"Con las revoluciones árabes caerán las bases políticas, sociales e ideológicas que han permitido la islamización masiva de esos países, y para las mujeres será un modo de liberación"
PACO CERDÁ
Sus abuelos nacieron en Pinedo, cerca de Valencia, y la pobreza les hizo emigrar a Argelia. Ahora, Wassayla Tamzali (Argelia, 1941) es una referencia dentro del feminismo. Lideró durante dos décadas el área de derechos de las mujeres de la Unesco. Acaba de estar en España para presenta su nuevo libro, “El burka como excusa”, publicado por la editorial Saga, en el que teoriza sobre el uso del velo islámico. En su opinión, no representa el retorno a la tradición sino que es una construcción ideológica falsa.
–Sostiene que el burka ni es musulmán, ni es símbolo religioso ni es elemento tradicional.
–No. El uso del velo que esconde a la mujer es una costumbre muy anterior al islam. Además, está circunscrita a una región geográfica concreta: Afganistán, Arabia Saudí, el Golfo Pérsico… Y en contra de lo que algunos sostienen, el velo no es un retorno a la tradición, eso es una construcción ideológica falsa. En mi país, Argelia, las mujeres se ponen ahora un tipo de velo que nunca habíamos visto. Por tanto, es una ruptura con la tradición, es una ideología contemporánea que responde a cuestiones sobre el presente, y no sobre el pasado.
–¿Y qué persigue?
–En primer lugar, tiene una vertiente de búsqueda de identidad, y en Europa, esa búsqueda es la consecuencia del fracaso de la política de acogida de la población inmigrante. En segundo lugar, sin duda, es la consecuencia de una organización política que quiere afirmar la presencia musulmana y del islam en Europa y en sus propios países contra la modernidad y la laicidad de costumbres. Puede ser que también haya una parte pequeña de gente que usa el velo como marca religiosa y espiritual. Pero es muy minoritaria.
–El libro dice que es un acto “terrorista” ponerle velo a la mujer…
–Sí, es una especie de terrorismo psicológico o un ataque contra las mujeres y contra sus derechos y libertades. Pues la gente debe hacerse una pregunta: ¿Por qué el velo y por qué sobre la mujer? En eso hay un objeto político que comprende un objetivo cultural sobre la moral sexual. En definitiva, busca la opresión de la mujer.
–¿Y por qué apoya su prohibición en Europa?
–Porque el burka es una ofensa a la civilización, ya que deshumaniza a la mujer, atenta contra el mundo moderno y contra el combate por la libertad y la igualdad de las mujeres. También es una provocación peligrosa que ha tenido efectos negativos: ahora ya se acepta el velo.
–Por eso usted carga contra los políticos de todos los colores.
–Los políticos han hecho de esta cuestión un tema electoralista y eso es inaceptable. La derecha europea está en contra del burka como reflejo de su islamofobia, mientras que la izquierda no quiere mostrar su rechazo para que no se la califique de racista o se la identifique como contraria al mundo árabe o musulmán. Pero hay una cosa clara que la izquierda debería reivindicar: en Europa, los derechos de las mujeres se han ganado contra la religión. Y el movimiento feminista magrebí debe ganar sus derechos también contra la religión. Porque feminismo y religión son incompatibles.
–Hay quien apoya el respeto a la libertad individual de las mujeres que quieren llevar velo.
–No es libertad, no. Una mujer puede aceptar llevar libremente el velo. Pero eso no es un signo de libertad. Te pongo un paralelismo. Yo puedo elegir libremente casarme como cuarta esposa de un hombre en Argelia. Eso quiere decir que acepto la poligamia, pero no que la poligamia sea signo de libertad. Es una elección o un consentimiento.
–¿Las revoluciones árabes en curso acabarán con el velo?
–Sí. Caerán todas las bases políticas, sociales e ideológicas que han permitido la islamización masiva de esos países. Si los militares dejan su sitio a la democracia, el islamismo fracasará. Y para las mujeres, será un modo de liberación.
–¿Qué siente cuando ve en Europa a una mujer con velo?
–Me da pena, porque el velo es mi historia. Y verlo cubriendo a una mujer en España o Francia tiene algo de “extranjero”, de ajeno, de pintoresco. Eso me duele mucho.
–¿Cuál es hoy la piedra de toque de la lucha feminista?
–Sigue siendo la misma de siempre: la búsqueda de libertad y conseguir la igualdad jurídica de las mujeres.
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