Intervención realizada el 12 de Octubre del 2001
Ier Congreso Nacional sobre Violencia contra la Mujer
Gijón 11, 12, y 13 de octubre 2001
Quisiera plantear mi intervención desde diferentes ángulos todos ellos fruto de mi experiencia cotidiana: desde la mirada de profesional desde el trabajo en un medio de comunicación, y además un medio público - Televisión Española-, como investigadora en comunicación y nuevas tecnologías por la experiencia de las redes en Internet - Mujeres en Red (http://www.nodo50.org/mujeresred, desde la militancia del feminismo y como periodista comprometida que reivindica la mirada con perspectiva de género en los medios de comunicación.
Así, en mi intervención, voy a incluir elementos surgidos a partir de las diferentes experiencias que, en todo caso, desembocan en el planteamiento de la necesidad de una mirada crítica a los medios de comunicación sobre el tratamiento a la violencia de género que en estos momentos están dando pero al mismo tiempo, en la responsabilidad que tenemos desde la sociedad civil y desde el feminismo de incidir activamente en la evolución y el cambio necesario de estos medios -que son menos ajenos de lo que habitualmente consideramos- como parte esencial de la estrategia para la erradicación de la violencia contra la mujer.
Un antes y un después de Ana Orantes
Me remito al caso de Ana Orantes, diciembre de 1997. Ana Orantes dio testimonio de la situación de malos tratos que estaba sufriendo en un programa de la televisión andaluza... cuando regresó a su casa, su marido le roció con gasolina y la quemó viva en venganza de sus declaraciones. Aunque Ana había denunciando ante el juez que era víctima de malos tratos, éste había determinado el derecho del marido a continuar viviendo en la misma casa. Cuando Ana Orantes fue asesinada, los medios de comunicación reaccionaron ampliamente en la información del caso.
Desde hacía muchos años el movimiento feminista venía subrayando los problemas de violencia contra las mujeres y en España voces como la de Ana María Pérez del Campo fueron pioneras en la denuncia. Así en el 97, se había hecho ya un importante trabajo para concienciar a los medios de comunicación del problema y Ángeles Álvarez, feminista y autora de una de las guías para mujeres maltratadas más completa que se ha elaborado en España, recuerda a menudo, recopilando esa historia del feminismo y la lucha contra la violencia de género todavía por escribir, las campañas desarrolladas en torno al problema desde los grupos de mujeres que eran testigos sobre el terreno del día a día de la violencia de género en los centros de acogida. La muerte de Ana Orantes a finales del 97 hace que el problema de la violencia doméstica tanto tiempo denunciando y con poco eco pase a ocupar las primeras páginas de los grandes periódicos y ocupe las portadas de los medios.
¿Cuál es la situación en la actualidad?
Si midiéramos de manera cuantitativa la presencia del tema “violencia contra la mujer” en los medios de comunicación sin duda la primera reacción sería la de considerar que existe una sensible mejoría. Sin embargo, un análisis cualitativo, de contenidos, nos lleva a mantener una posición más crítica.
En estos momentos sin duda los medios de comunicación reflejan un mayor número de casos de violencia contra la mujer, si antes la muerte de una mujer maltratada era simplemente una nota más de la sección “sucesos” ahora el caso suele ir comentado y subrayado con referencias al problema social de las agresiones contra las mujeres, pero la tendencia es a potenciar cada vez más, el dramatismo y el victimismo... se subraya la historia personal dando escaso margen a la información de expertos que podrían junto al caso individual tratado dar información positiva de avance, de salidas con el objetivo de que quienes estén viendo el reportaje y se encuentren en similares situaciones se animen a denunciar y a salir de su problema.
Las asociaciones de mujeres que trabajan en temas de violencia de genero estiman que en estos momentos efectivamente aparecen más casos en los medios, especialmente en televisión, pero que ellas son requeridas en muchas menos ocasiones... prácticamente toda la atención se centra en la víctima y la casuística personal en torno a ella. Estamos en el momento del mercado de testimonios y víctimas.
Y todo ello tiene una referencia clara: LA SOCIEDAD DEL ESPECTÁCULO. Estamos inmersas en la sociedad del espectáculo y los medios no solo no escapan a ello sino que lo potencian. El tema de violencia contra la mujer es sin duda un elemento recurrente para ello.
Por otro lado incluso en relación al dato positivo de que en estos momentos se habla más de malos tratos no podemos obviar que el tratamiento que reciba esta información es esencial también para poder calibrar la reacción del espectador de la noticia. Mostrar muchas situaciones de violencia de género sin un planteamiento estratégico puede provocar incluso el efecto contrario: una mayor insensibilidad al problema... ¿quién se conmueve ya ante las imágenes de niños y niñas que mueren en el mundo, ante las imágenes devastadoras de las numerosas guerras que día a día nos muestran en los telediarios???
