03. La teoría de la población desde Malthus a Keynes, obviando a Marx

         Con los elementos de juicio aportados en este trabajo, se puede comprender mejor el texto donde exponemos las causas del Crash mundial de 1987. Ver: http://www.nodo50.org/gpm/crisis/10.htm. A propósito de la función de la bolsa como instrumento al servicio de la centralización de los capitales dinerarios en el período entre la sobreproducción absoluta de capital real y la crisis financiera que anuncia la recesión, decíamos allí lo siguiente:

<<Estos movimientos objetivos del capital (dinero) son aprovechados por los Estados burgueses de acuerdo con los grandes conglomerados económicos implicados, para expropiar a las clases subalternas de sus ahorros. Durante los meses previos al "crash" de 1987 —tal como acaba de ocurrir en España desde principios de 1998— ante el silencio cómplice de los partidos políticos y de las dirigencias sindicales, las grandes empresas capitalistas británicas hicieron profusas campañas de prensa y televisión exaltando las bondades del llamado "capitalismo popular" para canalizar el ahorro de buena parte de las capas medias. La política de privatización de empresas del sector público ha sido un intento político deliberado, antisindical y antiobrero para hacer entrar a buen número de trabajadores en el mismo circuito. Quince días antes del "Crash", la señora Tatcher hablaba de "la verdadera revolución inglesa" afirmando que "por primera vez hay más obreros accionistas que sindicalistas". Quince días después, muchos pequeños accionistas ingleses desearían sin duda no serlo>>. (GPM: Op. cit. Nota 1)

         Cuando la economía capitalista inicia otro ciclo corto en su fase de reanimamiento, la tasa general de ganancia se recupera y hay un exceso de capital de préstamo porque se da una situación en la que el tráfico de mercancías vuelve a ser fluido y el pago de los compromisos contraídos se cumple con la regularidad exigida por sus vencimientos, lo cual significa que el crédito comercial se independiza del crédito bancario propiamente dicho para la función del dinero en cuanto medio de pago. Marx dice que en esta fase del ciclo, es el capital industrial y comercial el que dicta sus condiciones al capital bancario. De todo esto resulta que la tasa de interés respecto de la ganancia, tiende al mínimo.

         Para socialistas románticos de la economía política, como Sismondi, el capitalismo restringe el mercado interior como consecuencia de la pauperización que agudiza la distribución desigual de la riqueza. Las posiciones de Sismondi sobre el sub-consumo eran simétricas a las de Malthus:

 <<…la producción crece en progresión aritmética, mientras la población lo hace en progresión geométrica>> (“Primer ensayo sobre la población”) Alianza Editorial/1993 Pp. 53   

 

         Malthus no dejó de sostener, que este desfase entre producción y consumo no es consecuencia de la organización capitalista de la sociedad, sino de la ley demográfica natural. Una supuesta maldición bíblica de la divinidad cristiana, ante la cual el ser humano nada puede hacer. Hasta este extremo de irracionalidad llegó Keynes al exaltar el místico y estrecho pensamiento de Malthus, para dejar intangible a su clase social preferida. Pero fue inútil, porque ahí está incólume la teoría de la población de Marx, según la cual, el pauperismo social no resulta de un natural y cada vez mayor crecimiento absoluto de población respecto de la riqueza disponible, sino del menor crecimiento relativo de su parte ocupada. Fenómeno empíricamente verificable provocado por el desarrollo científico-técnico incorporado a los medios de trabajo, que bajo el capitalismo deja sin empleo y medios de vida, a una parte cada vez mayor de ella. Precisamente por el fundamental y sistémico proceso tendente a convertir cada vez más trabajo en plusvalor a expensas del salario.

        

         No es de extrañar, pues, que Keynes considerara a Malthus un precursor de sus teorías sobre la “demanda efectiva” y el sub-consumo:

<<Si Malthus y no Ricardo hubiera sido el tronco del que brotó la ciencia económica del siglo XIX cuánto más sabio y rico sería hoy el mundo>> J. M. Keynes. Citado por Luigi Pasinetti ³.

 

         Keynes adhirió a la teoría de Malthus, contribuyendo a que los aparatos propagandísticos del Estado burgués hicieran lo suyo, enterrando la verdad científica bajo ese cúmulo de basura ideológica. Para que consagraran su teoría del sub consumo orbi et orbe y así han procedido, convirtiéndola en obligada condición sine qua non de la profesión política, como muy “digno” medio de ganarse la vida. Para ocultar el hecho de que el pauperismo creciente, es una consecuencia del modo de vida capitalista. Para que los explotados se sigan creyendo esa música de que las crisis se producen por insuficiente demanda solvente, y que para conjurar semejante situación basta con que el Estado protector intervenga como prestamista de última instancia de dinero a crédito barato, es decir, creando lo que Keynes denominó demanda agregada[1].

 

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[1] Demanda agregada = consumo privado + inversión empresarial + gasto público del estado + exportaciones al exterior – importaciones del exterior.