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  nº 40 noviembre 03

La deconstrucción del estado de bienestar en Europa

DEMETRIO PATOCHO
El 2 de octubre, el parlamento español aprobaba por unanimidad la renovación, por otros cinco años, del Pacto de Toledo o acuerdo sobre las pensiones, preparando su futura reforma. Conviene recordar que los expertos ya habían previsto el colapso del sistema de pensiones para los años 1977, 1985 y 1995 (curiosamente, coincidiendo cada vez con planes gubernamentales de reforma de dicho sistema), y en esta ocasión, prevén el colapso para el 2020, por lo que es necesaria una reforma en la que “algunas medidas requerirán sacrificios”.

El discurso es el mismo que el de todas las instancias oficiales europeas: para garantizar la viabilidad futura del sistema, por un lado, hay que recurrir a los sistemas privados de pensiones; y por otro, tendrán que trabajar más personas y más tiempo, lo que implica una prolongación de la vida laboral y un aumento de los años de cotización para cobrar la jubilación – o una reducción de ésta-.

Pero es en otros países de Europa donde el zarpazo neoliberal contra los restos del estado de bienestar es más evidente. En Italia, los sindicatos mayoritarios CGIL, CISL y UIL, y la USI-AIT, así como sindicatos de base, convocaron el 24 de octubre una huelga general de cuatro horas contra el plan gubernamental de retrasar la jubilación a partir del 2008. Dicho paro sería el inicio de una campaña mucho más amplia (que incluiría una huelga general de 24 horas en diciembre). El seguimiento de la huelga fue masivo en la función pública y el transporte, y más desigual en el sector privado. El mismo día, en una docena de ciudades unos 1,5 millones de italianos se manifestaron contra la reforma.

El plan gubernamental, aprobado el 3 de octubre, y rechazado por un 58% de la población, supone retrasar la edad de jubilación hasta los 65 años, o haber cotizado durante 40 años (antes 35 años) para tener derecho a la pensión. Igualmente, busca prolongar la vida laboral de los trabajadores con más de 60 años. Esta reforma, denunciada por la USI-AIT como la punta de lanza de un ataque que golpeará a más de diez millones de trabajadores, se produce, como señala, en el marco de “la tentativa de recortar nuevamente los derechos de los trabajadores, y en particular el arma de la huelga (ya hoy fuertemente limitada), impidiendo a los sindicatos considerados “no representativos” la declaración de huelgas generales nacionales de todas las categorías. Si es obvio que con esta movida quieren golpear particularmente a los Sindicatos de Base y sus movilizaciones, sea contra la guerra, sea contra la política gubernativa o patronal, es también obvio que se va a eliminar un derecho de libertad. Basta pensar en la reciente “Ley Delega” (Biagi) sobre el trabajo con sus mil formas de extendida precariedad y explotación (sin ningún derecho a la tutela sindical) y sobre la desaparición de los convenios nacionales.”

Pero es en Alemania donde la deconstrucción del estado de bienestar es más obvia. El 17 de octubre iniciaba su largo recorrido parlamentario un paquete de reformas sobre el derecho al subsidio de desempleo, que incluía durisímos recortes. Estos atacan especialmente a los parados de larga duración, ya que les obligan a aceptar casi cualquier oferta de empleo que se les presente. El 19 de octubre, el gobierno anunciaba una serie de recortes en las prestaciones para las pensionistas: congelación de las jubilaciones a partir de 2004, que pasan a cobrarse a fin de mes; se introduce un impuesto sobre las pensiones; se reduce la cantidad destinada a financiar el fondo para el pago de las jubilaciones; y los pensionistas pasan a pagar íntegramente el seguro de dependencia (para la asistencia en caso de impedimento por ancianidad). Estas medidas fueron denunciadas por algunos sindicatos, organizaciones sociales y de jubilados, como el fin del estado de bienestar en Alemania. A estas duras reformas, en octubre, se les había anticipado la reforma del sistema de sanidad, por el que el ciudadano pasa a pagar parte de los servicios médicos.

Para analizar lo que hay detrás de las reformas y su discurso técnico, presentamos la tercera y ultima parte de nuestra monografía sobre las pensiones:

>>El problema político de la reforma de las pensiones

>>Los inmigrantes como elementos necesarios del estado asistencial del primer mundo
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