Corriente Marxista Bolivariana // 21 de mayo de 2005

Hacia la construcción del socialismo en Venezuela

Ahora la Lucha es a lo Interno del Proceso

Hasta el 31 de octubre de 2004, podemos decir que las dos fuerzas que se debatían políticamente en Venezuela, eran el chavismo y el antichavismo. Habiendo superado esto, con la derrota evidente de la oposición en el referéndum de agosto de 2004 y en las elecciones regionales, comenzó la disputa a lo interno del proceso, esto es, entre las diversas corrientes ideológicas que apoyan y están dentro del Gobierno Bolivariano.

La aparatosa estructura del Estado venezolano ha venido reformándose bajo los lineamientos políticos directos del presidente; pero a su vez, es el lugar donde se alojan todas las tendencias políticas afectas al gobierno y donde se manifiestan sus tremendas contradicciones. Funciona como una especie de maraña viva que bien filtra o distorsiona, o con suerte encarrila, las políticas de la Revolución Bolivariana. Las propuestas del mismo Chávez se ven en ocasiones saboteadas por las instituciones del Estado.

Chávez ha infiltrado el Estado burgués con la intención de producir cambios desde adentro, mientras la organización popular se prepara para entrar en una fase revolucionaria más definida. Sin embargo, la actitud del presidente hasta cierto punto conciliadora ha permitido que los sectores más derechistas del chavismo utilicen su figura a su conveniencia y comiencen a asegurarse su cuota de poder dentro de la nueva burocracia institucional, para pasar a conformar una nueva burguesía nacional... exactamente iguales a las de la cuarta república.

Es por esto que, siguiendo este esquema de reproducción del mismo aparato estatal, no se ha conseguido el tránsito necesario para el crear el espacio verdadero de poder popular. Prueba de ello es comprobar que, a pesar de los esfuerzos por promover la democracia participativa, la burocracia del Estado no ha cambiado.

Diferencias ideológicas y sectarias dividen igualmente al movimiento popular que viene actuando de manera dispersa en favor de la construcción del poder popular, directamente desde las bases. Estas organizaciones, que generalmente no cuentan con suficientes recursos, ni con apoyo directo del Estado y en muchos casos, ni siquiera tienen una estructura orgánica, son las que están llevando las ideas al debate acerca de la sociedad que queremos construir y las críticas al gobierno. En otras palabras, están haciendo más efectiva la participación y el ejercicio del poder popular.

El pueblo venezolano, se da cuenta de la dispersión, del sectarismo y de la burocratización, pero un sentimiento de lealtad y de respeto histórico hacia el presidente les hacen callar las críticas al proceso.

Por otro lado, existen otras organizaciones, como el MVR, que antes de consolidarse bajo una postura ideológica clara y un programa político definido, se dedican a escalar posiciones en el gobierno y se burocratizan. Muchos cuadros políticos se pierden al insertarse en el sistema y son absorbidos por las estructuras del Estado. El MVR, en su afán de crecimiento y posicionamiento electoral, no ha logrado formar cuadros revolucionarios ni mucho menos integrar al pueblo bajo un programa revolucionario. Al no definirse, admite en su seno activistas de los sesgos políticos más antagónicos.

Algunas de las contradicciones ideológicas habitan también en el gobierno y se manifiestan con mucha claridad en los intentos por transformar el modelo económico de la nación. Con la bandera del cooperativismo y del desarrollo endógeno, se sigue reproduciendo el modelo capitalista, aunque se le impriman ciertos valores sociales.

El modelo de economía endógena, ha sido hasta ahora sólo una versión de capitalismo nacionalista que intenta diversificar la producción y hacer participar más a los productores desde sus pequeños ámbitos de acción. Pero la economía nacional sigue descansando en la monoproducción.

En las cooperativas, que son como empresas pequeñitas, los trabajadores-socios no han dejado de ser sujetos subordinados al capital, aunque pasen a ser dueños capitalistas de sus medios de producción y planteen fines más sociales que los de antes.

Hasta tanto el “desarrollo endógeno” o desarrollo del parque industrial nacional, no sobrepase la dependencia a la exportación, no podremos hablar de una transformación económica sustancial.

Chávez ha comenzado a hablar de Socialismo abriendo así un debate que debemos asumir responsablemente las organizaciones para generar el tipo de socialismo que aspira alcanzar: Construir una visión Latinoamericana de Socialismo. Esta orientación abre las puertas para atacar frontalmente la matriz de opinión anticomunista que ha sido sembrada en el pueblo. Por ahora, hablamos de una Revolución Democrática en Venezuela, ya que se llevan a cabo tres grandes líneas de acción por parte del gobierno:

La Reforma Agraria

La Industrialización del Petróleo

El Control de la Banca Nacional

En líneas generales, el carácter de la Revolución Bolivariana queda a su vez definido por los planteamientos del Antiimperialismo, el Poder Popular, la Revolución en la Revolución, la Unidad Latinoamericana y ahora del Socialismo. Ahora bien, todas estas son direcciones claras de actuación dentro del proceso, pero sólo la última nos revela el objetivo estratégico de la Revolución.

Profundización de la Revolución Democrática y construcción de la transición al Socialismo

Después de caracterizar el momento político en que nos encontramos y ante la amenaza latente del magnicidio, estamos en el momento preciso para que las organizaciones revolucionarias, que hacen día a día el trabajo fundamental de la revolución, se conozcan, sumen sus fuerzas y comiencen a controlar los espacios de debate para construir el qué hacer, sin caer en el chantaje de que nuestra revolución está asediada y por eso no hay que criticarla.

Es el tiempo de consolidar la Unidad hacia la creación del partido único de la revolución. La labor es pues, generar un plan de acción conjunto interno y una propuesta de socialismo para el país.

Debemos impulsar la Revolución Cultural , impedir el adormecimiento del pueblo, en el sentido de no dejar que mengüe su condición clasista, ya que es el factor que permitirá su acción revolucionaria. Para lograrlo, debemos ser las organizaciones desde abajo quienes asumamos el discurso de la no reconciliación de clases que el gobierno, en su falta de cohesión y dirección, está promoviendo.

Luchamos por el Socialismo porque es el medio para llegar a la sociedad sin clases . El socialismo nos llevará a erradicar la opresión del Estado burgués, que está hecho para explotar la naturaleza y el hombre y tiene grandes aparatos de reproducción ideológica con burocracia tecnificada.

Aprovecharnos de la permeabilidad actual del aparato del Estado, para abrir boquetes por donde el Pueblo tome por asalto el Poder y lo haga suyo. Debemos desnudar las instituciones del gobierno, y utilizar los espacios para el ensayo del ejercicio del poder.

Debemos comenzar a perfilar la Revolución Económica, profundizar el crecimiento industrial del país y planificar la economía socialista.

CON EL PODER POPULAR PROFUNDICEMOS LA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA

Y AVANCEMOS HACIA EL SOCIALISMO CIENTÍFICO

(JPEG)

Subscríbete en Diario Utopía

Lista de correos donde recibirás información diaria. Sólo tienes que colocar tu correo electrónico y presionar la tecla Enter.

Visitas: