Utopía // 25 de marzo de 2005

Secretariado Nacional

Guía de Trabajo Político y Organizativo de los Militantes

Nuestra organización se define como una organización revolucionaria de cuadros, selecta y secreta.

Cuando decimos revolucionaria, estamos afirmando que es una organización que lucha contra el sistema capitalista, por su destrucción y por la implantación del Socialismo como etapa de transición al Comunismo.

Dada nuestra tarea, debemos estar bien claros en que el sistema se defenderá de nosotros con todos sus mecanismos represivos, que van desde las policías hasta las leyes y los medios de comunicación. Por este motivo, somos en esencia una organización conspirativa, ya que conspiramos contra la burguesía, contra sus leyes, contra el imperialista, contra la alienación.

El carácter selecto del partido: A nuestra organización no se incorpora quien quiere sino quien, es seleccionado dentro de los aspirantes a ingresar. Este mecanismo controla la infiltración y la seriedad de la militancia. Sin esta característica seríamos muy vulnerables, no solamente a la infiltración, sino al entrismo, al burocratismo, a las tendencias, a la fuga de información, a la indisciplina, entre otros.

El carácter secreto de la organización: Este tiene que ver con el carácter conspirativo de la organización. En ella se practica la compartimentación de información: Cada quien debe saber estrictamente lo que necesita saber, no se debe preguntar más de lo necesario.

Los principales objetivos de la conspiración son, por un lado, que los golpes que se le den a la burguesía sean sorpresivos y por tanto de mayor gravedad, y por otro, la conservación de nuestras fuerzas. Por ejemplo, si vamos a sacar un documento de una denuncia o a convocar una movilización, no todos tienen que saber dónde se va a reproducir, ya que aumentarían las probabilidades de vernos golpeados por el enemigo antes de cumplir la tarea. El carácter de secreto nunca debe ser usado para privar a compañeros de informaciones inherentes a sus funciones. En este sentido, todas las discusiones de asuntos estratégicos de la organización tienen carácter colectivo, no secreto.

El Centralismo Democrático en nuestro partido: Esta condición tiene que ver con la subordinación de la minoría a la voluntad de la mayoría y de la subordinación de los organismos inferiores a los organismos superiores equivalentes del partido.

Por lo antes definido, nuestra organización está integrada por compañeros que deben profesionalizarse en las labores de la revolución. El militante jamás debe abandonar una tarea al no saber cómo hacerla. Su labor en este caso, es investigar, practicar y, finalmente, conquistarla. Este carácter profesional de nuestros miembros es lo que nos hace una organización de cuadros. Somos pocos, pero cada uno de nosotros solos debe ser capaz de construir la organización desde cero, lo que involucra, entre otras cosas, dirigir una célula, dirigir y construir un frente de masa, saber explicar qué somos y en qué creemos y convencer e incorporar a otras personas a la organización.

Es necesario recordar que la lucha de clases se libra en tres terrenos, el político, el ideológico y el económico. Luego, la burguesía tiene un proyecto económico, un proyecto político y un proyecto ideológico, con los cuales trata de ser hegemónica frente a las otras clases oprimidas. Por lo tanto, los revolucionarios debemos construir un programa político, un programa ideológico y un programa económico que sea capaz de disputarle la hegemonía a la burguesía y posteriormente derrotarla, a través de la combinación estratégica de todas las formas de lucha. Esto lo debemos hacer en cada terreno donde nos encontremos construyendo y luchando.

Si bien es cierto que somos militantes en formación (y que siempre estaremos en formación) y no alcanzamos el nivel de cuadros, existen tareas inherentes a nuestra condición de militante de una organización revolucionaria que debemos realizar para la conquista del Socialismo y su etapa superior.

Estas tareas las dividimos en cuatro áreas:

En lo político:

1. Fomentar la unidad entre los revolucionarios y en el seno del Pueblo: La revolución la hace el Pueblo, no una vanguardia. Es común que el sectarismo de las organizaciones revolucionarias divida al Pueblo. Por este motivo, nuestro trabajo debe ser profundamente educativo, para así evitar la división. Debemos ser flexibles con la táctica y rígidos con la estrategia.

