Alcaldes de “yo me lo guiso, yo me lo VOTO”

Pelayos de la Presa. Alcalde Herminio Cercas Hernández.

La Comisión de Cuentas municipal tramitó un “expediente de saldos iniciales a 1 de enero de 2014, de derechos procedentes de ejercicios cerrados mediante rectificación negativa en 92.208,15 euros, conforme a las partidas y ejercicios presupuestarios afectados” que, básicamente, supone que una relación de deudores con el Ayuntamiento pierden esa condición al dar por inviable el cobro de las cantidades adeudadas, renunciando definitivamente el Ayuntamiento a su recaudación.

En esa relación figuran las siguientes empresas en las que el Alcalde ha ocupado diferentes cargos en el consejo de administración:

 BENSA, por un importe de 14.138,47 €, por diversos impuestos desde 1991 a 2005.
 Constructora SERRAMAR con 3.146,61 €, por diversos impuestos de 1993 a 2005.
 PAINTBALL PELAYOS, con 2.938,55 €, por diversos impuestos de 1993 a 2002.

Estas sociedades (junto con otras) saltaron a la prensa en 1998, concretamente en el ABC del 30 de agosto, cuando tras la moción de censura en el Ayuntamiento se destapa un importante agujero en la contabilidad municipal, por las deudas acumuladas de un listado de empresas vinculadas a cargos municipales.

Transcurridos más de 15 años, el Concejal que denunciaba en el ABC esta situación (Rubén Darío Rodríguez) y el Alcalde, Herminio Cercas, con cargos en esas empresas morosas, votaron en Pleno municipal la anulación definitiva de esas deudas.

ABC 30/8/1998

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Navahondilla. Alcalde Jesús García Castrejón.

El Alcalde de este municipio de 327 habitantes, recién estrenado su cargo votó en el Pleno de noviembre de 2011 su dedicación exclusiva (por “la complejidad del Ayuntamiento”) suponiendo a las arcas municipales la cantidad de 31.485 €, entre salario y cuotas de la Seguridad Social.

Cuando ha entrado en vigor la Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local, que impide a los municipios con menos de 1.000 habitantes que tengan cargos con dedicación exclusiva, el Alcalde ha votado su reducción de jornada, pasando a un 75% pero sin la reducción de sueldo proporcional, lo que en realidad equivale a una subida salarial de un 25%. De no haber votado a favor de sus intereses económicos, no hubiera contado con los votos suficientes y no hubiera prosperado su “peculiar” forma de cumplir la ley.

Resulta significativo que a cada vecino de Navahondilla le cueste su alcalde 92,60 € al año por una jornada reducida del 75%, frente a los 0,90€ que le cuesta a cada vecino de Ávila su Alcalde, y con jornada completa!.