso es mentira’", expresa Fallarás.
La escritora pone de relieve e insiste en ese giro de tuerca, que para ella es clave e ilustra la continuación, el avance, de las conquistas feministas: en el Cuéntalo quien estaba en el centro era el agresor, con el Se acabó quien está en el centro es la mujer como campeona, fortalecida. Es decir, gracias al feminismo se ha logrado consolidar un ambiente mayoritario de no impunidad que antes no existía.
Una opinión que comparte la Comisión 8M. "Nosotras creemos que es positivo que desde el minuto uno la reacción social, tras ser testigos del beso no consentido a Hermoso, fuese tan grande. Que esto ya no se normalice por parte de mujeres y hombres. Es positivo porque esto materializa los esfuerzos del movimiento feminista", ha afirmado Arantxa López, portavoz de la coordinadora.
Sin embargo, ese cuestionamiento por parte de la Federación de Fútbol y de algunas personas que culpabilizan y señalan a la víctima, "no deja de hacer mucho ruido mediático", advierte López: "Que no pueda disfrutar de su éxito como campeona del mundo, que ella tenga que declarar y pronunciarse, también forma parte de la cultura de hostigamiento contra las mujeres, de la cultura de la violación".
Por todos esos aspectos que todavía quedan por transformar, la Comisión convocó una gran manifestación este lunes en la plaza de Callao (Madrid), que se sumó a las tantas que han tenido lugar el pasado fin de semana en otros lugares del Estado. Mientras tanto, desde fuera de España, más de 60 peticiones en Change.org y más de 100.000 firmas han exigido medidas contundentes en el caso Rubiales. Un suceso que ha sido ampliamente cubierto por grandes medios internacionales como BBC o The Guardian, entre otros.
Con Rubiales ya suspendido temporalmente por la FIFA e investigado por la Fiscalía por un posible delito de agresión sexual, incontables personas han manifestado su apoyo y solidaridad con las 23 jugadoras de la Roja, muchas otras han salido a las calles para reclamar una depuración de responsabilidades dentro de la RFEF, que vaya más allá del presidente, así como para decir "no" a la violencia sexual y la discriminación en todos los ámbitos.
El reclamo general es que abandonen su puesto de responsabilidad todos aquellos que han expresado connivencia, aplaudido a Rubiales durante el discurso de la vergüenza o callado ante la violencia que las jugadoras llevan padeciendo años.
En este sentido, la incorporación de los hombres a las reivindicaciones, de los jóvenes, aparte de las jóvenes, es "importantísimo", sostiene Fallarás. "En el ’MeToo’ y en el ’Cuéntalo’ se respondió: ’Not all men’. Con el ’Se acabó’, algunos hombres reconocen que han podido cometer agresiones. Si nos ha pasado a todas, todos lo han visto. Ahora ya saben que el silencio y el aplauso son cómplices", razona. Fallarás recuerda también el silencio de la mayoría los futbolistas, que, a su juicio, es síntoma del terreno que todavía queda por disputar.