2. Desenmascarar y dividir a la derecha, en cualquiera de sus expresiones y ubicaciones: La derecha no siempre se viste de partido reaccionario. En muchas organizaciones, con fraseología revolucionaria y con discursos radicales, se esconden posturas reaccionarias. Estas deben ser confrontadas siempre. Aquí hay que aplicar la máxima de Nicolás Maquiavelo, "Divide y vencerás", por lo que se deben hallar las contradicciones entre los grupos de derechas y fomentarlas para que se produzcan divisiones en lsu interior. Hay que actuar con la cabeza fría y el corazón caliente.

3. Hacer uso constante y consecuente de la crítica revolucionaria: Nadie debe estar exento de la crítica revolucionaria. Todos debemos practicar a tiempo y sin dudas la crítica, la autocrítica, la transformación y la unidad. Con ellas podremos luchar contra el burocratismo, el oportunismo, el reformismo y el aventurerismo revolucionario, desviaciones estas que suelen esconderse en el seno del Pueblo y del movimiento revolucionario. Se debe ser crítico y la crítica debe ser colectiva para que todos sepan cuáles son los errores, cómo se cometieron y cómo corregirlos.

4. Construir y fomentar los ejercicios de fuerza del Pueblo: Sin duda alguna para derrotar a la burguesía se necesita mucha fuerza y esto no se logrará sin estructuras organizativas de acumulación de fuerza del Pueblo que articulen a todos los actores sociales. Sin embargo, no sólo se trata de la toma del poder, lo más complicado es la sustentación de la revolución; ejercitar el poder de la manera correcta. Para esto no basta la teoría, es necesario crear una cultura del ejercicio del poder y desarrollar experiencia. La construcción de semillas de Poder popular es vital para la toma del poder y para la sustentación de la revolución. Para realizar esta construcción se deben hacer los programas de lucha de cada sector social.

5. Agitar permanentemente: El militante debe ser motor de las iniciativas en el seno del Pueblo. Para esto es necesario que prepare el discurso, que estudie la coyuntura y sepa dar respuesta a todas las interrogantes que se planteen en el seno del Pueblo. El militante debe inyectarle sentimiento, calor, pasión a la lucha. El Pueblo no se mueve con un discurso frío y rebuscado, alejado de la realidad y abstracto. Por este motivo, todo cuadro debe conocer bien la idiosincrasia del sector social donde trabaja, sus normas sociales, sus códigos, valores y miedos. Debe ser profundamente educativo y humilde en el mensaje, así como respetuoso de las prácticas sociales.

En lo Organizativo:

1. Profundizar el desarrollo de la cultura organizativa en el seno del Pueblo: Como hemos dicho, la revolución la hacen los pueblos y para esto necesitamos al pueblo organizado, pues es él quien, desde todos los rincones, destruirá la vieja sociedad burguesa e irá construyendo la nueva sociedad socialista. No se trata de que el Pueblo, como una gran ola, tome el Poder y luego, al bajar la marea, el poder le quede a una vanguardia. Por más clara que ésta esté, sin Pueblo no hay posibilidad de sustentar la revolución pues, una sociedad socialista no funciona como tal sólo por la voluntad de la dirección, sino además por la madurez del Pueblo para tal fin. Por supuesto, habiendo aún residuos de la burguesía, debe existir el Estado para garantizar el nuevo orden establecido, pero esto no quiere decir que la revolución se estanque y mucho menos en manos del Estado.

2. Trabajar para el crecimiento de la organización y del movimiento comunista: Para la toma del poder necesitamos ser cada vez más y mejores, no solamente nosotros como organización, sino todo el movimiento comunista en su conjunto. Por este motivo, es necesario que profundicemos la discusión en el seno del Pueblo y entre otras organizaciones, que creemos muchos espacios para discusión y acción, y que estos sirvan para el avance del movimiento comunista.

3. Trabajar en la creación de los frentes de lucha sociales: Como el partido es una organización de cuadros, tenemos que crear los movimientos de masas que serán los actores fundamentales de la revolución. El papel de los cuadros en estos movimientos debe ser de agitación, orientación, formación, temple y unidad. Ser vanguardia no se decreta, se construye, por lo que jamás debemos imponernos como líderes de un movimiento, el liderazgo en el pueblo se gana y debe ser legítimo, sino es efímero.

4. Conocer Plenamente la Organización: Cada cuadro debe conocer plenamente la Declaración de Principios, Los Estatutos, el programa de lucha y la forma de funcionamiento de la organización, nuestras resoluciones y documentos, nuestras alianzas y nuestros adversarios, etc. No debemos olvidar que estos materiales recogen las experiencias acumuladas de nuestra organización y representan sus saltos cualitativos. Si los desconocemos cometeremos los mismos errores una y otra vez.

