Por Mari Luz Torrontegui
Para quienes creemos que las utopías son posibles, y que gracias a ellas llegaremos a un mundo mejor, el II congreso de software libre de Málaga, ha sido una caricia al corazón de las utopías. Desde el punto de vista de las mujeres, un paso adelante, que como siempre nos cuesta trabajo, y que en este caso ha supuesto unos cuantos granitos de arena de los que terminaran conformando una playa. Así con el género en un mundo de tecnología e informática, dominado por los hombres como ya sabemos, y donde hablar de la mitad de la población mundial discriminada todavía produce rechazo en muchas personas del sector.
Que contradicción, estamos hablando de un contexto de software libre, que se supone basado en la libertad y el intercambio de conocimientos, en escapar de los monopolios comerciales y en desarrollar sistemas que contribuyan a facilitarnos el trabajo con ordenadores sin pagar ni un €. Es una idea trasgresora, revolucionaria, barata y al alcance de quien la quiera aprovechar. Pero hasta este congreso, donde se ha hablado mucho de la parte social del software libre, no se ha empezado a ver en reunión de las muchas partes de esta comunidad, que también están las mujeres, las discapacidades, los países subdesarrollados, justo a quienes más benefician estos proyectos porque especialmente los pueden aprovechar, y si no, ¿a quien se dirigen? ¿a programadores o ingenieros informáticos con una cierta conciencia... de elite? La frase de Alesandra Bocchetti, viene a cuento al decir "el malestar, la falta de respeto, la miseria simbólica, cuando no material, las dificultades vitales concretas de más de la mitad de la población, empobrece a todos y es una amenaza para la misma democracia". (Fempress especial, 1999. http://www.fempress.cl)
Desgraciadamente seguimos viviendo en un mundo en el que cuando se habla de mujeres, género y no decir de feminismo, muchos y muchas se levantan, pero también hay mesas sobre género y desarrollo sostenible con software libre, y se oyen voces que en la misma comunidad se autoanalizan y dan cuenta de a quienes no se están dirigiendo, caso de Till Adam en la mesa de desarrollo sostenible.
Sin embargo, ha sido importante el espacio dedicado por la organización al género y software libre, el análisis que aportó Montse Boix demuestra que es la mejor especialista en este campo en España, el resto de la mesa, mujeres de distintos países con grandes experiencias en el campo del software, no aportaron nada a la causa de las mujeres, no se sentían discriminadas o se sentían víctimas; una pena que se desaprovechara un espacio tan interesante, sobretodo teniendo en cuenta que en España tenemos excelentes teóricas de la sociedad de la información y su impacto en las mujeres, como Remedios Zafra o Cecilia Castaño, quienes a pesar de que no estar cerca del software libre, seguro que hubiesen dado un importante aporte desde el punto de vista de género, colocando a España en este aspecto también, en un lugar ya reconocido a nivel internacional como puntero en materia de software libre.
Málaga, 23 de febrero 2006
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