Utopía // 20 de noviembre de 2004

Asesinato de el Fiscal Danilo Anderson

Muere el Estado de Derecho, Nace la Justicia Popular

Han asesinado a Danilo Anderson, Fiscal que llevaba prácticamente todos los casos contra los golpistas y sus asesinos. No solamente han matado a Danilo, han matado a la única esperanza de justicia que depositaba el Pueblo en nuestro Estado de Derecho burgués. El Fiscal Danilo era el último reducto de esperanza que nos quedaba en el sistema de justicia venezolano, luego de aquella inefable sentencia que transformaba a los golpistas en hombres “preñados de buena voluntad”.

Anderson era el punto a favor contra la impunidad. Contra la impunidad del sabotaje petrolero, de los más de 120 campesinos asesinados por los terratenientes, del Golpe de Estado de 2002, de la Guarimba, de las explosiones en las embajadas, del cierre de VTV, de los muertos de Los Próceres, de la Plaza Altamira, del asalto a la Embajada Cubana, de las miles de horas de ofensas y mentiras que han dicho los medios de comunicación de la derecha, de los intentos de asesinato al Presidente, etc, etc, etc.

El asesinato de Anderson era absolutamente predecible. Era él (en representación del interés y la necesidad del pueblo) contra la derecha y contra, léase bien, el sistema de justicia venezolano. Era él contra los miles de Magistrados Arriechi que están en el TSJ, era él contra la Fiscalía, era él contra todos los procedimientos que impiden una justicia imparcial, era él contra todos los reglamentos de la IV República que siguen intactos, era él contra los sectores del Gobierno que claman por negociar con la derecha, era él contra los medios de comunicación, en definitiva, era él contra el Estado de Derecho Burgués (el que construyeron en la IV República y que sigue intacto salvo por algunos retoques) y contra la derecha fuera y dentro del Gobierno.

Ya es tiempo de comprender que una revolución significa, entre otras cosas, reparto equitativo de las riquezas, y para que los pobres reciban más, los ricos deben recibir menos. Por lo tanto, una Revolución no es para todos, una Revolución es para los Pobres y en contra de todas las herramientas que tienen los ricos para dominar, y una de las herramientas más poderosa es el sistema de justicia.

En una revolución no se puede jugar a la democracia con los que no son demócratas. Los que hicieron un golpe de estado no pueden gozar de los derechos que consagra la democracia. La democracia es para el Pueblo. Para los enemigos del Pueblo sólo represión.

Terrible sería que pensáramos que este es un hecho puntual que involucra a un sector de la derecha y a Danilo Anderson. No. Este hecho es la consecuencia de un sistema judicial ineficiente para los propósitos de la Revolución y muy acorde a los intereses de la Burguesía.

Al que se ponga como sustituto de Anderson corre el mismo riesgo, y aún concluyendo su trabajo, después de meses de procedimientos y saboteos, los tribunales dirían “los acusados lo hicieron preñados de buena voluntad”.

Lo que se manifestará con este hecho será, nuevamente, las dos posiciones ideológicas que se confrontan a lo interno de la Revolución; la primera que viene hablando de borrón y cuanta nueva, de reconciliación nacional, de oportunidad a la burguesía, de Revolución para todos, de mejorar las relaciones con el Imperialismo, y los que venimos hablando de profundización de la revolución, de revolución dentro de la revolución, de resistencia global contra el imperialismo, de represión contra la burguesía y de cero negociación ni pacto con la derecha.

Veremos como un sector del Gobierno insiste en que este hecho es producto de un reducido sector de la oposición y que el resto de la misma ha decidido optar por las vías democráticas, que debe imponerse la cordura y la calma, y el “Estado de derecho” (burgués) debe ser el encargado de enjuiciar. Bla, Bla, Bla. Mientras tanto, ellos destrozan el país y nuestras vidas y nosotros ponemos a los presos, como lo fueron los defensores del Puente Llaguno y ahora los compañeros que participaron en el derrumbe de la Estatua de Colón (porque dice el Gobierno que atentaron contra el “patrimonio Cultural”).

Si queremos que cese la impunidad en nuestro país, debemos destruir el sistema de justicia actual y sustituirlo por un nuevo sistema de justicia popular, con nuevos valores, nuevos procedimientos, nuevas decisiones, nuevas jurisprudencias. Si no construimos este sistema de justicia, seguiremos entrampados en el actual, reinará la impunidad y estaremos siempre sometidos a la real posibilidad de que nos suceda en Venezuela lo que le sucedió al hermano Pueblo colombiano con Gaitán. Reflexionemos y actuemos antes que sea demasiado tarde.

Mientras tanto, sólo nos queda mandarles nuestro más sincero sentimiento de condolencia a la familia de Danilo Anderson y especialmente a sus padres, quienes formaron para el Pueblo un hombre tan valiente y entregado como lo fue.

Danilo, Camarada, tu muerte será vengada.

Utopía

Secretariado Nacional

Nota: Los dejamos con un poema de Nicolás Guillén.

Burgueses:

No me dan pena los burgueses vencidos y cuando pienso que van a darme pena, aprieto bien los dientes y cierro bien mis ojos, pienso en mis largos días sin zapatos ni rosas, pienso en mis largos días sin sombrero ni nubes, pienso en mis largos días sin camisa ni sueños, pienso en mis largos días con mi piel prohibida, pienso en mis largos días.

No pase por favor esto es un club, la nómina está llena, no hay pieza en el hotel, el señor ha salido, se busca una muchacha, fraude en las elecciones gran baile para ciegos, callo el premio mayor en Santa Clara, tómbola para huérfanos, el caballero está en Paris, la señora Marquesa no recibe, en fin, que todo lo recuerdo y como todo lo recuerdo, ¿Qué carajo me pide usted que haga?, además, pregúnteles, estoy seguro de que también, recuerdan ellos.


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