5. Asumir todas las tareas que establezca la organización: El partido, a través de sus diferentes organismos, establece políticas estratégicas, tácticas y tareas para acumular fuerza y cualificarla. Vender el periódico y otros documentos de la organización (lo que implica conocerlos, entender su contenido y debatir con el Pueblo su contenido), asistir y convocar a todas las actividades públicas del partido, entre otras.

En lo Ideológico:

1. Construir y fortalecer espacios de debate permanente entre los revolucionarios: Para lograr la unidad de criterios y posteriormente, la unidad organizativa, es necesario que existan espacios donde se encuentren los revolucionarios, donde debatan las tácticas y estrategias del movimiento revolucionario. Sin estos espacios de encuentro y de unificación, hablar de unidad es una abstracción (Ej: Foros, conversatorios, intercambios teóricos, talleres, etc.)

2. Fomentar en el Pueblo el estudio de la teoría revolucionaria: Lenin decía con mucha razón en el ¿Qué Hacer? "Sin teoría revolucionaria, tampoco puede haber movimiento revolucionario". Este pensamiento explica por sí mismo la necesidad de formación. Para lograr esta tarea se necesita producir materiales teóricos, lo que implica escribir (o seleccionar escritos), reproducirlos, distribuirlos, fomentar su lectura y discutirlos.

3. Impulsar medios de comunicación revolucionarios, con práctica revolucionaria: Podemos tener mucha información, ser los más lúcidos, tener un discurso avasallante y tener planes mejor diseñados que el enemigo, pero sin medios de comunicación masivos con el Pueblo, las probabilidades de éxito son muy pocas. Si nuestra comunicación es pobre (un periódico de corto tiraje y panfletario, por ejemplo) también será pobre nuestra incidencia.

4. Profundizar el estudio y producción de la teoría revolucionaria: Una de las grandes desviaciones que se producen en los movimientos revolucionarios es el manualismo y el dogmatismo. El manualismo es la pretensión de manejar la teoría revolucionaria con la lectura de unos cuantos manuales de seudorrevolucionarios. Esta tendencia deriva en el dogmatismo, ya que anula la capacidad de profundizar en el análisis marxista de los hechos y da las mismas respuestas a situaciones diversas. Por este motivo, es necesario que los dirigentes de vanguardia profundicen el estudio de la teoría revolucionaria y sean capaces de adaptarlas a nuestra realidad. Este aporte es vital para la construcción del socialismo.

En lo Económico:

1. Construir mecanismos autónomos de sustentación económica de nuestra organización y del movimiento revolucionario: Sin autonomía financiera no podemos tener autonomía política. El socialismo no está a la vuelta de la esquina, por lo que nuestra estrategia y construcción deben ser a largo plazo. Esta construcción requiere de recursos estables y seguros en el tiempo, proporcionales al crecimiento de nuestra organización y de los movimientos en donde participamos.

2. Conseguir recursos logísticos para la organización y la lucha: Muchas veces nuestros compañeros están en espacios donde pueden facilitar muchos recursos de cualquier tipo, y se desgastan en cumplir las tareas burocráticas sin recordar que el resto de la organización carece de estos recursos (Por ejemplo: imprimir una carta, recibir un fax, fomentar vínculos entre la dirección del partido y funcionarios del estado, etc.). Se olvidan rápidamente de la condición en que se encontraban antes de trabajar con recursos. Esta es la primera muestra del burocratismo. Contra esto hay que luchar.

3. Manejar los recursos con criterio de escasez: También ocurre que compañeros reciben recursos que han sido adquiridos con mucha dificultad por la organización y sin criterios rigurosos, los gastan en necesidades secundarias. Esto también es un síntoma del burocratismo, pues olvidan cuánto trabajo cuesta obtener cada moneda que usamos.

Esta Guía no es un material acabado, pues es producto de las experiencias hasta ahora acumuladas por la organización. Sin embargo, aquí se plasman las tareas de cada militante, las que debe desarrollar en el lugar donde se encuentre.

Es así como, al leer este texto, cada compañero debe verse reflejado y contextualizarlo en su frontera de construcción y de lucha.

Sírvase pues para la amplia discusión, corrección y aporte en cada célula de la organización.

Secretariado Nacional de Utopía

Secretaría de Formación


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