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Núm. 6    primavera    2001     Sumari     <<<     >>>


De la globalización al "Informe Lugano"

Lluís Andrés Edo

En noviembre de 1997 -nos explica Susan George- un grupo de próceres del "mundialismo capitalista" se dirigió a un conocido grupo de profesionales, expertos en la elaboración de informes, encargándoles un trabajo de análisis sobre la siguiente temática: "COMO GARANTIZAR LA SUPERVIVENCIA DEL CAPITALISMO EN EL SIGLO XXI?"

Contestar a este encargo es lo que produjo el "Informe Lugano", trascrito en 250 páginas de un libro con idéntico titulo.

Este es el genial pretexto utilizado por Susan George, para justificar la elaboración de su libro.

Tras las versiones en las lenguas más comerciales, la traducción al castellano, en menos de un mes, conoce ya su cuarta edición.

En el contexto de la critica planetaria a la globalización capitalista (que es en la tendencia donde se inscribe este libro) su difusión ha desbordado todos los ámbitos de la comunicación. El "informe", dicho sea de paso, fue elaborado antes de los acontecimientos de Seattel y Praga.

En él prologo de la versión castellana Vázquez Montalbán nos dice: "La globalización implica no solo el objetivo de un gran mercado universal, marcado por las pautas del liberalismo más salvaje, sino un control total de las conductas, impidiendo la simple posibilidad de insinuar, diseñar o practicar la disidencia... El nuevo capitalismo ni siquiera quiere llamarse asi y escoge presentarse como Economía de Mercado, dentro de una operación de desdramatización lingüística que ya ha afectado a casí todo el lenguaje critico convencional, utilizado a lo largo del siglo XX".

En relación a la figura del "nuevo mercado", tan fielmente reflejado en el "Informe", hallamos un trabajo elaborado por Juan Manuel Naredo, publicado en la versión castellana del Monde Diplomatic (nº 55), sobre las conexiones existentes entre el poder y el dinero, en el que el nuevo fenómeno capitalista queda calificado como "globalización financiera". En efecto, la espina dorsal de esa globalización son las transacciones internacionales del dinero. "La relación entre poder y dinero sigue funcionando -continua Naredo- pero si antes el poder era dinero, ahora sobre todo el dinero es poder".

Pero existen otras valoraciones sobre el "Informe", por ejemplo la emitida por Noam Chomsky: "Mediante un acido ingenio y sombrias verdades, el Informe Lugano retrata brillantemente, a través de los ojos de sus imaginarios pero tan creibles planificadores, un mundo hacia el que, lamentablemente, podriamos estar encaminándonos".

Pero uno de los broches críticos a la globalización nos la ofrece Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatic: "El capitalismo conduce inexorablemente a la concentración de la riqueza y el poder económico en manos de un pequeño grupo. y esto a su vez conduce a la pregunta fundamental ¿cuánta redistribución será necesaria para hacer que el dominio de la minoría rica sea aceptable para la mayoría de la población del mundo? El problema es que el mercado es incapaz de responder".

Susan George para revista en su "Informe", a la temática más crucial con que se enfrenta la sociedad, desde la sanidad de la especie a la producción agrícola, alimentaría, a través de elaboración natural o transgenica, desde el tratamiento de patologías, hasta el surgimiento de nuevas plagas con nocivos efectos humanos masivos, desde la violencia y las guerras en las relaciones sociales, hasta la inaplicación de los derechos humanos, desde los graves problemas de la insuficiente existencia mundial de agua, cada dia en condiciones menos salubres, hasta la creciente e imparable erosión de tierras, desde la contaminación planetaria por "tierra, mar y aire", hasta la distribución de los ecos-sistemas. Pasando por una amplia gama de es espacios políticos, económico-financieros y sociales, hasta declarar, con cínica y sarcástica ironía, que el sistema de Mercado (capitalista) es el menos malo de los "Sistemas", pues de su "bienestar social" pueden beneficiarse un mayor número de personas.

Pero por encima de esta crucial temática la "centralidad" del discurso se inscribe en los terroríficos efectos, presentes y, aún más, futuros, de la "Exploración Demográfica".

En efecto, las tendencias y el mantenimiento de los ritmos actuales, en el desarrollo demográfico de la especie, convertirán en el 2020, en ocho mil quinientos millones, los seis mil millones de la población mundial actual, alcanzada en el año 2000. A un ritmo de 133 millones anuales de nacimientos, por 52 millones de muertes. Es decir, un superávit anual de 81 millones de nuevos habitantes, o 250 nacimientos por minuto y 100 muertes. Estas cifras el propio "Informe" las descalifica, por las recomendaciones de muchos expertos de demógrafos, al advertir que los cálculos de la ONU no ofrecen credibilidad, al basarse en datos emitidos exclusivamente por los gobiernos. Dichos expertos mantienen que el ritmo de crecimiento se sitúa entre 90 y 100 millones de nuevos habitantes por año.

El tétrico resultado que sugiere el "Informe", en esta materia, es que la estabilidad del sistema (capitalista) exige que para el año 2020 la población mundial no alcance más que un total de 4.000 millones de habitantes, es decir reducir a la mitad la población prevista, si se quiere que la globalización capitalista tenga éxito.

Para lograr que la nueva "Economía de Mercado" alcance este objetivo el "Informe" sugiere realizar un "monumental esfuerzo" para que aumente la mortalidad, al mismo tiempo que disminuya la fertilidad, con una reducción media de población de 100 millones al año durante dos décadas, nueve décimas partes de esta reducción deberá producirse en los países menos desarrollados.

El acierto del "Informe Lugano" es su acerba denuncia a un sistema, donde el elemento de centralidad de su subsistencia se sitúa en la "Economía de Mercado" se trate de la sanidad de la especie, los derechos humanos, el hundimiento ecológico del planeta, o el drástico genocidio de la población; una denuncia implacable del capitalismo, ciertamente, que sería incapaz de asimilar, bajo el exclusivo prisma del Mercado, el crecimiento de 1.000 millones de personas nuevas cada década, porque tal crecimiento haría -según el "Informe"- estallar todos los diques.

Sin embargo esta dase de denuncias suele coincidir con un fallo común de perspectiva, en la defensa de la actuación del Estado. Como por ejemplo con la reclamación de imponer la "Tasa - Tobin" aplicada por el Estado, al movimiento internacional de capitales, al tiempo que -cayendo en flagrante contradicción- se es favorable a la privatización de los sectores de servicios y de las empresas públicas.

Esta actitud conduce a una contradicción aún mayor. En efecto, no se puede estar contra la globalización y al mismo tiempo estar a favor de la privatización de la empresa pública, pues está claro que la globalización capitalista exige la privatización.

Pero, aún más, de cualquier forma (y por encima de los complejos problemas de la globalización) las causas fundamentales que provocan la privatización es la "crisis de crecimiento" del propio Estado. Es decir las macro estructuras alcanzadas por los sectores públicos arrastran su propia crisis, que se transmite a sus "propietarios": el Estado.

En otras palabras, la privatización no se produce para reducir el poder del Estado, sino para salvaguardar sus existencia, para impedir que la crisis que arrastran las macro estructuras de los sectores públicos, pueda alcanzar ,al Estado.

Para los dueños del dinero, que son los que promueven la globalización, el poder del Estado les es imprescindible.


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