En Venezuela comienzan las presidenciales
Javier Romero Gurich, Plataforma Bolivariana de Madrid. 31 de mayo de 2012

Datos revisados el 5 de junio de 2012

 

Este año hay en Venezuela una doble cita electoral: elecciones presidenciales el 7 de octubre y elecciones regionales para el 16 de diciembre. Las elecciones presidenciales se realizan cada seis años y las regionales cada cuatro y, puesto que las anteriores tuvieron lugar, respectivamente, los años 2006 y 2008 cumplen mandato en 2012 el presidente de la República, los gobernadores de los estados, alcaldes metropolitanos y alcaldes municipales, así como los integrantes de los consejos legislativos estadales y los concejales metropolitanos.

Tradicionalmente las elecciones presidenciales siempre habían sido convocadas el mes de diciembre pero, este año, el Consejo Nacional Electoral las adelantó octubre para que sus resultados no incidan sobre las regionales. De esta forma ambos procesos electorales van a desarrollarse de forma independiente y con diferentes plazos, a excepción de la convocatoria electoral, que para ambos se realizó el 29-3-2012, y el plazo para la inscripción en el Registro electoral, que fue cerrado en los dos casos el 15-4-2012, de todas las personas venezolanas o residentes extranjeros (tienen voto en la regionales) que vayan a tener cumplidos 18 años el 16 de diciembre.

A partir de aquí los plazos son diferentes: Para las presidenciales, la postulación de candidatos será entre el 1 y el 11 de junio y la campaña electoral se desarrollará entre 1 de julio y el 4 de octubre. Para las regionales, podrán postularse candidatos entre el 1 de agosto y el 11 de octubre y la campaña electoral tendrá lugar del 20 de octubre al 13 de diciembre.

En este artículo nos vamos a centrar en las presidenciales, dejando para otro posterior la información sobre las regionales.

Empecemos por decir que en Venezuela pueden ser candidato a la presidencia de la República (jefatura del Estado) cualquier ciudadano o ciudadana que cumpla con los requisitos constitucionales (art. 227) de "ser venezolano o venezolana por nacimiento, no poseer otra nacionalidad, ser mayor de treinta años, de estado seglar y no estar sometido o sometida a condena mediante sentencia definitivamente firme…" además de cumplir con el resto de los requisitos constitucionales y los establecidos en la Ley Orgánica de Procesos Electorales (Lopre), donde se establece que los candidatos a la presidencia de la República serán postulados por los partidos políticos o alianza de partidos políticos, por los grupos (agrupaciones) de electores y también, podrá postularse de forma individual cualquier persona siempre que sea respaldada con las firmas del 5 por 100 del electorado. Las postulaciones se pueden hacer telemáticamente, a través del Sistema Automatizado de Postulación (SAP), alojado en el sitio web del Consejo Nacional Electoral.

Salvo excepciones, los partidos políticos del país van a presentarse bajo la figura de la alianza, definida en la Lopre como la unión de dos o más organizaciones que presenten idénticas postulaciones; estas alianzas se agrupan en torno al Presidente Chávez, por un lado, y el candidato de la oposición, en principio Capriles Radonski, por el otro.

Capriles, actual gobernador del estado Miranda fue alcalde de Baruta y, por tanto, jefe de la policía que actuó pasivamente cuando se intentó el asalto a la Embajada de Cuba, durante el golpe de estado del 2002. Es miembro fundador del partido Primero Justicia y fue elegido candidato de la oposición en las elecciones primarias que realizaron en febrero pasado.

La oposición aliada en torno a la Mesa de Unidad Democrática (MUD) para apoyar a Capriles, como alternativa de los descontentos con el Proceso Bolivariano, la formarían los partidos Un Nuevo Tiempo (UNTC), oficialmente demócrata progresista, escisión zuliana de AD que en las últimas elecciones legislativas se convirtió en la primera fuerza nacional de oposición, con el 8,8% del total de votos; Primero Justicia (PJ), oficialmente liberal, segunda fuerza política de la oposición y tercera del país, con el 8,6% del total de los votos; Acción Democrática (AD), partido socialdemócrata fundado en 1941, de cuyas filas salieron cinco de los ocho presidentes de la IV República, que hoy sólo representa al 8,1% de los votantes; COPEI, que ahora se denomina Partido Popular COPEI, socialcristiano fundado en 1946, que proporcionó tres presidentes a la IV República y que hoy sólo cuenta con el 5,1% de apoyo a nivel nacional. Completarían la alianza unos 25 partidos más de muy diverso signo y cuyo único único nexo de unión es su antichavismo. En su conjunto, la MUD obtuvo en las últimas legislativas el 47,7% de los sufragios, es decir, 2,2 puntos más de los que, por sí solo, consiguió el PSUV.

En cuanto a la alianza que apoya al presidente Chávez, el Gran Polo Patriótico (GPP), está formada por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), inspirado en el socialismo bolivariano, que procede de la unión del Movimiento V República con otros partidos menores, que en las últimas legislativas alcanzó el 45,5% del total de votos; el Partido Comunista de Venezuela (PCV), marxista-leninista, el más antiguo del país, fundado en 1931, que alcanzó el 1,4% de los votos en las últimas legislativas; además de partidos testimoniales con implantación en determinados sectores o ámbitos geográficos, pero sin peso a nivel nacional, como la Unidad Popular Venezolana (UPV), que formó parte del PSUV pero se escindió; el Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), escisión en los años 60' de AD; los Independientes por la Comunidad Nacional (IPCN) y el Movimiento Tupamaro (MRT). La Alianza Patriótica, antecesora del GPP, obtuvo el 48,8% de los votos en las últimas elecciones legislativas.

