El 30 de marzo representa para la minoría árabe de Israel
desde 1979 una fecha de conmemoración que recuerda la brutal represión
ejercida ese día por la policía israelí contra los
palestinos del interior que se manifestaban contra las expropiaciones de
tierra árabe promovidas por el Gobierno de Israel. La violencia policial
ocasionó 6 muertes palestinas. Desde entonces, el 30 de Marzo, Día
de la Tierra, se ha convertido en una jornada de afirmación de
la minoría árabe-palestina en Israel y de reclamación
de su derecho al retorno, reconocido por la Resolución 194 de Naciones
Unidas a todos los refugiados palestinos y a sus descendientes.
Los refugiados del interior son los palestinos que, desalojados
de sus lugares de origen desde 1948 por las fuerzas sionistas, permanecieron
en lo que después sería el territorio israelí. Tras
la fundación de Israel (mayo, 1948), los palestinos que permanecieron
dentro del nuevo Estado, (150.000), se convirtieron en su mayoría
en refugiados del interior condenados a abandonar sus aldeas y pueblos de
origen y a perder todas sus pertenencias. Pese a que en 1952 se les concedió
la ciudadanía israelí, aquellos que permanecieron aferrados
a sus tierras y hogares no fueron nunca reconocidos y han sufrido desde
entonces el abandono más extremo por parte de la Administración
israelí: los nombres de sus aldeas no aparecen en los mapas y son
ignorados por los servicios públicos. Ni la permanencia en sus pueblos
ni el realojo como refugiados en otros lugares del interior ha impedido
que las autoridades de Israel practiquen contra los árabes palestinos
una política sistemática de acoso, que se fundamenta en el
objetivo de alcanzar su desarticulación como minoría árabe
y de disgregarla de sus hermanos de los Territorios Ocupados (TTOO). Ello,
sumado a la formulación racista y excluyente del Estado de Israel,
ha exacerbado un tratamiento administrativo hacia el árabe-palestino
como ciudadano de cuarta clase. En la actualidad, un 20% de la población
de Israel es palestina (más de 1 millón de un total de 5.6
millones de habitantes). De ellos, tres cuartas partes viven en localidades
exclusivamente árabes. Cuarenta están encarcelados por motivos
políticos, en su mayoría condenados a cadena perpetua.
Expropiaciones de tierra árabe: una medida
de acoso persistente
Entre todas las acciones ejercidas por la Administración israelí
contra la minoría árabe del interior, destaca por la agresión
que implica al modo de vida tradicional palestino y por su carga simbólica,
la confiscación de sus tierras. El Fondo Nacional Judío
y la Autoridad de la Tierra de Israel son las dos instituciones israelíes
que promueven y ejecutan las expropiaciones de tierra árabe. Práctica
habitual desde 1948, las expropiaciones están orientadas, al igual
que en los TTOO, no sólo al control, explotación y judeización
de la tierra sino como método de dispersión de la población
palestina. Para hacer frente a ello, los palestinos del interior han creado
el Comité Nacional de Desarraigados.
La Intifada en el interior de Israel
El vínculo de identidad con Palestina y con su pueblo se reafirma
en el apoyo generalizado a la Intifada popular que la comunidad palestina
de Israel brinda a sus hermanos de los TTOO. Las movilizaciones y protestas
palestinas en el interior de Israel han sido, al igual que en los TTOO,
respondidas con violencia y represión: 13 palestinos han sido asesinados
a manos de las fuerzas policiales israelíes y varias decenas de han
sido detenidos.

Convocatoria en Madrid
en protesta por los bombardeos del ejército israelí contra
ciudades palestinas y en solidaridad con el pueblo palestino el 30 de marzo
de 2001, Día de la Tierra
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