Utopía // 1ro de mayo de 2006

Idearios

Bolívar y el Socialismo

El año pasado, cuando el presidente Chávez levantó la bandera del socialismo, grande fue la revuelta que se armó. Por un lado, los oportunistas se reunían a pensar cómo podrían reacomodar sus intereses a esta «nueva idea»; por el otro, el pueblo y los movimientos revolucionarios entraban en un debate profundo para definir los rasgos característicos del socialismo del siglo 21 y el rumbo de la revolución bolivariana.

Uno de los debates que más ha hecho confundir a las bases populares, es el de «bolivarianismo o socialismo, lo nuestro o lo de afuera, Venezuela o la fracasada URSS», separando así los valores patrióticos de la idea científica liberadora expuesta por Carlos Marx, bajo el pretexto de que este último no tiene nada que ver con nuestra cultura. Este chantaje debe ser desnudado, y desde acá un pequeño aporte.

Si Bolívar hubiese nacido en 1883 en vez de 1783 y se hubiese cumplido la promesa de Neruda (Bolívar despierta cada 100 años cuando despiertan los pueblos), lo más seguro es que su causa hubiese triunfado en el siglo XX afincada en las teorías marxistas, al igual que Lenin lo hizo en 1917. Esta causa bolivariana, la de los pueblos contra el capitalismo, hijo del mercantilismo aquél que enfrentó a Bolívar; esta causa por la abolición de la esclavitud y la instauración de un gobierno de justicia que diera a sus ciudadanos la mayor suma de felicidad posible... ¿Acaso no es socialismo?, ¿acaso esta idea no pudo haber derrotado las ambiciones de la nueva oligarquía, que nació con la independencia de nuestras naciones? (Páez, Santander, entre otros máximos representantes de la traición).

Sin embargo, de no haber sido estudiado a fondo por Marx el sistema capitalista, no hubiese surgido la propuesta del socialismo como hoy la conocemos. Bolívar nació en un tiempo donde la teoría revolucionaria sobre los procesos sociales y estructuras económicas eran aún insuficientes. Sin embargo, la empresa del libertador es un gran aporte para la comprensión y la ratificación práctica del marxismo como puente científico entre el sistema capitalista y el socialismo.

En primer lugar, citaremos los primeros fracasos teóricos del libertador en la conquista de la segunda república. Con el famoso decreto de guerra a muerte «españoles y canarios contad con la muerte aunque sean inocentes, venezolanos contad con la vida aunque sean culpables» Bolívar trataba de dividir al ejército español, sin contar con que éste recibía la ayuda incondicional de los venezolanos para su perpetuación en el poder. Bolívar creía que estaba ante una batalla de nacionalidades y a pesar de que logró tomar el poder por poco tiempo, un caudillo español entendió, para sus propios intereses, que la historia de la humanidad es la lucha de clases; entonces les habló a los llaneros, a los presos, a los esclavos para hacer una insurrección contra «los blancos criollos» liderados por Bolívar. Fue Bóves el caudillo que le propinó contundentes derrotas militares y políticas al libertador.

Al reflexionar Bolívar sobre la causa de sus constantes derrotas, entendió que debía luchar también por devolverle los derechos a los esclavos, a los llaneros, entonces se llenó profundamente de la experiencia libertadora de Haití, de donde obtuvo recursos económicos y militares para la guerra de independencia. Se internó en los llanos, conoció la pobreza y cambió su estrategia para siempre. Ya no se trataba sólo de liberar a los americanos del yugo español, sino también de fundar repúblicas donde reinara la justicia y la libertad para todos los ciudadanos. Así Bolívar se ponía al frente de un ejército clasista revolucionario y triunfó en la batalla de Boyacá y luego en Carabobo. Entendiendo el escenario de la lucha de clases (basamento del marxismo), fue como nació el nuevo carácter de la revolución continental y libertó a Ecuador, triunfó en Junín, Sucre hizo lo mismo en Ayacucho para culminar la liberación de Perú y el alto Perú (hoy Bolivia) e inclusive se confrontó con Santander.

Y a pesar de que la práctica de Bolívar ratifica las teorías marxistas, cuando concluyó la primera etapa de los triunfos revolucionarios y se vio en la necesidad de construir ese régimen de gobierno que le daría la mayor suma de felicidad posible a nuestros pueblos, el «Inventamos o erramos» fue la gran oportunidad para que los traidores no le dieran más oportunidad de errar y fue así como se derrumbó el proyecto de Bolívar.

El libertador, que fue formado por un socialista utópico como Simón Rodríguez, fue también un socialista empírico. Su legado es y debe ser ejemplo de nuestro pueblo; en nada el ideario bolivariano fue nacionalista, en nada se contrapone al socialismo ni a su estado planificador y popular, por lo tanto no es antagónico a las teorías marxistas.

Detectemos las posiciones contrarrevolucionarias a lo interno de nuestro proceso y trabajemos duro para la construcción que nos espera con los labios preparados y dispuestos para entonar el ¡Viva el ideario de Bolívar! ¡Viva el marxismo!


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