Otro partido con relativa fuerza, Patria Para Todos (PPT) que hace unos años apoyaba el Proceso Bolivariano, no integrará ninguna de estas alianzas, pero en el momento de escribir esta nota no sabemos si presentará candidato propio o si, desde fuera, apoyaría a cualquiera de los dos candidatos, como es el caso de Nuevo Camino Revolucionario y, posiblemente, de Vanguardia Bicentenaria Revolucionaria, Corrientes Revolucionarias de Venezuela y Podemos, partido este último escisión del MAS, que integró el bloque bolivariano hasta el referéndum de Reforma Constitucional (2007), consulta en la que propugnó no a la reforma, y posteriormente concurrió como oposición en las regionales de 2008 y las legislativas de 2010.

De todas formas, los datos que suministramos sobre la fuerza de cada partido son sólo orientativos, pues el comportamiento del electorado suele ser diferente según se traten de elecciones regionales, legislativas o presidenciales y Venezuela no es una excepción; en las presidenciales las opciones se reducen en la práctica a dos, tres como máximo durante la IV República, pues el voto se polariza: En las elecciones presidenciales de 2006 postularon a la presidencia 16 personas, Chávez obtuvo el 62,8% de los votos y Manuel Rosales el 36,9%, quedando el 0,3% restante para el conjunto de los otros 14 candidatos. En las presidenciales de 2000, Chávez obtuvo el 59,8% frente 37,5% de Arias Cárdenas, quedando el tercer candidato con el 2,7%. En las de 1998 Chávez obtuvo el 62,5%, su opositor Salas Römer el 31,5% y el resto de los otros nueve candidatos el 6%.

Aun siendo ésta la cuarta vez en la que el Presidente Chávez se someterá a la voluntad popular en trece años (quinta, si contamos el referendo revocatorio), si comparamos los resultados electorales anteriores con la media de la intención de voto publicada por cinco agencias especializadas, no podemos apreciar un desgaste importante del Presidente, mientras que el candidato de de la MUD no arranca en los sondeos de opinión. Las últimas encuestas publicadas predicen los siguientes resultados en porcentaje (la primera cifra corresponde a Chávez y la segunda a Capriles): GIS-XXI 57-21; Hinterlaces 52-34; IVAD 57-27; Datanalisis 44-31; Consultores21 46-45. La media de éstas es 51-32, es decir, por cada 100 votos para Capriles recibiría Chávez 162 votos, habiendo sido esta proporción con respecto a su inmediato oponente de 170, 159 y 198 en los comicios de 2006, 2000 y 1998, respectivamente. El punto oscuro es que, de la media de estas encuestas, los votantes que no responden o dicen estar indecisos son el 17 por 100.

A pesar de haber ganado las primarias con el 62% de los votos, según los datos oficiales y a pesar de la imagen maquillada de progresismo lulista que pretende vender, la intención de voto hacia Capriles Radonski no parece superior a los apoyos que en su día obtuvieron Salas Römer, Arias Cárdenas o Rosales. De ahí el desasosiego en la MUD; los rumores que incluso publica El Nacional, agresivo periódico antichavista, sobre movimientos en el seno de la alianza para defenestrar a Capriles; el ruido en relación a un posible desconocimiento de las elecciones, si las ganara el Presidente Chávez; las maniobras desestabilizadoras que vienen siendo detectadas por los servicios de información del Estado y diversos analistas políticos… El "hay que salir de Chávez" ya ensayó si éxito el golpe de estado, el cierre patronal, el sabotaje petrolero, la revocación presidencial. Ahora, los servicios de desestabilización internacionales, las multinacionales mediáticas del capital y la oligarquía criolla están poniendo a punto, nuevamente, la maquinaria para librar una nueva guerra de cuarta generación, fomentando la inseguridad pública, el desabastecimiento y la división interna en el aparato del PSUV, entre otros factores, para hacer crecer el descontento popular y reducir así la reacción de la ciudadanía ante un posible no reconocimiento de los resultados del 7 de octubre y la consiguiente toma de posición de la llamada comunidad internacional contra el "régimen de Chávez".

Ni los apolillados políticos de la IV República ni los jóvenes reaccionarios maquillados de lulismo son enemigos a considerar del Proceso Bolivariano. El peligro real viene de la mano del descontento popular o del exceso de confianza, pues ambos generan abstención y ésta es la única que puede dar el triunfo a la derecha, como ocurrió en las elecciones regionales de 2008, cuando se apoderó de varias zonas populares, entre ellas el municipio Sucre. La ciudadanía venezolana a la que el Proceso Bolivariano ha empoderado y hecho dueña de sus destinos, y quienes desde fuera lo apoyamos, debemos permanecer alertas ante la intoxicación mediática y los montajes desestabilizadores, combatiéndolos de forma radical, pues en las elecciones de diciembre no sólo se está jugando el futuro del pueblo venezolano, sino el de los pueblos de toda América en su batalla por la soberanía,  la recuperación de su identidad, el desarrollo armónico, sostenible y solidario, la justicia social y la defensa de su dignidad.


Fuentes: Consejo Nacional Electoral, Agencia Venezolana de Noticias, Noticias24, El Nacional y la documentación enlazada en el texto del artículo.