La clave es abrir el foco, dar entrada en los testimonios a las mujeres que están trabajando en casas de acogida, dar entrada a las mujeres que han logrado salir de esto.
Los medios de comunicación: responsabilidad social
Los medios de comunicación tienen una importante responsabilidad social en este problema, se trata de un problema de derechos humanos y al igual que los medios asumen la defensa de otros pilares de la sociedad como la defensa de la Constitución o el Estado de Derecho, deben hacerse cargo también del problema de violencia contra la mujer.
Se calcula que una mujer victima de malos tratos puede tardar entre 5 y 7 años en enfrentarse a la víctima... miedo, culpabilidad, ausencia de vías de salida de la situación de tortura. Andrés Montero, Presidente de la Sociedad Española de Psicología de la Violencia que ha estado trabajando en el Síndrome de Estocolmo aplicado a la violencia contra la mujer propone en alguno de sus textos el concepto de “derecho a la ingerencia” desde la sociedad, desde el exterior del círculo íntimo de la víctima. Evitar, responder a los malos tratos contra la mujer es una responsabilidad social y los medios de comunicación tienen mucho que asumir en ello.
El agresor debe ser percibido como un delincuente y en ello los medios de comunicación tenemos importante responsabilidad también.
La información sobre terrorismo requiere un tratamiento especial en los medios. Es fundamental la presión política sobre los responsables de los medios de comunicación para que mantengan la misma militancia contra la violencia de género que tienen contra el terrorismo.
Desde las asociaciones que trabajan en violencia es fundamental potenciar la interrelación con los periodistas. Deben crearse espacios mixtos con profesionales del periodismo que permitan la reflexión sobre el tratamiento que se está dando a esta información, que permita la autocrítica y que abra paso a la formación de periodistas con el apoyo de equipos técnicos y de los grupos de mujeres que están trabajando y que tienen experiencia en las cuestiones de malos tratos.
En este sentido, relacionado con los espacios mixtos es de subrayar el espacio que hemos logrado crear en Internet con la lista de intercambio de información sobre violencia utilizando el correo electrónico: Mujeres en Red-Violencia (http://www.nodo50.org/mujeresred/vi...) en la que participan en estos momentos abogadas, psicólogas, víctimas de malos tratos, agentes de igualdad, feministas simplemente interesadas en el problemas, también algún periodista aunque pocos, es verdad... que viven en diferentes puntos de España y América Latina.
Existe ya una especie de “libro de estilo”, de buenas prácticas para le tratamiento de la violencia de género en los medios de comunicación, editado por el Instituto de la Mujer de Andalucía, en estos momentos el libro está agotado. Hay que facilitar y compartir con los y las periodistas la formación y reflexión en este terreno.
No podemos olvidar la reivindicación para que en la Universidad, en las facultades de periodismo se investigue sobre el tema y al igual que se preparan periodistas y se dan clases de periodismo económico y jurídico, por ejemplo.
Y qué decir del lenguaje? No podemos limitarnos a plantear que hemos mejorado en el tratamiento de las noticias de violencia contra la mujer en los servicios informativos cuando numerosos programas en televisión utilizan un lenguaje absolutamente degradante hacia la mujer.
Los y las periodistas tenemos que empezar a trabajar en el concepto de “autorregulación”, principios inspiradores sobre como deberían tratarse algunas noticias.
¿Cuándo se informa sobre el comienzo de alguna campaña contra malos tratos... es fundamental incluir imágenes de víctimas en negativo?
Hemos avanzado en avanzado en preservar el derecho de intimidad de la víctima cuando ésta se convierte en sujeto informativo.
Pero todavía las informaciones están rodeadas de datos y entrevistas superfluas e inútiles... la vecina que dice “parecía que el tipo eran normal”... “nadie podría esperar este desenlace”...
Resulta interesante el papel de los Consejos Audiovisuales. En España, el Consejo Audiovisual de Catalunya hizo un estudio a raíz de las muertes de los niños en Soria sobre el tratamiento de las catástrofes de este tipo en televisión con interesantes recomendaciones. ¿Por qué no potenciar un estudio similar con la violencia de género?
Resulta por otro lado imprescindible la creación de un Observatorio de Medios sobre violencia de género que trabaje e investigue sobre estas cuestiones que todavía hoy prácticamente casi nadie se plantea.
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