04 Nov '08 -Un poema de María Medrano

6:30
llegás a constitución a las 7
a ezeiza a las 8.
te parás detrás de la barrera
hasta que te dejen entrar
atravesás el camino que llega a la ventanita
hacés la cola, esperás a que te atiendan,
te atienden entregás carnet y dni
das su nombre –buscan fichan y te dan 3 números–
te hacen esperar otra hora más detrás de la puerta de rejas
te abren
entrás al pañol esperás de nuevo
te llaman por el numerito amarillo
vaciás tus bolsas te revisan cosa por cosa
pinchan
abren
sacan
rompen
nada relleno nada metal nada vidrio
pasan todo a bolsa
te sacan ropa azul gris negra
dejás “valores” después te dan otro cartoncito: “valores”

te hacés otra cola, otra espera, vas a requisa
te levantás el sweater
te levantás la remera
el corpiño
te das vuelta
te levantás del cuello la ropa
te tocan el cuello –el pelo
te das vuelta te desabrochás el botón
te bajás el cierre
te bajás los pantalones
te bajás la bombacha
te das vuelta te agachás –te enderezás
te subís los pantalones la bombacha
te sacás los zapatos
te revisan los zapatos
te tocan los pies te sacás las medias
te ponés las medias
te revisan los bolsillos.
finalmente te dan un cartoncito: “requisado”

te acomodás la ropa
agarrás tus bolsas
te acercás a la otra puerta de rejas
agarrás el “requisado” y esperás a que el milico te abra
te abre, pasás a los tumbos cargada de bolsas

nunca se termina de entrar –pensás–
y entrás

te caminás esa cuadra enlomada
–y pensás que el cielo está demasiado bajo en Buenos Aires–
te parás frente a esa puerta de hierro macizo
y la pateás, porque ya no te quedan manos con que golpear
te abren, entregás el “requisado”
entrás

subís una escalerita caracol así de angosta
1 piso
esperás a que te abran la puerta de hierro
la llave que la abre es enorme
caminás, te parás en la puerta donde te piden su nombre
anotan
pasás buscás rápido una mesa
mirás si están Aldo y Mari
después llegan ellas.

el tiempo se te pasa demasiado rápido
y querés decir lo que no tiene palabra

llaman pabellón por pabellón
te da escalofrío el sonido de esas voces llamando
y el conglomerado de toda esa gente que se abraza...
ellas se van pabellón por pabellón, y te quedás ahí 1 hora
hasta que termina el recuento interno, recién ahí te podés ir
–cuando ellos quieren, cuando ellos te abren la puerta, y la otra y la otra y la otra–

Editado por quique, el día 04 Noviembre '08 - 18:21, en Poemas.

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